El libro más popular del mundo

«La palabra del Señor permanece para siempre». 1 Pedro 1:25

«El cielo y la tierra pasarán; pero mis palabras no pasarán». Mateo 24:35

La Biblia es incuestionablemente el libro más popular del mundo. Es del que se han hecho más ediciones, comprado por más personas, traducido en más idiomas, citado más frecuentemente y usado en más lugares que ningún otro libro que haya sido escrito por algún hombre en cualquiera época de la historia del mundo. El número de personas que estudian la Biblia en cursos regulares, no es conocido, pero podemos decir que es muy grande, incluyendo los miembros de todos los colegios e instituciones educativas en el mundo. Es el único libro que se usa uniformemente por las diferentes denominaciones como un libro de texto para los sermones. Es el único libro en el mundo que por siglos ha sido reconocido como el que contiene las mayores y mejores verdades para la especie humana.

El tema más importante para todos

Primero, la Biblia es el libro más popular en el mundo porque está continuamente relacionados desde el principio hasta el fin, con Dios y la religión. La raza humana, indiferente a cualquiera otra cosa, se interesa profundamente en lo que se refiere a religión. Cualquiera publicación que trate seriamente del Ser Divino y de las cosas religiosas despertará interés. Desde el principio hasta el fin el tema de Dios—su naturaleza, su poder, sus deseos, su cuidado de la humanidad—se desarrolla en toda la Biblia. Está saturada sencillamente con la presencia divina, y la definición de Dios a través del Antiguo y del Nuevo Testamento, es de tal naturaleza, que subviene a las necesidades universales. Allí está un Dios no como el dios de las edades místicas, sino un ser real que puede ser comprendido, respetado y amado cada día. Los atributos que se dan a Dios en la Biblia son los atributos que reconocen todos los hombres y especialmente los grandes principios de justicia y amor, que desde luego separan al Dios de la Biblia de los dioses de otros libros y de otras religiones. La Biblia no sería lo que es y no apelaría a toda clase de condiciones del hombre, si un Dios santo y un Dios amante y una religión verdadera, no fueran el fundamento de todas sus páginas.

La Biblia es el libro más popular en el mundo en cuanto a la clase de historia que encierra, y especialmente dos clases: primero, el principio de la raza y la creación del mundo; y segundo, el periodo referente al nacimiento y vida de Jesucristo. La raza siempre tendrá interés por lo relativo a su principio. La Biblia es de la mayor importancia para nosotros, y siempre lo será, por lo que dice acerca del principio y progreso de la vida histórica. El hecho es que ningún conocimiento de hombres y mujeres hoy día será suficiente para dar una narración verídica de lo que ha sucedido en el principio. El primer capítulo del Génesis que marca el principio de la Biblia nos es de supremo interés, porque ninguno de nosotros pudiera haberlo escrito y ningún conocimiento de nuestra parte pudiera haberlo conservado. La Biblia por lo tanto, nos habla de una revelación que alcanza hacia atrás más de lo común, más de los conocimientos ordinarios de la humanidad. La misma cosa sucede acerca de aquella parte de la historia, que cubre la vida de nuestro Señor. Ningún ingenio humano intelectual o imaginativo, pudo haber inventado tal vida. Tal como es, es única. En adición a estos dos únicos escritos históricos, toda la historia de la Biblia es de un carácter sumamente fascinador. No solamente abre la historia de la nación judía, sino la historia de todos los pueblos con los cuales la nación judía tuvo alguna conexión, lo mismo de las viejas naciones orientales como del imperio romano. De hecho nada es más atractivo que el estudio de la historia contemporánea, paralelamente con el estudio de la Biblia. Los periodos llenados por los escritores fueron de suma importancia a todo el mundo, y en ningún libro sino en la Biblia se pueden encontrar tales sumas de referencias de interés histórico.

La fuente de literatura pura

La Biblia es el libro más popular con motivo de la pureza de su literatura. Dígase lo que se quiera acerca de los avances de los métodos modernos de estilo y bellezas de expresión, dudo mucho que alguien llegue a aproximarse a los pasajes que se encuentran en los Salmos, en los Profetas o en el libro de la Revelación. Considerando el hecho de que estos escritos nos han llegado por medio de traducciones, es sorprendente que tales bellezas y poder hayan sido conservados. No hay un libro de referencias más usado que la Biblia. Muchos de sus pasajes han pasado enteramente a nuestra literatura. Ningún escritor de alguna preeminencia ha podido escapar a las atracciones de la Biblia. Su lectura ha afectado el estilo de escritores como Ruskin, Browning y Milton. Gladstone frecuentemente reconoció que era deudor a la Biblia por su fraseología. Carlos Fox dijo en más de una ocasión que debía a la lectura de la Biblia su vocabulario. La variedad de expresión que se encuentra en diferentes escritores, está singularmente identificada con la unidad de expresión debida en gran parte al hecho de que todos estos hombres escriben con un propósito a la vista. Porque tenemos en la Biblia un estilo que es más o menos uniforme desde el principio hasta el fin, y esto aun lo que se refiere al estilo de expresión. Diferentes tipos de hombres con gustos diferentes en lo que llamamos métodos literarios son igualmente atraídos por la Biblia y voluntariamente la llaman la fuente suprema y el origen de expresión vocal. Es un hecho digno de notarse que si todos los otros libros fueran destruidos, todos los que quisieran perfeccionarse en el uso del lenguaje escrito o hablado, podrían sin mucha vacilación depender enteramente de la lectura de la Biblia y la incorporación del lenguaje en su propio pensamiento. No sería arriesgado decir que tal uso de la Biblia resultaría en un vocabulario y en un estilo que sería, en un sentido muy amplio, una buena educación y de hecho determinaría de qué clase sería el orador o escritor.

Un guía para la conducta de la vida

La Biblia es el libro más popular en el mundo porque establece y explica las reglas para la conducta humana. La raza humana para poder vivir necesita dirección. Necesita postes indicadores que le digan dónde ir, y la Biblia desde el principio hasta el fin, por sus biografías, por sus comentarios de la vida de algunos hombres, y especialmente porque establece ciertas reglas, es continuamente la fuente a donde acuden aquellos que necesitan dirección. Siempre será éste el caso. El hecho de que los hombres anhelan cierta clase de autoridad puede verse en que haya un papa histórico. El hecho de que necesitan guías puede verse que hay ministros y maestros de escuela. Los hombres tienen gusto al encontrar alguna cosa positiva que ha sido probada por la experiencia, y quieren alguna cosa definida por la cual pueden determinar su conducta. Todo esto lo encuentran en la Biblia y siempre lo encontrarán. En este respecto la Biblia es popular porque satisface una necesidad universal. Ninguna raza o individuo puede hacer el bien o determinar la gran cuestión del bien y el mal sin conocer cuáles son las reglas fundamentales de conducta. Se encuentran tan a menudo y están explicadas tan claramente en la Biblia, que el corazón humano se vuelve hacia ellas con un sentimiento de alivio. En otras palabras, el hombre quiere autoridad, y si esta autoridad en la Biblia está aprobada por la conciencia humana en tanto que los siglos pasan, esta es la mejor prueba posible de que dicha autoridad tiene derecho de estar allí. Los hombres nunca conformarán su vida a una regla de vida indefinida, pobre, débil o falsa. Debe ser positiva, afirmativa y veraz.

La Biblia es el libro más popular en el mundo porque contiene las palabras más grandes en el mundo. Continuamente tiene que ver con palabras que deletrean las necesidades fundamentales de la humanidad. Las siguientes palabras que se encuentran en casi todas sus páginas son Dios, pecado, retribución, vida, amor, muerte, futuro, infierno, cielo, bien, mal. Estas palabras nunca perderán su interés para la raza humana. Siempre serán palabras grandes. Los libros ordinarios de los mejores vendedores de libros están llenos de palabras pequeñas. Tienen muchos capítulos triviales y algún romance tonto. Labora especialmente en las burbujas y espuma de la cresta de las olas, pero nunca baja hasta el abismo. Difícilmente puede ser encontrado en las librerías en este año, la novela más popular de los años pasados. Diez años después, el título será olvidado. La Biblia nunca será olvidada porque continuamente está asociada con las grandes cosas de la vida, las cosas que hacen la suma total de la felicidad o la miseria, la vida o la muerte. Tiene parte en las relaciones del hombre con Dios y con sus prójimos. Hay hechos eternales que hacen eterna la Biblia.

La Biblia es el libro más popular en el mundo porque contiene la vida de Jesucristo. Es única en este respecto. Hay otros libros escritos acerca de su vida. La Biblia escribe su propia vida. La historia está narrada por quienes vieron y oyeron, y esto hace más creíble su testimonio. Es irreprochable. Es la prueba que cualquier juzgado en los presentes tiempos aceptaría. Si en la Biblia no hubiera más que la vida de Jesús en los cuatro Evangelios, probablemente sería el libro de lectura más extendido en el universo.

Un maestro universal

La Biblia es el libro más popular del mundo porque en sus enseñanzas se revela la convicción más profunda. Por todas sus páginas buscaremos en vano alguna duda en cuanto a la vida; si se presentan cuestiones acerca de esto, son contestadas desde luego. Desaparecen las dudas y aparecen las afirmaciones. Desde el principio hasta el fin no hay la menor sombra de duda en cuanto al deber del hombre. Su tono de afirmación no equivale a un dogmatismo. Todas sus afirmaciones están comprobadas por hechos correspondientes. Descansan sobre la experiencia humana. Toda la certidumbre de Jesús se apoya en el conocimiento actual de las necesidades humanas, remedio que ofrece para el pecado, fue positivo porque él vivió entre los hombres y conoció todas sus verdaderas necesidades. Hemos de estimar en lo que vale este hecho vital y tremendo en la Biblia. Podréis buscar por sus páginas desde el principio hasta el fin para descubrir la debilidad de las interrogaciones concernientes a la conducta y destino humanos. No vacila por un momento en la emisión de planes de vida y muerte. «Yo pongo delante de ti bendición y maldición. Por lo tanto escoge la vida». «Si algún hombre quisiere conocer mis enseñanzas, haga mi voluntad». No hay nada más positivo en el mundo que lo que se resume en esto: «De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él creyere no perezca, sino que tenga la vida eterna».

La Biblia es el libro más popular del mundo porque constantemente reitera, en cada biografía y en cada relación histórica, las verdaderas relaciones de Dios con el hombre, de éste con Dios y sus semejantes. Esto cubre enteramente el programa de toda la vida humana desde la cuna hasta el sepulcro; y el hecho de que la Biblia garantice en el Nuevo Testamento que hay un futuro, y que la vida de los hombres continuará allá, es también una razón poderosa para la existencia perdurable de la Biblia. Los hombres no se satisfacen con una vida aquí. Quieren una vida completa. La aserción de este hecho estimula, anima y guarda viva la justicia del mundo. La Biblia es el libro de texto de la vida. Sus enseñanzas sostienen todos los gobiernos y las políticas. En donde quiera se encuentran direcciones para toda clase de situaciones en la vida. Si sus enseñanzas fueran seguidas por el comercio y la industria, cesarían los conflictos. Si sus enseñanzas fueran seguidas por los gobernadores, la pobreza, la embriaguez y la impureza, serían quitadas de las municipalidades, de los estados y todo el mundo. Las enseñanzas de la Biblia incluyen toda clase de necesidades para la vida presente y la futura; y en este respecto es el libro más popular del mundo y continuará siéndolo. No necesitamos temer por su popularidad. Tenemos el privilegio de hacer que esa popularidad entre en los mayores usos posibles. «Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino». «Toda la Escritura es inspirada divinamente, y es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente instruido para toda buena obra».

La Biblia es el libro más popular en el mundo porque contiene la historia de la redención. Es el supremo mensaje de Dios al hombre. Es la gran publicación misionera de las alturas. Tiene en sí misma el fin de la regeneración del hombre. El primer versículo del primer libro de la Biblia empieza con Dios, y el último versículo del último libro en la Biblia termina con Jesucristo. «La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros». No hay libro comparable con la Biblia en materia de redención. Aquí está contenido en resumen inmortal el amor de Dios a los hombres y la manera cómo pueden acercarse a él y ser edificados en él. De todos los libros en el mundo, la Biblia es el volumen espiritual que contiene en sus letras de imprenta el pan de la vida. «Escudriñad las Escrituras; porque ellas dan testimonio de mí», dijo el Maestro, y cuando recorremos sus páginas sentimos como Pedro cuando dijo, «Señor ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida eterna».

No hay muchos libros en el mundo capaces de convertir hombres, pero la Biblia toma este trabajo entre todas las publicaciones de actualidad, cambiando las vidas y los propósito de los hombres. Es el libro redentor por todas las edades, y sin él estaríamos ciertamente en tinieblas. Imaginaos, si queréis, un mundo sin Biblia y todo lo que contiene en materia de instrucción, inspiración y guía, y viviréis la vida de los siglos oscuros. «Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino». «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán», dijo el Maestro; y una de las razones por las cuales no pasarán, es porque están impresas en la forma, y ésta se encuentra impresa en las tablas del corazón de generaciones innumerables, y continuará allí mientras corran las máquinas de imprenta y los hombres lean.

El Faro, 1913

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