Cualidades misioneras

En Hechos 13:1-14 se registra el llamado y el envío de dos misioneros, Bernabé y Saulo. De hecho, estos versículos describen el inicio de un gran movimiento misionero; la iglesia en Antioquía fue la cuna de la empresa misionera cristiana.

Surge una pregunta interesante, ¿cuáles eran las cualidades que estos hombres tenían que tener para hacer la obra a la que habían sido llamados y enviados?

Se debe hacer una distinción entre aquellos que dan sus vidas al ministerio y cada creyente que es llamado a ser un testigo, y no necesariamente un ministro de la Palabra de Dios.

De muchas maneras, este capítulo trece muestra principios de la obra misionera. Uno de estos principios es tener un entendimiento de las cualidades que debe tener el misionero o cualquier otro que esté en el servicio del ministerio del evangelio.

Un misionero debe estar activo en una iglesia local

La iglesia debe requerir que todo miembro sea salvo.

El envolverse en la iglesia local da experiencia valiosa; enseñar una clase de escuela dominical requiere el estudio de la Biblia; la visitación de la iglesia requiere testificar. Si una persona no es un testigo en su hogar, el cruzar un océano no hará de esta persona un ganador de almas.

La experiencia valiosa para un posible ministerio del evangelio se gana trabajando con otros creyentes en una iglesia local, y esa experiencia no se puede obtener de ninguna otra manera.

Bernabé y Saulo no eran los únicos miembros de la iglesia en Antioquía, pero sí eran miembros activos de ese ministerio.

Los misioneros más exitosos son aquellos que pueden ayudar a establecer iglesias locales usando su experiencia personal adquirida en una iglesia local. El no aprender a hacer algo hasta que se esté en el campo misionero requiere mucho tiempo y acarrea muchos problemas.

Un misionero debe probar que tiene un don espiritual

En el v. 1 se nos habla acerca de los “profetas y maestros”; se mencionan cinco hombres que predicaban y enseñaban.

A los que el Señor llama a Su servicio, el Espíritu Santo dota con un don espiritual. La actividad espiritual y el entrenamiento comúnmente manifiestan este don.

Un misionero debe ser una persona completamente dedicada

En el v. 2, se nos habla de tres cosas importantes acerca de los profetas y maestros en la iglesia de Antioquía:

  1. Ministraban al Señor.
  2. Ayunaban.
  3. Estaban listos para ser separados para la obra; estaban disponibles para que el Espíritu Santo los usara.

El hecho de que ellos ministraban al Señor nos muestra que eran hombres de gran devoción.

El hecho de que ayunaban nos dice que estaban dispuestos a sacrificar tiempo, placer y aún necesidades para cumplir la voluntad de Dios.

El hecho de que el Espíritu Santo dijera, “Apartadme a …” nos dice que Él vio bueno seleccionarlos y separarlos para una tarea espiritual.

Aquellos que se rinden a Él son los mejores misioneros.

Un misionero debe estar consciente de un llamado definido para hacer la obra

En el v. 2, “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo…” Este llamado era definido, infalible, ya que se mencionan los nombres de los dos hombres.

Note además, “para la obra a que los he llamado.” ¿De qué otra manera ellos hubieran sabido dónde ir y qué hacer si el Espíritu Santo no se los hubiese hecho ver claramente?

Es una presunción entrar en el campo misionero sin una indicación de que el Señor está guiando así.

Notemos lo siguiente: 1) La necesidad no es el llamado: La necesidad de misioneros es grande, pero la necesidad en sí misma no constituye un llamado, especialmente a un campo extranjero, 2) La habilidad no es el llamado: La habilidad es necesaria pero no constituye un llamado misionero, 3) El deseo no es el llamado: Muchos tienen el deseo de servir al Señor, pero tener sólo un deseo no es un llamado, 4) La disposición no es el llamado: Ningún misionero puede ser un obrero efectivo sin tener disposición, pero esto no constituye el llamado de Dios para el servicio misionero.

El llamado del Espíritu Santo es claro, definitivo e infalible, aunque a veces es inexplicable, ya en que no somos capaces de hablar del evangelio a otros fácilmente. ¿Cómo sabemos con seguridad que Dios nos ha llamado? Hay dos cosas que nos ayudan a conocer el llamado de Dios para nosotros: 1) Una paz interior que nos lo asegura y 2) La manera en que Dios desenvuelve los eventos en nuestra vida. Él abre y cierra puertas. Tiene una manera tanto externa como interna de mostrárnoslo.

Todos los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Nuevo Testamento estaban profundamente conscientes de tener una vocación espiritual (que ellos eran llamados de Dios, separados para una tarea especial o una misión) y también estaban conscientes de la divina autoridad de su mensaje. Ellos eran los portavoces de Dios: Abram (Gén. 12:1) — demoró su llamado; Moisés (Éxodo 3:2) — se sintió inadecuado; Gedeón (Jueces 6:11) — dudó del Señor; Samuel (1º Samuel 3:4) — tomó equivocadamente el consejo humano; Isaías (Is. 6) Jeremías, Ezequiel y Amós son ejemplos de aquellos que son llamados por Dios.

En el Nuevo Testamento, Pablo estaba convencido de que él había sido llamado por Dios como apóstol (Gál. 1:1). De hecho, empezó ocho de sus epístolas declarando su llamado de Dios. Pedro, de la misma manera, se refiere a su llamado al principio de sus dos cartas.

Cuando uno estudia cuidadosamente las vidas de los hombres de la Biblia y lee las biografías de misioneros modernos, parece haber tres elementos en el llamado: 1) El que es llamado está convencido de ello y desea poner en práctica el deseo de Dios en cuanto a la salvación de los hombres o en cuanto a una tarea especial que debe ser realizada. Esto se convierte en una “carga” en ellos, 2) Hay un sentimiento de insuficiencia, de incapacidad o de un obstáculo o dificultad en el camino, lo cual impide seguir el llamado de Dios, 3) Hay la remoción de ese impedimento a través de la ayuda divina o de la iluminación.

Estos tres elementos se encuentran en el llamado de Moisés, Gedeón, Isaías y Jeremías, así como también en algunos hombres del Nuevo Testamento. Hay demasiadas dificultades y problemas en la obra misionera para entrar en ella sólo para ver si ése es el llamado de cierto individuo, y que no se tenga la convicción de un llamado divino.

Un misionero debe estar dispuesto a trabajar en armonía con otros

Note lo significativo de la palabra “ellos” en el v. 4, “ellos…descendieron”. Hace referencia, por supuesto, a Bernabé y Saulo. Ellos eran hombres de personalidades diferentes, pero fueron llamados a trabajar juntos en la obra del Señor.

Es bien conocido que uno de los problemas en la obra misionera son los mismos misioneros. La fricción entre ellos se hace notar; es cierto que ocurre, pero en la opinión del escritor, esto se exagera mucho.

Hay varias razones para este problema vergonzoso: 1) Si la obra del ministerio se afecta cuando hay fricción entre obreros en el país de origen, mucho más se afecta la obra del ministerio en el campo extranjero; 2) La razón principal de fricción entre misioneros es la falta de madurez espiritual y emocional. Madurez es el poder resolver los problemas sin perjudicar el trabajo y el compañerismo entre los misioneros; 3) La mayoría de los misioneros, a causa de la naturaleza de su trabajo y las circunstancias tienen la tendencia de ser independientes que más bien interdependientes. El grado de madurez que se tenga puede contribuir a esto; 4) La madurez espiritual y emocional ayuda a cualquier creyente a superar los pecados desagradables de la envidia, el orgullo, los celos, la supersensibilidad, las hostilidades y la proyección de la adversidad del “yo” en los problemas de la vida y actividades cristianas; 5) Quizás sea necesario separarse de otros para el bien de la obra. Pablo y Bernabé acabaron su problema con Marcos. Sin embargo, no tuvieron amargura por ello, ni permitieron que afectara su compañerismo u obra misionera; 6) Quizás, sería sabio separarse de las organizaciones misioneras en cuanto a las cuestiones de separación eclesiástica o prácticas no escriturales o políticas. Esto se tiene que hacer sin mucho perjuicio; 7) Es muy importante que los misioneros aprendan a ejercitar el amor cristiano y el entendimiento en cualquier momento.

Un misionero debe ser enviado al campo misionero por la comisión de una iglesia local

Hechos 13:3 dice, “Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.” Esto significa que la iglesia de Antioquía reconoció el llamado de Bernabé y Pablo, y sintió la obligación de identificarse con ellos en la obra, y de asumir la responsabilidad de orar por ellos y de suplir sus necesidades económicas, ya que eran de los suyos.

Un misionero es enviado por Dios a través de una iglesia local y comúnmente bajo el auspicio de una agencia o directiva misionera aceptable. Este procedimiento no es contrario a las Escrituras y tiene algunas ventajas. Tal vez alguna iglesia local quiera ayudar apoyando al misionero, pero está poco dispuesta a dar fondos al fondo misionero de otra iglesia local.

Una organización o agencia misionera puede operar más eficazmente que una sola iglesia local en asuntos de visado, seguros, transportación y supervisión de la obra, a un precio mucho más económico. En esencia, las iglesias locales utilizan a las agencias misioneras para facilitar su obligación misionera.

Un misionero debe conocer por experiencia la llenura y la operación del Espíritu Santo

En el v. 4. no sólo los cristianos de Antioquía se identificaron con Bernabé y Pablo y los comisionaron imponiéndoles las manos, sino que añade, “Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo” Esto significa varias cosas:

El Espíritu Santo es el Director Administrativo de la actividad misionera y por eso hubo cuatro resultados de la obediencia de estos hombres a la voluntad de Dios. 1) Ellos entonces fueron capaces de discernir la voluntad del Señor en cuanto a su esfera de servicio. Note los lugares mencionados en el v. 4, Seleucia y Chipre, y en el v. 6, Pafos. El llamado a las misiones no es sólo por la vocación, sino también por la localización. 2) Se les dio poder para predicar el evangelio. En el v. 5 dice, “anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.” Éste era el propósito de su viaje misionero. 3) Ellos fueron victoriosos sobre los poderes de las tinieblas. Note el significado de los vv. 6-12. Los gobernadores de las tinieblas se encuentran en los campos misioneros, y cada misionero debe depender del poder sobrenatural del Espíritu Santo para su ayuda. 4) Ellos fueron capaces de superar los fracasos humanos, el desánimo, las decepciones y los temores. Cada misionero es confrontado con la realidad de esto y necesita la guía y ayuda divinas. Un trabajo sobrenatural requiere un poder sobrenatural. Bernabé y Pablo fueron desertados por Juan Marcos, pero ellos prosiguieron (vv. 13-14).

Para resumir las cualidades de Bernabé y Pablo, se puede decir que ellos estaban cualificados en cuatro áreas:

  1. Espiritualmente
  2. Físicamente
  3. Académicamente
  4. Socialmente

Las cualidades de los misioneros deben seguirse estrictamente. Sin embargo, hay algo que debe notarse. Estas cualidades no deben ser tan altas o imprácticas que sea imposible para uno cualificar.

El Escudo de la Fe
Vol. 11, No. 1

 

11 comentarios sobre “Cualidades misioneras”

  1. Soy misionera hace pocos años, siento que he recibido el llamado de Dios, . me parece muy valiosa la información que nos brindan para nutrirnos y poder tener un mejor perfil al momento de ser enviados pero, solo queria resaltar que: Dios no elije a los perfectos, Dios perfecciona a sus elejidos, y teniendo disposición para dejar operar al Espiritu Santo, asi no tengamos la preparación necesaria, podemos dejar que el Señor haga grandes obras a traves de nosotros.

  2. Lo que el Espiritu Diga eso se ara ,porque aqui ,aqui Manda Dios
    Es su palabra y el respalda su palabra y a los que el embia.
    El llama
    El prepara
    El forma
    El educa
    El Espiritu Santo nos Enceña siempre la palabra divina,y nos revela lo que debemos
    desir.
    El respalda su obra en la persona que el emvia,amen

  3. con todo respeto digo esto; yo soy un pastor que creía no era necesario la preparación o el estudio de la palabra, en el camino me ha dado cuenta que hacía falta prepararme, gracias a Dios me estoy preparando en un instituto bíblico; nosotros que ministramos debemos prepararnos bien para hacer bien la labor ministerial para enseñar correctamente la palabra y no caigamos en herejías. que Dios los bendiga abundantemente

    1. que bendicion hermano! la humildad es una virtud preciosa y necesaria hermano auber! e inspire su preparacion en lo academico de Pablo y lo cercano que estuvo Pedro del Señor no siendo academico pero humilde!

  4. Amados hermanos, gracias por los conceptos. La instruccion es del Señor, el privilegio nuestro. Favor incluirme en sus oraciones, nuestro Rey les bendiga.

  5. Pensaba que era difícil, ahora con este resumen me doy cuenta que sin la intervención trinitaria no se puede. Que El Señor sea bendito. El es exacto y todo lo hace perfecto. Gracias por la enseñanza.

  6. Joel: Mallorca, para un ministerio de misionero , el llamado es necesario , Dios lo prepara antes en el terreno de su iglesia y otros ven el llamado y vocación , no es necesario un instituto es necesario el diario vivir en la iglesia y el terreno, y estar lejos debe saber de todo un poco de la ideocincracia del lugar, país, y las personas, estar dispuesto al servicio de otros, sea esta rico o pobre, Jesús es el mejor enseñador de todo esto.Dios les bendiga.

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