Poemas cristianos

Hogar Cristiano

Donde el ruego al Señor se hace frecuente
Y la Biblia es leída reverente;
Do las obras expresan fe viviente,
¡Allí existe el hogar!

Do los padres, los hijos, los hermanos
En estrecha amistad unen sus manos;
Do no existen querellas ni odios vanos,
¡Allí es puro el hogar!

Do la luz del amor brilla piadosa,
Donde esplende la Biblia luminosa.
Y la oscura maldad huye medrosa,
¡Es glorioso el hogar!

Do nunca se escuchan voces crueles,
Ni destilan los odios negras hieles,
Pero oyen de amor, cánticos fieles,
¡Es glorioso el hogar!

Donde reinan la paz y la armonía,
Donde no hay más tinieblas sino día;
Y se escucha una alegre melodía,
¡Es precioso el hogar!

Donde Cristo es el huésped amoroso
Y se escucha su voz plena de gozo;
Do no viste el orgullo desdeñoso
¡Es cristiano el hogar!

«Quiero Ser el Amigo de Dios» (Santiago 2:23)

Quiero que en mi vida se vea,
Quiero que Cristo mi Salvador sea,
Que todos los días Su Palabra yo lea
Quiero ser el amigo de Dios.

Quiero en Él por siempre confiar,
De Su santo camino jamás desviar,
Acercarme a Él que no ha de cambiar
Quiero ser el amigo de Dios.

Quiero sentir por dentro Su fuego,
No quiero de la iglesia jugar más el juego,
Su voluntad haré con gozo muy luego
Quiero ser el amigo de Dios.

Quiero que de mí esté agradado,
No volveré a lo que le he prometido y dado,
Pues ya puse mi mano al eterno arado
Quiero ser el amigo de Dios.

Yo quiero seguirle en noche oscura,
Conocerle mejor en la prueba más dura,
Sentir y conocer Su gran ternura
Quiero ser el amigo de Dios.

Conozco ahora la inmensidad
De Su constante amor y fiel bondad;
Me gozaré cuando pueda en honestidad
Decir: «Yo soy el amigo de Dios».

– Deanna Thomas

VUELVE A EMPEZAR

Aunque sientas el cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime,
aunque una traición te hiera,
aunque una ilusión se apague,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la ingratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo parezca nada…
VUELVE A EMPEZAR

– autor desconocido

GRACIAS

Te doy gracias mi Señor
por las aguas de los ríos,
por la luna y por el sol,
y por todo lo que es mío.
Por el aire que respiro,
por mi dicha y mi salud
y por las cosas que miro,
te doy gracias mi Jesús.
Te doy gracias por las flores,
pero más por esta flor
con que adornas mis amores;
la presencia del Señor.
Yo doy gracias por mi vida,
porque Jesús la salvó.
Canta mi alma agradecida
esta alabanza al Señor.
Doy gracias por las estrellas
que alumbran mi salvación
porque salí de tinieblas
con Cristo en mi corazón.

– autor desconocido

SERVIRÉ A JESÚS

Mucha gente hoy en día
nombra mucho a Jesús.
Dicen que ellos sí le aman,
mas no andan en la luz.

Vacilan tanto en su vida,
casi no saben ni orar.
Vida a medias es la de ellos,
es seguro su fracasar.

Pero yo sí soy cristiano,
ya a medias no quiero andar.
Yo me entrego todo, ¡TODO!
y así puedo superar.

Prendo mi candela chica
por la ayuda de mi Dios;
Alumbrando claro y fuerte,
salva almas del feroz.

Ya me entrego a servir;
me gasto, quemo, y aun muero,
cual candela ahogada en su cera
gastarme por mi Cristo quiero.

– Pablo Yoder

SONRÍE

Como pan sin mantequilla,
como arroz sin el frijol,
como cama sin cobija,
como carro sin motor,
como hacienda sin ganado,
como el mar sin su brisa,
como un río que ha secado,
es la cara sin sonrisa.

Como casa sin la puerta,
como huerta sin la flor,
como un reloj sin cuerda
que la hora nunca da,
como cuando sed tuviste
y no hallaste agua a prisa,
no hay cosa tan, tan triste
que la cara sin sonrisa.

Pues el rostro del humano
hecho fue para sonreír,
por eso él es más bendito
que los animales mil.
Que los ángeles menor es,
mas dichoso es en verdad;
¡Sólo el hombre puede reírse!
…Dios le da felicidad.

Sonríe, pues, no te olvides;
debemos siempre ser felices.
Eso mismo te ayuda
si el camino está difícil.
No te vencerán las pruebas
si tú andas con sonrisa.

– autor desconocido

CENTELLAS DE ETERNIDAD

¡Luces! ¡Luces!
Tantas luces
veo en mi derredor;
luces rojas,
y amarillas,
luces de tanto color.

¡Luces! ¡Luces!
Atractivas…
Jóvenes mirad allá;
rayos áureos,
tan hermosos,
os llama:
Ven acá.

¡Luces! ¡Luces!
De placeres,
música y sensualidad;
me consumen,
me hipnotizan,
y olvido la realidad.

¡Luces! ¡Luces!
Engañosas…
Dan placeres… y dolor.
Pues sus rayos
son venenos…
fulgentes rayos de horror.

¡Luces! ¡Luces!
Que en la tierra
no eran luces de verdad,
ya son llamas con azufre,
centellas de eternidad.

¡Luces! ¡Luces!
De mi Cristo,
en el mundo cuesta verlas;
mas un día
en el cielo
¡serán centellas de las perlas!

– Pablo Yoder

¡ADÁN! ¿DÓNDE ESTÁS?

Por un bello paraíso
din abrojos ni dolor,
caminan Adán y Eva
muy tranquilos, sin temor.

Como el rey y su reina
señorean en unión,
todo bajo su dominio
sin ninguna contentación.

Mirándose a los ojos
sin codicia ni rencor,
unen sus voces en un canto
en un baño de esplendor.

En un huerto de colores,
con absoluto control,
juegan los animalitos
bajo el resplandor del sol.

Rey y reina sin vestido,
sin temor y sin pesar,
agarrados de las manos
van riendo al caminar.

En las tardes de reposo
Dios desciende a llamar;
Ven, Adán. Ven Eva,
venid a conversar.

Adán la toma de la mano,
y corren juntos sin tardar,
pues les encanta estar ahí
y con Dios poder hablar.

Mas un día tenebroso
Satanás allí llegó;
con ambición perversa
a los reyes engañó.

La distancia aparece;
ha cambiado lo de ayer.
A lo largo se critican
y se culpan sin querer.

Al caer la tarde fría,
en soledad, sin hablar,
encogidos por su culpa
oyen a su Dios llamar.

Adán, Eva, queridos,
venid a responder;
mas se lanzan a los montes
y se quieren esconder.

Hoy los hombres como ellos
han querido olvidar
lo de antaño y lo de hoy,
y no quieren escuchar.

Pero Dios aún los llama:
Adán, Adán, ¿dónde estás?
Adán, Adán, ¿qué has hecho?
Te amo, Adán, ¿adónde vas?

– Marcos Yoder

NO TE AFLOJES NUNCA

No te aflojes nunca
Llevando carga tan pesada,
Mi espíritu se desmayaba;
Se puso a ondular mi fe,
En el camino me fluctué.

Con tierna voz en dulce amor
Me vino hablando el Salvador:
“¿Qué significa esto, amado?
¿Por qué tú andas aflojado?”

¿Qué me pasaba realmente?
No supe yo, primeramente.
Por la Palabra fui labrado;
¿Por qué anduve aflojado?

Mi corazón lo escudriñé,
También el modo en que gasté
El tiempo; y hallé en descuido
Mi devoción a lo divino.

El lunes ocupado andaba;
El tiempo no me alcanzaba;
Ni tiempo para orar hallé;
Un día de carreras fue.

El martes mucho me dormí,
Entonces apurado fui,
Fue hora de la cita ya;
No tuve tiempo para orar.

Pasé con prisa el miércoles,
Para asistir el culto, pues,
El tiempo para orar faltó;
Así mi Dios se entristeció.

Y en el culto, cuando oraba,
Mi mente siempre divagaba,
Con planes para el otro día;
La voz de Dios no la oía.

Me desperté el viernes con
La mente en una confusión
Pues Satanás me enredaba;
Mi Padre no se arrimaba.

Así, habiendo él preguntado,
¿Por qué andas aflojado?”
Con gran dolor reconocí
Que realmente fue así.

Entonces me arrodillé
Con lágrimas, y confesé
Mis culpas y mi omisión,
Después, obtuve Su perdón.

Le prometí que fiel sería,
Sin flojarme, ni por un día.
No quiero tanto atarearme
Que a Dios no pueda dedicarme.

A unos el perdón pedí,
Pues en mi prisa les ofendí.
Me amaban, mas ya hecho fue
El daño que yo les causé.

Por mi descuido y caída
Mis amados padecían
Dios, quiero ser fiel y veraz,
Sin aflojarme yo jamás.

– María Loida

ALMA MÍA, NO DELIRES

Alma mía, no delires,
Ni suspires–De dolor,
Que posees en el cielo,
Tu consuelo, –Tu Señor.
Jesucristo, del pecado
Te ha librado–En una cruz;
Y derrama sobre el alma
Gozo, calma, –Paz y luz.

Él conoce tu conciencia,
Tu dolencia–y frenesí,
Y con ansia te bendice
Y te dice; “Ven a Mí.”
No más llanto, no más penas;
Tus cadenas–Romperás,
Y en el seno de tu Dueño,
Dulce sueño–Dormirás.

¡ALELUYA!

¡Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor resucitó;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
A la muerte ya venció.

No pudieron las entrañas
Del sepulcro aterrador
Retener entre sus sombras
A Jesús, el Salvador.

Vencedores también somos
Por el mártir de la cruz,
Somos Suyos, y por siempre
Viviremos en Su Luz.

¡Eres digno de alabanza,
Victorioso Redentor,
Nuestra vida te ofrecemos,
Nuestros cantos, nuestro amor!

¡Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor resucitó;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
A la muerte ya venció.

– Vicente Mendoza

TRAS LA TORMENTA

Tras la tormenta el arco iris,
Y tras la oscuridad, la luz;
Tras la amargura, la alegría
Que a los creyentes da Jesús.

Tras el invierno, primavera;
Tras el combate rudo, paz;
Tras triste valle, excelsa cumbre;
Tras cautiverio, libertad.

Tras cuanto vemos, Dios el Padre,
Su amor que nunca faltará;
Tras este mundo, el cielo a donde
Jesús nos ha de trasladar.

Alegre canto el alma eleva
Pues tras el velo Cristo está
Sosteniendo a la fe de Su nombre,
Y he de mirar Su hermosa faz.

– Ernesto Barocio

 

8 comentarios sobre “Poemas cristianos”

  1. Buenas tardes, gracias por estos poemas, nos dan opciones para nuestras celebraciones, ya que en las librerias siempre encontramos el mismo material, solo le cambian la portada. gracias y Dios les bendiga

  2. gracias por estos poemas, nos dan opciones para nuestras celebraciones, ya que en las librerias siempre encontramos el mismo material, solo le cambian la portada. gracias y Dios les bendiga

    1. Laurence
      Gracias por los poemas no ayudan a vivir nuestra fe, hace tiempo declame el poema del Buen Samaritano, de Luis de Salem, si alguien tiene la letra me gustaría que la publicaran, bendiciones.

  3. MUY LINDO FORO, QUISIERA PEDIRLES UN FAVOR SI CONCE UN POEMA QUE LEI HACE MUCHOS AÑOS Y SOLO RECUERDO QUE DICE «SIEMPRE EN SU MANO LA LLAVE ESTA» ¿ALGUIEN LO CONOCE? DESDE YA MUCHAS GRACIAS Y QUE DIOS LOS BENDIGA

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