Espiritualidad verdadera y los Carismáticos

Para el Carismático, el camino a la espiritualidad es a través de una experiencia extática, generalmente el hablar en lenguas. El termino que algunos usan es que hay que obtener el “arrebato divino”. Cuando un creyente admite que no ha tenido esta “experiencia extática”, los Carismáticos le dicen: “Bueno, que Jesús le dé una descarga”.

Es decisivo averiguar lo que la Biblia enseña acerca de la “espiritualidad”. En I Cor. 2:14-15 hay una enseñanza fundamental sobre la espiritualidad del cristiano. Pablo usó la mayor parte de I Cor. 2 discutiendo la diferencia entre el hombre natural (no regenerado) y el hombre espiritual (salvado). El hombre natural no conoce a Dios; está sin salvación, aislado en su humanidad. No puede entender las cosas del Espíritu. En contraste, el hombre espiritual conoce a Dios y entiende las cosas espirituales.

En el sentido posicional, todos los cristianos son espirituales porque poseen el Espíritu Santo. Ser espiritual simplemente significa poseer el Espíritu Santo, como Romanos 8:6-9 nos indica.

Pero a pesar de que los cristianos son espirituales posicionalmente, no siempre lo son prácticamente. No siempre actuamos como espirituales. Por eso es que Pablo en I Cor. 3:1-3 habla acerca de los niños espirituales, hombres carnales. Les dijo que no podría hablar a ellos como hombres, porque no estaban actuando como hombres, sino niños. No recibían la palabra de Dios, y no había santidad en sus vidas. Eran cristianos carnales. Gálatas 5:16.

Una marca de la verdadera espiritualidad es un profundo apercibimiento del pecado. En las Escrituras, la persona que más desprecia su pecaminosidad es el más espiritual. I Tim. 1:5, Lucas 5:8, Isaías 6:5. Otra verdad fundamental acerca de la espiritualidad es que el objetivo final del hombre espiritual es ser como Cristo. I Cor. 1:11, Gálatas 2:20, Efesios 4:13, Fil. 1:21. La espiritualidad final es ser como Cristo; y esto no es algo que podría lograrse en seguida en una “experiencia de súper-arrebatamiento”.

Los Corintios tenían todos los dones espirituales, pero al mismo tiempo casi todos los problemas espirituales. Sus acciones habían arrojado a la iglesia dentro del caos de la carnalidad. Una experiencia de hablar en lenguas nunca ha hecho una persona espiritual. Solamente tenemos que mirar la vida de los que practican lenguas para saber esto.

Según las Escrituras, la verdadera espiritualidad resulta en equidad y santidad. Hay un deseo de buscar y obedecer los mandamientos de Dios al tiempo que hay una aversión y desprecio por el pecado. La persona verdaderamente espiritual tiene una profunda ansiedad y sensación de convicción acerca del pecado.

La Biblia nunca ofrece un escape al cristiano. Según la Escritura, la persona llena del Espíritu Santo persigue la justicia con un ardiente sentido de convicción, con una profunda conciencia del pecado. Esto es porque el Espíritu Santo está obrando. Donde el Espíritu Santo está obrando, hay gozo–pero también hay profunda tristeza. Con la pestilencia de la desesperanza, la angustia y la inmoralidad del mundo que llena las fosas nasales, la persona llena del Espíritu Santo no puede ser feliz, feliz, feliz todo el tiempo. “No se trata del Espíritu jovial, sino del Espíritu Santo”.

Los carismáticos dan la impresión de que el Espíritu es más jovial que santo. Si alguien se queja de toda la algarabía, la gritería o las falsas promesas e implicaciones, lo miran de reojo y le dicen, “Pero esto funciona! Mire los resultados!”

La Escritura enseña que podemos “lograr resultados” sin hacer las cosas a la manera que Dios quiere. En Números 20 los israelitas faltaban el agua. Dios le dijo a Moisés que hablara a la roca y saldría agua de ella. Pero Moisés estaba enojado con el pueblo; quería demostrarles que él era el jefe. Por lo tanto, tomó su vara y golpeó la roca y salió agua de ella. Obtuvo resultados pero también fue condenado a no entrar jamás a la tierra prometida por su desobediencia a Dios.

Una de las características mas desdichadas del movimiento Carismático es el continuo énfasis sobre los resultados. El efecto es intimidar a cualquiera que no este logrando esta misma clase de resultados. Los que logran resultados menos espectaculares son automáticamente relegados a la posición de segunda clase como cristianos.

Cuando los nuevos maestros en Corinto mostraron sus poderes, experiencias y éxtasis, se puso en duda la espiritualidad de Pablo. Pablo respondió en una forma diferente. En vez de presentar una lista de milagros, él presentó una lista de sufrimientos; cinco veces recibió 39 azotes, tres veces había sido castigado con vara, una vez había sido apedreado y dejado por muerte, tres veces había sido víctima de naufragio, había pasado una noche y un día al garete, en el mar.

En vez de ser “tumbado en el Espíritu”, Pablo fue casi matado físicamente una y otra vez. Casi no podía recordar bien sus visiones. Pablo prefirió hablar de sus debilidades y de como ellas dieron gloria a Dios.

En ninguna parte de las Escrituras se puede encontrar ni siquiera un pequeño indicio de que hay alguna clase de escape de las realidades, luchas, y dificultades de la vida cristiana. El tener una clase de experiencia de hablar en lenguas no va a resultar en la verdadera espiritualidad; esta quizás, lo lleve por el camino equivocado, alejándolo de donde está la verdadera espiritualidad.

La Escritura está llena de mandamientos acerca de como el cristiano debe proceder después que se convierte. El Espíritu Santo es para el creyente como el combustible para el automóvil. El cristiano no puede andar dignamente, sabiamente o efectivamente sin su combustible.

El asunto básico que todo cristiano debe entender es que Pablo jamás dijo: “Sed bautizados en el Espíritu”. La segunda obra de gracia no existe. No hay una experiencia agregada. Lo que Pablo estaba diciendo en Efe. 5:18 es que el cristiano debería continuamente permitir que el Espíritu de Dios, quien ya está adentro, lo llene. Así, como los israelitas juntaban el maná diariamente, así también el cristiano debe depender del Espíritu Santo y mantenerse continuamente lleno del Espíritu diariamente.

Ser lleno del Espíritu Santo no es ser lleno como un vaso, sino que permeados íntegramente. Un ejemplo evidente es la sal. Póngale sal a los alimentos, y todo se impregnará. Para poder entender mejor lo que es ser lleno del Espíritu, miremos unos ejemplos de la palabra lleno:

  • Llenos de temor. Luc. 5:26.
  • Llenos de furor. Luc. 6:11.

La palabra “lleno” no es usada en las Escrituras para describir a los que están totalmente cautivados de una emoción particular.

El primer paso en ser lleno del Espíritu es rendirse al Espíritu en nuestro andar diario. Hacemos esto rindiendo nuestra voluntad, nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestros tesoros al control del Espíritu Santo. Cuando somos tentados deberíamos hablar con el Señor. Cuando tenemos que tomar decisiones, deberíamos pedir al Señor que nos muestre el camino. Nuestras mentes y corazones no pueden estar perfectamente consciente de Cristo y pecar al mismo tiempo. El Señor Jesucristo y el pecado no pueden ocupar el mismo lugar al mismo tiempo. A medida que recordamos su presencia y somos consiente de que él está con nosotros, seremos llenos del Espíritu.

Ser realmente espiritual es simplemente ser fiel a Cristo y rendirse a él día tras día y momento tras momento. Todo esto no viene de golpe para ninguno de nosotros; viene en cantidades dolorosamente pequeñas, un poco a la vez. Pero no importa como venga, no hay atajos para llegar a la espiritualidad. No hay una forma fácil, ni una sola “descarga” espiritual que haga la obra.

 

3 comentarios sobre “Espiritualidad verdadera y los Carismáticos”

  1. La espiritualidad, para mí, es no vivir una vida conforme a la carne. Sino una vida en que se conformen, cada día, las nueve manifestaciones prácticas del fruto del Espíritu. Es decir, vivir tal como dijo el apostol Pablo: «Ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí».

  2. Encontré el sitio web porque estaba buscando buenos artículos cristianos escritos en español que puedo traducir en inglés. Me estoy enseñando a leer y espero hablar español. Aprender español usando la palabra de Dios me ayuda a no perder mi tiempo. Deseo sus oraciones. Gracia a Dios quepor el trabajo que todos ustedes hacen. Sinceramente, Tena Devlin de los Estados Unidos.

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