Jugando al noviazgo

Muchos de los juegos de niños tienen que ver con cosas de la vida de los adultos. Las chicas juegan con muñecas. Los varones con autos y tractores. No hay nada malo en esto. Hoy en día, a una edad temprana, los jóvenes quieren dejar atrás los juegos de niños y experimentar con la vida real. En mi niñez jugué al hogar con mis hermanas Con algunas tablas de madera o ramas de árboles marcamos los bordes de los cuartos de la casa. Tuvimos tapas de jarros por platos y latas para ollas de cocina. Una caja de fruta, patas para arriba, servía de mesa. Hacíamos galletitas de barro con pequeñas piedras por pasas de uvas. Los poníamos en el sol a secar en vez de un horno.

Hoy en día un juego favorito de niños y jóvenes se llama amores. El ganador es él que gana el cariño de una chica. El vergonzoso que pierda es aquel que no tiene novio/novia. El de tener su casa propia, para ellos, está tan lejos como nuestra casa de ramas de árboles. Sin embargo, entran en amistades íntimas y experiencias emocionales sin darse cuenta de lo que será el resultado.

Los jóvenes deben estar ocupados en desarrollar su capacidad mental para aquel día cuando les toca ganarse la vida y proveer para una esposa y tener su propio hogar. No es que no hay tiempo para diversión, pero no se debe estar jugando al noviazgo. Más adelante habrá tiempo para esto y entonces no será un juego.

Debemos tomar en cuenta los resultados del noviazgo prematuro. Entre ellos son los siguientes:

1. El noviazgo prematuro estorba a los jóvenes en sus estudios. Para ellos, es difícil concentrarse en sus estudios. Su mente está en su novio/novia. «¿Qué está haciendo él/ella? ¿Me ama de verdad? ¿Qué dirá a ella/él mañana? ¿Cómo debo tomar lo que ella me dijo ayer?» Hay un aumento de preocupaciones. El de sacar buenas notas en sus estudios es de menos importancia. El tiempo no alcanza para noviazgo y cumplir con los estudios.

2. En vez de desarrollar amistades con otros que pueden ser benéficos, están gastando todo su tiempo el uno con el otro. Se enfrían amistades que ya tienen por no pasar tiempo con ellos.

3. El noviazgo prematuro impide a los jóvenes de disfrutar de su juventud. Son algunos seis a ocho años, no más y el joven debe aprovecharse de las oportunidades de disfrutar de las lindas experiencias que hay para los de esta edad. Son experiencias como el de participar en deportes, la pesca, cazar. Para las chicas puede ser el de aprender algo sobre la costura o cocinar o aprender otra idioma. En verano puede ser el de ir al campamento o ir con otros jóvenes por un viaje misionero, etc. El joven que está de novio, muchas veces, no encuentra tiempo o interés en tales cosas.

4. El noviazgo prematuro resulta muchas veces en corazones quebrantados. La amistad llega a ser cada vez más íntima, en especial para las chicas. Ellas entregan su corazón a su novio. Pero el muchacho no siempre toma su noviazgo tan en serio. Para él, no es tan difícil romper la relación. Para ella es un shock emocional. Es un rechazo y por algunas semanas ella queda deprimida. Resulta que ella pierde ánimo y le cuesta mucho volver a la vida normal. Los muchachos sienten lo mismo. A veces ellas acaban suicidándose o entregándose a un vicio.

5. Si la relación llega a ser más y más íntima, hay pasiones carnales que son cada vez más difíciles de controlar. Si por casualidad ellos quedan solos por dos o tres horas en la casa de uno de sus padres, ellos empiezan a jugar al hogar. El resultado es que hay embarazos prematuros con todo el traumatismo que trae para la chica y sus padres. Noviazgos prematuros siempre terminan en traumatismo. Si no es el shock emocional que viene al romper la relación, es la angustia que resulta de deseos carnales cada vez más fuertes que no pueden ser satisfechos, o si son satisfechos es de una forma ilegitima con dolor y vergüenza.

Vivimos en una sociedad enloquecida con el sexo. Es una indicación clara de que nuestra cultura está en decadencia. El creyente debe tener la suficiente prudencia de saber que no tiene que ser llevado por delante por la cultura. Si estamos entregados a la voluntad de Dios, vamos a experimentar todos los placeres carnales que hay, pero en su debido tiempo y de una forma legítima. Debemos tener normas que se conforman con el consejo que Pablo nos da en Efesios 4:17-24: «Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad». Pedro también nos anima con estas palabras: «Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo».

Padres deben ser diligentes en enseñar a sus hijos de lo desagradable del noviazgo prematuro. Haga todo lo posible en preparar a sus hijos a huir de las «pasiones juveniles». (II Timoteo 2:22) Si, a pesar de todo, su hijo/hija no tiene la fuerza de negarse a ser llevado por la corriente de la cultura, debe saber que no es cruel prohibir su participación en lo carnal. Será por el bienestar de su hijo y más adelante él o ella va a estar agradecido que ustedes tuvieron la valentía de decir «no».

Joven, sea prudente. Disfruta de tu juventud. No juegue con lo que va a lastimarle. El noviazgo prematuro, igual a los vicios, va a dejarte dolorido y avergonzado. No entregues tu alma y tu cuerpo a lo que va a tirarte abajo. Abre tus ojos y verás que otros jóvenes han sufrido por jugar al noviazgo. Eclesiastés 3:1 dice que «todo tiene su tiempo». Más adelante, tendrás tiempo para el noviazgo. Si no estás en condiciones de pensar en serio en casarse, entonces no es tiempo. Lo que haces fuera de tiempo siempre sale mal. Entrégate a la voluntad de Dios y él te indicará cuando es el tiempo de pensar en serio sobre el noviazgo.

 

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