Joven, te reto

Te reto…a tener tus propias convicciones, en vez de aceptar las de otros.
Te reto…a mantenerte fiel a tus convicciones cuando otros siguen la corriente.
Te reto…a hacer tu mejor esfuerzo, cuando otros se conforman con apenas lo suficiente.
Te reto…a ser honrado, cuando otros se copian y cogen el atajo.
Te reto…a querer decir: “Esto es mi trabajo”, cuando pones tu firma en el examen aun cuando  sacas la nota más baja de la clase.
Te reto…a admitir abierta y honradamente cuando te has equivocado; a decir: “Yo lo hice”, y no intentar poner la culpa en otro.
Te reto…a pedir disculpas de los que has herido, aun cuando hiere tu propio orgullo hacerlo.
Te reto…a perdonar a los que te han hecho mal, a rehusar ser intolerante y rencoroso.
Te reto…a guardar tu cuerpo puro,  cuando otros se están vendiendo barato.
Te reto…a decir: “¿No!” a los llamados placeres  que destruyen el cuerpo y alma.
Te reto…a cumplir lo que prometes, aun cuando te costará.
Te reto…a disciplinar tu mente,  en vez de llenarla con basura.
Te reto…a rehusar el prejuicio, a ver a toda persona como uno por el cual murió Cristo, y por eso, de valor infinito en los ojos de Dios.
Te reto…a vivir por algo más grande que tú, mejor aún, vivir por Alguien—Él quien te amó lo suficiente como para morir por ti.

El Escudo de la Fe

 

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