Señales de creyentes en zona confortable

Estamos viviendo en una era de cristiandad confortable. Este énfasis en el bienestar ha afectado adversamente nuestras iglesias. También ha influenciado grandemente a nuestras escuelas cristianas.

Los creyentes de hoy en día quieren ir a la iglesia a oír un mensaje, oír alguna música y pasar un buen tiempo. Pero no quieren que se les imponga ninguna obligación; los creyentes de hoy en día no quieren sufrir ningún reproche por causa de su testimonio por Cristo. No desean ningún tipo de dificultad que pueda venir como consecuencia de vivir vidas para Dios y por seguro no desean que su testimonio le pueda causar algún problema en donde trabajan. Lo que ellos desean es vivir la buena vida, morir y entonces ir al cielo. Desafortunadamente, eso describe la mayor parte del cristianismo moderno.

El sacrificio y el servicio quedan afuera. El materialismo y el egoísmo están de moda. A este tipo de cristianos con estos valores contemporáneos yo les llamo «creyentes en zona confortable».

El predicarles a «creyentes de zona confortable» puede ser una obra en vano. Si se les predica que debemos ofrendarle a Dios, ellos dicen: «Amén». Si se les predica que todos nuestros recursos le pertenecen a Dios, ellos dicen: «Amén».

Si se les predica que debemos estar dispuestos al sacrificio, y que como resultado quizás no puedan comprar algo que ellos añoran, ellos contestan: «¿Qué estás diciendo, predicador?» La predicación de la Palabra de Dios se ha metido en su zona confortable.

Si se les predica que necesitamos ganar a todo el mundo para Cristo, ellos dicen: «Amén». Si se les predica que necesitamos enviar misioneros a todo el mundo con el Evangelio, ellos dicen: «Amén».

Pero si se les dice: «¿No sería maravilloso si Dios llamase y enviase a sus hijos?» En seguida ellos gritan: «¡No, eso no! Mis hijos van a vivir vidas confortables. Para eso los tengo en una escuela cristiana».

Repentinamente las iglesias se encuentran confrontadas con «creyentes de zona confortable» que están en desacuerdo con el verdadero llamado de la iglesia. Las iglesias creyentes de la Biblia se supone que no entrenen «creyentes de zona confortable». Las iglesias bíblicas son para entrenar a individuos que consideran todo como basura por la causa de Cristo.

He aquí algunos hábitos de padres «cristianos de zona confortable»:

  1. Ellos oran a Dios que llame a los hijos de otras personas al campo misionero o al servicio cristiano de tiempo completo.
  2. Ellos miden el éxito de la educación de sus hijos a base del futuro potencial de ganancias de sus profesiones.
  3. Muchos de ellos se sienten libres de muchas responsabilidades espirituales para con sus hijos porque los tienen en una escuela cristiana.
  4. Ellos gastan más dinero en diversiones y placeres que en la obra del Señor.
  5. Ellos permiten que sus hijos vayan al cine o vean programas de televisión que el pastor ha condenado desde el púlpito.
  6. Casi nunca tienen altar familiar o tiempo de oración con la familia.
  7. Ellos permiten que sus hijos lleguen hasta donde quieran en cuanto a las reglas de la iglesia y la escuela cristiana.
  8. Ellos no son fieles con la lectura de la Biblia.
  9. Casi nunca ganan un alma para Cristo personalmente.
  10. Ellos y sus hijos se sienten confortables en este mundo y con sus sistemas de valores.
  11. Ellos creen que sus hijos son su propiedad y no del Señor.
  12. Ellos miran a la vida egoístamente siempre buscando por algo nuevo que les haga felices (posiciones, respeto, etc.).
  13. En la iglesia ellos solamente hacen lo suficiente para que la gente los conceptúen personas espirituales.
  14. Ellos buscan excusas para evitar actividades espirituales, pues no encuentran satisfacción participando de ellos.
  15. Ellos se burlan de los creyentes y las familias creyentes que ardientemente sirven al Señor y los conceptúan irreales y extraños.
  16. Ellos nunca se cercioran de lo que sus hijos hacen, a dónde van o cuándo regresarán.
  17. Ellos nunca les hablan a sus hijos de las cosas espirituales de importancia.

Dios no puede bendecir a «creyentes de zona confortable», o a ministerios de «zonas confortables». Dios requiere una dedicación total. Tal como lo dice Pablo en 1 Cor. 6:19-20.

Tomado del libro: From my Briefcase, por el licenciado Dave Gibbs, Jr.

El Escudo de la Fe

 

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