En conmemoración del primer centenario de la Versión Antigua de la Reina-Valera 1909-2009

En conmemoración de los cien años de vida de la versión antigua Reina-Valera 1909 (1909-2009) estamos proveyendo documentación acerca de esta noble revisión y sus revisores. Siendo que ha habido poca información acerca de su historia, nos concentramos en proveer mayormente material que ha quedado inédita por muchos años. Que el Señor siga añadiendo su bendición a esta revisión que ha tenido parte en ver millares venir a los pies de Cristo.

Misionero Calvin George

Buena Noticia

Revista El Abogado Cristiano Ilustrado 1 de octubre de 1903 página 332 [no se nombró autor]

Buena noticia es la que encontramos en El Cristiano de Madrid, y que transcribimos en seguida para satisfacción de todos los evangélicos que hablan el idioma español. La noticia es la siguiente:

«Tenemos mucho gusto en anunciar que por orden y a ruego de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, los señores don Juan B. Cabrera y don Cipriano Tornos están, desde hace unos años, revisando la Versión de Reyna-Valera, para poner más claro el sentido de algunos versículos y suprimir algunas voces anticuadas, de modo que, sin que tal Versión pierda el lo más mínimo su valor e importancia, por su origen y su clasicismo, pueda hoy ser con gusto leída y con más facilidad comprendida por la generación actual. Y esperamos que la Revisión del Antiguo Testamento estará terminada al final de este año 1903″.

El Antiguo Testamento Revisado

Revista El Faro 15 de enero de 1906 página 16 [no se nombró autor]

Todos los protestantes que hablan la lengua castellana, lo mismo en América que en España, tienen en gran estima la obra que les fue legada por aquellos sabios y piadosos varones que se llaman Reina y Cipriano de Valera, con su traducción de las Sagradas Escrituras. Considerando que esta versión fue hecha en el siglo XVI, no es extraño que se haya la necesidad de revisarla, y aunque ya varios nobles y meritorios trabajos se han hecho para llenar esa necesidad, hoy la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera ofrece al público evangélico inteligente el texto, resultante de una revisión que hace años fue encomendada al Obispo de la Iglesia Española Reformada D. Juan Bautista Cabrera y al Presidente de la Iglesia Evangélica Española D. Cipriano Tornos, para que fuese hecha sobre la base de las antiguas ediciones españolas de Reina y Valera. La revisión solo comprende al presente el Antiguo Testamento; pero el interés que hay por estos asuntos ha aconsejado que se dé a conocer lo ya hecho.

El propósito ha sido modernizar el lenguaje, cambiando aquellas formas arcaicas que en ocasiones lo hacen obscuro y difícil para los que hoy hablan el castellano, pero al mismo tiempo los revisores han aprovechado en su trabajo el mayor y mejor conocimiento que hoy se posee acerca del texto original, debido al desarrollo que los estudios filológicos han tomado en estos últimos tiempos.

No es ahora la ocasión de juzgar apresuradamente esta revisión que ha requerido detenidos estudios y pacientes labores. Sólo diremos que la Agencia en España de la Sociedad Bíblica B. y E. ha publicado una edición en folio del antiguo Testamento revisado, el cual forma un tomo de 1,142 páginas, con letra clara y abundantes referencias. El precio del ejemplar encuadernado en tela es Ptas. 7.50. Salió muy cara la edición por ser de un número limitado de ejemplares, no se concede descuento alguno, y los gastos de envío (como paquete postal), de cuenta del comprador.

Los pedidos han de dirigirse al nuevo Agente de la Sociedad, Mr. Williams Summers, Leganitos 4, Madrid, España.

El Antiguo Testamento Revisado

Revista El Abogado Cristiano Ilustrado 15 de marzo de 1906, página 91 [no se nombró autor]

Está ya en nuestras manos el Tomo Sagrado al cual se hizo referencia en este periódico hace algunas semanas, la edición está hecha en Madrid, lleva como fecha la cifra correspondiente al año pasado, y en la carátula hallamos lo siguiente: “El Antiguo Testamento, que contiene los libros canónicos del pueblo hebreo.—Versión de Casiodoro de Reina en 1569, revisada y cotejada con el texto hebreo por Cipriano de Valera en 1602, y ahora nuevamente revisada por una comisión de ministros evangélicos españoles”.

En las pocas palabras anteriores ha quedado ya expresada la historia y el valor de este tomo; hecha la versión en el tercer cuarto del siglo XVI, fue objeto de una revisión minuciosa y concienzuda por Cipriano de Valera, cuyo nombre acabó por darse generalmente a dicha versión; tras de las revisiones y enmiendas que desde esos lejanos años ha ido recibiendo, naturalmente se ha mejorado más y más la primitiva obra de Casiodoro de Reina. Esta edición se presenta después de las asiduas labores de revisión y cotejamiento por parte de una comisión al frente de la cual han estado por varios años el venerable Obispo de la Iglesia Española Reformada, don Juan B. Cabrera, y el distinguido presidente de la Iglesia Evangélica Española, don Cipriano Tornos, y el resultado de los trabajos realizados por esta comisión no podía haber sido más feliz.

Vamos a decir algunas palaras acerca del tomo que nos ha sido enviado, y por supuesto, hablamos no desde la posición del crítico capaz de analizar el tomo a que nos referimos, puesto que no conocemos la lengua hebraica, y apenas conocemos nuestra propia lengua, sino que vamos a hacerlo exponiendo una opinión muy personal, que es más bien el resultado de la impresión que hemos recibido al recorrer sus interesantes páginas.

El objeto perseguido por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera ha sido introducir en el lenguaje de las Sagradas Escrituras los cambios que fueran necesarios para que desaparecieran aquellos giros, frases y defectos que no pueden ser aceptados ya en las formas del castellano esencialmente moderno. Esta idea de modernizar el lenguaje de la Sagrada Escritura no ha sido del agrado algunos estilistas, porque, dicen, se le quitará a la Biblia ese sabor peculiar de su dicción, ese estilo propio de la literatura sagrada que es ya una forma aceptada, clásica, y jamás igualada entre las varias formas de expresión.

Pero notamos con satisfacción que no obstante los grandes cambios introducidos, el lenguaje no se ha resentido, muy al contrario, sus bellezas naturales se han acentuado, los arcaísmos han desaparecido, y sin embargo, la estructura clásica del lenguaje bíblico al que tal acostumbrado está no solo nuestro oído sino también nuestro corazón, no ha sufrido modificación esencial, así que hay una verdadera delectación en recorrer sus flamantes páginas.

Hojeamos con interés los primeros capítulos del Génesis, y notamos con placer que la palabra Jehová ha sido substituida con éxito por la más fácil y conocida: Señor; [Nota de CG: Esto no permanenció en la versión final] algunas frases bastante claras, pero también bastante duras en su forma para ser leídas en público tal como estaban han sido también cambiadas por otras. Algunos versículos se han modificado completamente, presentándonos una forma que por lo pronto causa gran novedad.

Donde resultan más las bellezas de la nueva obra es en los libros poéticos, Job, Salmos, Proverbios, etc.; el Cántico de los Cánticos tiene una grande novedad: está en la forma dialogada original y se marcan bien en la introducción de cada capítulo las distintas partes y escenas de que se compone ese hermoso poema dramático de la Sagrada Escritura. Aseguremos que no obstante de que los libros poéticos y los proféticos puedan ser muy conocidos, para cualquier persona, la lectura le parecerá una cosa nueva, y precisamente por ser muy conocidos se pueden leer con más fruición. Nosotros pasamos horas de muy legítima sati
sfacción leyendo algunos de los Salmos y pasajes favoritos en Isaías, el profeta de incomparables vuelos.

Creemos que esta versión revisada no debe faltar a ningún ministro, y cuando su costo la ponga al alcance del pueblo pobre, que cada uno tenga un ejemplar. Suponemos que el Nuevo Testamento estará listo dentro de algún tiempo, y como sin duda la obra de la comisión será tan completa en el Nuevo como en el Antiguo, creemos que habrá razón para que los cristianos de habla española se feliciten, si acaso hallaren iguales motivos que nosotros para gozar con su lectura, pues lo repetimos otra vez, hablamos de nuestras impresiones personales.

Dos Libros Notables

Revista El Faro 1 de junio de 1906, página 88

Las personas que han trabajado en la evangelización de los países donde se habla el castellano, desde el principio de su obra, han tenido que luchar con una diversidad de versiones de las Santas Escrituras; pues las Sociedades Bíblicas no podían armonizar sus diferencias (o sus intereses pecuniarios) en cuanto a la publicación de una sola versión de la Palabra de Dios, que pudiera servir para el uso de los cristianos de España, México y Sur América. Hace algunos años que la Sociedad Bíblica Británica encargó a dos distinguidos obreros evangélicos de España, la revisión del texto que estaba más en uso, y que ella siempre había publicado, es decir, la versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, del siglo dieciséis; la mejor versión en castellano que se conoce, pero que necesitaba y merecía algunas enmiendas y cambios por ser de estilo algo anticuado. La corrección de esa versión debía hacerse en España y por españoles, y en efecto, esto es lo que se ha hecho. Los revisores que son el obispo de la Iglesia Española Reformada, don Juan B. Cabrera, y el Presidente de la Iglesia Evangélica Española, don Cipriano Tornos, terminaron el año pasado su trabajo en cuanto al Antiguo Testamento, que la Sociedad Británica ha dado a luz una edición limitada, habiéndonos honrado con un ejemplar de este valioso tomo. Faltándonos tiempo para hacer un examen detenido de todo el libro, nos hemos fijado en los libros del Génesis, Deuteronomio, Job e Isaías, comparando el texto con el de la antigua versión. Como la obra de los distinguidos revisores se fijaba, en gran parte, en la modernización del castellano, nosotros no nos sentimos capaces para hacer un examen crítico del trabajo; pero sí podemos expresar la gran satisfacción con que se puede leer la nueva obra. Habíamos apuntado una larga lista de cambios en la fraseología y retórica de esta versión, que pensábamos hacer la base de nuestro artículo; pero creemos mejor que cada lector forme su propia opinión mediante un examen particular. Esta revisión debe recibir los elogios de las personas que hablan el castellano, y debe ser la aceptada para los trabajos evangélicos. Es la mejor que se ha publicado hasta ahora, y expresamos nuestro gozo por la terminación de tan ardua tarea, felicitando a la vez, a los señores Cabrera y Tornos, por la fidelidad, erudición y buen gusto literario con que han desempañado su cometido.

William H. Sloan

Aguascalientes

Sobre la Revisión de la Biblia de Valera

Revista El Faro, octubre 1, 1906, página 1

Después de varios años de un trabajo esmerado que una comisión de pastores españoles, nombrada por la Sociedad Bíblica de Londres, ha consagrado a dicha revisión, logró dar por concluida su tarea sobre el Antiguo Testamento. Procedióse a la impresión de dicho trabajo, en número de ejemplares bastantes para que pudiesen ser examinados por las personas más competentes en estos asuntos, ya españoles, y extranjeros, principalmente americanos, que hablan nuestro idioma, solicitando de ellos un examen detenido del sentido como del lenguaje de dicha Revisión; y prometiendo estudiar con toda escrupulosidad las observaciones que se quisieren hacer. Se remitió un ejemplar de dicha Revisión a cuantas personas eran conocidas de nosotros, y se anunció una y otra vez en nuestro seminario, como hoy de nuevo lo anunciamos, que, quedando aún bastantes ejemplares, se ponían a la venta de quien tuviese interés en conocer dicho trabajo.

Se han recibido ya algunas contestaciones, que agradecemos y estudiaremos; pero esperamos muchas más, porque el asunto bien lo merece. Mas el plazo para ello está para expirar, y rogamos de nuevo a nuestros amigos y correligionarios que no dilaten mucho sus respuestas; que después de consultadas las opiniones de todos, se procederá a la impresión definitiva de dicha Revisión, o a desistir de ello, si esta especie de plebiscito se pronunciase en contra.

Ha llegado a nuestros oídos que algunos de los consultados no se atrevían a hacer sus observaciones por respeto y deferencia a los pastores de la Comisión, hoy nos apresuramos a decir a todos que por cima de todos esos escrúpulos está el interés de tener una Versión de la Santa Biblia que por todos sea aceptada y pueda ser por todos entendida. Por nimias que se crean algunas observaciones, todas las estudiaremos con toda atención, y las aceptaremos si de ello las creyésemos merecedoras.

El objeto de la Sociedad Bíblica de Londres y el de la Comisión es dar a todos los que hablan castellano una Revisión que esté a la altura del siglo, en el sentido y el lenguaje hoy usual.

Para fines de noviembre próximo daremos por terminado el plazo de estas consultas. Rogamos, pues, a todos que no demoren sus contestaciones y que no tengan reparo alguno en darlas.

A nombre de la Sociedad Bíblica y de la Comisión y del Agente de la Sociedad en España, el Director de este semanario,

C. Tornos.

Extracto de un libro

Spain of To-Day from Within. Por Manuel Andújar. New York: F.H. Revell Company, 1909, p. 138

El obispo Cabrera y el señor Tornos han publicado recientemente el Antiguo Testamento revisado, bajo la dirección de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, una obra de revisión que ha ocupado varios años. Su trabajo fue producir una versión precisa de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera en la fraseología moderna. Los países de habla hispana deben una deuda al obispo Cabrera y señor Tornos y la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera por esta excelente obra, y nada sería más provechoso para la obra evangélica en estos países que la adopción de esta versión más moderna en castellano puro.

Himnos escritos o traducidos por Juan Bautista Cabrera, revisor de la versión antigua

 Autor:

  • Amémonos, hermanos
  • Amoroso nos convida
  • Cuanto soy y cuanto encierro
  • Despliegue el cristiano su santa bandera
  • Eleva, alma mía
  • Espíritu divino, fiel santificador
  • Gloria a Dios
  • Imploramos tu presencia
  • Muy solemne es el momento
  • Nunca, Dios mío
  • Oíd cual ruega al Padre
  • Padre, Tu Palabra es
  • Ser infinito, Dios bondadoso
  • Un Nombre existe

Traductor:

  • Al trono majestuoso
  • Castillo fuerte es nuestro Dios
  • Cuán dulce el nombre de Jesús
  • Desciende, Espíritu de amor
  • Dulces momentos, consoladores
  • El Señor resucitó
  • Firmes y adelante
  • Grato es contar la historia
  • Hijos del celeste Rey
  • Jesús yo he prometido
  • Oh pan del cielo, dulce bien
  • Santo, Santo, Santo
  • Según tu dicho y voluntad
  • Señor, en Ti yo creo
  • Suenen dulces himnos
  • Voz de amor y de clemencia
  • Yo escucho, buen Jesús

Fuente: http://www.himnosevangelicos.com/showauthor.php?authorid=12

«Ha Resucitado» por Cipriano Tornos, revisor de la Reina-Valera antigua

TornosRevista El Abogado Cristiano 17 de abril de 1919, página 244

¿Ha resucitado Jesucristo? Luego de todo lo que ha enseñado, todo lo que ha hecho y todo lo que ha prometido, es divinamente verdadero; pues de no ser así, Dios hubiera confirmado con su poder la falsedad y la mentira.

¿Ha resucitado Jesucristo? Tema y tiemble la sinagoga, pues aquella boca que con tanta autoridad la censuraba, está abierta de nuevo, y abierta para no cerrarse ya más.

¿Ha resucitado Jesucristo? Alegría y esperanza para los amigos del muerto. “Esperábamos,” decían los viajeros de Emmaus, y sus esperanzas han tenido las más satisfactoria realidad.

¿Ha resucitado Jesucristo? “Vosotras no tengáis miedo—dice a las mujeres el ángel;–pues el que amabais y llorabais muerto, ha resucitado, no está aquí: mirad el sitio donde le pusieron.”

¿Ha resucitado Jesucristo? Ya sabes, pues, ¡oh amante Magdalena! Dónde está el que con tanta ansia buscas. No está entre los muertos; porque el que es la Vida, no puede permanecer en los dominios de la Muerte.

¿Ha resucitado Jesucristo? Repita, pues, el pueblo cristiano con el antes incrédulo Tomás: “Señor mío y Dios mío!”

¿Ha resucitado Jesucristo? Pues “bien aventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”. Jesús lloró y sufrió mucho: su tristeza y sufrimientos se han tornado en gozo, que ya nada ni nadie le podrá quitar.

¿Ha resucitado Jesucristo? También nosotros resucitaremos, pues no es dable resucitar sólo la cabeza, quedando muerto el cuerpo, y “nosotros somos el cuerpo de Cristo”.

¿Ha resucitado Jesucristo? Está vencida la muerte por Aquel que había vencido ya al mundo y al infierno. ¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón? Dónde está, ¡oh sepulcro!, tu victoria?

¿Ha resucitado Jesucristo? No llores ya, cristiano, “como aquellos que no tienen esperanza,” cuando depositas en la fosa el cadáver de un ser a quien amabas. Ese sepulcro se abrirá un día, no lejano por cierto, porque los años se pasan como un pensamiento, y “los muertos en Cristo resucitarán con él”.

¿Ha resucitado Jesucristo? ¿Por qué pueblo judío, no crees en él? Dónde está el cadáver del que crucificaron tus abuelos?

¿Ha resucitado Jesucristo? ¡Aleluya! Bendición, gloria y alabanza al que murió y vive, y reinará por los siglos. Amén.

C. Tornos

Libros escritos por Juan Bautista Cabrera

  • El celibato forzoso del clero (1870)
  • Himnario para uso de las Iglesias Evangélicas Españolas (1871)
  • Liturgia (1881 y 1883)
  • Catecismo de Doctrina Cristiana (1887)
  • Manual de Controversia Cristiana (1900)
  • Poesías Religiosas y Morales (1904)
  • La Iglesia en España hasta la invasión sarracena (1914)
  • Canto Memorial (1917, una autobiografía rimada)

Datos Biográficos del Rev. Juan Bautista Cabrera

Revista El Abogado Cristiano 10 de agosto de 1916, página 501 [no se nombró autor]

Fallecido en Madrid el 18 de mayo de 1916

Cabrera

Juan Bautista Cabrera e Ibars, nació el 23 de abril de 1837, en la villa de Benisa, provincia de Alicante, del antiguo reino de Valencia.

Hizo estudios de Instrucción Primario en su villa natal; estudió parte del Bachillerato en el Instituto de Valencia, durante los años de 1850 y 1851; ingresó en la “Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías”, en Valencia, el año 1852; y durante un año de noviciado estudió literatura española, ampliación de latín, elementos de griego y hebreo, y otras materias que forman parte de las Humanidades.

Hizo su profesión religiosa en 1853, y luego pasó al Colegio de Escolapios de la ciudad de Albarracín, provincia de Teruel, del antiguo reino de Aragón. En este colegio estudió seis cursos de Matemáticas, uno de Mecánica y otro de Física; simultaneando con dos cursos de Filosofía, cuatro de Teología Dogmática y dos de Teología Moral. También hizo algunos estudios de Hermenéutica Bíblica, de Santos Padres y de Liturgia. Estos estudios duraron hasta 1858, y una vez terminados, regresó a Valencia.

No poseía grados literarios o científicos, porque en la Orden de los Escolapios no se confieren títulos de ninguna clase.

Fue ordenado Diácono por el Obispo de Segorbe en 16 de marzo de 1861, y de Presbítero por el Arzobispo de Valencia en 15 de marzo de 1862.

Desde 1858 a 1863, primero en el Colegio de Valencia y después en el Colegio de Gandía, se dedicó a la enseñanza primaria elemental y superior y elementos de griego.

Durante estos cinco años hizo privadamente un estudio detenido de la Biblia, y este estudio modificó sus convicciones religiosas, haciéndole ver la falta de fundamento sólido de muchas doctrinas y prácticas de la iglesia Romana, y la imposibilidad de equiparar la autoridad de la revelación escrita con la autoridad de la tradición oral. Por este motivo no quiso jamás subir a un púlpito para predicar, ni se sentó en confesonario para oír confesiones privadas.

En este tiempo habían sido presos en España, por reunirse para leer la Biblia, Alhama, Matamoros Carrasco, y otros; y temiendo ser encarcelado como ellos, se expatrió voluntariamente y se refugió en Gibraltar, en agosto de 1863.

En esta ciudad estuvo por espacio de cinco años, dedicado a la enseñanza de lengua y literatura españolas, y de Matemáticas y Dibujo Lineal. Allí fue donde conoció a fondo y profesó públicamente las verdades evangélicas, y dedicó todo su tiempo disponible a la lectura de libros religiosos, preparándose para cuando el Señor le llamara a la predicación del Evangelio en su propio país.

A fines de septiembre de 1868, después de la revolución que derribó el trono de Isabel II, pudo volver a su patria, autorizado por el General Prim en Algeciras, y fijó su residencia en Sevilla. Aquí comenzó a predicar en casas particulares y en casinos públicos, reunió una congregación de adeptos y el día 1ro de enero de 1869 inauguró una capilla para el culto evangélico. Esta fue la primera capilla protestante que se abrió en España.

En noviembre de 1874 se trasladó a Madrid, para tomar el cargo de una congregación, cuyo pastor había fallecido en un naufragio. Y desde aquella fecha continuó residiendo en Madrid.

Durante los primeros años de libertad religiosa, se formaron aisladamente varias comuniones evangélicas en España, y deseando unirse y no teniendo un Obispo, constituyeron una alianza y adoptaron la organización presbiteriana. Por esta razón fue considerado como presbiteriano el señor Cabrera, aunque su ideal de una iglesia no era el presbiteriano, sino el episcopal histórico.

Pasaron algunos años, y en marzo de 1880 algunas congregaciones se mancomunaron en Sevilla y constituyeron la Iglesia Española Reformada, eligiendo para Obispo de la misma al Sr. Cabrera; y en un Sínodo, celebrado en Madrid, en febrero de 1883, fue confirmada esta elección.

Entonces comenzaron las gestiones para encontrar alguna Iglesia extranjera que se dignase transmitir el Episcopado a la Iglesia Española Reformada. Las gestiones fueron largas y laboriosas, y en ellas se invirtieron diez años. Al fin, la Iglesia de Irlanda proveyó esa necesidad; y en 23 de septiembre de 1894 fue consagrado Obispo de Madrid el Sr. Cabrera por tres Prelados de la dicha iglesia de Irlanda, a saber: William Conyugham Lord Pluncket, Arzobispo de Dublín, Charles M. Stack, Obispo de Clogher, y Thomas J. Welland, Obispo de Down & Connor.

Por espacio de cuarenta y cinco años el Sr. Cabrera se ocupó en la predicación y en el trabajo pastoral y episcopal. Aparte de esto ha hecho algunos trabajos literarios, a saber:

  • Una traducción española de la “Exposición de los XXXIX Artículos de la Iglesia Anglicana,” por el Obispo Edward Harold Browne. Esta traducción se publicó en ocho pequeños volúmenes, y en diferentes épocas. El volumen último se publicó en Madrid el año 1899.
  • “El Celibato forzoso del Clero.” Sevilla, año 1870.
  • “Catecismo de Doctrina y Vida Cristiana.” Madrid, 1887.
  • “Manual de Doctrina y Controversia Cristiana.” Dos volúmenes. Madrid, 1900.
  • “Poesías Religiosas y Morales,” donde hay gran número de Himnos, originales y traducidos. Madrid, 1904.
  • “La Iglesia en España desde la edad apostólica hasta la invasión de los Sarracenos. Reseña histórica.” Madrid, 1910.

Tenía varias obras en preparación, pero sus ocupaciones ordinarias y su edad avanzada no le permitieron terminarlas.

El grande y más importante trabajo del Sr. Cabrera fue la preparación y formación de la liturgia para la Iglesia Española Reformada, sacada principalmente de fuentes musarábicas. Se publicó en Madrid en 1889.

También fue, desde 1874, Editor de “La Luz”, el periódico evangélico más antiguo en España, que fue fundado por el Rev. Antonio Carrasco en 1869.

El Obispo Cabrera ha dejado inéditas sus dos últimas obras. Una de ellas es un poema acerca de su vida, y la otra una poesía titulada “A Alicante,” que compuso y escribió para que fuese leída en la Convención de Esfuerzo Cristiano que iba a celebrarse en la capital levantina. ¡Quién iba a decir al Sr. Cabrera que la poesía que dedicaba a su patria chica sería la última que escribiera!

El Reverendo Cipriano Tornos

Revista La Luz Año 50 Núm. 1030 Diciembre 1918, páginas 366-367

Durmió en el Señor el día 30 de noviembre de 1918

La Iglesia Protestante en España está de duelo. El Rev. Cipriano Tornos, una de las figuras representativas del protestantismo español, ha bajado al sepulcro a los ochenta y seis años de edad, y después de cuarenta y cuatro de activo servicio en la causa de Dios.

Nació el Sr. Tornos en Atea, provincia de Zaragoza, de padres humildes, y cuando contaba catorce años ingresó en la Orden Calasancia, la misma Orden a que perteneció el Obispo Cabrera antes de su conversión, recibiendo las órdenes de diácono al cumplir los veintitrés años. Bien pronto se dio a conocer como orador de extraordinarios dotes, valiéndole ello el ser nombrado predicador de la Capilla Real en los días de Isabel II. Cuando se estableció en España la libertad de cultos, con motivo de la Revolución del 68, Tornos dedicó todas sus energías a combatir la propaganda protestante que comenzó a hacerse en Madrid como en toda España. Pero de aquello mismo que él combatía con tanto ardor, fue poco tiempo después esforzado campeón. Hace algún tiempo, en una conversación que con él tuvimos, nos contaba su conversión con estas palabras que anotamos cuidadosamente:

“Estaba yo—nos decía él—en las Escuelas Pías de San Fernando, de esta capital, por pertenecer a la Orden. Allí, a más del profesorado, ejercía el cargo de confesor y también el de predicador. Corría el año 1873, cuando algunas de mis hijas de confesión empezaron a llevarme folletos de propaganda protestante, de los que se repartían por aquellos barrios, con motivo de haberse abierto en ellos una capilla evangélica. ¡Pobrecillas! ¡Cuán ajenas estaban de que aquellos libritos iban a producir resultados tan diferentes de los que ellas esperaban! La curiosidad con que al principio empecé a leerlos fue trocándose poco a poco en vivo interés por saber de las doctrinas en ellos contenidas; y he aquí como aquellos trataditos que el confesionario puso en mis manos, fueron la luz que iluminó mi alma. El mismo años abandoné el Romanismo, empezando a asistir a los cultos que se celebraban en la capilla de la Plazuela del Limón, que poco después se trasladaba al número 4 de la calle de Leganitos, y de la cual había de llegar a ser más tarde su pastor, predicando en ella mi primer sermón el día de Todos los Santos, del año 1874”.

En efecto, pasado algún tiempo, el Rev. Tornos quedaba como pastor de aquella iglesia, y como pastor de la misma ha terminado su carrera en este mundo.

Uno de los momentos más felices de su vida fue, sin duda, aquel en que, merced a la generosidad de uno de sus feligreses y con un legado que éste dejara al morir, pudo levantar la iglesia de la calle del Noviciado, con edificio para escuelas y casa pastoral, dejando así a la congregación del Salvador un templo propio.

La labor del Sr. Tornos ha sido muy compleja. Como pastor, ha desempañado fielmente su cargo, predicando tres veces a la semana durante más de cuarenta años; como director de El Cristiano, por años enteros se ha escrito y confeccionado él solo el número de cada semana; y como presidente de la Iglesia Evangélica Española y de la Alianza Evangélica Española, también ha realizado una labor no pequeña.

Puede decirse que Tornos sólo estuvo una semana enfermo, pues el Domingo, 24 de Noviembre, predicó en los dos cultos. Únicamente al predicar en el de la noche, come se sintiera indispuesto, abrevió su sermón, y bajó del púlpito. Desde el día siguiente, fue la enfermedad avanzando lentamente, hasta que en las primeras horas de la noche del sábado 30 dio el espíritu a Dios.

Su entierro fue una verdadera demostración del sentimiento que en todos había causado la muerte del anciano pastor y de las simpatías con que contaba entre los evangélicos de todas las denominaciones. A las diez y media de la mañana del lunes, se celebró un culto fúnebre en el salón de actos, dirigiendo el Rev. Jorge Fliedner, pronunciando breves discursos los Revs. Guillermo Gulick y Fernando Cabera, y terminando con una oración D. Teófilo Wickman. Acto seguido se puso en marcha el fúnebre cortejo, llegando al Cementerio Civil a la una de la tarde. En el Cementerio dirigió el culto el Rev. Juan Fliedner, hicieron uso de la palabra D. Carlos Araujo y D. Francisco Albricias, y puso término al acto una oración de don Adolfo Araujo. Terminando el acto, la numerosa concurrencia emprendió el regreso a la ciudad, profundamente impresionada por la muerte del querido hermano, aunque gozosa ante el convencimiento de que ha ganado ya la corona de la vida.

Ocioso es decir que LA LUZ siente la pérdida del Rev. Tornos como cosa suya, y que envía a la madre política del finado y a la Iglesia del Salvador su más sincero pésame, pidiendo al Señor que les depare un sucesor digno del que por tantos años ha sido su pastor, y más digno aun de la causa a que ha de consagrarse.

Crónica

Revista La Luz Año 50 Núm. 1030 Diciembre 1918, página 364 [no se nombró autor]

Nuestras primeras palabras este mes habrán de ser un tributo a la memoria del hombre íntegro, del alma buena, que acaba de entrar en el reposo del Señor. Don Cipriano Tornos era el caudillo venerable, querido y respetado por todos los evangélicos españoles, que supo luchar siempre con ánimo esforzado e infundir alientos a las huestes que capitaneaba.

Como todos saben, D. Cipriano Tornos procedía de la Iglesia Católica, y había sido, como el llorado obispo Cabrera, fraile escolapio. Alma eminentemente religiosa, pronto alcanzó gran renombre como orador sagrado, siendo nombrado predicador de la Real Capilla en los tiempos de Isabel II. Hombre sincero, fue un adalid de su Iglesia mientras creyó que ella estaba la verdad de Cristo, y combatió al Protestantismo introducido en España a raíz de la Revolución de Septiembre. Pero cuando se convenció de que la verdad del Evangelio se hallaba en el Protestantismo y no en su Iglesia, no quiso hacer traición a su conciencia, y de adversario convirtióse en defensor de la fe que antes combatía. Cuarenta y cuatro años ha durado su combate espiritual. Desde el púlpito de Leganitos, semana tras semana su palabra elocuente y llena de unción espiritual edificó y arrebató el corazón de sus oyentes. Por centenares se ha contado el número de las almas que se convirtieron a Cristo el influjo mágico de su voz; y es que hablaba con fuego santo, poniendo a contribución todo el entusiasmo de su alma grande, dejando que el fervor de su corazón se derramase por su boca.

El llorado caudillo tenía dos congregaciones. Una que le escuchaba desde los bancos de su iglesia, y otra que le siguió atenta en las columnas de El Cristiano. Se contaban por cientos las personas que esperaban con interés permanente la llegada del periódico por sólo leer lo que D. Cipriano escribía; y como escribió poniendo el mismo fervor que cuando hablaba, fueron muchos los que por medio de la lectura de sus artículos llegaron a conocer a Cristo.

Ha muerto como los héroes: en la brecha. Por su avanzada edad hacía ya mucho que tenía derecho a un bien ganado descanso, y, sin embargo, ni pensó en él. Con sus ochenta y cinco años continuaba escribiendo y predicando, dando ejemplo de amor al trabajo y revelando un ánimo templado como pocos se hallan. Con toda justicia puede decirse de él que ha peleado la buena batalla, que ha terminado su carrera, que ha guardado la fe. Su obra ha sido grande, magnífica, como la de un siervo de Dios que se entrega de lleno al servicio del Maestro. Ahora muerto, su memoria está pidiendo fieles y dignos imitadores.

7 comentarios sobre “En conmemoración del primer centenario de la Versión Antigua de la Reina-Valera 1909-2009”

  1. «Y de ella recibisteis vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados». Efesios 2:1 RV 1909.

    In my opinion, «ella» refers to «potencia de su fortaleza» (his mighty power) mentioned in chapter 1, verse 19b. Of that power it is said in chapter 1 verse 2 that «obró en Cristo». Then in 2:1 it takes back the topic of «his mighty power» to say we received a portion of that power when we were dead in sin and trespasses. The reason why the pronoun «ella» (she) is used here is that the Spanish word for power used here is «potencia», which is a noun of female gender in Spanish. It seems to me this is consistent since in 1:19b-20 it is stated that God’s power raised Christ from the dead. Then in 2:1 it says we received that power, too, with the result that, even though we were dead in sin (v.1) we were raised to life (v. 5). Same power, same result. This from Eph. 2:1 as rendered in RV 1909. God bless.

  2. Que interesante saber acerca de esta version, quienes fueron las personas que estan detras de esta revision, casi no se sabe de esto. gracias Hno Calvin George, por estos pequeños fragmentos de historia y tan valiosa investigacion.

    Dios le Bendiga

  3. Que problema nosotros los cristianos que somos ignorantes de tantos detalles y personas que amaron a Cristo y a las personas. ¡Que hermoso hubiera sido estar ahí!

    Hermano Calvin gracias por deleitarnos en esta historia preciosa de hermanos y hermanas comprometidos con la gran comisión. Ahora la cereza del pastel sería conocer los himnos del hermano Juan Bautista Cabrera. El primero es el que me llama poderosamente la razón porque creo es que lo que más necesita el cuerpo de Cristo.

    Bendiciones y Paz,
    Lorenzo

  4. Apreciable Sir Calvin George,
    This article has been very interesting to me.
    Since I was looking for biographies about our christian ancents, I was amazed by reading
    the first 100´s Reina – Valera´s Anniversary. I forgot that very important version.
    Well, in other hand, I would like to know how is the people around the world celebrating this fact. I mean, the Spanish spoken people.
    May I get your permission for sharing this info in my TV program at the Web?
    This is the TV channel I talking about: http://www.justin.tv/tuliptv
    I thank God for your life.

    Oscar Retreage.
    Member from Iglesia Bautista de la Gracia. (México).
    http://www.graciasalvadora.com

  5. Tengo que felicitar a la persona ó personas que se han cuidado de recordar la vida y la obra de un ciervo de Dios como Cipriano Tornos. Desde esta pagina animo a que se siga recordando a tantos Hermanos que han dado su vida por el anuncio del evangelio.
    Me acuerdo en estos momentos de aquellos hombres dedicado a llebar las Sagradas Escrituras por los pueblos, los mismos que las introducian en España para saciar las ansias de la palabra de Dios que tenía el pueblo Español.
    Recordar a los pastores que fueron ejecutado por el solo hecho de decir que Dios quiere al pecador y que dió a su hijo para que el mundo sea salvo por su sacrificio. Hermanos es bueno que la memoria del pueblo Evangelico, su testimonio y su fe sean conocidas en todo el mundo.

  6. Acabo de conseguir la edición original de esta revisión, hecha en España en 1901. La compré en Mercado Libre y está en muy buen estado. Sólo trae algunos «peccata minuta».

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