¿Por qué soy fundamentalista?

Para poder entender bien lo que voy a decir en este artículo, es necesario explicar tres términos que son necesarios saber si queremos entender cabalmente este asunto del fundamentalismo. Mucha gente en nuestras congregaciones oye estos términos pero no sabe lo que significan. Por lo tanto, trataré de definirlos a manera de introducción a este artículo.

Término número uno:  Modernismo (también conocido  como liberalismo)

Esto no se refiere ni a la manera que nos vestimos, ni cuán largo o corto tengamos el pelo, o si hacemos o no hacemos esto o aquello.

El término «modernista» es un término dado a aquellos individuos descritos por Pablo en II Timoteo 3:5 que «tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella». Un modernista religioso es uno que usa la Biblia pero no cree lo que la Biblia dice. Un modernista religioso es uno que dice que Dios es todo, pero que no es nadie, que Dios es una creencia, pero que no es una persona. Un modernista no cree en lo sobrenatural, no cree que la Biblia fue divinamente inspirada. Por lo tanto, no cree en el Jesucristo histórico de la Biblia ni en lo que él hizo para salvarnos y perdonarnos. El modernista cree que el hombre es el centro de todo, no Dios. Él cree que el hombre es un ser generalmente bueno y que el ambiente es lo que hace que el hombre sea lo que es. Por lo tanto, el evangelio del modernista es el evangelio social: «Si arreglamos el ambiente, arreglamos también al hombre», dice el modernista. «Jesús», dicen ellos, «alcanzó el más alto valor humano ayudando a los necesitados y corrigiendo el prejuicio y contaminación de su tiempo». Nosotros, de acuerdo a los modernistas, debemos de seguir el ejemplo de Jesús y convertirnos en «Cristos» redimiendo la humanidad de los males sociales que la agobian. Cuando logremos esto, el reino de Dios será logrado aquí en la tierra, enseñan los modernistas.

El modernista, por lo tanto:

  1. No cree en un Dios personal.
  2. No acepta la Biblia como la Palabra infalible de Dios.
  3. No cree en el Jesucristo histórico de la Biblia.

* Además rechaza:

  1. Su nacimiento virginal
  2. Su sacrificio propiciatorio para redimirnos de nuestros pecados.
  3. Su resurrección corporal de los muertos.
  4. Su venida personal y premilenial a esta tierra.
  5. No cree que el hombre es pecador y que está en condenación.
  6. No cree en el infierno.
  7. No cree en el cielo.
  8. No cree en la creación directa de Dios, sino acepta la teoría de la evolución como un hecho real.

Término número dos:  Neo-liberalismo

El neo-liberalismo o neo-modernismo es descendiente directo del modernismo. El neo-modernismo está dispuesto a creer que hay un Dios personal, pero no está dispuesto a aceptar la revelación de ese Dios Personal. El neo-modernista no cree que la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Usa entonces su propio criterio personal para establecer lo que es correcto y lo que no es correcto. Por lo tanto, las doctrinas bíblicas cristianas no tienen ningún lugar en su teología.

Los modernistas, con sus astucias satánicas y engaños demoníacos, se apoderaron de las denominaciones e instituciones educativas evangélicas. Hoy por hoy, casi todas las denominaciones protestantes son controladas por modernistas-liberales y ésa es la razón por la cual en esas denominaciones protestantes se exalta y se promueve el evangelio social y se le da poco o ningún lugar al evangelio bíblico de nuestro Señor Jesucristo. Aquellos individuos y grupos denominacionales que no se doblegaron a las presiones de los modernistas fueron ridiculizados, maltratados y descartados al extremo que tuvieron que separarse de sus propias denominaciones y comenzar instituciones educativas fieles a la Palabra de Dios y a la «fe una vez dada a los santos».

Término número tres:  Nuevos Evangélicos

En la década del 1940 al 50, un grupo de evangélicos de los Estados Unidos que era fundamentalista en creencias, se sintieron frustrados con el auge del liberalismo-modernismo y por el poco prestigio social-cultural que, supuestamente los fundamentalistas tenían. Ellos pensaron que la única forma de derrotar a los modernistas era intelectualizando el fundamentalismo, pero para hacerlo tuvieron que ceder a ciertos principios bíblicos y rechazar el nombre de «fundamentalistas». Ellos creían que estaban haciendo lo correcto; pero estaban totalmente equivocados, pues el error no se vence con el intelectualismo ni con la rendición de principios sino acatándolo con la verdad bíblica. Ese grupo de hombres de los E.E.U.U. tornaron el evangelismo fundamental en lo que hoy se conoce como el Neo-evangelismo.

El Neo-evangelismo se puede definir como «el atentado o esfuerzo de actualizar el evangelio por medio del levantamiento intelectual del mismo para tratarlo de poner en un punto de aceptación social, pero haciendo caso omiso a los principios bíblicos para lograr dicha aceptación».

Usando el principio de «el fin justifica los medios», los promotores del Neo-evangelismo descartan las enseñanzas de la Palabra de Dios para hacer lo que ellos consideran la obra de Dios. La doctrina principal bíblica que el Neo-evangelismo rechaza es la  doctrina de la separación, porque para el Neo-evangélico dicha doctrina es «divisiva» y «limita las oportunidades para la  promoción del reino de  Dios».

Desde su establecimiento, el Neo-evangelismo ha sido uno de los estorbos más peligrosos a la verdadera causa de Cristo y a la verdadera Iglesia. Muchos de los Neo-evangélicos han terminado abrazando y promoviendo los conceptos y teología modernista-liberal.

Hoy en día es más conveniente, más prestigioso y más económicamente benéfico ser un Neo-evangélico que un Fundamentalista fiel a la Palabra de Dios.*

Llegó el momento en mi vida cuando tuve que hacer una decisión: o seguir el curso de la era en que me encontraba o identificarme con aquellos que trataban de ser 100% fieles a la Palabra de Dios.

Después de estudiar cuidadosamente la situación y ver el deterioro teológico en la denominación en que había sido criado, notar como los papeles estaban siendo cambiados, ver el resultado catastrófico del Neo-evangelismo, estudiar la historia de la iglesia y aprender que hombres como Savonarola, Lutero, Wesley, Spurgeon, Jones, Rice y otros quienes no se doblegaron ante los argumentos anti-bíblicos y presiones anti-eclesiásticas de sus días; y después de orar y buscar la dirección del Señor, decidí identificarme con la causa bíblica fundamentalista y ser fiel a toda la Palabra de Dios.

De seguro, si me hubiese quedado donde estaba, ¿quién sabe dónde estaría hoy en día, qué posición tendría y cuánto me estaría ganando? Pero no me avergüenzo de la causa con la cual me identifico y creo.

He aquí las razones por las cuales soy fundamentalista:

  1. Soy fundamentalista porque el mayor deseo de mi vida es serle fiel a mi Señor Jesucristo, a su Palabra y a su Iglesia.
  2. Soy fundamentalista porque para poder predicar el puro evangelio de Cristo sin ceder en ningún punto, sin negar ninguna parte y sin alterar ninguna doctrina, tengo y debo de ser fundamentalista.
  3. Soy fundamentalista porque la Biblia me pide que lo sea: «Tú pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta no es coronado si no lucha legítimamente». II Timoteo 2:3-5 «Pelea la buena batalla de la fe». I Timoteo 6:12 «Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su venida y en su manifestación y en su reino, que prediques la Palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo, redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio» (II Timoteo 4:1-5).
  4. Soy fundamentalista porque los grandes hombres de Dios de la historia de la Iglesia lo fueron. Por lo tanto, me estoy identificando con ellos y con los muchos creyentes de épocas pasadas que por ser fieles a la Palabra de Dios tuvieron que poner sus vidas en el altar del sacrificio.
  5. Soy fundamentalista porque quiero que la próxima generación tenga un evangelio puro, bíblico, poderoso y práctico.
  6. Soy fundamentalista porque la iglesia de esta generación necesita de hombres de Dios que estén dispuestos a decir, «Así dice el Señor», aunque sean marginados y tengan que pagar el precio por ser fieles a lo que hemos recibido a través de muchos sacrificios.
  7. Soy fundamentalista porque el fundamentalismo es el único movimiento que tiene el orgullo de clamar identificación con lo que creía, predicaba, hacía y sufría la iglesia del Nuevo Testamento.
  8. Soy fundamentalista porque los grandes hombres de Dios de esta generación son fundamentalistas: Tom Malone, Curtis Hutson, Lee Robertson, Bob Jones III, Bob Jones Jr., Rod Bell, Harold Sightler y muchos otros más; hombres que han sido grandemente usados por Dios son fundamentalistas, de lo cual no se avergüenzan.
  9. Finalmente, soy fundamentalista porque cuando tenga que aparecer ante el Príncipe de los Pastores pueda recibir de él la corona incorruptible de gloria y no tenga que alejarme de él abochornado en su venida. Así me ayude Dios.

* Información obtenida de:
1. Fundamentalism And Its Foes, by David O. Beale. Bob Jones University, Greenville, SC
2. Reforming Fundamentalism, by George Marsdin. W.M. Eerdman Publisher Co., Grand Rapids, Michigan.

Nov. / Dic. 1993
El Escudo de la Fe

6 comentarios sobre “¿Por qué soy fundamentalista?”

  1. AGRADEZCO A DIOS POR HERMANOS COMO USTED POR QUE EN ESTOS TIEMPOS DECIR QUE ES FUNDAMENTALISTA ES UN PECADO AMI TAMBIÉN ME PASA POR SER MUY BÍBLICO PERO QUE NOS MANDA EL SEÑOR EN LA PALABRA OSEAS 4:6 JUAN 7:38 JUAN 15:7 EFESIOS 6.17 DIOS BENDIGA CADA VES MAS LA OBRA BAUTISTA AMEN.

  2. Que mas claro ejemplo que nuestro propio Señor Jesucristo, que vino a la tierra tal como se había anunciado en el Antiguo Testamento. Él no acomodó nada para su propio beneficio,
    actuó siempre conforme a las instrucciones del Padre, aunque esto implicara dolor, entonces quién soy yo para adaptar la palabra de Dios.
    Para quienes aman al Señor en espíritu y en verdad, seguir las instrucciones de él es un privilegio.

  3. Desde España en Valencia, para mi ha sido una bendición haberles conocido, sin saberlo era bautista fundamental. Ojalá les hubiera conocido antes. Ojalá en mi país se habrán más iglesias fundamentales. Estoy encantado

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