La santidad: la característica gobernante de Dios

¿Cuánto debemos acentuar la doctrina de la santidad de Dios? ¿Hay razones fuertes bíblicas para este énfasis en el fundamentalismo? Este artículo trata de la necesidad de que el fundamentalista separado mantenga énfasis en la santidad de Dios. La enseñanza de que la santidad de Dios gobierna su carácter es el fundamento de todo lo que hacemos y todo lo que no hacemos, personalmente y en la iglesia. Vidas buenas proceden de la buena doctrina.

¿Es posible que Dios sea controlado por algo?

¿Hay algo que puede controlar al Dios todopoderoso del universo? El teólogo Karl Barth dijo, “No”. Dijo que Dios es tan libre que puede cambiarse hasta en Satanás o cambiar a alguien desde un estado de aprobación hasta un estado de reprobación. Es cierto que Dios tiene una libertad diferente a su creación. Es decir, nada fuera de la persona de Dios controla lo que él hace. Ningún hecho de hombre, ni de Satanás, ni de circunstancias ha controlado ni controlará a Dios.

La libertad de Dios significa que él no es controlado por nada fuera de su propia persona y voluntad. En este sentido, Dios es controlado por algo, por él mismo. La respuesta a Karl Barth es que Dios no puede cambiarse en Satanás ni cambiar al estado de nadie desde aprobación hasta reprobación. Dios ha escogido actuar según su propio carácter y lo que él ha determinado. Positivamente, podemos decir que Dios es controlado por sus atributos, y que cuando Dios es controlado por sus atributos, es controlado por él mismo. Mi profesor de teología sistemática, el Dr. Rolland D. McCune, muchas veces le oí decir: “Dios es lo que sus atributos son”.

¿Es Dios controlado por su santidad?

Dios es la suma de sus atributos, pero uno de sus atributos es tan inherente a su naturaleza verdadera que por lo tanto controla todo. Sí, la santidad de Dios controla la persona de Dios. La santidad de Dios significa que él es aparte de todo lo que ha sido creado, así como todo lo que es sucio, inmundo e inmoral. Eso tal vez suene extraño; pero vamos a considerar lo que esta afirmación significa y lo que no significa.

No quiero decir que Dios es más santo que lo que es bueno. Dios es completamente bueno y completamente santo. Ni quiero decir que la santidad de Dios es más importante que el resto de sus atributos. Recuerde que “Dios es lo que sus atributos son”. Cuando decimos que su santidad es el atributo controlante de Dios, significa que la santidad de Dios modifica todo lo relacionado a Dios. El punto es que los atributos de Dios deben tener un estándar de modo que Dios sea Dios. Por ejemplo, la santidad hace que la honradez sea un estándar necesario, que es llamada la justicia de Dios. La santidad hace que la equidad sea una necesidad en el ejercicio de la honradez de Dios, lo que es llamada su justicia. Es la santidad de Dios la que controla su honradez y justicia, así como el resto de sus atributos.

Mire las Escrituras

Isaías 6:3 dice que en el trono del Dios Altísimo, los serafines dicen, “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”. Esta descripción del carácter de Dios, repetida tres veces, es repetida otra vez por los seres vivientes de Apocalipsis 4:8. Esta es una descripción significante del Dios trino, mostrando que al nivel más básico, la santidad define la Deidad.

No se adora a Dios como infinito, infinito, infinito; ni como misericordioso, misericordioso, misericordioso; ni aun amoroso, amoroso, amoroso. Él es definido como una Persona tres veces santa.

Isaías 57:15 dice, “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo”. Aquí el nombre de Dios es descrito como Santo. Decir que el nombre de Dios es Santo en el concepto bíblico comunica más que decir, “El nombre de mi perro es Sparky”. En el concepto bíblico, un nombre comunica el carácter y la naturaleza verdadera de alguien. Decir que el nombre de Dios es Santo es decir que la santidad es la esencia de su existencia y carácter. Jesús oró en el huerto de Getsemaní en Juan 17:11, “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros”. Cuando dirigió Su oración a Dios el Padre, Jesús le describió como santo. Parece que esto indica un elemento básico de la naturaleza de Dios, que en primer lugar Dios es santo. Pero aun con estos versículos, alguien puede poner objeción que el mismo argumento puede ser hecho para otros atributos de Dios. Sin embargo, la santidad es el único atributo de Dios que puede describir todos los hechos de Dios. No podemos decir que todos los hechos de Dios son amorosos, pero todo sus hechos son santos.

¿Qué diremos del amor de Dios?

Hay teólogos que enseñan que el amor de Dios, no su santidad, es su atributo gobernante. No estoy diciendo que Dios es más santo que amoroso, sino que Su santidad controla cómo ejerce su amor. Si Dios es controlado últimamente por su amor, no por su santidad, debemos creer que todos los hechos de Dios provienen de su amor. El amor de Dios es definido teológicamente como los movimientos de Dios para dar de él mismo y de sus dádivas a sus criaturas. Si Dios es controlado por su amor, todo que él hace debe ser un acto de dar a sus criaturas. Pero en el infierno, Dios destruye el hombre (la imagen de él mismo) para toda la eternidad, en una manera justa. El deber justo de enviar a aquel hombre al infierno justamente, por sus pecados, procede del estándar perfecto creado por la santidad de Dios, no su amor. Juan 3:16 dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo . . . ” “De tal manera” significa que Dios amó al mundo en una manera cierta. Juan 3:16 dice que porque él amó al mundo, envió a su Hijo para morir. Dios amó a los pecadores, pero un pecador nunca puede estar en su presencia santa, a menos que una satisfacción perfecta sea hecha por sus pecados. Esta satisfacción fue hallada en Cristo. La santidad dio la base ética para la obra expiatoria de Cristo. Si no hubiera existido la posibilidad de rebelarse contra el estándar santo, no hubiera habido culpabilidad ni la necesidad para la expiación de Cristo. El Dr. Rolland McCune dice, “La santidad hizo necesaria una expiación; el amor ofreció una expiación voluntaria. La santidad la demandó; el amor la soportó.

Dios es amor, pero esto no significa que no hay infierno

Algunos que creen que el amor es el atributo gobernante de Dios han procedido a la denegación de doctrinas claras de las Escrituras, a causa de esta creencia. Tal vez ha leído acerca de “el punto de vista abierto de Dios”, enseñado por Clark Pinnock. Esta herejía, basada en la tesis que el amor de Dios es primario, pone dudas sobre muchos de los atributos ortodoxos de Dios. Este punto de vista enseña que un Dios amoroso no puede permitir que nadie sufra en el infierno conscientemente y eternamente. Piensa que Dios, en la anchura de su misericordia, finalmente debe salvar a todos, o aniquilar a los incrédulos en un momento. La teología mala procede a la denegación de la Biblia. El amor de Dios proveyó un camino de escape del infierno, por medio de enviar a su Hijo, El Señor Jesucristo para pagar la penalidad de los pecados de la humanidad. La Biblia nunca enseña que el amor de Dios puede tolerar ni pasar por alto nuestro pecado.

Dios es santo y justo en la justificación

“Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”.

Romanos3:24c-26. Este versículo en Romanos indica que es necesario mantener un estándar mientras que Dios justificó a un pecador. En otras palabras, Dios él mismo es justo en su plan de justificar a los pecadores basado en la propiciación de la ira de Dios por Cristo.

Es la santidad de Dios que hizo que este estándar de justicia deba de ser cumplido de modo que los pecadores pueden entrar en el cielo. Sin justificar al pecador completamente, Dios no pudo permitir que tal pecador entre en el cielo sin negar su atributo de la santidad. La justificación al pecador al momento de la salvación es posible solamente a causa de la propiciación de la ira de Dios provista por Cristo. Cuando el pecador es salvo, recibe el mérito de la obra de Cristo. En un sentido teológico, Dios opera según su propia necesidad personal para mantener su santidad en todo lo que él es y en todo lo que él hace, aun en la salvación del hombre.

El amor de Dios es gobernado por su santidad

El amor de Dios debe ser gobernado por su santidad. Un ejemplo de esto es el amor de un esposo para su esposa. El amor del esposo no debe ser ejercido en cualquier manera, sino debe ser gobernado por la santidad. Sería malo que el esposo permitiera que su esposa robara vestidos porque ella se siente bien de poseer muchos vestidos nuevos. El amor del esposo para la esposa y su deseo de hacerla feliz debe ser controlado por lo que es justo.

El amor de Dios es ejercido en la misma manera. Es ordenado por su santidad. A pesar de su amor para los pecadores, nunca salvará a nadie a menos que se arrepienta y confíe en la justicia de Cristo para la salvación. La santidad de Dios, desde este punto de vista de la pecaminosidad del hombre, requiere esto. El teólogo A.H. Strong lo describió así en su “Teología Sistemática:” “El amor puede ser ejercido por Dios solamente cuando es amor correcto. La santidad es la riel sobre la cual la locomotora del amor debe correr”.

Las aplicaciones que debemos hacer

¿Qué diremos acerca de la obra de Dios en la iglesia? ¿Qué debe controlar la iglesia, su funcionamiento y sus ministerios? Primero, debe ser controlada por la característica gobernante de Dios, la santidad. Por ejemplo, en el asunto de la música, significa que no debemos preguntar primero si podemos atraer a la gente por medio de usar los estilos mundanos de la música cristiana contemporánea. Por supuesto, la música del mundo atraerá al mundo, pero la santidad controla el tipo de música que usamos en el evangelismo, aunque resulta en una audiencia más pequeña. El fundamentalismo no enfatiza la predicación acerca de la santidad de Dios porque no tiene algo mejor que predicar; sino el corazón de la separación fundamental ES que la santidad controla todo lo que hacemos en nuestras vidas personales y en la iglesia. El énfasis en la santidad está basado en la naturaleza de Dios.

¿Por qué no nos reunimos, en el espíritu de amor, con las iglesias apóstatas y desobedientes?

El atributo gobernante de Dios debe controlar nuestras asociaciones eclesiásticas. Juntarnos con los creyentes que han negado la separación bíblica, para mantener la unidad, significa que no somos controlados por la santidad ni por el amor bíblico, sino por un amor desobediente. El amor bíblico es amor santo, y la unidad bíblica es unidad santa. Ningún creyente verdadero jamás acusará a Dios de una falta de amor porque Dios no permitió que un pecador que rechaza a Cristo entrase en el cielo. Esto es porque la esencia santa de la persona de Dios sería deshonrada en este caso. Si Dios permite que lo profano esté ante su presencia, él dejaría de ser un Dios perfecto y puro. ¿Por qué parece extraño, entonces, que los creyentes en este Dios santo igualmente deben controlar sus hechos, sus asociaciones y sus esfuerzos con el mismo estándar de la santidad?

¿Qué pasa cuando los creyentes no son controlados por la santidad?

El curso del movimiento de los Neoevangélicos ha sido arrojar y derribar las restricciones que están basadas en la santidad de Dios. Estas restricciones fueron hechas para mantener una diferencia clara entre los que guardan las verdades de la palabra de Dios y los que las rechazan. Los Neoevangélicos han desobedecido el mandamiento de Dios de ser controlados por su santidad en estándares personales y asociaciones eclesiásticas y con eso han creado una confusión entre lo bueno y lo malo. Han destruido la distinción santa entre iglesias piadosas e iglesias impías, entre la música cristiana y la música mala y entre lo que es profano (de Satanás) y lo que es santo (de Dios). Hoy día hay una necesidad absoluta de mantener nuestras vidas personales, nuestros ministerios y nuestras iglesias, en una manera controlada por la santidad de Dios. Si este fundamento es removido, la casa entera se desmenuzará.

El Escudo de la Fe

Un comentario sobre “La santidad: la característica gobernante de Dios”

  1. Muchas gracias por la información, es interesante conocer que la santidad gobierna sobre el amor y los ejemplos fueron buenos para el entendimiento. Dios sabe que no llegaremos a ser santos, esa es la esencia de Dios, entiendo que Dios juzgará el proceso y la intención de nuestro corazón, Jesus es quien nos justifica.
    Saludos,

Responder a Evelyn Cancelar la respuesta

Deje un comentario respetuoso. Tome en cuenta que esto no es un foro de debates, y no todos los comentarios son aprobados.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *