El calvinismo no es una denominación. Es una creencia que se incorpora en diversas iglesias protestantes y bautistas. Ha existido por muchos siglos. San Agustín (354-430) fue el que estableció las bases para muchas de sus creencias. Juan Calvino (1509-1564), un francés, luego amplificó la enseñanza. Es conocido también como “doctrina reformada”.
Algunos calvinistas han ido “más allá” de las enseñanzas de Juan Calvino. Algunos conceptos de Juan Calvino eran extremos de primera instancia, pero otros lo han llevado a otro extremo. Las enseñanzas más extremas se les suele llamar “ultra-calvinismo” o “híper-calvinismo”.
Hay muchos matices y variaciones del calvinismo. Debido a la brevedad de este estudio, se tendrá que hablar mayormente en generalidades. Sin embargo, se reconocerá que no todo lo que se atribuye a los ultra-calvinistas más extremos sería cierto de los calvinistas moderados.
En años recientes ha habido un resurgimiento de enseñanzas calvinistas debido a la influencia de tales personajes como John Piper, Paul Washer y John MacArthur.
Es una creciente controversia que no se puede ignorar.
No se han escrito muchas obras refutando al calvinismo en español. Su libro de texto es uno de los pocos.
El libro en que me apoyé más para este estudio es ¿Qué clase de amor es éste? por Dave Hunt. Está disponible aquí: https://www.thebereancall.org/sites/2014.thebereancall.org/files/%C2%BFqu%C3%A9%20amor%20es%20este%3F%20%20print%20edition.pdf
Se citará de dicho libro con frecuencia en el presente estudio.
Las enseñanzas del calvinismo son complejas, pero en un intento de simplificarlas la han reducido a cinco puntos básicos.
Los cinco puntos del calvinismo provienen de un acróstico en inglés formada de la palabra tulip (tulipán, una flor).
T – Total Depravación
U – Elección Incondicional
L – Expiación Limitada
I – Gracia Irresistible
P – Perseverancia de los Santos
A continuación presentamos una breve observación acerca de cada punto:
“T” (Total) representa la Total Depravación: el hombre, porque está espiritualmente muerto a Dios en “delitos y pecados” (Efesios 2:1; Colosenses 2:13), es incapaz de responder al Evangelio, aunque si es capaz de tomar otras decisiones morales. La confesión de fe de Westminster declara: “nuestros primeros padres… fueron muertos en pecado y totalmente contaminados en todas las facultades del alma y el cuerpo… enteramente inclinados a todo mal… El hombre, por su caída a un estado pecaminoso, ha perdido toda capacidad de voluntad propia para cualquier obra espiritual que acompaña la salvación… siendo totalmente contrarios a bondad y muertos en pecado, no es capaz por voluntad propia, convertirse a sí mismo o aun prepararse para ello.” (Dave Hunt)
“U” (Unconditional en inglés) representa la Elección Incondicional: que Dios decide sin base alguna, sino solo por el misterio de su voluntad de salvar a algunos, llamados los elegidos y permitir que todos los demás vallan al infierno, aunque podría salvar a toda la humanidad si así lo desease. Los cánones de Dort declaran, “que algunos reciben el don de la fe de Dios y los otros que no la reciben procede del decreto eterno de Dios… Y [Porque] el decreto, él gentilmente ablanda los corazones de los elegidos, no importando su rechazo y los inclina a creer, mientras que deja a los no elegidos en su justo juicio solos en su propia maldad y obstinación.” (Dave Hunt)
“L” (Limitada) representa la Expiación Limitada: que los elegidos son los únicos por quienes Cristo murió en el pago de la pena por sus pecados, y que su muerte no fue eficaz para nadie más, ni pretendía serlo. Dort declara: “fue el soberano consejo y la clemente voluntad y propósito de Dios el Padre, que la muerte de su hijo preciado debía extenderse a todos los elegidos… y aquellos, que fueron elegidos para salvación desde la eternidad… el compró con su muerte.” (Dave Hunt)
“I” (Irresistible) representa la Gracia Irresistible: que Dios es capaz de provocar a quien tendrá que responder al evangelio; que sin esta habilitación, nadie podría hacerlo y el sólo proporciona esta gracia irresistible solo a los elegidos y maldice el resto. La confesión de Westminster declara: “todos aquellos a quienes Dios ha predestinado a vida y solamente a esos, se satisface, en el tiempo designado y aceptado, llamarlos eficazmente, por su palabra y su espíritu, fuera de su estado de pecado y muerte… y traerlos eficazmente a Jesucristo; Y así, llegan más libremente, siendo dispuestos por su gracia.” (Dave Hunt)
“P” (Perseverancia) representa la Perseverancia de los Santos: que Dios no permitirá a ninguno de los elegidos el quebrantar la perseverancia de una vida coherente con la salvación que soberanamente les ha dado. La Confesión de Westminster dice: “Quienes Dios ha aceptado en su amado, a quien llamo eficazmente y santifico por el Espíritu, no puede ni perderse ni terminar totalmente separado del estado de gracia. Pero ciertamente deberá perseverar en ella hasta el fin y ser salvo eternamente. Esta perseverancia de los Santos depende no de su propia voluntad, sino de la inmutabilidad del decreto de elección. (Dave Hunt)
De las diez palabras que componen el acrónimo tulipán, cuatro de ellas (total, depravación, incondicional e irresistible) no se encuentran en la Biblia y dos de ellas (limitada y perseverancia) se encuentran solamente una vez. En cuanto a las frases expresadas por cada letra (Total Depravación, Elección Incondicional, Expiación Limitada, Gracia Irresistible y Perseverancia de los Santos), ninguno de ellos aparece en ninguna parte desde el principio de Génesis hasta el final de Apocalipsis. (Dave Hunt)
Veamos cada punto a la vez a la luz de la Biblia. El primer punto es “Total Depravación”.
A primera vista, el punto parece muy bíblico. Y podría ser bíblico, dependiendo al giro que uno le da.
“No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” Rom. 3:12. “Todos pecaron” está establecido en Romanos 3:23. Se nos recuerda que “no hay justo, ni aun uno” en Rom. 3:10. Sal. 14:2-3 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Por lo totalmente depravado, el Calvinismo significa una incapacidad total. Abandonados a sí mismos, los hombres no sólo no buscan a Dios, sino que son totalmente incapaces de hacerlo y mucho menos de creer en Jesucristo para la salvación de sus almas. Como consecuencia de esta incapacidad total, Dios hace que algunos crean en el de la misma manera que causa a otros pecar. Entonces debemos concluir que Dios, quien es amor, no ama a todos los hombres lo suficiente para rescatarlos del castigo eterno, sino que reserva su amor para un grupo selecto, llamados los elegidos. (Dave Hunt)
El calvinismo enseña que el pecador no puede hacer nada, porque está muerto espiritualmente. Sin embargo, en respuesta al carcelero que clamó “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” Pablo le respondió, “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo …” (Hechos 16:31)
Es cierto que hace falta la convicción del Espíritu Santo para ser salvo. ¡Pero el hombre no es incapaz de responder a la convicción del Espíritu! La obra de Dios a través del Espíritu Santo es activa, no pasiva. Él quiere que todos los hombres sean salvos.
1 Tim. 2:3-4 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Apoc. 22:17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Veamos el segundo punto, Elección Incondicional.
La Confesión De Fe de Westminster dice, “por el decreto de Dios, para la manifestación de su propia gloria, algunos hombres y ángeles están predestinados para vida eterna, y otros preordenados a muerte eterna” (Dave Hunt)
Dios puede conocer el futuro sin causar el futuro.
1 Ped. 1:2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Somos escogidos / elegidos / predestinados basado en el conocimiento previo de Dios.
Todo creyente puede afirmar bíblicamente que es escogido, llamado y predestinado. El hecho de reconocer y afirmar esto no es calvinismo. El calvinismo utiliza terminología bíblica, e incluso enseñanzas bíblicas, pero el problema es que al fin los distorsiona.
Rom. 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Rom. 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
Ef. 1:4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
Ef. 1:5 En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Ef. 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.
2 Tim. 1:9 Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.
1 Ped. 1:2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
En los versículos donde aparecen términos como “escogidos”, “elegidos” o “predestinados”, no hay referencia al infierno o condenación eterna. ¡Nadie es escogido o predestinado al infierno! Dios nos dio a todos voluntad propia sin predeterminación divina, llamado “libre albedrío” en la teología.
La elección de Dios es siempre en acorde con la responsabilidad humana.
La Biblia enseña responsabilidad propia y el hecho de que la invitación a la salvación es para todos, no a un grupo selecto que tuvo la “suerte” de haber sido escogidos para no ir al infierno:
Jn. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
1 Tim. 2:3-6 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Tito 2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres.
Nadie en el infierno puede decir: “yo no pude ser salvo porque no fui uno de los escogidos. Yo fui predestinado al infierno, lo cual imposibilitó mi salvación”.
Cristo no decide el destino final de uno mismo. La responsabilidad de cada ser humano es suyo propio. El hecho de que Dios tenga conocimiento previo de nuestra decisión no significa que no seamos responsables.
Cristo escoge y predestina basado en su conocimiento previo. 1 Pedro 1:2
El tercer punto del calvinismo es Expiación Limitada.
Expiación significa “cubrir”. Los pecados de los convertidos y arrepentidos han sido cubiertos o tapados con la sangre de Cristo, y ya no estamos bajo condenación debido a nuestros pecados.
En el sistema calvinista, la expiación ha sido limitada a los elegidos solamente. Cuando el calvinista ve términos en la Biblia ofreciendo la salvación al “mundo” o “todos” o “todo aquel”, lo interpreta automáticamente como “los elegidos”.
Un ejemplo de cómo un calvinista incorpora la enseñanza de expiación limitada a sus creencias:
Como cristiano reformado, el que escribe estas líneas cree que los consejeros no deben decir a un incrédulo recibiendo consejo que Cristo murió por él, porque esto no se puede asegurar. Esto nadie lo sabe excepto Cristo mismo, en cuanto a quienes son sus elegidos por quien el murió, y quien no. (Adams, Jay E. Competent to Counsel. Presbyterian and Reformed Publishing Company, 1970, p. 70)
La muerte de Cristo es suficiente para todos, pero solo eficaz para los creyentes (de otro modo, sería una salvación universal).
El calvinismo podría conducir a uno a una actitud fatalista o indiferente hacia el destino final del hombre. Puede quitarle la urgencia al evangelismo.
Por lo general, seminarios reformados no producen muchos predicadores que se destacan por su celo evangelístico.
El calvinismo no necesariamente le quita todo celo de ganar a los perdidos, como indica la historia de la iglesia al estudiar diversos personajes calvinistas, pero dicha creencia solo puede disminuir el celo, no aumentarla.
El cuarto punto del calvinismo es Gracia Irresistible.
Como dice Piper, “No puede haber salvación sin la realidad de la gracia irresistible. Si estamos muertos en nuestros pecados, totalmente incapaces de someternos a Dios, entonces nunca creeremos en Cristo a menos de que Dios supere nuestra rebelión”. (Dave Hunt)
¡No somos marionetas manipuladas por hilos en los dedos de Dios!
Dios nos ha dado voluntad propia, y junto con ella, responsabilidad personal.
Juan 5:40 “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”.
“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13); “Y que [Dios] es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).
Jn. 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
El último punto del calvinismo es Perseverancia de los Santos.
Si esto se interpretara solamente como que los salvos no pueden perder su salvación, no se tendría que objetar este punto.
Este último punto parece ser el que produce las interpretaciones más diversas entre calvinistas. Por tanto, es difícil refutar sin ser acusado de malinterpretar sus creencias.
Algunos calvinistas ponen tanto énfasis en obras en este punto que casi suena como salvación por obras, aunque no sea su intención.
Piper y su personal escriben, “Nosotros debemos reconocer que nuestra salvación final está condicionada a la subsecuente obediencia que viene de la fe”. ¡Es pequeño el consuelo o seguridad en mi capacidad para obedecer! De hecho, el quinto punto se llama Perseverancia de los Santos, la cual pone la carga sobre mí. No es de extrañarse, entonces, como lo ha comentado R. T. Kendall, que “casi todos los Puritanos ‘divinos’ sufrieron grandes dudas y desesperación en sus lechos de muerte al darse cuenta que sus vidas no dieron evidencia perfecta de que fueron elegidos”. (Dave Hunt)
Alguien ha dicho bíblicamente:
No hacemos obras para ser salvos;
No hacemos obras para mantenernos salvos;
Hacemos obras porque somos salvos.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Ef. 2:8-9
Esto debe ser equilibrado con Lucas 13:3 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Advertimos bajo este punto que hay algunos no calvinistas que no enfatizan el arrepentimiento debidamente y hay algunos que se apresuran a convencer a un pecador que repita una oración cuando todavía no entiende, está lleno de dudas, y no refleja un espíritu de arrepentimiento.
Años atrás traduje un libro sobre el tema titulado El arrepentimiento: la doctrina perdida del fundamentalismo disponible en formato PDF aquí:
El arrepentimiento: la doctrina perdida del fundamentalismo (libro)
Hemos tratado los 5 puntos del calvinismo. Sin duda, merecían un análisis más profundo, pero no estoy intentando escribir un libro. Los asuntos del calvinismo que trataré a continuación no serán tan sistemáticos.
El calvinista típico cree en todas las doctrinas cardenales de la fe cristiana, por tanto, no se debe dudar su salvación por creer alguno o hasta todos los puntos del calvinismo. Ha habido grandes calvinistas que podemos admirar, no obstante su aceptación del calvinismo.
Al estudiar el calvinismo, surge otro personaje aparte de Juan Calvino. Se trata de Jacobo Arminio (Jacobus Arminius) (1560-1609). Parte de sus estudios fue bajo el calvinista Teodoro Beza, un editor del Texto Recibido (edición del texto griego del Nuevo Testamento). Fue un pastor y luego profesor de teología en Holanda.
Al enseñar a través del libro de Romanos, Arminio desarrolló opiniones contrarias al calvinismo que se le había enseñado. Se involucró en varios debates teológicos con sus contemporáneos. Fue acusado de pelagianismo y otras falsas doctrinas por los seguidores de Calvino, lo cual negó contundentemente. Posterior a su muerte, los seguidores de Arminio formularon los “cinco artículos del arminianismo” titulado Remonstrants. Por tanto, es común en el calvinismo referirse a los que se oponen al calvinismo como “remonstrantes”, o más comúnmente como “arminianos”.
Los 5 puntos del arminianismo
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- Porque Dios desde la eternidad pasada decidió salvar a todos aquellos que creen en Jesús y “dejar a los incorregibles e incrédulos en el pecado y bajo ira…”
- Porque Cristo murió y obtuvo redención y perdón de pecados para todos, pero estos beneficios son eficaces sólo para aquellos que creen en Cristo.
- Porque el hombre no puede “pensar o hacer algo que sea verdaderamente bueno”, y eso incluye “la fe salvadora”, sino que debe ser regenerado.
- Porque la gracia de Dios es absolutamente esencial para la salvación, pero puede ser resistida.
- Porque aquellos que son verdaderamente salvos por la fe en Cristo están facultados por el Espíritu Santo para resistir el pecado; pero si se puede caer de la fe, “debe ser más particularmente determinado en las Sagradas Escrituras, antes de que nosotros mismos podamos enseñarlo con una persuasión completa de nuestras mentes.”
Muchos que promueven la doctrina reformada tratan el asunto como si uno fuera calvinista o arminiano. Creo que tratarlo de ese modo es una injusticia. Aunque estoy agradecido de que Arminio se opuso a las enseñanzas más extremas de Juan Calvino que no creía ser bíblicos, no me considero un arminiano. Al preparar este estudio, ni me acordaba si su apellido era Arminio o Armenio. No tengo ningún libro escrito por Arminio en mi biblioteca personal. Nunca he leído uno de sus libros. Creo que ninguno de sus libros ha sido traducido al español. El asunto clave es si las enseñanzas del calvinismo concuerdan con la Biblia, y no las creencias personales de Jacobo Arminio (lo cual sería una curiosidad nada más). Mi creencia no sube ni baja en función de lo que Arminio creyó o escribió hace 400 años.
Los de doctrina reformada generalmente defienden y promueven a Juan Calvino y sus escritos. Esto le da justificación en llamarles calvinistas. Sin embargo, los que conozco que se oponen al calvinismo no promueven a Jacobo Arminio ni a sus escritos. Muchos de ellos, (excepto algunos que estudiaron teología en un seminario) nunca siquiera han oído de Armenio.
No me sorprendería si los calvinistas me acusaran de malinterpretar o malentender su enseñanza. Pero al haber formado un sistema tan complejo con diferentes puntos de vista entre sus simpatizantes, es casi imposible comprender todo sin malentender algo. En algunos casos, es posible que no sea un caso de malentender, sino lo contrario, y los calvinistas se molestan de que se haya señalado incongruencias y posturas no bíblicas en sus creencias, así que recurren a las acusaciones de que son malentendidos. Quizás un calvinista no crea algo en particular que se esté señalando, pero otros calvinistas sí. Algunos calvinistas parecen utilizar un vocabulario poco conocido con los que se atreven a confrontarlos, usando términos como amyraldinianismo, supralapsarianismo, monergismo, remonstrante, etcétera, que deja a uno mareado, intimidado e inseguro de cómo responder.
Algunos calvinistas señalan a Juan 6:44 como si probara su enseñanza de ser incapacitado para creer. Dicho versículo dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere”. Hay otros pasajes, sin embargo, que aclaran el asunto. Juan 12:32 dice, “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”.
Los calvinistas con los versículos que te pueden mostrar, pueden parecer tener razón. Pero hace falta tomar en cuenta pasajes que arrojan más luz a los versículos utilizados por los calvinistas para no perder el equilibrio. Debemos interpretar lo oscuro por lo claro, no lo claro por lo oscuro en las Escrituras.
No pretendo tener todas las respuestas en cuanto a pasajes que han dejado a muchos perplejos. Dios permitió que las Escrituras tuvieran la complejidad justa para que nadie pudiera decir: “Entiendo completamente toda la Biblia”.
Quien crea tener todas las respuestas sobre este tema, simplemente ¡aún no ha oído todas las preguntas!
Dios no predestinó o escogió a nadie sin conocimiento previo de la respuesta humana.
Se debe enseñar, predicar y enfatizar la responsabilidad del hombre, como también se debe destacar la soberanía de Dios en todo. El hecho de que se distorsione la soberanía de Dios en el calvinismo no debe desalentarnos de proclamarlo.
En el calvinismo se pone un énfasis en la soberanía de Dios. Y es correcto, dentro de parámetros bíblicos. Creemos en la soberanía de Dios, el derecho absoluto de Dios de hacer todas las cosas tal como le plazca. Pero en el proceso, Dios no negará sus otros atributos, tal como su santidad. Algunos calvinistas, quizás un porcentaje muy bajo, declaran tales cosas controvertidas como que Dios causa el pecado. El libro de Dave Hunt cita algunos ejemplos de esto. Sabemos que la voluntad de Dios se llevará a cabo en el mundo, y eso involucra misterios, pero no al punto de causar el pecado. Nosotros decimos que Dios permite el pecado, pero hay quienes llevan la soberanía de Dios al extremo de declarar que Dios causa el pecado.
Las Escrituras deben ser tenidas en el contexto y en comparación con las mismas Escrituras; un versículo aislado no puede convertirse en la regla. Jesús dijo, “Para Dios todo es posible” (Mateo 19:26). Pero es imposible para Dios hacer el mal o causar a otros hacer el mal o incluso atraer a alguien a la maldad. (Dave Hunt)
San. 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
Por el contrario, no hay ninguna contradicción entre la soberanía de Dios y la voluntad del hombre libre. Que Dios sea soberano y el hombre libre de elegir no son misterios insondables. Pero el Calvinismo niega el libre albedrío por su definición de la soberanía, que Dios es la causa de todo, incluyendo el pecado —sin embargo, el hombre es responsable de lo que Dios causa. Esa propuesta es irracional. La confusión aquí debería ser obvia. (Dave Hunt)
El calvinismo empieza con una premisa bíblica, pero luego lo distorsiona, y allí está el peligro.
La única manera para defender la integridad de Dios, su amor, y compasión en un mundo lleno de pecado y sufrimiento, es reconocer que Él ha concedido al hombre el poder de elegir por sí mismo. Así que es culpa del hombre y por su propio libre albedrío, que el pecado y sufrimiento son la experiencia común de toda la humanidad. Dios ha proporcionado perdón completo de los pecados sobre una base justa y eventualmente creará un nuevo universo en el cual no puede entrar el pecado — un universo para ser habitado por todos aquellos que han recibido al Señor Jesucristo como Salvador. Dios es exonerado y solo el hombre es culpable del pecado y sufrimiento. Tal es la enseñanza de la Biblia… (Dave Hunt)
Hay algunos que tienen algunas inclinaciones calvinistas o simpatizan con doctrina reformada, pero de alguna forma logran mantener una carga por almas perdidas y evangelizan. Sin embargo, hay otros que parecen perder la motivación por el evangelismo y su llama ardiente en busca de almas perdidas se apaga.
¿Será posible que una actitud calvinista causó una falta de visión misionera durante una etapa significante de la historia de la iglesia? Considere la siguiente anécdota:
Cuando William Carey hizo su apasionada súplica por la formación de la Sociedad Misionera Bautista a finales del siglo XVIII, al principio recibió esta reprimenda: “Siéntate, joven; cuando Dios quiere convertir a los paganos, lo hará sin tu ayuda”.
El calvinismo moderado
La gran mayoría de los calvinistas son moderados. Aunque se van a extremos comparados a los creyentes no calvinistas, en comparación con los ultra calvinistas son moderados. Generalmente evangelizan, pero más desapasionados que los hermanos no calvinistas.
Calvinistas activistas
Algunos calvinistas moderados son muy apasionados acerca de sus creencias que en algunos casos están al borde del ultra calvinismo (podríamos considerarlos calvinistas acérrimos). Tienen más interés en convertir creyentes en calvinistas que evangelizar a los perdidos. Algunos de ellos acusan a los no calvinistas de ser arminianos. Hay que tener cautela con ellos, pues pueden dividir iglesias. No todos son cismáticos divisores de iglesias.
Sugerencia para declaración doctrinal de la iglesia:
Aceptamos lo que la Biblia afirma acerca de la predestinación y elección, pero entendemos que el hecho de elegir y predestinar es en acorde con la presciencia de Dios (1 Pedro 1:2). Todo miembro de la iglesia deberá respetar dicha postura, y abstenerse de traer controversia a la iglesia con puntos de vista contrarias.
Algunos calvinistas han escrito buenos libros. Una buena cantidad de artículos en literaturabautista.com fueron escritos por calvinistas. Ejemplos de calvinistas reconocidos incluirían Martín Lutero, Carlos Spurgeon, Cipriano de Valera y John MacArthur. Un cristiano puede beneficiarse de su literatura, pero es bueno tener un entendimiento de problemas con el calvinismo para equiparles a discernir por cuenta propia. Al tener discernimiento espiritual, estaremos en mejores condiciones de seguir el mandamiento de 1 Tes. 5:21: Examinadlo todo; retened lo bueno.
Una colección de citas por Dave Hunt en conclusión
¿Cómo se puede decir razonablemente que una persona no está dispuesta a hacer lo que es incapaz de hacer? No hay ninguna manera de probar o refutar esta declaración. ¿Podemos decir que un hombre está indispuesto a volar como un pájaro? Si fuera capaz, quizá estaría muy dispuesto. ¡Sin duda su supuesto desinterés de volar como un pájaro no puede ser culpado como la razón por no hacerlo! Tampoco puede ser considerado responsable por no volar, mientras volar sea imposible para él. ¿No es el Calvinismo culpable de ser absurdo e injusto por declarar al hombre incapaz del arrepentimiento y de la fe y posteriormente condenarlo por no arrepentirse y creer? (Dave Hunt)
Sin embargo, no hay un versículo en la Biblia, que presente la idea radical del calvinismo que el pecador es incapaz de creer el evangelio, en el cual le ofrece el perdón y salvación, pero aun así es condenado por Dios por no creer. De hecho, como veremos, la Biblia declara lo contrario. “Todos los hombres en todo lugar” (Hechos 17:30) son llamados repetidamente a arrepentirse y creer en Cristo. Uno nunca interpretaría en las Escrituras la idea de que el no regenerado es incapaz de creer. (Dave Hunt)
Claramente a todos se les manda a arrepentirse y volver a Cristo. Como declaró Pablo en el Areópago, en Atenas, Dios “manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan” (Hechos 17:30). Decir que los hombres son ordenados por Dios para hacer lo que no pueden hacer sin su gracia, y que aún les retiene la gracia que necesitan, y después les castiga eternamente por no obedecer, es hacer una burla de la Palabra de Dios, su misericordia y amor, y es difamar su carácter. El problema del hombre no es incapacidad, sino falta de voluntad: “el malo por la altivez de su rostro no busca a Dios” (Salmo 10:4). (Dave Hunt)
¿Por qué el Espíritu Santo, a través de las Escrituras, en varias ocasiones nos da la impresión de que Dios desea que todos los hombres se arrepientan y les ordena y suplica que lo hagan, mientras que al mismo tiempo retiene solo para un grupo selecto los medios esenciales para hacerlo? ¿Por qué Dios derramaría lágrimas por aquellos a quienes nunca amo o tuvo alguna preocupación genuina, habiéndoles ya predestinado a la condenación eterna? Beck declara: “Él [hombre] es libre de volverse a Cristo, pero no puede”. Es como decir que el hombre es libre de ir a Marte cuando guste hacerlo. ¿Es esto una broma? (Dave Hunt)
La Biblia presenta repetidamente a Cristo como “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:6), que es “Es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen” (1 Timoteo 4:10) y cuya muerte proporcionó una propiciación por los pecados “de todo el mundo” (1 Juan 2:2).
Cristo llama a todos los que están espiritualmente sedientos, hambrientos y cansados de la carga pesada de su pecado, “Venid a mí y os daré descanso” agua viva, el pan de vida, vida eterna. Esa invitación ha llegado al corazón del sediento, del hambriento, al cansado y cargado por dos mil años. Aun así, el calvinismo intenta que esas promesas se apliquen solamente a unos electos predestinados. (Dave Hunt)
Asimismo, William L. Pettingill escribió: “Dios insiste sobre su soberanía y también sobre la responsabilidad del hombre. Crea en ambos y predique a ambos, dejando la tarea de ‘armonizar’ con Él”. En una nota similar, A. T. Pierson, aunque es un líder presbiteriano, declaró que ambos “la voluntad soberana de Dios y la libertad del hombre” se enseñan en las Escrituras y que “si no podemos reconciliar estas dos, es porque el tema está infinitamente por encima de nosotros. El hombre es libre… Así que la última gran invitación en el libro de Dios, es una apelación a la voluntad humana”. (Dave Hunt)
… si el calvinismo fuese cierto, el uso de persuasión de Pablo estaría equivocada por varias razones: los elegidos no necesitan ninguna persuasión, y los no elegidos, siendo totalmente depravados y predestinados a la condenación eterna, no pueden ser persuadidos. (Dave Hunt)
Dios, es eterno, ve desde afuera, como si ya hubiera sucedido —lo que para nosotros son eventos futuros. Por lo tanto, su pre conocimiento no tiene efecto sobre la voluntad del hombre. (Dave Hunt)
En contraste con los argumentos confusos de Lutero y las declaraciones contradictorias de Calvino, A. W. Tozer declaró:
Dios soberanamente decretó que el hombre debe tener libertad para ejercer la elección moral y el hombre desde el principio ha cumplido ese decreto haciendo su elección entre el bien y el mal. Cuando decide hacer el mal, él no contrarresta la voluntad soberana de Dios, sino que la satisface, puesto que el decreto eterno no decidió lo que la elección del hombre debía hacer, sino que debía ser libre para hacerlo… La voluntad del hombre es libre, porque Dios es soberano. Un Dios menos soberano no podría otorgar libertad moral a sus criaturas. (Dave Hunt)