La naturaleza de la adoración evangélica

«Hágase todo para edificación … porque Dios no es Dios de disensión sino de paz … Empero hágase todo decentemente y con orden». 1 Corintios 14:26, 33, 40

La palabra «evangélica» viene de la palabra «evangelio», cuyo significado es igual a las palabras «buenas nuevas». «Evangélico», entonces quiere decir «algo agradable o en el espíritu de» el evangelio del Nuevo Testamento.

La adoración evangélica quiere decir, entonces, adoración agradable al evangelio como se encuentra en el Nuevo Testamento. Nuestra adoración debe estar en armonía con la revelación del carácter y el propósito de Dios declarado en el evangelio. Aquella revelación comenzó con el nacimiento de Jesús y terminó cuando la iglesia cristiana fue establecida y convencida de la presencia permanente de Cristo y el poder continuo de la persona del Espíritu Santo. Es decir, la adoración evangélica está basada sobre las enseñanzas totales del Nuevo Testamento acerca de Dios.

Nuestra adoración a Dios mostrará nuestras doctrinas acerca de Dios. Por eso, debemos estudiar nuestra forma de adoración. A veces estamos enseñando por medio de nuestra adoración que Dios es un Dios de confusión en vez de un Dios de paz. A veces no estamos edificando a los oyentes, sino distrayendo sus espíritus. El evangelio es un evangelio de orden y debemos adorar a Dios con orden. Pablo dijo: «Hágase todo para edificación… porque Dios no es Dios de disensión sino de paz… empero hágase todo decentemente y con orden». En nuestro estudio tengamos estas palabras de Pablo en nuestra mente.

La palabra «adoración» en este estudio quiere decir el programa total de un culto. Cualquier culto de la iglesia es un culto de adoración a Dios. El culto de predicación, el culto de oración, el culto de estudio bíblico y los cultos especiales de la iglesia.

Todos los cultos de la iglesia deben ser planeados para que todos los oyentes tengan una experiencia personal con Dios.

Adoración evangélica es:

1. Adoración Madura (sazonada)

La primera cosa es que las personas maduras deben adorar a Dios en una forma madura. Eso sí que es lo que dice el Nuevo Testamento. Los primeros cristianos abandonaron el antiguo sistema de adoración que incluía sacrificios y ceremonias, y se acercaron a Dios directamente y sin la mediación de tales actos externos. Pablo habló de los métodos antiguos como rudimentarios (Col. 2:8; Gál. 4:3). Cuando Pablo descubrió a muchos en las iglesias de Galacia practicando el método antiguo, les preguntó: «Mas ahora, habiendo conocido a Dios, o más bien, siendo conocidos de Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los flacos y pobres rudimentos, en los cuales queréis volver a servir?» Gál. 4:9. Él dijo a los Corintios, «no seáis niños en el sentido … empero perfectos en el sentido». La palabra traducida «perfectos» quiere decir «maduro», «sazonado». Debemos, entonces, adorar a Dios o acercarnos a Dios maduramente.

Adoración evangélica es:

2. Adoración Espiritual

Una experiencia de adoración vital sucede dentro de la mente o la conciencia (conocimiento, sentido) del adorador. Encontramos en el Nuevo Testamento expresiones como «la mente del Señor» (Rom. 11:34) «la mente de Cristo» (1 Cor. 2:16), y «la mente (intento) del Espíritu» (Romanos 8:27).

Adoración en su forma más alta sucede cuando los adoradores piensan de Dios y con Dios por medio de la «mente de Cristo». Adoración Evangélica, entonces, denota el uso completo de las facultades mentales. Tiene como propósito traer las mentes humanas y la mente de Dios dentro de un entendimiento y acuerdo.

Entonces, en la adoración, algo debe pasar dentro de cada adorador, algo que afectará su vida espiritual.

Adoración evangélica es:

3. Adoración Didáctica

La adoración didáctica es adoración destinada o dedicada a enseñar. Hace lo posible por tener ideas cristianas dentro de la mente.

Por eso, instrucción, por medio de la enseñanza y de la predicación es un elemento indispensable de adoración porque es un método de trasladar la verdad del evangelio de la Palabra escrita a la mente activa de los adoradores. Adoración didáctica es una adoración con el propósito de enseñar a la gente a mudar o cambiar de opinión por medio de la agencia del lenguaje humano. Cada cosa (la oración, la lectura, la predicación, la música) en el culto debe tener el fin de enseñar. Parece que la gente en Corinto habló, oró y cantó «en lenguas». Pablo tituló esto «hablando al aire», 1 Cor. 14:91, porque no tenía ninguna relación con el entendimiento, es decir, no tenía valor didáctico. En contraste. Pablo dijo que cada cosa hecha en la adoración debe ser «hecha para edificación»; que los hombres en la adoración no deben ser «niños en el sentido … empero perfectos (maduros) en el sentido» y que es mejor hablar «cinco palabras» con el «entendimiento» y que tengan como propósito «instruir a otros», que «diez mil palabras en una lengua». Notemos las palabras que Pablo usó tales como «edificación», «entendimiento», «sentido» e «instrucción», todas son didácticas en su naturaleza. La adoración evangélica siempre requiere un elemento didáctico.

Debemos estudiar la adoración en nuestras iglesias con el fin de saber su valor didáctico. Es mejor tener «menos palabras» y una adoración más real que tenga un propósito definido.

Adoración evangélica es:

4. Adoración Personal

La palabra «personal» está usada aquí en el mismo sentido en que Lutero la usó cuando insistió en el carácter personal de la fe. Él dijo muchas veces que cada persona tiene que creer por sí misma así como cada una tiene que morir por sí misma.

En forma similar puede ser dicho que la adoración es personal. En la adoración cada creyente está a solas con Dios, aunque alrededor de él haya muchos otros adoradores. Si la adoración es una experiencia genuina, cada uno tiene que decir, Dios es mi Dios. Su gracia me ha venido a mí. Es decir, cada uno personalmente tiene su encuentro con Dios.

Cabe aquí decir algo del valor de la adoración pública. Aunque cada individuo tiene que adorar a Dios personalmente, él necesita del estímulo de otros adoradores. Cada individuo en el grupo es estimulado con la presencia de otros con iguales intereses, aspiraciones y necesidades. El propósito de la adoración es que todo el grupo se encuentre en armonía con Dios. Por eso, encierra lo que necesita el grupo entero en vez de la necesidad de un individuo. Pero la adoración no puede realizar su propósito general sin hacer algo por los individuos particulares del grupo.

Al planear un culto de adoración debemos reconocer las necesidades del grupo y tener un culto de adoración tan bien preparado que cada uno en el grupo tenga una experiencia personal con Dios.

Adoración evangélica es:

5. Adoración Evangelística

La palabra «evangelística» está usada en el sentido popular de efectuar una decisión y persuadir hacia una acción. Los cristianos primitivos enseñaron y predicaron con diferentes propósitos.

1) A veces fue el de proclamar los eventos del evangelio. En este caso trataron de convencer a los oyentes de que Jesús fue el Mesías y relataron la historia de su ministerio, especialmente las enseñanzas de su muerte y de su resurrección. (Hech. 28:31).

2) En otras ocasiones explicaron lo que significan estos eventos. (Hechos 28:23).

3) En otras oportunidades trataron de persuadir a la gente a fin de que pusieran en práctica las verdades de estos eventos. Por eso leemos que trataron de persuadirles a aceptar las cosas respecto al reino de Dios (Hech. 19:8), a arrepentirse de sus pecados (Hechos 2:38; 3:19; 17:30), a volver a Dios (Hechos 26:28), a producir buenas obras (Hech. 26:20) y vivir por la gracia de Dios (Hech. 13:43).

Para ser evangélica verdadera, la adoración debe estar compenetrada de motivos y propósitos para persuadir, debe utilizar materiales designados para mover a decisiones y acciones. Es decir, debe ser evangelística.

Conclusiones

Tenemos que admitir que la adoración evangélica hace una severa demanda en los altos poderes de la naturaleza humana. Pone a los hombres a pensar, a adorar con sus mentes como con sus corazones; y da al Espíritu de Dios una oportunidad de mover sus voluntades; y pone las emociones producidas en la adoración a trabajar en sus caracteres.

Los pastores tienen la responsabilidad de poner en la adoración lo que debe tener. La adoración evangélica debe ser madura, espiritual, didáctica, personal y evangelística.

El Promotor de la Educación Cristiana, 1955

 

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