El eterno peso de gloria

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. II Corintios 4:16-18

En esta porción el Apóstol Pablo nos enseña a tener la actitud debida hacia la tribulación. El nos enseña una filosofía nueva hacia el dolor. Únicamente un creyente puede adoptar esta filosofía porque se basa en la esperanza que tenemos de tener un futuro glorioso. Si usted no es un hijo de Dios, no hay ninguna consolación que podemos darle cuando está en tribulación.

Como creyentes, debemos tener “los ojos puestos en Jesús, el autor y consumidor de la fe”. (Hebreos 12:2) Así tenemos la confianza de que lo que sucede no es por la casualidad. Hay un todo sabio Dios que está detrás de todo. Él sabe lo que está haciendo. En Romanos 8:28 Pablo dijo: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

En esta porción Pablo nos anima a tomar en cuenta que la tribulación es leve. Es una consolación saber que no es con toda intensidad. Nos conviene mirar el lado positivo. Siempre se puede encontrar algo positivo. Cuando no nos queda ninguna solución terrenal podemos levantar la vista al nivel celestial y encontrar consolación. Allá “no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:4) Siempre hay los que tienden a exagerar la gravedad de su tribulación. Así suena más dramática. Tal vez están buscando atención y consolación de los demás.

También él dice que es momentánea. Quizás es para hoy y mañana, no más, pero si es para todo el resto de tu vida, ¿qué es esto a comparación con la eternidad? Una vez en mi niñez pisé un clavo y acabé con una infección en mi pie. En el momento, parecía como un largo lapso de tiempo que andaba rengo. No debe haber sido más que dos o tres días o una semana a lo máximo. Así son las tribulaciones. Son pasajeras. Ten paciencia. Tendrán su fin.

Debemos saber que la tribulación produce en nosotros algo benéfico. La palabra “tribulación” significa presión. Es algo que pone peso sobe nosotros. Por eso, decimos que es algo que tenemos que llevar. Pablo dice que es “leve” pero, a su vez es un peso. Es algo que sentimos.

Por regla general tomamos la tribulación como una adversidad, pero Pablo dice que debemos tomarla como una ventaja. Es algo que añade al esplendor y honor que tendremos en nuestro hogar celestial. Lo más penoso es nuestro andar en la tierra, tanto más gloriosa será nuestra entrada en la gloria.

El Apóstol Pablo era ingenuo en armar palabras para expresar la grandeza de algo. Él llama nuestro estado celestial “una cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. Nos conviene detenernos por un rato largo analizando todo lo que está incluido en estas palabras. Mi tribulación presente se achica y casi desvanece en comparación con lo que me espera más allá.

Él dice que es cada vez más excelente. Cada vez que analizamos nuestra herencia encontramos valores que miramos por alto la primera vez. Es una maravilla lo que Dios incorporó en la creación de la tierra para que sirva para nuestra necesidad. Sin embargo, con todo, siempre hay necesidades y angustias. Cuando llegamos a los cielos vamos a darnos cuenta de que Dios ha provisto para cada comodidad y necesidad. No habrá falta de nada. Además, él dice que será eterna. No habrá falta ni fin de lo que Dios tiene planeado por nosotros allá. Aquí en la tierra el hombre exterior (o sea el cuerpo) se va gastando y no hay seguridad de la permanencia de nuestras comodidades.

Pablo dice que es un peso de gloria. Es algo que tiene sustancia. Dios no nos engaña con sueños fantásticos que se revientan como un globo.

Si damos atención a nuestra vida espiritual, nuestro hombre interior se renueva de día en día. Si el hombre interior es débil, será muy difícil aguantar las tribulaciones. Es por eso que es tan importante que estemos fortalecidos espiritualmente. Así tendremos fuerza para enfrentarnos con tribulaciones. Así seremos capaces de levantar la vista a las cosas de arriba donde está Jesús, el autor y consumidor de nuestra fe. No seas más un creyente débil que se desmaya y se rinde, vencido cada vez que te enfrentas con una adversidad en tu vida.

12 comentarios sobre “El eterno peso de gloria”

  1. Excelente interpretación, mejor de ahí se daña
    Muchísimas bendiciones, para el o los que se dejaron usar por Dios para interpretar estos versículos.

  2. Gracias, muy buena explicación; nuestra paz en esta tierra debe estar cimentada en la esperanza de la vida eterna; esa es la paz que sobrepasa todo entendimiento de que habla Filipenses 4:7

  3. He aprendido a Contentar me sea cual sea mi situación,por todo estoy enseñado se vivir humildemente así como.tener escasez ,como también para estar satisfecho ,todo.lo.puedo en Cristo que me fortalece ..filipenses 4: 11 al 13

  4. Esta refleccion me cayó del Cielo en esta mañana. El Señor me habló directamente a Mí. Me llenó de gozo y Fortaleza en mis CIRCUNSTANCIAS.

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