Archivo de diversos artículos de la revista «El Escudo de la Fe»

Lo siguiente es un surtido de artículos de temas variados publicados mayormente en la década de los noventa en la revista cristiana de Puerto Rico El Escudo de la Fe. Publicado con permiso.

¡Acaba el Trabajo!

Dr. Roy R. Wise

Muchos cristianos empiezan un ministerio y lo dejan sin acabar. Las iglesias están llenas de gente que “solían” hacer esto o aquello para el Señor. Solían ir a ganar almas o solían tener un tiempo devocional con sus familias cada día. Solían trabajar fuerte en cada área del ministerio de la iglesia o solían estar presentes en cada servicio de la iglesia. El tirar la toalla se ha convertido en un estilo de vida para mucha gente. Y aún así, Dios espera que cada cristiano permanezca en Su voluntad y acabe el trabajo que Él tiene para que cada uno de ellos cumpla.

Discernir Cuál Es Su Voluntad

Si tenemos que acabar el trabajo, debemos discernir primero cuál es Su voluntad. ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida? Su voluntad en cuanto a la salvación, el bautismo, la fidelidad a la iglesia local, el ganar almas, la oración, el estudio bíblico, el diezmar, la separación del pecado y cualquier lazo existente, y muchas cosas que son demasiado numerosas para mencionar están claramente presentadas en Su Palabra. Su voluntad en cuanto al servicio para Él se discierne fácilmente a través de la oración, la Escritura y la dirección del Espíritu Santo.

Calcular El Costo

En segundo lugar, debemos calcular lo que nos va a costar. “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él” (Lucas 14:28-29) Lo siguiente es que podemos cobrar ánimo para acabar el trabajo a través del ejemplo del Señor Jesucristo. “Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado” (Juan 5:36). “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30).

Tener Determinación

Finalmente, debemos cultivar una determinación constante para acabar el trabajo. El ejemplo del apóstol Pablo ha sido de ánimo para muchos cristianos desanimados quienes estaban a punto de tirar la toalla. “De manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia.” (2ª Corintios 8:6). “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2ª Timoteo 4:7). ¡Qué cuando lleguemos al final de nuestra carrera en la tierra, podamos decir por Su gracia con el Señor Jesucristo, “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4)! ¡Acaba el trabajo!

Acción de gracias en la oración

Por el Rdo. Dale Cunningham

Muchas veces miramos a la oración como un rito; sin embargo, en las Escrituras encontramos que la oración no es un rito, sino una relación. En Jeremías 33:3 dice «Clama a mí»; puesto que la oración es una relación, Dios dice: «Yo quiero que tú me hables». Y es el deseo de Dios el oír sus más profundas inquietudes. Sin embargo, los tiempos más preciosos en la oración son aquellos que envuelven acciones de gracias. Para esto, veamos del Salmo 116, el impacto que las acciones de gracias en la oración pueden tener en la vida cristiana.

1. Las acciones de gracias nos recuerdan de la presencia de Dios

En los vv. 1-2 dice: «Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas; porque ha inclinado a mí su oído; por tanto, le invocaré en todos mis días». Note tres cosas importantes: (1) El oyó mi voz, (2) El inclinó su oído y (3) El oyó mis súplicas. Cuando Ud. se encuentra en medio de las dificultades de la vida, pero aun así Ud. empieza a orar y a agradecerle a Dios por lo que Él es, esto le recuerda de Su presencia. El salmista dice: «Ha oído mi voz»; debemos estar agradecidos al saber que nuestro Padre Celestial escucha nuestra voz. Nadie como Dios entiende tan bien mis circunstancias y mis problemas; El conoce mis necesidades diarias; El conoce mis pensamientos y Él sabe lo que necesito a cada momento. El estar agradecidos a Dios nos recuerda de la presencia de Dios, que Él siempre está para ayudarnos.

2. Las acciones de gracias me hacen poner la mirada en el Señor en vez de en las circunstancias

El problema más grande en nuestras vidas somos nosotros mismos. Cuando fijo la mirada en mí y me afano por mi vida, actúo egoístamente; pero cuando empiezo a agradecerle a Dios por quién es El, empiezo a poner la mirada en Dios y no en mí mismo. El salmista escribió este salmo de acción de gracias al haber sido rescatado del peligro. Note en el v. 3, el peligro en el que estaba: «Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del Seol; angustia y dolor había yo hallado». Pero note el cambio que ocurre en el v. 4. En el v. 3 tiene su mirada en sí mismo, pero en el v. 4 pone nuevamente su mirada en el Señor al decir: «Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: «Oh, Jehová, libra ahora mi alma». No importa en que circunstancia Ud. se encuentre en este momento, necesita (1) estar agradecido al Señor y (2) poner la mirada en El y no en usted.

El Salmo 18 también es un salmo de acción de gracias y oración en donde podemos apreciar a otro hombre que también quitó sus ojos de sí y los puso en el Señor. De los vv. 3-6 dice:

«Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me rodearon, me tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos».

Notó el cambio que hubo en el v.6 al salmista adorar a Dios con agradecimiento. Entonces Dios escucha su oración y esto cambia todo lo que ve, ya no se ve a sí, sino que mira a Dios.

3. Las acciones de gracias preparan mi corazón para la adoración

En Salmos 116:5 dice: «Clemente es Jehová, y justo; sí, misericordioso es nuestro Dios». Podemos ver dos cosas de nuestro Dios en este versículo. (1) Él es clemente, es por Su clemencia y su misericordia que Él nos oye. Ud. y yo no merecemos ser oídos por Dios. Pero podemos venir a el a través de la preciosa sangre de Jesucristo. Y por su clemencia, puedo hablar con El. (2) Él es justo. Por la justicia de Dios que hay en mí, yo sé que El guardará la promesa de escucharme y contestar mi clamor. Así que, resumamos lo que hasta aquí el salmista ha dicho: Primero, la acción de gracias me recuerda de Su presencia; segundo, transfiere el enfoque de mí a la persona de Dios; entonces mi corazón está listo para la adoración. Ahora note el resultado de estas tres cosas.

4. Las acciones de gracias nos alientan cuando estamos cansados y exhaustos

Note en los vv. 7-8 que dice: «Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien. Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar». Un esposo encuentra reposo cuando regresa a su hogar. Un sabio encuentra reposo en la verdad. Israel encontró reposo en Canaán. Y un creyente encuentra reposo en Dios. En este día, no importa por lo que estás pasado, continúa tu día con acción de gracias y termina tu día con acción de gracias.

Las acciones de gracias te dirigen a Dios. La oración no es un rito de la religión. La oración es una relación con nuestro Padre Celestial. Adórele y esté agradecido con El, porque todo procede de El.

Algún día usted se presentará ante Dios

APRECIADO AMIGO:

Algún día usted y yo tendremos que presentarnos delante de Dios. ¿Puede imaginarse algo más serio? Será imposible evadir nuestro encuentro con Dios. Dios nos ha advertido: “Y de la manera que está establecido para los hombre QUE MUERAN UNA SOLA VEZ, y después de esto EL JUICIO” (Hebreos 9:27). ¡Cuán horrible será ese día para las personas que han rechazado al Señor Jesucristo! “¿Cómo escaparemos NOSOTROS, si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 2:3). Por favor note cuidadosamente cómo usted se puede preparar para su encuentro con Dios.

Nadie es justo

De esta manera Dios ve la raza humana: “Como está escrito: no hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). ¡Ninguno! “Por cuanto TODOS PECARON, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23). Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Rom. 5:12). Como nadie busca al médico hasta que se da cuenta de su condición enferma, así tampoco nadie busca al Salvador hasta que ve su condición pecaminosa. ¿Está dispuesto a reconocer delante de Dios que usted es un pecador? Usted y yo somos pecadores no sólo por los pecados que cometemos, sino por la naturaleza humana que heredamos de Adán.

Los injustos no pueden ir al cielo

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?” (1 Corintios 6:9). “Los malos serán trasladados al infierno, todas las gentes que se olvidan de Dios” (Salmos 9:17). De ninguna manera usted puede entrar en el cielo hasta que sus pecados sean perdonados.

Nadie puede crear su propia justicia

“Porque ignorando LA JUSTICIA DE DIOS, y procurando establecer LA SUYA PROPIA, no se han sujetado a LA JUSTICIA DE DIOS” (Romanos 10:3). La membresía en una iglesia, el bautismo, la comunión, el dar limosnas, el intento de vivir una vida moral, etc., no pueden hacernos justos ante la vista de Dios.

Se puede ser justo por medio de Jesucristo

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21). “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu” (1 Pedro 3:18). ¡Tan grande es el amor de Dios para con nosotros! Dios permitió que Su propio Hijo fuera crucificado sobre una cruz tan cruel para que así nosotros pudiéramos ser justos y perdonados.

Usted puede recibir la justicia de Dios por fe ahora mismo

“Porque el fin de la ley es CRISTO, para justicia a TODO AQUEL QUE CREE…que si CONFESARES con tu boca que Jesús es el Señor, y CREYERES en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo…porque TODO AQUEL que INVOCARE el nombre del Señor, será SALVO” (Romanos 10:4, 9, 13).

¡Usted debe cuidar su alma eterna para que NO SE PIERDA! No pase otro minuto apartado de Jesucristo. El le amó suficientemente para MORIR en su lugar. El está tocando la puerta de su corazón en este momento y le pide permiso para entrar en su vida. Note nuevamente Su maravillosa promesa: “Porque todo aquel que INVOCARE el nombre del Señor, será salvo.” ¿Está dispuesto a reconocer delante de Dios que usted está perdido sin Cristo, que usted no puede justificarse por sí solo delante de Dios en sus propios méritos y RECIBIR A JESUCRISTO como su UNICO y SUFICIENTE SALVADOR.

Lea la siguiente oración varias veces. Luego, con toda sinceridad, incline la cabeza y LLAME (dígale) al Señor, pidiéndole que le perdone y que le salve.

“Señor mío, yo confieso que soy un PECADOR CULPABLE y que NECESITO SER SALVO. Yo creo que el Señor Jesucristo murió en la cruz para pagar por mis pecados. Por favor, perdóname mis pecados. Ven a mí corazón y salva mi alma. Ahora mismo recibo a Jesús como mi propio Salvador personal. Amén.”

Cinco razones porque no soy un Testigo de Jehová

¿Es cristiano escribir algo acerca de las creencias falsas de una secta religiosa? Creo que sí. Aproximadamente la tercera parte del Nuevo Testamento se ha escrito para combatir el error y para advertir a la Iglesia de los falsos profetas. ¿Por qué? Porque es de eterna importancia lo que uno cree. Jesús dijo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mateo 7:15). Además, la Biblia dice, «Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito)» (Gálatas 1:8). La Verdad de Dios jamás cambia. Hay personas que dicen ser profetas verdaderos con un mensaje divino, mintiendo. Estos falsos profetas enseñan a «otro Jesús», «otro espíritu» y «otro evangelio» (2 Corintios 11:4). «Además, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo». (I Juan 4:1).

Nadie debe aceptar una doctrina como verdad, sin investigarlo primero. Yo quisiera compartir contigo CINCO RAZONES BIBLICAS por qué no soy un «Testigo de Jehová».

I. Tienen Una «Biblia» Falsificada

La Biblia vendida por los testigos de Jehová, «Traducción del Nuevo Mundo,» tuerce y cambia el sentido de los manuscritos griegos a su antojo. Los cambios se hacen siempre para favorecer su propia posición doctrinal.

La Biblia dice: «…Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida…» (Apocalipsis 22:18-19).

Ejemplos de violaciones

(1) Mateo 25:46 dice, «E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna». Ellos han cambiado la frase «castigo eterno» a «cortamiento eterno» para apoyar su doctrina falsa que no hay infierno.

(2) San Juan 1:1 dice, «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». El Verbo es el Señor Jesucristo (v. 14). Cambian la frase «y el Verbo era Dios» y ponen «la Palabra era un dios». No existe apoyo en ningún manuscrito griego para tal manipulación del texto. Su único propósito es negar la deidad absoluta de Jesús.

(3) Colosenses 1:16, 17, 20 dice, «Porque en él fueron creadas todas las (X) cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo (X) fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las (X) cosas, y todas las (X) cosas en él subsisten…y por medio de él reconciliar consigo todas las (X) cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz». Los testigos de Jehová han insertado la palabra «otras» en el lugar de cada «(X)», sin base alguna en el texto original de la Biblia. ¿Por qué? Para apoyar su doctrina anticristo que Jesús es una creación y no el Creador de todas las cosas, como la Biblia afirma.

(Véase: Filipenses 2:9 donde ocurre la misma cosa de nuevo.) Justamente, esta secta cae bajo la acusación de «añadir» y de «quitar» de las Santas Escrituras.

«No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.» (Proverbios 30:6).

Declaraciones de Expertos

Dr. Bruce Metzger de la Universidad de Princeton dice que la traducción bíblica de los testigos de Jehová es «una mala traducción de proporciones aterradoras».

Dr. Julius Mantey, autor de una famosa gramática griega dice que es «una traducción equivocada que da vergüenza».

Dr. William Barclay de la Universidad de Glasgow dijo, «La distorsión deliberada de la verdad por esta secta se ve en su traducción del Nuevo Testamento…la evidencia abunda que una secta que traduce el Nuevo Testamento de esta manera no es honesta intelectualmente».

Dr. Eugene A. Nida, director del departamento de traducción, Sociedades Bíblicas de América, dijo, «La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras aparentemente fue hecho por personas quienes no tomaron en serio la gramática griega».

II. Enseñan Doctrinas Anticristianas

Las doctrinas de los testigos de Jehová están en oposición diamétrica al cristianismo bíblico. No existe ningún área de acuerdo entre los dos.

Niegan las siguientes doctrinas cristianas: la deidad absoluta de Cristo, la personalidad y la deidad del Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, la resurrección corporal de Jesús, la segunda venida visible y literal de Jesús a la tierra, la existencia del infierno, la naturaleza depravada de todos los hombres y el evangelio de la salvación por medio de la gracia de Dios.

En la Santa Biblia, sobresale la importancia de la naturaleza de Dios (La Trinidad), y de la Persona y la obra de Jesús (su deidad y resurrección corporal). Los testigos enseñan la doctrina de un dios menor que Dios y de un salvador menor que Dios. Tal Cristo jamás podría salvar a nadie.

La Santísima Trinidad

Deuteronomio 6:4 enseña que Dios es uno. «Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es». La palabra hebrea traducida «uno» en este texto significa «uno en unión con otros». Dios es el Tres-En-Uno.

El Padre es Dios – 2 Pedro 1:17.
El Hijo es Dios – Juan 20:28.
El Espíritu Santo es Dios – Hechos 5:3-4.

Un texto bíblico es tan claro en esto, que los Testigos y otros antitrinitarianos lo han quitado por completo a I Juan 5:7 de sus Biblias: «Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.»

El hombre, quien ha sido creado conforme a la semejanza y la imagen de Dios es tripartito (Génesis 1:26-27; 2:7), siendo una persona, Ud. es alma, espíritu y cuerpo.

«Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.» (I Tesalonicenses 5:23).

La Resurrección de Jesús

Dice Hebreos 13:8, «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos». Jesús, sin dejar de ser Dios, tomó la forma humana para poder sufrir la muerte por todos los hombres.

Mateo 1:23 dice de Jesús, «…Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.» (Véase: Juan 1:1-3,14; Filipenses 2:5-11). Contrario a lo que los testigos enseñan, las Escrituras dicen que Jesús resucitó corporalmente de la tumba «al tercer día». «Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré…él hablaba del templo de su cuerpo». (Juan 2:19-21; Véanse: San Lucas 24:36-39, Hechos 2:24-26.)

Con decir que Jesús no resucitó de la tumba, los testigos ponen a Cristo como un falso profeta y engañador.

«Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados…Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos». (I Corintios 15:16, 17, 32b).

III. La Autoridad Humana

El cuerpo gobernante de la Sociedad del Atalaya dice que es «el buen siervo fiel» quien únicamente es capaz de dar «el alimento espiritual en el tiempo aceptable a los de la fe». (Watchtower, 1ro de febrero de 1952, página 80)* Más tarde dijeron, «aquellos que reconocen la organización teocrática visible, por lo tanto, tienen que reconocer y aceptar la elección del «buen siervo y fiel y someterse a él». (Watchtower, 1 de octubre de 1967, página 590)* Así que, él que no esté de acuerdo con su dogma, está en desacuerdo con Dios. (Watchtower, 15 de febrero de 1976, página 124)*

Una historia de cambios doctrinales y de profecías no cumplidas le quita a El Atalaya toda autoridad moral y espiritual, y muestra que son «falsos apóstoles» y obreros fraudulentos».

«Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.» (II Corintios 11:13-14).

IV. Una Historia de Engaños

El Atalaya es una religión obsesionada con la batalla de «Armagedón». En ocasiones numerosas, ella ha puesto fechas proféticas y siempre ha fracasado.

«El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá…¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él». (Deuteronomio 18:20-22).

Famosas Profecías Fracasadas

En el libro «Millions Now Living Will Never Die», las páginas 89 y 90* dice: «Como nosotros hemos dicho antes, el gran ciclo de jubileo comenzará en 1925. Para este tiempo la fase terrenal del reino será reconocida…Por lo tanto podemos esperar con confianza que el año 1925 señalará el regreso de Abraham, Isaac, Jacob y los fieles profetas del pasado, particularmente los profetas nombrados por el Apóstol en la Epístola a los Hebreos, capítulo once, a la condición de la perfección humana». ¡NO PASÓ NADA!

Los ejemplos de fechas fracasadas son muchísimos; y para no cansarle, solamente mencionaremos de paso algunos. El Atalaya falsamente anunció la venida de Cristo para el año 1874; la batalla de Armagedón para el año 1914; la destrucción de todas las demás iglesias para el año 1918; la venida de una anarquía mundial para el año 1920 y que el año 1975 era el fin de los 6,000 años de la historia humana. ¿Hasta cuándo seguirán con sus engaños y mentiras? Jehová no les ha hablado, ¡porque sus «profecías» jamás se han cumplido!

V. Predican a otro Cristo

El Atalaya enseña que Jesús es el mediador únicamente de los 144,000; y que él no es mediador de la «gran multitud». (Apocalipsis 7:9). Según El Atalaya, los 144,000 son la suma de los creyentes desde los tiempos apostólicos hasta el año 1935. Ellos son la «Iglesia», los nacidos del Espíritu quienes irán a la Gloria.

Según ellos, solamente hay unos 9,000 de este grupo vivos hoy. ¿Qué harán cuando todos ellos hayan muerto?

Hoy, la gran mayoría de los Testigos de Jehová son de la «gran multitud»; y por lo tanto, ellos no tienen la «esperanza celestial», sino que ellos esperan vivir en un paraíso terrenal. Estos «creyentes», según su iglesia, no han nacido de nuevo y no son del Espíritu. Ellos, por lo tanto, ¡no tienen el Mediador! (Véanse: Watchtower, 1 de abril de 1979, página 31 y Watchtower, 15 de noviembre de 1979, páginas 24-27)*.

La Santa Biblia dice, «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (I Timoteo 2:5).

Además, El Atalaya enseña que Jesús es solamente una parte de lo que es «Cristo». Ellos dicen que «Cristo» se compone de Jesús (la Cabeza) y de los 144,000 (el cuerpo). Esta doctrina (Algunos la han señalado como una doctrina «secreta» de los testigos.) se enseñaba claramente en el comienzo de la secta, pero hoy no se menciona.

En el libro «The Time Is At Hand,» páginas 252, 255* dice: «Así que vemos que la Iglesia en la carne (el Cristo en la carne, Cabeza y cuerpo) es el Elías, o sea, el que prepara el camino para la Iglesia en Gloria, el Ungido de Jehová. No me refiero a la iglesia tibia, sino la Iglesia verdaderamente consagrada, la cual al otro lado de la tumba será el gran Libertador Ungido, estos constituyen el Elías …Nuestro Señor Jesús y los Apóstoles, y todos los fieles en Cristo Jesús desde aquel entonces, son de este gran Elías antitipo, profeta o maestro – la misma clase (Cabeza y cuerpo) la cual muy pronto compondrá el Rey de Gloria». Sigue diciendo, «Nuestro Señor era la Cabeza y el que preparó el camino para la Iglesia en la carne (el Elías) tan verdaderamente como El es Cabeza de la Iglesia triunfante – el Cristo». Pero nosotros sabemos que Jesucristo no es el Mediador de unos pocos, sino de toda la Iglesia. (Véase: Hebreos 2:14-18).

Conclusión

Es curioso que los Testigos han dicho, «Claro que es fácil decir que este grupo es un «profeta» de Dios. Es otra cosa comprobarlo. La única forma de hacerlo es hacer un repaso de la historia. ¿Qué dicen los hechos?» (Watchtower, 1 de abril de 1972, página 197*)

La historia de los Testigos de Jehová es la de un fracaso abismal en su intento de «profetizar», o sea, de anunciar el futuro. Juzga Ud. ¿Qué dicen los hechos?

* Todas las citas han sido tomadas de los escritos originales en el inglés y traducidas al español.
Por el Rdo. David Henke, traducido por el Rdo. Jerry Rees. Usado con permiso por El Escudo de la Fe Enero / Febrero 1996

Acercándonos a un Nuevo Milenio

En aproximadamente 14 meses, terminará el siglo 20 y comenzará el anticipado siglo 21. Con el anuncio de la llegada de este nuevo siglo se han suscitado una serie de comentarios y opiniones que tienen a mucha gente muy preocupada.

Los profetas del pesimismo han profetizado las barbaridades en relación a la llegada del siglo 21. Entre éstas están: Un meteoro chocará con la tierra, la luna explotará, las estrellas se apagarán, el sol se saldrá de su lugar y quemará a la tierra, no lloverá sobre la tierra por más de seis meses, llegarán los extraterrestres, el mundo se acabará y la lista continúa.

El creyente verdadero no tiene que estar preocupado por ni siquiera una de estas aclamaciones “proféticas”. El creyente no debe de esperar destrucción y cataclismo. Jesucristo el Hijo de Dios nuestro Señor y Salvador nos ha de librar de la ira venidera (I Tes. 1:10).

Y vendrá ira. Este mundo está ahora mismo bajo la ira de Dios. Y de acuerdo a la Palabra de Dios, algún día la ira de Dios se revelará contra toda impiedad que los hombres han cometido (Judas 14, 15). El calendario de Dios tiene la fecha indicada, que sólo El sabe. Si será en el siglo 21 o no, nadie lo sabe. Sí sabemos que algún día Dios juzgará a este mundo por Aquel Varón que El designó con “haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:30-31).

Así que el creyente verdadero no está en espera de la ira, sino en el levantamiento de la Iglesia y el levantamiento de la Iglesia ocurrirá antes que venga la ira de Dios sobre este mundo.

Así como Dios metió a Noé en el Arca antes que viniera el diluvio, así como Dios sacó a Lot de Sodoma antes que cayera el fuego del cielo sobre esa ciudad, así como Dios protegió a Israel cuando el ángel pasó sobre Egipto destruyendo a los primogénitos de Egipto, así el Señor se llevará a Su Iglesia y la sacará de este mundo antes que se manifieste la ira de Dios.

Pero mientras los creyentes esperamos por ese gran día, debemos:

1. Amar Su venida (II Tim. 4:4).
2. Velar por Su venida (Mateo 24:42; 25:13).
3. Orar por Su venida (Apoc. 22:20)
4. Trabajar mientras esperamos Su venida (I Cor. 15:58).
5. Mantenernos puros (I Juan 3:1-3).
6. Practicar la gentileza (Filip. 4:5).
7. Hacer el bien (Lucas 18:43).
8. Afirmar nuestros corazones (Santiago 5:8).

Si hacemos esto no seremos amedrentados por los profetas del pesimismo y los comerciantes de la desesperación quienes por el amor a las riquezas usan artimañas para vender sus “libros proféticos” y hacerse ricos.
Que el Señor nos libre de esos falsos engañadores y seamos encontrados fieles cuando El venga.

Dr. M. A. Casillas

Lo que la Biblia enseña acerca de: Nuestra actitud cristiana hacia los falsos maestros

1. No os unáis en yugo desigual (II Cor. 6:14).
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
2. No los recibáis en casa (II Juan 10).
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!
3. Repréndelos duramente (Tito 1:13).
Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe.
4. No tomes parte con ellos (Efesios 5:11).
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.
5. Conócelos bien (Romanos 16:17).
Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.
6. Señálalos (II Tes. 3:14).
Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ese señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence.
7. Deséchalos (Tito 3:10).
Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo.
8. Pruébalos (I Juan 4:1).
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
9. Apártate de ellos (II Tes. 3:6).
Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.
10. No les des la bienvenida (II Juan 11).
Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.
11. Evítalos (II Tim 3:5).
Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
12. Contended con ellos (Judas 3-4).

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, ya nuestro Señor Jesucristo.

F. G. Castañeda

¡Retornemos al amén!

Por el Dr. Roger D. Green

Cuando niño asistí a los programas de mi escuela, ya sea que fuese un mago, un cantante o algún otro tipo de entretenimiento, la audiencia aplaudía en aprecio por el entretenimiento.

Como adultos, mi esposa y yo hemos asistido en algunas ocasiones a conciertos de personas tales como Peter Nero y los dos grandes pianistas, Farrente y Tiecher. Cuando estos maestros del teclado terminaban cada selección musical, la audiencia aplaudía para mostrar su aprecio por el entretenimiento. En cada una de estas circunstancias, también me uní en el aplauso para mostrar mi aprobación y aprecio. Esto es entretenimiento.

He notado en los últimos años que el aplaudir ha llegado a la congregación de nuestra iglesia y a muchas otras donde he predicado. A la par con el aplaudir, también he notado que muchos han cambiado el énfasis en su tiempo de cánticos, ahora le llaman tiempo de alabanza y adoración. Mientras no tengo ningún problema con la «adoración» si está propiamente dirigida al Señor, sí estoy preocupado con lo que llamamos «alabanzas».

Los himnos antiguos de la fe están siendo reemplazados por «coros de alabanza» y el «amén» está siendo reemplazado por los aplausos.

Mientras que algunos, estoy seguro, estarán en desacuerdo conmigo, personalmente creo que ésta es una manera sutil de desviar nuestra atención de la aprobación de Dios y ponerla en la alabanza de los hombres. Esto nos pone en la mira de ser reconocidos con otras llamadas religiones; si ellos lo están haciendo ¿por qué no nosotros?

Al mirar este asunto en las Escrituras, se encuentran algunas cosas interesantes. Hay solamente siete libros en el Antiguo Testamento que dan referencias a la palabra aplaudir o batir las manos, que es la otra palabra traducida por aplaudir. Estas palabras nunca se encuentran en el Nuevo Testamento. También se verá que en la mayoría de las ocasiones fueron usadas para mostrar aprobación de condena sobre el hombre, ya sea por los hombres o por Dios. Observe las siguientes referencias:

Job 27:23
Habla de que el hombre detesta la sabiduría de Dios en cuanto a que Dios se «meta» en la vida del hombre.

Salmos 47:1
Habla de la autoridad de Dios y de su juicio sobre toda la tierra y cómo Él debe ser exhaltado.

Salmos 98:8
Habla que la creación misma magnifica a Dios.

Isaías 55:12
Nuevamente habla que la creación exalta a Dios.

Lam. 2:15
Revela la condición de Sion bajo el juicio de Dios y la burla del hombre se deja ver al batir las manos, al mover los labios y al mover la cabeza.

Nahum 3:14
La condenación sobre Nínive de parte de Dios y cómo los hombres batieron las manos como aprobación de su caída.

II Rey. 11:12
Muestra la aprobación de Joás al hacerlo rey.

Ezequiel 25:6
Revela como el pueblo se apartó de Dios y habló en contra de Israel y lo demostró batiendo las manos. Dios les prometió juicio.

Job 34:37
Este es Eliú, uno de los amigos de Job, quien está acusando a Job de haber hablado en contra de Dios y batiendo sus manos por el juicio de Dios.

Manteniendo en mente todas estas referencias en cuanto al aplaudir, veamos ahora qué se dice del «amén».

Se encontrará que siete libros del Antiguo Testamento hacen referencia al «amén». En veinticuatro libros del N.T. se menciona el amén, haciendo en total treinta y un libros y 75 versículos que hablan del «amen».

Para una mejor comprensión del «amén», necesitamos saber la definición de la palabra:

La palabra hebrea de «amén» es «au-mane», que significa «así sea, verdad».

La palabra griega de «amén» es «am-ane», que significa: «así sea, cierto». Uno puede observar por la definición de la palabra, que ya sea en hebreo, en griego o en español, la palabra significa una cosa–«así sea». Así que ya sea en cántico, en testimonio o en la predicación, el «amén» es mucho mejor que el aplaudir o batir las manos.

Al tratar de ver las similitudes entre el «aplaudir» y el decir «amen» no encontramos alguna. Así que de aquí en adelante, cuando el coro canta un especial o una meta es alcanzada, retomemos a un buen «amén». ¡Amén!

¡Aviso! Creencias peligrosas de los Santos de los Últimos Días (los mormones)

La Iglesia Mormona mantiene un ejército de más de 30,000 “misioneros.” Jóvenes de buen parecer que te llamarán “hermano” y “hermana” y te enseñarán una serie de lecciones bien ilustradas con cuadros atractivos. Sus “pláticas” memorizadas suenan ser cristianas, pero ellos dan un sentido diferente al vocabulario cristiano.

Enseñan enfáticamente que la doctrina de Jesús se había perdido hasta ser “descubierta de nuevo” en el año 1830 por José Smith, el primer profeta mormón. Nadie ha visto jamás aquellas famosas láminas de oro que supuestamente usó para escribir El Libro de Mormón.

La Santa Biblia prohíbe enfáticamente el cambio de la Verdad dada a los apóstoles cristianos.

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque (Dios) no les ha amanecido” (Isaías 8:20). “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (maldito)” (Gálatas 1:8).

Ninguna religión falsa te declarará que es falsa; sino que, tú tendrás que descubrirlo por ti mismo. Uno dirá, “Pues, con tanta confusión, yo no sé qué creer.” Es verdad que existe confusión, pero el destino eterno de tu alma depende de lo que crees o no crees acerca de la Biblia.

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1).

Creencias Mormonas Ocultas

Al principio, mientras ellos están presentando la parte más aceptable de su religión, nunca mencionan las doctrinas más distintivamente “mormonas.” He aquí algunas de ellas junto con textos de la Santa Biblia para refutarlas.
Su “evangelio restaurado” enseña:

(1) Que Dios es un hombre exaltado.

Pero la Biblia dice: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta” (Núm. 23:19).

(2) Que el Padre tiene un cuerpo de carne y hueso

Pero la Biblia dice: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren” (Juan 4:24).

(3) Que hay muchos dioses

Pero la Biblia dice: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios…No hay Dios sino yo. No hay Fuerte, no conozco ninguno” (Isaías 44:6, 8b).

(4) Que muchos hombres llegarán a ser dioses.

Pero la Biblia dice: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:10-11).

(5) Que la sangre de Jesucristo no limpia al pecador arrepentido de todos sus pecados

Pero la Biblia dice: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).

(6) Que uno no puede ir al cielo sin el consentimiento de José Smith.

Pero la Biblia dice: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
(7) Que Dios el Padre tuvo relaciones sexuales con la virgen María

Pero la Biblia dice: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo” (Mateo 1:18).

Con esta enseñanza perversa, ellos hacen que el Divino Padre sea un fornicario, acostándose con la mujer de otro, porque María estaba desposada con José. Para los judíos eso era un compromiso tan serio como el mismo matrimonio. (Mat. 1:19-20)

¿Cuáles libros son inspirados?

La Santa Biblia Jesús dijo “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:89).

Aunque hubiese otra revelación de Dios para los hombres, la Biblia permanecería ante Dios como su Palabra inquebrantable e inmovible. Cristo dijo: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:18).

Quiere decir que Dios no puede cambiar lo que Él mismo ha dicho en la Biblia. Dios ha hablado, y no hace falta adiciones ni correcciones como se hacen con los escritos humanos. “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).

El Libro de Mormón

¿Por qué no enseña El Libro de Mormón mucha de la doctrina mormona? La Iglesia Mormona dice que uno puede ver la verdad del mormonismo con sólo leerlo. En Doctrinas y Convenios, 20:9 y 27:5 leemos que El Libro de Mormón es “la llenura del evangelio.” Si es así, ¿por qué está tan vacía de las doctrinas mormonas?

El Libro de Mormón no enseña las siguientes doctrinas:

1. La eterna progresión de la deidad
2. La pre-existencia de los mortales
3. El matrimonio eterno
4. Los tres cielos
5. El sacerdocio mormón de Aarón y Melquisedec
6. El bautismo para los muertos

La verdad es que El Libro de Mormón contradice la doctrina mormona:

1. Dice que Dios es Espíritu (Alma 18:24-28; 31:15)
2. Dice que uno tiene que nacer de nuevo para recibir el perdón de los pecados. (Mosías 27:24-28) Esto no puede referirse al bautismo. Sí, ¡algo anda mal con el evangelio mormón!

Los mormones han hecho miles de cambios al Libro de Mormón. Cada “edición” es diferente a la anterior. Si aquellas láminas fuesen un mensaje de Dios, ¿cómo podría alguien hacer cambios sin perder la inspiración original? Si El Libro de Mormón viniera de Dios, ¿cómo se atreverían a sacar y añadir párrafos y frases a su antojo?

¿Quién es el Profeta de Dios?

Jesucristo, y no José Smith, es el único Salvador. “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11-12).

Jesucristo, y no José Smith, derramó su sangre por tus pecados. “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1ª Pedro 1:18-19).

Jesucristo, y no José Smith, es el profeta de la Verdad de Dios. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2).

Jesucristo, y no José Smith, te invita a recibir la vida eterna que él compró con su sacrificio perfecto. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30). “Y este es el testimonio; que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1ª Juan 5:11-12).

Bautistas

Creemos que la doctrina Bautista existió desde un principio. No tenemos nuestro origen en la Reforma. Éramos reformistas aun antes que Lutero y Calvino nacieran, nunca salimos de la iglesia romana, porque nunca estuvimos en ella; sin embargo, sí podemos trazar una línea de los Bautistas hasta los mismos Apóstoles. La doctrina Bautista existió desde los días de Jesucristo. Y nuestros principios, aunque a veces olvidados y cubiertos, como el río que a veces corre por debajo de la tierra algunos tramos de su curso, siempre ha tenido adherentes fieles y santos. Aunque perseguidos tanto por romanistas como por sectas protestantes, aun así nunca ha habido un gobierno que, sosteniendo principios Bautistas, haya perseguido a alguien. Aún más, tampoco creo que alguna vez haya habido algún grupo Bautista apruebe que sea correcto el poner las conciencias de otras personas bajo el control de hombres. Siempre hemos estado dispuestos a sufrir, como lo prueba la historia de los mártires de la iglesia. Tampoco hemos estado dispuestos a recibir ninguna ayuda del gobierno que pudiera prostituir la pureza de la Novia de Cristo. Y nunca haremos de la iglesia, aunque la llamamos la Reina, la déspota de la conciencia del hombre.

—Charles H. Spurgeon

Bendecir versus Maldecir

Por el Dr. Joseph Barboza

La Palabra de Dios ha sido siempre el blanco de muchos ataques del enemigo. Ya en Génesis 3 encontramos a Satanás sembrando la duda y el engaño por medio de su “interpretación” de la Palabra de Dios. El es el experto en el arte de engañar desde el principio, y ha sido rotulado como “el padre de mentira” (Juan 8:44).

Aunque la Palabra de Dios es verdadera, y cada palabra encontrada en ella sea inspirada y escogida por el Espíritu Santo, no podemos afirmar lo mismo sobre las traducciones de la Palabra de Dios. Pero es menester que reconozcamos la obra que muchos traductores han brindado a los pueblos de todo el mundo. A través de los siglos, muchas traducciones han pasado por un sistema de revisión con el propósito de actualizar el vernáculo y mejorar algunas expresiones, dando al lector una traducción más fiel a los idiomas originales.

Casiodoro de Reina tradujo el Antiguo Testamento del Texto Masorético, y el Nuevo Testamento fue traducido del Texto Receptus. Se publicó esta versión de la Biblia en 1569. En 1602 se publicó una versión hecha por Cipriano de Valera, llevando los apellidos Reina-Valera. Considerando los cambios lógicos que tomaron lugar en el idioma de Cervantes, se publicó una edición más actualizada en 1960.

Una de las palabras cambiadas en la versión de 1960 se encuentra en Job 2:9. Mientras la edición de 1602 dice “Bendice a Dios, y muérete”, la versión de 1960 dice claramente “Maldice a Dios, y muérete”. Y para que podamos discernir cuál sea la palabra más adecuada, necesitamos enfocar aquí dos aspectos muy importantes: el lingüístico y el contextual.

Lingüísticamente

Esta frase en el idioma hebreo sin llevar en cuenta la semántica y el contexto significaría “bendice (a) Dios y muere”. Y ésta es la traducción que Reina y Valera dieron para la forma “piel” de “barek”. Reina y Valera eran, sin duda alguna, hombres eruditos, capacitados, y que contribuyeron rica y grandemente para que la Palabra de Dios llegara al alcance de los pueblos de lengua española.

Los traductores de la versión conocida como la Septuaginta dieron a esta expresión la siguiente traducción: “Pero di una palabra al Señor, y muérete”. Podemos ver que la Septuaginta no dice “bendice”, ni “maldice”, sino “di una palabra”.

El problema de Reina-Valera y los traductores de la Septuaginta era la limitación de sus recursos tales como: resultados de investigaciones filológicas, culturales, y arqueológicas. Cuando el siglo veinte llega a su ocaso, la era de la computación ha dinamizado el campo de investigaciones de tal manera que literalmente se va multiplican-do el conocimiento como en una progresión geométrica.

¿Cuál fue entonces el problema básico de los traductores de antaño? La respuesta está, lingüísticamente hablando, en algo que la gramática identifica como eufemismo. Es una manera delicada y suave de expresar una idea antagónica y fuerte. En otras palabras, es decir una expresión o una palabra significando exactamente lo opuesto. Y ahora, ¿cómo saber que se trata de un eufemismo? Solamente el contexto nos puede ayudar a encontrar la respuesta adecuada.

Contextualmente

Cuando comparamos “bendice” versus “maldice” en Job 2:9, es menester que enfoquemos cuidadosamente el contexto para que lleguemos a una conclusión que establezca cuál sea la verdadera motivación que llevó a la esposa de Job a decir “barek”. Veamos algunos textos encontrados en Job: “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también (importante para tomar en cuenta el contexto) Satanás” (1:6); “Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti (que es la forma futura del verdo Barak, eufemismo) en tu misma presencia” (1:11); “Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice (forma “piel” del verbo Barak, eufemismo) a Dios, y muérete” (2:9); “Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios (2:10). Esta última frase explica la expresión del eufemismo, y la verdadera traducción de “barek”. Esta misma palabra ha sido traducida con la significación de “maldecir” en I Reyes 21:10 y I Reyes 21:13. Llegamos a la conclusión de que la versión 1960, en relación a este texto, es mejor que la versión de 1602.

El Dr. Joseph Barboza es un ex-sacerdote católico romano que se convirtió a Cristo. Actualmente, es pastor Bautista independiente en Texas, EUA.

Betania UN LUGAR ESPECIAL QUE LA IGLESIA DEBE IMITAR

Mateo 26:8-12; Marcos 14:1-9; Juan 12:1-6

Por Rubén Quirós

Yendo más allá del significado etimológico del nombre de esta pequeña gran ciudad, conocida como la ciudad de Lázaro; hay un significado relevante que desafía nuestras vidas a tomar conciencia de lo que debe ser nuestra vida en torno al Señor y su iglesia. En este sentido ¿qué significa Betania? Fue un lugar donde muchos expresaron sus sentimientos más profundos, y a la vez aprendieron las lecciones más importantes para sus vidas. Todo cristiano que ama al Senor debe aprender de Betania, porque fue un lugar de…

Encuentro

¡Sí! , un encuentro con aquellos que conocían realmente al Señor, que en una u otra manera estuvieron identificados con él; aquellos que habían experimentado el amor singular y las magistrales enseñanzas del Maestro; aquellos que sí tenían un concepto claro de quién realmente era el Señor Jesucristo en sus vidas. Ellos eran: Lázaro, María, Marta (Jn.12:1-2); Simón el leproso (Mr.14:3); los discípulos (Mt.26:8); y también estaba el traidor, Judas Iscariote (Jn.12:4).

La noche y las paredes de la casa donde estaban reunidos, eran testigos de aquel maravilloso encuentro, sin importar el status social, cultural, económico, etc., sin importar la magnitud del edificio en que se encontraban, si así queremos llamarlo.

Lo único que primaba era disfrutar y gozar de ese encuentro con el Amado. Piense un momento… ¿Acaso no somos nosotros, los verdaderos cristianos que decimos amar al Señor con todo nuestro ser, los que necesitamos levantar un lugar de encuentro, para estar en íntima comunión con el Señor de la gloria y en fraternal amor con aquellos que también aman genuinamente al Señor? ¡Claro que sí! Es apremiante darle el valor respectivo a la comunión en nuestras iglesias y a la consistencia en cultivar el amor en nuestro lugar de encuentro.
Porque 1o que Dios diseñó para reunimos como redimidos por Su sangre (Hch. 20:28), no es la plaza principal de una ciudad, no es McDonald’s, no es la calle, etc., sino la iglesia. Su iglesia local debe ser su Betania, donde pueda reunirse sin prejuicios, expresando todo su amor y entrega al que es único de adoración.

Expresión

Esa noche, unánimemente expresaron su amor y agradecimiento al Señor a través de hacerle una cena. Jn.12:2 dice: “y le hicieron allí una cena”. No era una cena común y corriente, ya que estaba el Señor mismo sentado en la mesa. Era el Señor que le daba significado a ese banquete; y era el Señor Dios, la razón de esa expresión espontánea de corazones henchidos de amor.

Por un lado, vemos la expresión general de todos los reunidos aquella noche; pero por otro lado, la Escritura nos revela una expresión muy particular de amor, de parte de una mujer: María de Betania, (Jn.12:3, “Entonces Maria tomó”; Mt.26:7 “vino a él una mujer”). Ella expresó de manera especial su amor y consagración al Señor, lo cual proyecta lecciones para imitar. Esas lecciones son: 1) El negarse a amar al Señor implica una decisión mezclada con acción. La iniciativa fue de María; ella decidió tomar el alabastro con el perfume; ella hizó la acción de ungir y enjugar a su Señor. 2) El amor se evidencia con un alto precio, dando lo mejor. María tomó un vaso de alabastro, lo quebró para derramar el perfume sobre la cabeza del Señor, sin importar el precio y cuán puro era el perfume, ya que el valor de ese nardo puro era de trescientos denarios; en resumen, el sueldo aproximado de un trabajador rural de todo un año. 3) Nuestro amor siempre debe estar enfocado en su Santa Persona. María no buscó a Pedro ni a ningún otro discípulo, sino que fue directamente donde el Señor estaba y lo ungió, Jn.12:3 “ungió los pies de Jesús” Mt.26:7 “lo derramó sobre la cabeza de él” Sólo él fue su objeto de adoración y amor.

Hoy más que nunca, necesitamos aplicar estas lecciones en nuestras vidas, expresando nuestro agradecimiento y amor a Aquel que es digno de recibirlo, a través de darle lo mejor de nuestro tiempo, de nuestros bienes, de nuestra vida, de nuestro servicio, etc. No dé lo que no tenga un costo, un precio. Dé lo mejor al Maestro en su iglesia, en su ministerio. Expréselo hoy y siempre.

Egoísmo

Esta es la parte más oscura y negativa de esta historia la cual jamás debemos imitar, aunque lamentablemente se repite vez tras vez en nuestras iglesias. Esa noche, frente a magna y ejemplar muestra de amor de parte de María, entró en escena un hombre embargado por la codicia, lleno de egoísmo con una macroindiferencia por los pobres disfrazada de piedad.

Ese personaje se levantó y con gran molestia expresó: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella” (Jn.12:5-6). Esta actitud provocó un sentimiento contagioso de reclamo, enojo y complot en los demás discípulos. Mr.14:4 dice: “y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?”

Judas Iscariote fue la chispa que incendió ese sentimiento de egoísmo. Judas buscaba su beneficio personal, lo que le llevó a un desenlace de traición, entregando al Dios del Cielo por treinta piezas de plata.

Por favor, evite cualquier sentimiento de egoísmo en su Betania; sométase al Señor, sujétese al pastor de su rebaño, respete en amor fraternal a sus hermanos y no busque lo suyo propio. Porque el egoísmo es la peor enfermedad muy contagiosa que impide y destruye el crecimiento y la comunión en su iglesia.

Entendimiento

Los discípulos envueltos en el torbellino de sus reacciones y palabras sin sentido no llegaron a entender la acción de Maria, ni tal vez entendieron las palabras que pronunciaron los labios del Señor Jesús, cuando dijo: “Dejadla ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. …Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura” (Mr.14:6,8). Que maravillosa lección para todos saber que en Betania una mujer sencilla y humilde, llegó a entender las verdades profundas de la base de nuestra redención (la muerte, sepultura y resurrección de Cristo); y que su actitud es garantía indiscutible de que ella creyó las enseñanzas y predicciones de parte del Señor, cuando este hablaba de su muerte. “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mateo 16:21 — Comp. Mt.17:22; 20:18). Los discípulos no entendieron, y olvidaban muchas de sus predicciones; pero esta mujer prestó bastante atención a lo que decía Jesús, porque dos días después el Señor fue sacrificado por la humanidad pecadora.

¿Cuál es el grado de su interés y disposición para entender la mente de Dios? ¿toma con mucha seriedad lo que su pastor le enseña? ¿Cuántos años ha estado usted en su iglesia, pero todavía no entiende muchas verdades de la Biblia?

Le ruego por favor, a usted Pastor, que predique todo el consejo de Dios, y a usted querida oveja, que escuche con atención para entender y ser “plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef.3:18-19).

Haga de su iglesia local su Betania, su lugar especial de encuentro con el Señor y los redimidos. Exprese todo su amor al Señor sirviéndole con toda entrega, evitando todo sentimiento de egoísmo y codicia. Vaya a los servicios deseoso de entender más del Señor. Sólo así crearemos el respeto y el valor sublime que tiene la iglesia del Señor.

Bibliología

Por el Pastor Ángel Espada

Introducción

La teología significa simplemente pensar acerca de Dios y expresar esos pensamientos en alguna manera. La frase “sana doctrina,” que Pablo usa, significa doctrina saludable (2 Tim. 4:3; Tito 1:9). La doctrina saludable, o la teología saludable, siempre se espera que resulte en una forma santa de vivir. La teología saludable se expresa no sólo en un credo, sino en un vivir fructífero; y una vida santa tiene que basarse en una teología saludable. Pero, el conformar nuestras vidas a la imagen de Cristo es la meta definitiva al estudiar la teología. Sin embargo, ningún libro puede hacer esto, solamente lo pueden hacer usted y Dios.
La Doctrina de las Escrituras (Bibliología)

I. Inspiración

Yo creo en la inspiración de la Biblia (2 Tim. 3:16). En este versículo el apóstol Pablo declara que toda la Escritura es inspirada por Dios. Nuestra palabra castellana “inspirar” lleva en sí la idea de respirar hacia el interior de algo, específicamente, en la Escritura. Es cierto que autores humanos escribieron el texto, pero la Biblia se originó como una acción de Dios el cual la exhaló (2 P. 1:21). Este versículo nos dice con singular claridad, cómo Dios usó a los escritores humanos para producir la Biblia. El Espíritu Santo los movió o los impulsó. El uso del verbo “inspirar” en Hechos 27:15 ilumina nuestro entendimiento en cuanto al significado de “llevar” o “mover” a los escritores humanos.
En resumen, Dios inspiró a los autores humanos de la Biblia, para que ellos compusieran y grabaran sin error Su mensaje para la humanidad en las palabras de sus escritos originales.

II. Revelación

Revelación significa simplemente “descubrimiento de la verdad.” Se origina en el amor divino y en la gracia de Dios a favor de sus criaturas. Revelación se puede definir como la demostración por parte de Dios de Su persona, voluntad y actividad redentora. Generalmente, se habla de ella de dos maneras específicas: revelación natural o general y revelación sobrenatural o especial.

A. Revelación general es exactamente eso, general. Tiene la mira a todos los hombres de todas épocas y culturas, los cuales son beneficiados por ella.
B. Revelación especial es necesaria porque Dios es trascendente. Por medio de esto, se puede decir que Dios está más allá de la comprensión humana y no puede ser alcanzado a través de los senderos comunes del conocimiento humano (Job 36:26). La revelación especial es primariamente para el hombre caído y también es reparadora. Así como la revelación general le fue dada al hombre como hombre, la revelación especial se le da al hombre como pecador. La forma de la revelación especial la encontramos en Heb.1:1-3; 2:3-4. Estos pasajes de la Escritura señala en forma distintiva a Jesucristo como el resumen de la revelación de la persona y voluntad de Dios, así como también la culminación de la redención.

III. Su canonicidad o autenticidad

Por canonicidad de las Escrituras se quiere decir que de acuerdo a ciertos patrones establecidos, los libros incluidos en ella son considerados como parte de una revelación divina y completa, la cual, por lo tanto, es autoritaria y obligatoria con relación a la fe y a la práctica. La palabra “canon”, de origen cristiano, viene de la palabra griega “kanon”, la cual a su vez fue tomada probablemente de la palabra hebrea “kaneh”, que significa una caña o vara para medir y en consecuencia, una norma o regla.

¿CUANDO DEBEMOS MANTENER NUESTRA BOCA CERRADA?

El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias. Prov. 21:23

1. Cuando estemos sumamente enojados. Prov. 14:17
2. Cuando no sepas o no tengas los detalles de alguna situación ocurrida. Prov. 18:13
3. Si nuestras palabras van a ofender a un hermanito(a) débil. I Cor. 8:9
4. Si al abrir tu boca vas a reflejar que no le has dado al Señor la oportunidad de tener total control de tu vida (de tu persona). Fil. 1:27
5. Cuando seas tentado a no tomar en serio la Palabra de Dios. Mateo 12:36
6. Cuando seas tentado a mofarte del pecado. Prov. 14:9
7. Si piensas que más tarde te avergozarás de tus palabras. Prov. 8:8
8. Si tus palabras o comentarios van a destruir tu amistad con algún hermanito(a). Prov. 14:23
9. Cuando debieras estar trabajando y no hablando. Prov. 14:2

¿CUANDO NO DEBEMOS MANTENER NUESTRA BOCA CERRADA?

1. Cuando es para amonestar al impío de su pecado. Ez. 3:19
2. Cuando es para amonestar a los ociosos. I Tes. 5:14
3. Cuando es para alentar a los de poco ánimo. I Tes. 5:14, Prov. 16:26
4. Cuando es para alabar al Señor. Sal. 34:1, 51:15, 119:30
5. Cuando es para publicar la justicia.y los hechos del Señor. Sal. 71:15, Prov. 10:11
6. Cuando tengamos la oportunidad de proclamar la verdad. Prov. 8:7, Sal. 119:43
7. Cuando tengamos la oportunidad de predicar la palabra del Señor. Hch. 8:35, 10:34
8. Cuando tenemos que confesar pecado. Rom. 10:9-10.
9. Cuando es para contender ardientemente por la fe. Efesios 6:12-18.

Buscando Ser Bendecidos por Dios

Recientemente fui dirigido por el Señor a predicar un mensaje a los estudiantes y facultad del Colegio Universitario Bautista en relación a como ser bendecidos por Dios. La idea me vino a la mente mientras leía un libro y pensaba en el auge que hay hoy en día en la prosperidad y en los muchos falsos profetas que han engañado a tantos con sus doctrinas perniciosas y destructoras llevando a muchos a la ruina y desaliento espiritual.

A continuación les presento un resumen de dicho mensaje que espero, sea de bendición a todos nuestros lectores.

Sin duda alguna, todo el mundo desea tener la bendición de Dios en su vida.

Algunos creen que pueden “comprar” a Dios con las ofrendas o con sus sacrificios personales. Nadie puede comprar a Dios. El que quiera ser bendecido por Dios todo lo que tiene que hacer es cumplir los requisitos que Dios demanda para que la bendición de El venga. Dios no ha de bendecir a nadie que no cumpla con Sus requisitos. Todas las bendiciones de Dios están condicionadas a alguna cosa. Aun la salvación por la fe, que se ofrece gratuitamente, tiene su condición: Creer. “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31).

He aquí algunas condiciones que Dios pone para los que quieran ser bendecidos por El. El que no cumpla con estas condiciones, no se gozará de la bendición de Dios en su vida.

Condición # 1

Aceptar el Perdón de Dios y Saber que es Perdonado

Para que Dios pueda bendecirnos, lo primero que tenemos que hacer es aceptar Su perdón. El Salmo 32:1 y 2 dice: “Bienaventurado (eso quiere decir “bendecido”) aquel cuya transgresión ha sido perdonada y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”.

Y el Salmo 103: declara que lo primero que Dios tiene que hacer por nosotros, es perdonarnos:

“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser Su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de Sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus
dolencias; El que rescata del hoyo tu vida; El que te corona de
favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:1-5).

Uno de los trucos favoritos de Satanás para mantener a los creyentes fuera del círculo de la bendición de Dios, es convencerlos de que Dios no los ha perdonado o no puede perdonarlos. En esa situación ninguna persona podrá gozar de la bendición de Dios. Lo primero es el perdón.

Condición # 2

Separarse del Pecado

El que quiera ser bendecido por Dios tiene que separarse del pecado. Dios no puede bendecir ni va a bendecir la persona que se mantenga en la práctica del pecado. El Salmo uno dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado.”

La separación del pecado de parte del creyente es una expresión de gratitud por haber sido perdonado. Una persona que crea y sepa que Dios le ha perdonado, y sabe lo mucho que le costó a Dios traerle ese perdón mediante el sacrificio de Jesucristo, el Hijo de Dios, va a tener el deseo de apartarse del pecado para no ofender a Dios.

El borracho que dice que Dios lo bendice, no sabe de lo que habla. La mujer de la vida que dice que Dios la bendice, no sabe lo que dice. El adúltero, el drogadicto, el ladrón que está confiando en la bendición de Dios, jamás tendrán la bendición de Dios hasta que se arrepienta y deje su vida de pecado.

El Salmista declara en el Salmo 26:4-5: “No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté.” ¡Con razón Dios lo bendijo!

Condición # 3

Confianza en Dios

El Salmo 34:8 dice: “Dichoso (que quiere decir “bendecido) el hombre que confía en él (en Jehová).” Una persona no puede recibir bendición de un Dios en el cual él no confía. Y Dios no va a bendecir a una persona que no tiene su confianza en El. Proverbios 16:20 declara: “…y el que confía en Jehová es bienaventurado (bendecido).

Confiar quiere decir creer; confiar quiere decir depender; confiar quiere decir descansar; confiar quiere decir esperar. El diablo no quiere que confiemos en Dios. El quiere que confiemos en nosotros mismos, en nuestros talentos, en nuestra carisma, en Dios se desea que confiemos en El. Por eso en Proverbios 3:5-6 dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas.”

Condición # 4

Caminar en la Verdad

El sabio Salomón en Proverbios 28:20 declaró uno de los principios de sabiduría más profundos que él haya dicho: “El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones…..”

Una de las cosas que Dios más odia es el engaño, la mentira y la falsedad. De las seis cosas mencionadas en Proverbios 6:16-19, las cuales Dios aborrece, la penúltima es “el testigo falso que habla mentiras.” Así que Dios no aprueba ni bendice a personas mentirosas o a personas que usan la mentira como medio de beneficio personal.

Muchas empresas han fracasado por el uso de la mentira en sus transacciones. Muchas iglesias perdieron su testimonio y se fueron al suelo y sobre la puerta principal de dichas iglesias está escrito “Icabod (traspasada es la gloria)” por usar métodos ilícitos y prácticas antibíblicas.

Muchos predicadores arruinaron su llamado y tuvieron que abandonar el ministerio por no ser honestos en los reportes que daban y por mentirle a sus esposas, a los diáconos de la iglesia o la iglesia.

El que quiera tener la bendición de Dios sobre su vida tiene que practicar y promover la verdad.

Condición # 5

Respeto y Reverencia a Dios

El Salmo 115:12-13 dice: “Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá:….Bendecirá a los que temen a Jehová”.

La palabra “temor” en la Biblia implica “reverencia, respeto, temor, miedo, y reconocimiento de magnificencia”. Dios es digno de todo esto y mucho más.

Pero estamos viviendo en una generación donde a Dios se le ha perdido el respeto. Ya la gente ni siquiera piensa en el mandamiento número cuatro que dice: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”

Aquellos que creen que Dios les ha de bendecir llamando a Dios “el viejito allá arriba,” o “el hombre arriba”, no recibirán ninguna bendición de parte de Dios. Aquellos que se pasan todo el tiempo diciendo sin sentido “¡Ay Dios mió!” están tomando el nombre de Dios en vano y no pueden esperar bendición alguna de parte de Dios.

¿Deseas tú, querido lector, ser bendecido por Dios? Recuerda estas condiciones que la Palabra de Dios nos demanda para que podamos ser recipientes de las bendiciones de Dios. El quiere bendecirnos, pero El lo hará únicamente cuando en sinceridad de corazón Le obedezcamos mitigando las condiciones que El nos exige.

—Dr. M. A. Casillas

Cantando con Gracia

Por el Pastor Jeff Musgrave

Cuando los impacientes israelitas empujaron al bienintencionado Aarón a darles una experiencia religiosa mucho más significativa, estoy seguro que él no tuvo la intención de dejarles “desnudos en su vergüenza entre sus enemigos” en una orgía dirigida por la música y el alcohol.

Como un nuevo convertido, John se había rendido al Señor para vivir para Él y obedecer todo lo que la Biblia enseñaba. A él le encantaba la música “Country Western” y tenía dificultades en abandonarla. Sin embargo, reconoció que la letra de las canciones lo incitaba a pecar, y tomó la decisión de reemplazarla. Conoció de una estación de radio “cristiana” y empezó a escuchar su música. Le gustó la música y ahora la letra era acerca de Jesús. Lo extraño era que el sentido de convicción que había sentido en su corazón acerca de la música “Country Western” todavía estaba allí cada vez que escuchaba Música Cristiana Contemporánea. Estaba confundido hasta que escuchó el mensaje predicado por Tim Fisher, en el cual él enseñaba que la música en sí misma era moral. Él llegó a convencerse que la música atada a aquellas letras “cristianas” era mundana, y que el Espíritu Santo le estaba convenciendo cortésmente de eso en su corazón.

Esta es una historia excepcional para mí. Dios en Su gracia preparó a este joven cristiano aún antes de escuchar una revelación específica de la Palabra. La gracia es para el pecador el regalo de Dios de vida eterna para su alma indigna. Esta maravillosa y sobrenatural capacitación del Espíritu Santo es sólo el inicio de la gracia de Dios para el cristiano que continúa dependiendo de Dios para que Él lo dirija y fortalezca momento a momento. En este caso, Dios preparó el corazón de un nuevo convertido para el mensaje que él estaba a punto de oír. Estoy aprendiendo que no hay nada que yo pueda hacer para impactar en otros a tomar decisiones reales para el reino de los cielos. Este trabajo se hace en un plano espiritual y yo vivo en el plano físico. Estoy dependiendo de la gracia de Dios completamente para que me permita hacer Su trabajo en Su reino. Cuanto más vivo esta convicción, más impacta cada área de mi vida.

He dejado la frustración que muchos sienten por los servicios de su iglesia. Puede ser que la música sea mortecina y que esté apagando el espíritu de todo el servicio y creando tal aburrimiento en la gente que aparentemente los haga salir. Muchos están tratando de resolver este problema usando un tipo de música diferente. Yo creo que lo que se necesita es un tipo de gente diferente. Colosenses 3:16 enseña que la música en nuestras iglesias debe “enseñar y exhortar” a los cristianos a través de la música que Dios ha mandado, la cual se debe cantar “con gracia en” nuestros “corazones”. La música que impacta a los hombres para Dios no es la música que es más avivada en el plano físico, sino la música que es avivada desde un plano espiritual. Empezamos a orar para que Dios bendijera nuestra música “anticuada” y que la hiciera emocionante e impactante a través de Su gracia sobrenatural. El énfasis no está en el tipo de música y ni siquiera en la calidad de ésta, sino en el poder de Dios. Déjeme adelantarme en decir que hay una excelencia musical que viene de este tipo de énfasis. Dios es un Dios de excelencia. Cuando le damos nuestra música juntamente con nuestras vidas, Él las llena con Su gracia y el resultado es un impacto espiritual, con la consecuencia de una música excelente. El resultado en nuestra iglesia ha sido fenomenal. No es que ya lo hayamos alcanzado, pero como la obra de la gracia en cada área de nuestras vidas, estamos viendo un espíritu creciente de expectación en cuanto a lo que Dios va a hacer en y a través de nuestra música. Hay una emoción en el canto de la congregación que es obviamente de Dios y no una maniobra musical.

Ha sido observado que un declive de los estándares de la música es, casi sin excepción, el primero de una serie de cambios que envía a la iglesia a un patrón de comprometer la verdad. Esto no es un fenómeno, sino un gran crecimiento pragmático de depender en lo carnal (plano físico). Si Satanás puede conseguir que dependamos en lo que nosotros podemos hacer en el ministerio, entonces él tiene la seguridad de que Dios no va a trabajar en nuestras vidas. Con la ausencia de la bendición de Dios viene el ímpetu de depender más de la carne. En su libro, La Iglesia Dirigida con Propósito, Rick Warren afirma, “Si usted me dijera el tipo de música que está usando actualmente en sus servicios, yo podría describirle, sin ni siquiera visitar su iglesia, el tipo de gente que está alcanzando. También podría decirle el tipo de gente que usted nunca podrá alcanzar.”1 No se necesita tener un espíritu crítico para ver que es dependencia carnal. Mientras que mucho de este pensamiento en el libro es de ánimo y es bíblico, esta señal reveladora de dependencia carnal mancha el contenido de todo.

Cuando los impacientes israelitas empujaron al bienintencionado Aarón a darles una experiencia religiosa mucho más significativa, estoy seguro que él no tuvo la intención de dejarles “desnudos en su vergüenza entre sus enemigos” en una orgía dirigida por la música y el alcohol. Pero, cuando él tomó el enfoque pragmático y pervertido en su adoración a Jehová (Éxodo 32:5), eso fue exactamente lo que Éxodo 32:25 dice que Aaron hizo. En el versículo 18, Moisés le dice a Josué que lo que escuchó en el campamento no era un grito de guerra, sino de música. La palabra “tocar” en el versículo 6, sugiere una actividad sensual; que juntamente con la “danza” que Moisés vio en el versículo 19, pinta el cuadro que refleja el rol de la música tocada en este terrible evento ¡Oh, qué pudiéramos mirar abajo en el camino y ver a dónde nos llevan nuestras decisiones hechas al confiar en métodos carnales!

Si veremos la mano de Dios bendiciendo a nuestras iglesias, debemos regresar a la dependencia de la gracia de de Dios. Cuando hablo con un hombre que me dice que está confiando en Cristo y en su bautismo para obtener la vida eterna, me siento obligado por mi lealtad al evangelio a decirle que él todavía está destinado al peligro del infierno, si no depende solamente en Cristo para su salvación. De la misma manera, cuando intentamos confiar en Dios para que nuestros servicios tengan más poder y a la vez mostramos una dependencia en la carne (el plano físico) a través de nuestra música, estamos todavía destinados a los meros resultados del plano físico. ¡Oh, qué seamos persistentes en nuestras oraciones y pacientes en nuestra fe en simplemente esperar expectantes que el plan de Dios haga Su obra! Lo que Él puede hacer en un par de semanas es más que lo que nosotros conseguimos hacer en los esfuerzos dependientes a la carne durante toda una vida.

Fue tanto la música de Ira Sankey como la predicación de D. L. Moody lo que conmovió el corazón de Escocia y sucesivamente el de Inglaterra y Estados Unidos. No fue ni la calidad de la música ni su estilo lo que atrajo a la gente, sino que Sankey “cantaba con gracia.” Moody se enfermó y no pudo asistir a la primera reunión en Edimburgo. A muchos en Irlanda no les gustó la música de Sankey y más tarde expresó que estaba nervioso por eso. Pero después de cantar su primer cántico especial en la campaña, la cual movió al mundo de habla inglesa, él escribió: “El intenso silencio que permeó a la audiencia me dio la seguridad de que aún los ‘himnos humanos,’ cantados en un espíritu de oración, eran usados por Dios para captar la atención y transmitir la verdad del evangelio a los corazones de los hombres en Escocia, como se había hecho en otros lugares.”2 Una mujer en Edimburgo dijo, “El Sr. Sankey canta con la convicción de que las almas están recibiendo a Jesús entre una nota y la otra.”3 Después de asistir a una reunión con una “gran multitud” en Bingley Hall, en Birmingham, el Dr. Dale, pastor de la Iglesia Congregacional de Carr’s Lane, escribió: “Se convirtieron [gente] de todas las clases, ricos y pobres, comerciantes, fabricantes y mercaderes, jovencitas sin mucha educación, varones que sabían más de perros y de palomas que de libros, y damas cultas [fueron llevados a Cristo a través de los servicios.] No pude entenderlo.” Sin embargo, más tarde le dijo al Sr. Moody: “La obra es claramente de Dios, porque no puedo ver ninguna relación entre usted y lo que ha hecho.”4 ¡Oh, qué la gente pueda decir lo mismo acerca de nuestros ministerios por haber estado organizando, testificando, predicando y cantando con gracia!

1 Rick Warren, The Purpose Driven Church (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1995), 281.
2 John C. Pollock, Moody, The Biography (Chicago, Moody Press, Reprint 1983), 130.
3 Ibid., p. 153.
4 Ibid., pp. 160-161

¿Cómo Ayudar a Prosperar a mi Iglesia?

Por Rafael Ortiz

1. Transfórmate en un miembro activo de la Iglesia. Romanos 12:1, 2; Gálatas 2:20
2 Asiste con regularidad y puntualidad a todos los servicios. Hebreos 10:25; Salmos 27:4
3. Aprovecha de las reuniones de oración. Efesios 6:18; I Timoteo 2:1-3; Hechos 3:1
4. Sigue los estudios bíblicos de manera sistemática. Juan 5:39; I Timoteo 4:13
5. Ora todos los días para que el Señor derrame raudales de bendiciones sobre el pastor, y particularmente, sobre la iglesia en todas sus actividades. Hebreos 13:7, 18
6. Esfuérzate continuamente en tratar de conducir almas a Cristo. Josué 1:9; Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15
7. Renuncia abnegadamente a las costumbres mundanas. I Juan.2:15-17; II Timoteo 4:10; Santiago. 4:4
8. Lee periódicos cristianos y literatura edificante para la vida espiritual. I Timoteo 4:13; Juan 5:39
9. Interésate en la marcha en la buena marcha de la obra misionera. Hechos 13:1, 2; Filipenses 1:7
10. Elige un trabajo que puedas hacer en la viña del Señor. Colosenses 3: 17, 23
11. Lleva la luz de la esperanza del evangelio por doquiera que vayas, incluyendo a los enfermos y ancianos. Mateo 5:14; I Corintios 9:16
12. Ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27; I Juan 4:8
13. Pon de relieve las virtudes de tu iglesia y las buenas acciones de los hermanos. Haz esto en vez de criticar sus debilidades. Mateo 7:1-5
14. Procura llevar a otro contigo cuando vayas al servicio. Ora por tal persona y anímalo dale buen ejemplo. Juan 4:28-30; Juan 1:44-47
15. No olvides ofrecer fielmente tus diezmos y ofrendas para avanzar el testimonio de Cristo. Malaquías 3:10; II Corintios 9:7; II Corintios 8:9

Datos importantes acerca de la Biblia

1. Dios es el autor de la Biblia. Él inspiró a los escritores de la Biblia y todo lo que ellos escribieron es Palabra de Dios. I Timoteo 3:1-17.

2. Dios usó unos 40 hombres de diferentes nacionalidades, de diferentes clases sociales y de diferentes oficios y profesiones.

3. Dios utilizó un período aproximado de 1,600 años para darle la Biblia al hombre.

4. La Biblia está dividida en dos secciones principales: el Antiguo Testamento que contiene 39 libros, y el Nuevo Testamento que contiene 27 libros haciendo un total de 66 libros.

5. Los libros de la Biblia están divididos en capítulos y los capítulos están divididos en versículos. La Biblia tiene 1,189 capítulos (929 en el Antiguo Testamento y 260 en el Nuevo Testamento). Hay un total de 33,820 versículos en toda la Biblia.

6. La Biblia contiene 22 libros de historia (cinco de ellos se conocen como “La Ley” y cuatro se conocen como “Los Evangelios”), cinco libros de poesías, seis libros de profecía, nueve epístolas eclesiásticas, cuatro epístolas pastorales, y ocho epístolas generales.

7. La Biblia fue escrita en tres idiomas particulares: hebreo, griego y arameo. Contiene también palabras persas, egipcias y árabes.

8. La Biblia fue el primer libro impreso en la primera imprenta de tipo movible por John Guttenberg en Alemania en el año 1454.

9. La Biblia ha sido traducida en 1,800 de los 3,000 lenguajes existentes en la tierra.

10. La Biblia fue traducida al español en su totalidad por Casiodoro de Reina y fue impresa en el año 1569.

11. La Biblia en español ha tenido varias revisiones debido a los cambios en el lenguaje español. La primera revisión la hizo Cipriano Valera en el año 1602. Se hicieron otras revisiones en los años 1862, 1902 y 1960. La versión 1960 es la versión de mayor uso hoy en día en el mundo hispanoparlante.

12. La Biblia es el único libro en el mundo que revela:

a. La creación del universo.
b. El origen de la raza humana.
c. El origen del pecado.
d. El origen de las naciones y lenguajes.
e. El origen y desarrollo de pueblo judío.
f. El plan de Dios para la retención de la humanidad.
g. El futuro del mundo.
h. El establecimiento, desarrollo y misión de la Iglesia.

13. Más libros se han escrito acerca de la Biblia y su contenido que de ningún otro libro en la historia universal.

14. La Biblia ha sido la clave de la civilización, la clave de la educación y contiene todos los preceptos necesarios para la felicidad del ser humano.

15. Ningún otro libro en la historia de la humanidad ha sido tan perseguido como la Biblia, pero la Biblia siempre ha salido triunfante.

16. La Biblia es el libro de mayor venta en el mundo, contiene el mejor mensaje para el mundo, la mejor esperanza para el ser humano, las mejores reglas para la vida y los mejores principios para toda clase de relación.

“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. Salmo 119:89

¿Cómo estudia usted la Biblia?

El estudio personal de la Biblia es un elemento esencial para el crecimiento de su relación con el Señor Jesucristo. Estamos seguros que usted hallará gran ayuda al considerar seriamente estos doce puntos para su estudio bíblico y meditación de la Palabra.

1. Busque la ayuda del Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos ha sido dado para que Él nos ilumine las Escrituras y las hace vivas para nosotros mientras las estudiamos. Debemos escuchar Su voz y también responder en oración.

2. Interprete la Biblia literalmente. Piense en las palabras de acuerdo al significado que se les da ordinariamente. Ponga mucha atención a la gramática, estructura de las oraciones gramaticales y los párrafos. Responda a la Palabra de Dios orando al Señor.

3. Considere el contexto inmediato. El ambiente específico en el que se están usando esas palabras es de tremenda importancia. Esto por lo general le mostrará cuando se tiene que dar una interpretación figurada y no literal.

4. Tenga en mente toda la Biblia. El desarrollar un entendimiento claro y firme del mensaje total de la Biblia le guardará del error de obtener una doctrina falsa en la interpretación incorrecta de un versículo. Busque otros versículos que se relacionan con la porción que usted está leyendo.

S. Concéntrese en las verdades esenciales. Trate de evadir los temas muy controversiales, y resista la tentación de ocuparse en temas donde se tendrá que especular.

6. Recuerde los escritores y los lectores originales. Trate de encontrar el significado específico que el pasaje tenía para la gente a quienes se les escribió el pasaje y después piense sobre la aplicación contemporánea.

7. Comience con los pasajes de menor dificultad. Usted debiera tener un conocimiento básico y claro de uno de los evangelios o del libro de Romanos antes de estudiar el libro de Ezequiel o de Apocalipsis.

8. Interprete de lo más claro a lo más obscuro. Interprete pasajes difíciles, obscuros y controversiales a la luz de aquellos que son claros y fáciles de entender.

9. Disfrute de las imágenes que se usan en las Escrituras. Las metáforas, las símiles, el lenguaje figurado y los símbolos hacen que la Biblia sea más amena. Use un diccionario para ayudarse en el entendimiento y significado de cada una de estas formas de expresión.

10. Sea sensitivo en el estudio profético. Primero trate de determinar que elemento(s) de dicha profecía se cumplieron tan pronto como se dijo la profecía. Después determine que elemento se cumplió en la primera venida del Señor; y por último descubra qué elemento se cumplirá cuando El regrese por segunda vez.

11. Considere el panorama completo primero. Lea el libro entero o la sección completa de un tema antes que se empiece a involucrar en los pasajes pequeños y demás divisiones de los versículos. Cada escritor tenía su propio estilo y mensaje especial y específico que quería dar cuando él escribió.

12. Realice que tiene limitaciones. Reconozca que en esta vida nunca podremos comprender completamente las verdades maravillosas de las Sagradas Escrituras. Aprenda a disfrutar la Palabra de Dios.

Martin DeHaan, traducido por Suni Ponce

Cómo orar por la esposa de su pastor

Por Liz Harmon

La Biblia nos enseña que debemos orar el uno por el otro. La esposa de su pastor necesita sus oraciones. Tal vez está pensando al comenzar a leer este artículo, «pero yo oro por ella…Le pido que Dios la bendiga todos los días».

Es fácil para nosotras orar por cosas generales. Pero, a Dios le complace oír oraciones específicas. Usando diferentes mujeres mencionadas en las Escrituras, lo siguiente tal vez le pueda ayudar a orar por la esposa de su pastor.

Ore que sea una María (Lc. 10:38, 39, 42)

María fue encontrada a los pies de Jesús, oyendo cada palabra que Él decía. La esposa de su pastor necesita pasar tiempo con Jesús diariamente también. Aunque ella no puede sentarse físicamente a los pies de Jesús, ella sí puede pasar tiempo con El diariamente. Ore que ella pueda pasar tiempo a solas con Dios en sus devociones, estudio bíblico y oración.

Ore que sea una Dorcas (Hch. 9:36, 37, 39)

Dorcas era conocida entre los cristianos en Jope como una mujer llena de buenas obras. Usaba las habilidades que Dios le dio para hacer túnicas y vestidos para otros. El Señor, igualmente, ha dado a la esposa de su pastor habilidades especiales y dones espirituales. Ore que ella las utilice para la honra y gloria del Señor.

Ore que sea una Débora (Jue. 4:6-9)

Débora era una de los jueces del Antiguo Testamento. Era valerosa, aun durante el periodo de guerra, porque sabía que Dios estaba en control de la situación. La esposa de su pastor, de vez en cuando, se encontrará en situaciones difíciles. Ore que confíe en Dios y sea valerosa, no importa la situación en que esté.

Ore que sea una Sara (Gén. 12:1-5; Heb. 11:8-11)

La Biblia nos dice que Abraham obedeció a Dios y dejó su pueblo, sin saber a donde iba. Sara siguió a su esposo. ¿Puede imaginarse a alguien diciéndole a usted que empaque todas sus pertenencias y salga sin saber a dónde vaya? ¡Sara lo hizo! La Biblia también menciona que Sara fue hallada fiel al Señor. Ore que la esposa de su pastor sea encontrada tan fiel como Sara – fiel en su relación con Dios, fiel en su relación con su esposo, fiel en sus responsabilidades en su hogar y en la iglesia y fiel en testificar a otros.

Ore que sea una mujer virtuosa (Prov. 31:26)

Una de las muchas características encontradas en la mujer virtuosa es que usa su boca con sabiduría y su lengua con clemencia. A veces, la lengua puede ser un arma peligrosa. Mientras que la esposa de su pastor habla con otros, ore que hable con sabiduría y clemencia, no importando las circunstancias.

Aunque el énfasis de este artículo es orar por la esposa del pastor, puede usar estas ilustraciones en orar por otras hermanas, o aun por USTED MISMA.

Recuerden, hermanas, «Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada». Prov. 31:30

El decir la verdad o decir la mentira

Por el Hno. Tony Miller

En la primavera de 1980 me encontraba sentado en frente del escritorio del decano de los estudiantes en la Universidad Bob Jones; y aunque en mi juventud ya había recibido mi muy merecida corrección, esta vez estaba en la oficina del decano no porque me encontrase en problemas, sino porque el decano me estaba entrenando para tomar su lugar el año siguiente. Una de las situaciones que más me impresionó cuando me estaba entrenando fue cuando un estudiante le negó al decano que fuera culpable sobre cierto asunto. El decano le preguntó si estaba diciendo la verdad y el estudiante nuevamente afirmó que era inocente. Entonces, el decano cogió el teléfono para hacer una llamada a cierta persona y le dijo al estudiante que se ahorrarían muchos problemas si decía la verdad ahora y no después. El joven se puso a llorar inmediatamente y confesó que había mentido. El decano ya no tuvo que hacer la llamada. Más tarde le pregunté al decano qué tan a menudo mentía un joven cuando se encontraba en un gran problema; ya que yo quería saber más o menos cuan a menudo me iba a enfrentar a tal situación. Me asombró lo que oí, me dijo que «en 1955, el 25% de los hombres mentían cuando se encontraban en un gran problema. Y 25 años más tarde, él estimaba que el 75% de los hombres mentirían cuando se encontraban en un gran problema». Esto significa un incremento de 300% en mentira en 25 años y el decano no estaba exagerando en lo mínimo.

¿Qué pasó con el decir la verdad en los Estados Unidos—especialmente entre los cristianos de Estados Unidos? Como cristianos, aceptamos las encuestas nacionales que revelan que la mayoría de los jóvenes mienten o hacen trampa en sus asignaciones o responsabilidades en la escuela; pero ¿podemos aceptar la realidad que la mayoría de los jóvenes cristianos recurren a la mentira para librarse de un problema? Como líderes cristianos, tenemos que hacer todo lo posible para desarrollar integridad en el carácter de nuestros jóvenes.

Si nuestros estudiantes están entrenados académicamente al mismo tiempo que mantienen unos corazones deshonestos, entonces hemos sido exitosos en entrenar una generación de profesionales mentirosos.
La honestidad es fundamental para el crecimiento cristiano y para mantener relaciones personales estables. Hasta que un hombre o una mujer lleguen a ser honesto consigo mismo, con Dios y con otras personas, ese hombre o esa mujer nunca cambiará. El llegar a ser honesto hace que uno sea responsable y muestra la necesidad de cambio. Sin honestidad no hay crecimiento.

La razón por la cual muchos jóvenes mienten es porque sus padres les enseñaron a mentir. ¿Usted cree eso? Aunque esto no siempre es así. Una persona miente por causa de la naturaleza humana, y no necesariamente porque sus padres así le enseñaron. Jeremías 17:9 dice: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá»? Jeremías nos afirma que el corazón humano es tan engañoso que ni aun el mismo corazón conoce su propia condición. Martín Lutero dijo que el colmo de un pecador es que ni él mismo conoce su propio pecado. El evangelista Marcos nos dice que:
«del corazón de los hombres…sale el engaño» (Marcos 7:21-22). Los hijos nacen con una naturaleza engañosa y tienen que ser enseñados a no mentir y no necesitan ningún tipo de seminarios en cómo mentir porque ya lo saben.

La naturaleza adámica o satánica con la cual nace el hombre, produce lo que el apóstol Pablo describe en Romanos 3:13 «Con su lengua engañan». La mentira en el joven comienza principalmente por su naturaleza humana.

Pero sí, muchas veces los jóvenes son tan prontos a mentir porque sus padres les han alimentado esta característica de la carne con el mismo ejemplo de sus vidas. Nunca se me olvida la primera ocasión en que fue necesario expulsar a un estudiante de la Universidad Bob Jones porque sus padres le ayudaron a mentir; y no nos debe sorprender que los adultos mienten, esos padres eran de una iglesia fundamental.

Padres que profesan ser cristianos le están ayudando a sus hijos a ser practicantes de la mentira por el ejemplo de su engaño, dándoles instrucciones a sus hijos de cómo mentir, o siendo indiferentes cuando sus hijos mienten. El padre o la madre le está enseñando a mentir al hijo(a) cuando fallan en guardar las promesas a sus esposas y esposos al violar los votos del matrimonio.
Muchas veces, los padres tampoco cumplen y fallan en administrarle a sus hijos la corrección que muchas veces prometen que les darían, o la ayuda prometida o actividades prometidas. Muchas veces, los mismos padres no le dicen la verdad a las autoridades, mintiendo en las planillas de hacienda; los padres les mienten hasta a sus mismos compañeros de trabajo diciéndoles a sus hijos que les digan que sus padres no están cuando quieren comunicarse con ellos por el teléfono. Los mismos padres le mienten al pastor diciéndole que todo está bien cuando hay muchos problemas espirituales en la familia.

Muchas veces se enseña más por lo que se hace que por lo que se dice. Muchas veces los mismos padres hasta lloran cuando se les muere la mascota (perro, gato, etc.) de la casa, pero nunca se preocupan por el engaño que le están enseñando a sus hijos con sus propias vidas. Ojalá que todo joven tuviera un pastor, un padre y un director de escuela que lo disciplinara. Una de las más grandes herencias que un líder le puede dar a los jóvenes es la convicción que la honestidad es el camino a seguir.

Pero no solamente el joven necesita entender las razones por las cuales él miente, sino que también necesita entender las razones bíblicas por las cuales no debe mentir. En primer lugar, Dios odia la mentira. La Iglesia Católica tiene una lista de los siete pecados cardinales, pero la lista de Dios de los siete pecados cardinales es diferente. Prov. 6:16-19 nos dice: «Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, LA LENGUA MENTIROSA, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, EL
TESTIGO FALSO QUE HABLA MENTIRAS, y el que siembra discordia entre hermanos». Dos veces en esta lista de siete abominaciones se enfatiza que la mentira es aborrecida por Dios. La verdad es el instrumento que Dios usa para hacer Su obra. Nuestro Señor oró. «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad» (Juan 17:17). Nuestro Señor se llamó a sí mismo: «Yo soy el camino, y LA VERDAD, y la vida» (Juan 14:6). Se dice de Dios: «Tú amas la verdad en lo íntimo» (Salmos 51:6).

La segunda razón bíblica por la que debemos dejar de mentir es porque la mentira hiere al cuerpo de Cristo (ver Ef. 4:25). Suponga que usted viene a visitarme a la Universidad Bob Jones y me encuentra frente al edificio de la administración con martillo en mano moliéndome todos los dedos de la mano izquierda, usted pensaría que me he vuelto loco al verme usar un miembro de mi propio cuerpo (la mano derecha) y con un instrumento destruir otro miembro de mi cuerpo (los dedos de la mano izquierda).

Una tercera razón por la cual debemos dejar de mentir es porque la mentira es odio demostrado a otras personas. Prov. 26:28 dice: «La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, y la boca lisonjera
hace resbalar». El engaño destruye y la deshonestidad viene de un corazón que se sirve a sí mismo y que ama la mentira. La persona a quien se le miente lleva a cabo sus actividades, da sus opiniones y lleva a efecto sus acciones, basadas en una mentira que le dijeron, porque el que le dijo la mentira, prácticamente le está diciendo lo siguiente: «Yo me amo a mí mismo, y a mí no me importa tu bienestar, lo que tú hagas, lo que tú pienses».

La cuarta razón por la cual se debe dejar de mentir es porque la mentira ayuda en la obra de Satanás (Juan 8:44). La falsedad es uno de los instrumentos más efectivos y poderosos que tiene Satanás.
Dos de los deseos más grandes de Satanás son la mentira (engaño) y la muerte de otros. Satanás usa falsos profetas para predicar evangelios falsos para llevarlos a la muerte eterna. El usar la mentira es ser como Satanás o al menos, ser usado por él. Él es el padre de la mentira. Y si un joven puede entender que él o ella está siendo como Satanás cuando miente, él o ella lo pensaría dos veces para usar el instrumento de Satanás—la mentira.

La quinta razón por la cual se debe dejar de mentir es porque cuando se miente se están manteniendo hábitos malos que debieran ser cambiados en la vida. Muchos estudiantes mienten para obtener mejores calificaciones, otros mienten para verse bien delante de sus compañeros y otros mienten para escapar del castigo. Si un joven temporalmente «se libra» de sus problemas usando la mentira, él nunca se desarrollará en el área mental, social y espiritual. Nuestro Dios está más preocupado en el cambio y en el desarrollo de nuestras vidas que en nuestro éxito. Prov. 28:13 es una promesa de nuestro Dios omnipotente, quien tiene el poder tanto para llevar a cabo las promesas positivas que El da como las promesas negativas que también se encuentran en Su palabra, «El que encubre sus pecados no prosperará» — aumento, abundancia, crecimiento; «Mas el que los confiesa» — íntimamente ligado a apartarse del pecado. Así que, primero debe haber confesión, después apartarse y finalmente olvidarse. El deshacernos del pecado es posible solamente cuando somos honestos con nosotros mismos, con Dios y con otros.

Si los jóvenes se convencieran del odio que Dios le tiene a la mentira, del daño que ésta le causa a otras personas, de la ayuda que se le está dando a la obra de Satanás cuando se usa la mentira y de la merma en el desarrollo espiritual del cristiano causada por ésta, entonces ellos dejarían de ser engañados y dirían la verdad.

Muchas veces, antes de cuestionar algún joven acerca de su posible error, le doy unas palabras de exhortación acerca del principio de que es importante decir la verdad. Les puedo dar ejemplos de cómo recibimos cartas de personas que estuvieron en la Universidad hace 10, 20 ó 30 años diciéndonos: «Ya no puedo vivir más así, si quieren les puedo enviar mi diploma ya que lo obtuve de una manera deshonesta». Por muchos años, esas personas no han tenido la paz de Dios. No han tenido la seguridad de que Dios ha oído sus oraciones. No han prosperado espiritualmente. Otros que han mentido, sus mismos hábitos les han llevado a la misma cárcel y prisiones. Animemos a nuestros jóvenes a través del ejemplo, a través de la exhortación y sobre todo a través de la Escritura a que digan siempre la verdad.

Existe un problema muy grande entre los jóvenes cristianos de nuestras iglesias fundamentales. Las razones dadas anteriormente para no mentir debieran guiarnos a decir la verdad. Pero ¿cómo se remedia el hábito de mentir? Hay al menos seis cosas que un cristiano puede hacer para salir triunfante del hábito maligno de la mentira. El pasaje tan conocido de Salmos 119:9-11 menciona varias de las cosas «para limpiar el camino» o quitar un hábito pecaminoso. He aquí algunas de las cosas que pueden ayudarnos a tener victoria sobre el hábito de mentir.

1. Arrepiéntete de la mentira reconociendo que es pecado – no excuses tu pecado.
2. Reconoce la falsedad de la mentira preguntándote – ¿por qué mentir? ¿qué es lo que traté de conseguir con esa mentira?
3. Regresa al Señor reconociendo que Él es lo más importante – «con todo mi corazón TE he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos».
4. Renueva tu mente para cambiar perspectivas erróneas de la mentira.
5. Reemplaza la mentira diciendo la verdad (Salmos 119:12; Ef. 4:23-28).
6. Regocíjate en agradar a Dios – aprender a disfrutar en obedecer a Dios, y no solamente aprender a no ceder ante la tentación (Salmos 119:14).

En primer lugar, la persona se tiene que arrepentir de la mentira reconociendo que es pecado. Todo pecado entristece a Dios. El pecado no sólo quebranta la ley de Dios, sino que también quebranta su corazón. Cuando nos referimos a la mentira con otros nombres como: «una exageración», «una mentirita blanca», «un malentendido»—cuando claramente hemos entendido, o simplemente decimos «sólo estaba jugando»—-cuando intencionalmente pensamos en engañar «jugando», no estamos confesando nuestros pecados. Confesar nuestro pecado significa decir de nuestro pecado lo mismo que Dios piensa acerca del mismo. La única manera en que alguien va a parar de mentir, es cuando se dé cuenta que la mentira es algo que a Dios le entristece y cuando esa persona admita que necesita ser limpiada de ese pecado.

En segundo lugar, necesitamos darnos cuenta de la falsedad de la mentira y que cuando mentimos estamos tratando de conseguir un falso tesoro. ¿Qué es un tesoro? Un tesoro es algo que queremos tener porque creemos que éste puede hacer algo por nosotros (hacemos feliz o más felices). Cuando una muchacha le miente a sus amigas acerca de las calificaciones en sus exámenes, ella les miente no por el único hecho de mentirles sino porque anda buscando el tesoro del reconocimiento para que sus amigas piensen que ella es «inteligente». Para que esta muchacha le deje de mentir a sus amigas, ella necesita reconocer y rechazar su deseo de «felicidad» que le trae la aprobación de sus amigas cuando ella les miente y sus amigas se lo creen. Realmente, pudiera bien ser que el problema detrás de todo esto es el orgullo.

En Ef. 4:22 se menciona el verdadero nombre de estos tesoros falsos: «deseos engañosos» o deseos con una promesa falsa de felicidad, deseos que prometen tales cosas como pasiones, poder o posesiones. Por ejemplo, cuando un hombre de negocios miente para obtener más dinero, éste pudiera estar motivado por el mismo deseo engañoso que el estudiante que hace trampa en su examen final. El deseo de ambos bien pudiera ser obtener más dinero, sólo que el hombre de negocios pudiera ver resultados de su engaño más rápidamente y el estudiante quiere una buena calificación final, para tener un buen historial académico, para obtener un buen trabajo que le producirá buen dinero.

La tercera acción bíblica que se debe ejercitar para tener victoria sobre la mentira es el considerar a Dios nuevamente como el que puede dar verdadera felicidad. En Salmos 119:10, David dice: «Con todo mi corazón te he buscado»; el tesoro que David buscaba era conocer más de Dios. Muchos jóvenes son engañados al pensar que el mentir le va a ser de provecho, pero sólo el decir la verdad les será provechoso delante de Dios. Dios declara que El ama «la verdad en lo íntimo» (Salmos 51:6). David agregó, «Jehová es mi pastor; nada me faltará». El salmista Asaf dijo en el Salmo 73:25, «¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra». Dios ha hecho nuestros corazones de tal forma que como humanos obtengamos verdadera satisfacción (o felicidad) solamente en Dios mismo.

No es hasta que una persona busque al Señor como su primer amor y busque al Señor para que le dé el poder de cambiar hábitos pecaminosos cuando esa persona tendrá la motivación y hará cambios permanentes en su vida.

La renovación del entendimiento es una acción necesaria para tener victoria sobre el pecado. Cuando se aconseja a alguien para tener victoria sobre algún hábito pecaminoso, la lectura diaria de la Biblia y la memorización de las Escrituras no son opcionales, sino que es algo que tendrá que hacerse. Un joven que no se mantenga leyendo la Palabra de Dios, no va a tener victoria sobre el pecado.
«Con guardar Su palabra» es la solución del Señor para limpiar el camino (Salmos 119:9). La Palabra de Dios se debe personalizar y hasta «fanáticamente» aplicar especialmente las porciones que hablan a la persona, esa es la forma en la que Dios quiere que su Palabra sea usada.

Reemplazar la mentira con el decir la verdad. El joven necesita ser seriamente retado sobre a quién necesita ver y decirle la verdad acerca de su previa deshonestidad. Toma varias semanas para una persona reemplazar un hábito malo por un hábito bueno. Nada mas trate de identificar cuál zapato usted se pone primero cada mañana. Si es el derecho, vea cuánto tiempo le toma el formarse el hábito de ponerse el zapato izquierdo primero sin hacer un esfuerzo intencional. El decir la verdad espontáneamente debe ser la meta de cada cristiano cada día.

Regocijarse en la obediencia al Señor debe ser nuestra actitud cuando tenemos victoria sobre el pecado. A veces, cuando alguna persona tiene victoria sobre alguna tentación, hace el gesto de limpiarse el sudor de su frente como diciendo que se libró de ésta y que algo así no vuelva a pasar. Sin embargo, las tentaciones que nos vienen en nuestras áreas débiles debieran ser tomadas como oportunidades, para mostrarle a Dios qué tanto le amamos (Sant. 1:12). Regocijarnos en agradar a Dios es una buena actitud para motivamos el agradarle en el futuro. Dios nos ayude a entrenar una generación de niños, jóvenes y adultos que deseen decir la verdad.

Detrás de las nubes, el sol siempre está brillando

Por la Hna. Ann Browder

El 21 de septiembre de 1998 es un día que perdurará por largo tiempo en mi memoria. Empezó como cualquier otro día, excepto el sentimiento de cansancio de cada uno por ir de prisa haciendo preparativos y compras. El sol brillaba resplandecientemente. Por la tarde, las nubes de tormenta se acercaron y pronto el sol se escondió de nuestra vista. Más tarde en el día, el huracán Georges golpeó rápida y furiosamente. Por las siguientes doce horas fuimos sacudidos por todas direcciones.

Al salir de nuestra habitación la siguiente mañana, encontramos un caos y destrucción por todo lugar. La isla entera de Puerto Rico había sido dañada. Árboles que una vez habían sido encantadores, estaban parados como gruesos palillos desnudos de todas sus ramas y hojas; los vecinos habían perdido sus techos; árboles caídos habían destruido edificios y posesiones. Nuestra primera tarea fue abrirnos camino hasta la calle. Mientras trabajábamos juntos, encontramos un extraño en nuestro centro; un vecino, cuyo padre es un predicador, nos estaba ayudando. Pronto, todos nosotros nos mezclamos ayudándonos unos a otros a abrir caminos hacia la calle.

Entonces, nos preguntamos, “Por qué tanta prisa?” Esto llegó a ser evidente una vez alcanzamos la calle, no estábamos yendo muy lejos. Poderosas líneas eléctricas estaban en el suelo; los escombros bloqueaban las calles; no había agua. Nadie iba a ninguna parte. La realización del daño empezó a sumergirse. Por las siguientes próximas semanas, aunque el sol estaba brillando otra vez, muchas inconveniencias bloqueaban nuestra vista. Lentamente los servicios básicos empezaron a abrir— bancos, oficinas de correos, unas pocas tiendas de alimentos, hospitales. Sentimos la presión de necesidades indisponibles— agua para beber, hielo, frutas frescas, verduras y carnes, electricidad, agua. Esto empeoró crecientemente antes de mejorar. Los negocios permanecieron cerrados y era difícil negociar los asuntos necesarios. Muchas veces nos preguntábamos si realmente el sol seguía brillando.

Sí…. estaba aún allí. Inmediatamente, empezamos a recibir llamadas de amigos asegurándonos sus oraciones. Muchos enviaron regalos para ayudarnos en esos primeros días difíciles — dinero para comida, sierras eléctricas, generadores, baterías, comida. En Proverbios 25:25 dice, “Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras.” Esos primeros rayos de luz significaron mucho para nosotros.

A medida que seguíamos la trayectoria destructiva de Georges y oíamos de su devastación en la República Dominicana, Haití, Cuba y en los Estados Unidos, nos dimos cuenta de que aunque malamente dañados, al menos estábamos aún vivos. Por el momento, menos de diez personas murieron aquí. Otros no fueron muy afortunados. Y en ese tiempo, Jeremías 21:8b vino a mi mente, “He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte”. Aunque volvimos a tener agua en tres días, estuvimos sin electricidad por cinco semanas. Una amiga querida me envió hielo cada día durante este tiempo. Muchas veces, fruta fresca o jugo arropaba los cubitos de hielo. Unas pocas veces nuestra visión se cubría por nuestra propia desesperación y abatimiento. Amigos nos invitaron a sus hogares (¡Ellos tenían electricidad!) por unas horas para relajarnos un poco y disfrutar del compañerismo. Salmo 68:19 dice, “Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios…” Los amigos son uno de esos beneficios. A propósito, el sol aún estaba brillando.

Mientras caminaba temprano una mañana después de la tormenta, tuve el privilegio de ver el sol levantándose detrás de algunas nubes oscuras, derramando sus rayos a través del cielo. Inmediatamente estas líneas, “Detrás de las nubes, el sol siempre está brillando” vinieron a mi mente.

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desamparararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5).

Discernir entre lo santo y lo profano (perspectiva bíblica musical)

Por el Rdo. Roberto Greer

En este tiempo de auge de los movimientos ecuménico y carismático, el creyente bíblico está teniendo que hacer algunas decisiones muy difíciles. Tal vez una de las decisiones más difíciles es la de escoger qué tipo de música va a escuchar en su hogar, en la iglesia y en la escuela.

Nosotros sabemos que la Biblia es nuestra autoridad final de fe y práctica. Y firmemente decimos que la Biblia tiene las respuestas para todas las preguntas difíciles que el hombre se pueda hacer; pero cuando llegamos al área de la música nos olvidamos de lo que acabamos de afirmar anteriormente, y nos enfocamos en nuestras preferencias u opiniones personales o en nuestros gustos.

El propósito de este artículo es traer nuestra atención nuevamente a la Escritura. En Romanos 15:4 dice, «Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza». Verdaderamente, la Palabra de Dios debe ser la base sobre la cual hacemos nuestras decisiones.

Los Principios

Así que, alguien se preguntará: «¿Dónde está el versículo que dice, No escucharás Música Cristiana Contemporánea (MCC)?» Obviamente, no va a encontrar uno que diga tal cosa. En vez de eso, Dios nos ha dado como 575 referencias que tienen que ver con la música y el lugar que ésta tiene en la vida del creyente. Además, hay un número considerable de doctrinas y principios bíblicos muy importantes sobre los cuales podemos basar nuestras decisiones sobre el tipo de música que debemos escuchar. Veamos algunos de estos principios.

Para principiar, es muy importante recordar un tema que está muy claro en la Biblia. Este tema está claramente expresado en Levíticos 10:10. El Señor le dijo a Aarón, el primer sumo sacerdote, «para poder discernir (hacer diferencia) entre los santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio».

¿Notó la palabra clave? Como los líderes espirituales de Israel, a Aarón y a sus hijos se les encomendó a DISCERNIR entre las cosas que son santas y las cosas que son profanas, entre las cosas que son inmundas y las cosas que son limpias. Pero a la naturaleza humana le gusta parecerse a los demás y no le gusta hacer diferencia. Aún así, Dios es santo, por tanto, El espera que su pueblo sea santo (I Pedro 1:14-16).

Desafortunadamente, los lideresde Israel no siguieron estas instrucciones. Vemos en el libro de Ezequiel 22:23-31 que los profetas, los sacerdotes y el pueblo estaban viviendo en desobediencia. Note específicamente el v. 26a «Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio». El mandato en Levíticos 10:10 estaba siendo violado claramente y Dios no estaba siendo agradado. Nosotros hacemos bien cuando aprendemos de los errores de Israel. Es interesante notar también, que Dios no solamente espera que pensemos en la diferencia, sino que demostremos que en verdad debe haber una diferencia.

Tal vez alguien dirá que esos versículos se refieren exclusivamente a Israel y que aplicaban sólo al Antiguo Testamento, etc. Déjeme recordarle de Romanos 15:4 y de I Pedro 1:16 que ya mencioné antes. Y también déjeme recordarle las palabras del apóstol Pablo en II Corintios 6:14-18. No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

También le recordaré el pasaje muy conocido de Romanos 12:1-2: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Lo más importante de todos estos versículos, es que Dios es santo. Y nosotros como cristianos, tenemos la responsabilidad de ser santos también, en cada área de nuestras vidas, incluyendo la música.

Actitud

Hay otra cosa que es muy importante al tratar el área de la música, ésta es nuestra actitud. No podemos venir con un espíritu de obstinación o a la defensiva desde un principio. En vez, necesitamos el espíritu enseñable reflejado en el Salmo 119, que dice: Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin…Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré tus palabras…Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios. Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos (vv. 33, 57, 59-60).

Dos Areas

Manteniendo en mente los principios antes mencionados, discutamos la música cristiana en la vida del creyente.

Hay dos áreas muy importantes que debernos de considerar cuando estamos escogiendo un himno o cántico, y estas áreas son: El Texto y la Música del Texto. Ambos son importantes y ambos tienen que estar bíblicamente correctos. ¿Por qué digo que las palabras y la música tienen la misma importancia? Déjeme ilustrarlo de esta manera; cojamos una frase por ejemplo: Nosotros podemos decir: «yo te amo» con una cara que obviamente esté indicando lo contrario; y también podemos decir: «YO TE AMO» de la manera que una joven espera que su prometido venga y le diga estas palabras. ¿Por qué existe esta diferencia? Ambos mensajes contienenlas mismas palabras – buenas palabras. Obviamente, aunque ambas frases tienen las mismas palabras, éstas no comunican el mismo mensaje.

De la misma forma, con una sonrisa en mi rostro y de una manera muy afectuosa, yo podría decirle a alguien: «¡Tú eres feo y gordo!» Esa no sería una buena manera de cómo ganarme un amigo. ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? Pero si yo usé el tono correcto de voz y hasta se lo dije con una sonrisa. Pero, un momento, las palabras fueron las incorrectas. Esas palabras, no importa de la manera en que se digan, de todos modos son inapropiadas.

En el primer ejemplo, la diferencia entre las dos expresiones de amor no estaba en las palabras, sino en la manera en que se expresó. En el segundo ejemplo, el error no estuvo en la manera en que se expresó, sino en las palabras que se expresaron.

De la misma manera sucede con la música. El texto lo componen las palabras – o sea, lo que se está diciendo. La música es el medio de comunicación de esas palabras – la manera en que esas palabras están siendo dichas. Ambos son importantes. Ambos tienen que estar correctos.

La pregunta que debemos hacernos ahora es: ¿Cómo puede alguien estar seguro que estas dos áreas de la música cristiana están correctas?

El Texto

Imagínese la próxima escena: Tú y tu amigo están conversando después del servicio del domingo por la noche. Tu amigo te cuenta entusiasmado acerca de un cántico que escuchó en la radio la semana pasada–le ha gustado tanto que ya fue a comprar el cassette del himno a la librería cristiana. El te da la letra y el cassette y quiere saber qué es lo que piensas acerca del himno. ¿Qué es lo que harías?

Probablemente tu primer reacción sería algo más o menos así, «tengo tocacinta en mi carro; vamos a escucharlo para aprenderlo y cantarlo en la iglesia». ¿O dirías, «déjame escucharlo primero y te digo si lo podemos usar»?

Recordemos lo que dijimos en la primera parte del artículo. Vimos tres principios muy importantes: (1) Como cristianos, la base sobre la cual vamos a hacer nuestras decisiones tiene que ser la Palabra de Dios. (2) Tenemos una responsabilidad de ser diferentes (santos) en cada área de nuestra vida, incluyendo el área de la música. (3) Nuestra actitud es muy importante; en vez de tener un espíritu reacio a la Palabra, debemos tener un espíritu enseñable.

En el artículo pasado también discutimos que hay dos áreas que tenemos que considerar cuando escogemos un cántico o un himno: las palabras del himno y la música del himno. Ambas cosas son importantes, y ambas tienen que ser bíblicamente correctas. Como ilustración usamos el hecho de decir «Te amo» y «Eres gordo y feo»–las palabras usadas para expresar la idea. Y la música es el medio para comunicar esas palabras–la manera (música) en la que esas palabras son dichas.

Evaluar El Texto

En este artículo nos concentraremos en el texto (las palabras del himno). De hecho, aprenderemos cuándo, por qué, por quién y cómo estas palabras deben ser evaluadas. Además, daremos ocho sugerencias prácticas que serán de gran ayuda. Ahora, regresemos a la conversación que tú y tu amigo estaban llevando a cabo. ¿Qué le responderías a tu amigo sobre el himno que él quiere que canten? Creo que lo más sabio sería decirle: «Con mucho gusto te diré lo que pienso del himno; primero, veamos qué es lo que dice el himno (las palabras)».

¿Veamos lo que dice el himno? Sí. Es una buena idea tener el hábito de examinar primero las palabras. ¿Por qué? Porque si el texto no es bíblicamente correcto o doctrinalmente bueno, no podemos usar el himno. Las referencias bíblicas de Efesios 5:15-21; Col. 3:16-17 y Fil. 4:8 son las bases de este punto de vista bíblico. Por supuesto, cánticos bíblicos como aquellos encontrados en Deuteronomio 31:19 y 32:1-43; II Crónicas 5:13-14 y 20:21; y Salmos 19:14 y 119:9-11 nos proveen ejemplos dignos de seguir. De hecho, el tratar de justificar que un cántico se puede usar aun cuando tenga un texto que no es bíblico es como decir que está bien que alguien le diga a una persona que es gordo y feo por el hecho de que esas palabras se digan sonriendo y en buen tono de voz.

Quién Evalúa el Texto

Esto nos lleva a otra pregunta. ¿Quién debe ser la persona indicada en revisar las palabras de la música que cantamos, que oímos o que tocamos? Es esto el trabajo del pastor, de los maestros de la Escuela Dominical, de los músicos, de los padres, de los diáconos? ¿De quién? La respuesta es que todas esas personas mencionadas son responsables, pero tú eres responsable especialmente. En otras palabras, cada uno de nosotros, como cristianos bíblicos, tiene la responsabilidad de velar que la música escuchada en la iglesia y en nuestro hogar es lo que debiera ser. No es suficiente que confiemos simplemente en la opinión de pastores muy reconocidos o colegios cristianos. Estos grupos y personas pueden proveer muy buena información, pero aún así tenemos la obligación de examinar los himnos a la luz de las Escrituras.

Es obvio que la mayoría de los cristianos no tienen licenciaturas en música, así que, ¿cómo alguien que no tiene esas ventajas pudiera evaluar el texto correctamente? El creyente tiene que aprender a evaluar un himno o un cántico de la misma manera que él/ella aprendió (o está aprendiendo) a evaluar sermones, libros, artículos, etc.

Ocho Principios a Evaluar

A continuación se dan ocho sugerencias que son de ayuda:

(1) Aislar las palabras en un papel como si fuera un poema.
(2) Evaluar la letra de acuerdo a la doctrina–especialmente en cuanto a la doctrina de Cristo, el sacrificio expiatorio, salvación (incluyendo fe, arrepentimiento, gracia, etc.).
(3) Pregúntate, ¿pudiera este texto ser cantado por un mormón, por un falso «Testigo de Jehová», por un católico, por un mahometano, por una persona inconversa? ¿Pudiera ser cantado por cada uno de esos grupos sin que a ellos les molestara en cuanto a su doctrina?
(4) Recuerda, muchas veces no es tanto lo que dice, sino también lo que deja de decir.
(5) Pudiera este himno cantárselo una dama a un caballero sin ningún problema ya que solamente en todo el himno se refiere al Señor Jesús como: EL es amante, EL es amoroso, EL es bueno, etc.
(6) Si las palabras de ese himno se cantaran con la música de uno de los grandes cánticos de la fe, seguiría siendo bueno ese himno.
(7) No se conforme por lo más o menos o por lo mediocre cuando puedes escoger aquello que es mejor.
(8) Haz una lista de todos los versículos y principios que sirven como fundamento para cada estrofa del himno.

En la mayoría de los casos, la Música Cristiana Contemporánea (MCC) y muchos otros cantos evangélicos están gravemente faltos en esta área. Algunas veces, estos himnos hasta contradicen las enseñanzas claras de las Escrituras. Pero es mucho más fácil o más conveniente para aquellos que defienden estos cánticos, el decir: «tiene palabras cristianas» y simplemente pasarle por encima a la situación.

Recuerde que Satanás puede usar y usa palabras cristianas–hasta él cita la Biblia–pero ¿cómo las usa él? (Vea Gen. 3 y Mat. 4). No es suficiente que tengamos un cántico cristiano con alguna que otra palabra puesta aquí y allí. El himno o cántico tiene que ser doctrinalmente correcto.

Francamente, la mayoría de las personas quienes afirman que la MCC y otros cánticos evangélicos tienen buenas palabras nunca han evaluado los textos de sus himnos a la luz de estos ocho principios. Ellos simplemente quieren defender algo–especialmente el estilo de música–que a ellos les gusta, ya sea o no sea bíblicamente correcto. A nadie le gusta evaluar (o ser criticado en) lo que le gusta. Esa es la razón por la cual tenemos que recordar–y obedecer–las verdades de Salmo 19:7-14.

Habiendo tratado el texto, ahora estamos listos para meternos a discutir la misma música o tono de las palabras. El próximo artículo tratará de las propiedades de la música, los estilos musicales, los «bloques» con los cuales está construida la música rock, la manera en que la música rock es usada y algunas citas dichas por los mismos artistas de la música rock.

Los Bloques del Rock’n’roll

«Yo estaba usando ‘crack’, marihuana, cocaína y heroína, tomaba mucho y todo lo que quería hacer era tener orgías — el rock’n’roll no glorifica a Dios. Tú no puedes tomar de la copa del Señor y al mismo tiempo tomar de la copa del diablo. Yo fui uno de los pioneros de este tipo de música, uno de los que construyó el rock’n’roll. Yo sé de qué están hechos los bloques del rock’n’roll porque yo los hice».* Estas fueron las palabras de una estrella de rock del pasado. Su nombre fue: «Little Richard»–palabras que nos comunican un mensaje bien claro a aquellos que conocemos a Cristo como nuestro Salvador.

A través de esta serie de artículos, nos hemos dado a la tarea de examinar la música cristiana a la luz de las Escrituras, sin importar lo que es más popular u otras opiniones, y solamente tomando la Escritura como la base para cada cosa que hacemos o creemos. También, hemos sido recordados que nuestras vidas–incluyendo la música–deben ser diferentes, santas.

En el artículo pasado hablamos acerca del texto de un himno o cántico. Fueron dadas ocho sugerencias para ayudar al lector a hacer una evaluación correcta. Aprendimos el porqué es necesario evaluar las palabras de un cántico antes de decidir usarlo. Recuerde, si el texto no está bíblicamente correcto, el cristiano no debe usar el himno o cántico, no importa que tan lindo se escuche.

En este artículo estaremos enfocándonos en la música en sí.

Cuatro Propiedades de la Música

La música es uno de los medios más poderosos que hay para comunicar un mensaje. La música tiene cuatro propiedades o elementos y son: melodía, armonía, ritmo y timbre.

La melodía es la secuencia de tonos que forman el cántico. Ejemplo de esto es lo que nosotros comúnmente silbamos de un himno o cántico. La armonía es el sonido de dos o más tonos a la misma vez–ejemplo, cuando el soprano del coro canta la melodía, el alto, tenor y bajo cantan armonía. El ritmo es el pulso, la idea de movimiento que tiene la música. El timbre es la distinción que se hace de la calidad del sonido que le permite a alguien saber la diferencia entre el sonido de la voz de un hombre y el sonido de una trompeta, la diferencia entre el sonido del llorar de un niño y el sonido del cántico de un pajarito. El timbre es precisamente lo que te ayuda a saber que te está llamando tu hermana y no tu hija.

Estilo del Rock

Otro término que es importante saber es: estilo. Un estilo de música se forma cuando se enfatiza uno de los cuatro elementos o propiedades de la música mencionados arriba. Ejemplos de estilos de música son: clásica, jazz, rock, etc. La música de marcha y la música rock son dos ejemplos de música que ponen el énfasis en el elemento o propiedad del ritmo de la música. La música suave pone énfasis en la armonía.

Tal vez muchas veces no se comenta esto, pero tanto compositores como escritores de himnos tienen unas razones específicas cuando escogen un estilo para escribir sus creaciones. El sentido común también nos explica esto. Por ejemplo, así como no es apropiado para una banda el tocar en un juego de basketball una canción que usa una madre para dormir a su bebé, tampoco es apropiado para una madre el usar una Marcha Húngara para dormir a su bebé. Las canciones de cuna son para poner a dormir a los niños y las marchas son para animar a la gente a que haga algo. Por tanto, debemos preguntamos «¿De qué tipo de valores o propósito salió cierto estilo de música? ¿Por qué razón el músico escogió usar este estilo?» Uno de los estilos de música que está causando grandes estragos en las iglesias bíblicas fundamentales es la Música Cristiana Contemporánea (MCC). Prácticamente hablando, este estilo de música es música rock con palabras «cristianas». Y como tal, sus cantantes, sus escritores y su propulsores tienen unas razones definidas por las cuales escogieron el rock para comunicar su mensaje.

Veamos en más detalle lo que es el estilo de la música rock. En la cita dada al principio por «Little Richard», se hizo referencia al constructor y a los bloques con los cuales se construyó. Uno de los más reconocidos predicadores y músicos, el Dr. H. T. Spence también usa esta analogía al describir lo que él llama «Los Bloques Que Forman El Rock». El Dr. Spence menciona cinco de éstos: (1) Repetición, (2) Fuerza que impulsa, (3) Volumen alto, (4) Amplificación sintética y (5) Sincopación. No importa qué tipo de rock alguien examine–rap, metálico, Heavy metal, «Cristiano»–cada uno de éstos tiene esas cinco características. No es un secreto que la «repetición ayuda al aprendizaje». Esta es la razón por la cual tanto padres como maestros repiten mucho las cosas. Es la misma razón por la cual los anunciadores repiten los mismos comerciales muchas veces en la radio y en la televisión. A veces nosotros mismos nos hemos encontrado cantando o silbando algunas de las canciones o frases que usan para anunciar. Las estrellas de rock también saben el valor de la repetición. Tanto palabras, ritmos y acordes son repetidas varias veces, fijándose en la mente del escucha. Verdaderamente, la repetición es un instrumento muy poderoso–para el bien o para el mal.

La fuerza que impulsa, el volumen alto y la amplificación sintética contribuyen a la gran influencia que tiene la música rock. ¿cuántas veces te ha pasado que se detiene un carro a tu lado en un semáforo tocando rock a volumen muy alto. Aun con las ventanillas arriba tanto de tu carro como las del carro de donde viene la música puedes sentir los efectos de la música. Los ocupantes del carro están haciendo cualquier cosa excepto el quedarse tranquilos. De hecho, la pulsación es tan fuerte y el volumen tan alto que hasta puedes sentir las vibraciones en tu mismo carro. La fuerza, el volumen alto y la amplificación sintética son muy importantes para la música rock. Pídale a un seguidor del rock que disfrute una de sus melodías favoritas de rock en volumen bastante bajo, tocada en un piano o en un violín, sin el golpe de los tambores; no va a funcionar. La música rock tiene que tener esos bloques para que ésta pueda ser efectiva.

El último de los bloques de la música rock es la sincopación. Este es el término técnico usado para referirse al cambio del acento normal en música que debe tener un tiempo fuerte transferido a un tiempo débil. La sincopación es el método que se usa para dar a las canciones características dominantes y el conseguir ciertas respuestas físicas. Usemos el himno «¡Firmes y Adelante!» para ilustrar lo que es sincopación. El himno ¡Firmes, y Adelante! fue escrito para darle la idea de marcha al que lo cantara. El himno tiene cuatro tiempos en cada compás, y naturalmente los acentos de un himno de cuatro tiempos caen sobre el primer y el tercer tiempo: 1-2-3-4-1-2-3-4 (si usamos términos de marcha sería: izquierda – derecha – izquierda – derecha – izquierda – derecha, etc.) Y así, el énfasis en el texto es de la manera siguiente: [Underline what is in all caps] «FIRmes Y A de LAN te…» Pero sincopación cambia el acento natural a la posición incorrecta (a veces llamada «fuera de tiempo»), y nuestro ejemplo en ¡Firmes, y Adelante! sería: 1-2-3-4-1-2-3-4 o «Fir MES y a DE lan TE…» [Underline what is in all caps]

En nuestro próximo artículo consideraremos cómo es usada la música rock, qué es lo que los cantantes y expertos tienen que decir acerca de esta música y qué tiene que ver con la Música Cristiana Contemporánea.

Música Cristiana Contemporánea DE LA MANO CON EL Rock’n»Roll

¿Conoce Ud. el origen del término «Rock ‘n’ Roll? ¿Pudiera Ud. mencionar cuatro usos que se le da al Rock? Si a Ud. le pidieran su opinión acerca de la Música Cristiana Contemporánea (MCC), que no es otra cosa que música Rock con palabras «cristianas», ¿podría Ud. dar una respuesta bíblicamente correcta?

Si usted no pudo contestar afirmativamente a cada una de las preguntas anteriores, este artículo podría serle de ayuda. Primero, recordemos algunos puntos importantes de la lección pasada.

Mencionamos que la música es un medio poderoso para comunicar un mensaje. La música tiene cuatro propiedades: melodía, armonía, ritmo y el timbre. Un estilo de música tiene una o varias de estas propiedades y la enfatiza o los enfatiza. Por cuanto tanto compositores como escritores de música tienen razones particulares al escoger algún estilo de música en particular en el que escriben o componen, nosotros como cristianos tenemos que preguntarnos, ¿Cuáles fueron las circunstancias bajo las cuales llegó a formarse cierto estilo de música? ¿Por qué escogió el músico usar este o ese estilo de música en particular?

También hablamos de los «Cinco Bloques Del Rock» del Dr. H. T. Spence, que son: Repetición, Atracción, Volumen Alto, Amplificación Sintética y Sincopación. Cada tipo de rock tendrá estas características.

Origen

Desde el principio, la música rock ha sido un medio poderoso para afectar al cuerpo. De hecho, el término «rock ‘n’ roll» originalmente fue una expresión callejera refiriéndose al acto del sexo. El señor Alan Freed, dueño de una discoteca en la ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio, escogió este nombre que usaba la gente baja de la ciudad y se lo adjudicó a este estilo de música porque encontró relación entre ambos.

Lo que dicen los mismos cantantes

He aquí algunos comentarios de los mismos cantantes y compositores de este estilo de música. El cantante John Kay del grupo «steppenwolf» dijo lo siguiente: «Una de las razones por las cuales somos tan exitosos es porque hemos logrado que la gente oiga el rock a volumen alto y hemos logrado ir más allá de lo tolerable para comunicar directamente al cuerpo». El cantante Frank Zapp dijo algo más directo y abierto en una entrevista para la revista LIFE: «El Rock ‘n’ Roll es sexo». Los mismos cantantes del rock han dejado claro lo que es el rock.

Lo que dice la ciencia

A propósito, no solamente los cantantes de rock son los que saben que el rock afecta el cuerpo. El Dr. John Diamond, médico en la ciudad de Nueva York, hizo el siguiente descubrimiento: «El ritmo usado en la música rock es exactamente el opuesto al ritmo de nuestro corazón y al ritmo de las arterias». El también descubrió que el ritmo de la música rock aumenta el «stress» y el enojo, hace que reduzca la productividad de la persona, aumenta la hipertensión y debilita la fortaleza de los músculos. No nos debe sorprender por qué nuestra sociedad está sufriendo de estos mismos males. Verdaderamente, la música rock es el instrumento poderoso del diablo para alcanzar y afectar el cuerpo.

Además de afectar al cuerpo, también se ha demostrado que el rock afecta la mente. Algunos hasta aseguran que esta música tiene un efecto hipnótico. Por nombrar algunas cosas, la música rock promueve el mal, el pecado y la rebelión en contra de Dios y en contra de las autoridades.

Usos del Rock’n’Roll

Consideremos lo siguiente: primero, los psicólogos afirman que lo que un músico cree y piensa tendrá influencia en su música, y como consecuencia, afectará la reacción del que la escucha. De hecho, tales descubrimientos están en línea con lo que la Biblia enseña. Segundo, si lo que el cantante o lo que el compositor cree afecta al escucha, ¿no debemos hacernos algunas preguntas al respecto? como: ¿cuáles son las creencias de las estrellas del rock? ¿Qué es lo que las estrellas de rock creen acerca de Jesucristo, la doctrina, la moralidad, etc.? El famoso cantante de rock Randy Newman en su canción «Born Again» (Nacido de Nuevo), le dice a su audiencia, «Yo no amo las montañas, no amo el mar, no amo a Jesús, él nunca ha hecho algo por mí. Ellos (los cristianos) dicen que el dinero no puede comprar amor en este mundo, pero sí puede comprar 1/2 libra de cocaína, una muchacha de 16 años y una limosina». El título de la canción puede ser «Nacido de Nuevo», pero ciertamente no es el nacimiento que Jesús presentó a Nicodemo en Juan 3.

Hay un uso más que se le da a la música rock. El rock es la música con que se adora a Satanás, la música demoníaca. El que fuera astro del rock’n’roll, «Little Richard», pero ahora convertido al Señor, dijo: «El rock’n’roll no glorifica a Dios. Ud. no puede tomar al mismo tiempo de la copa de Dios y de la copa del Diablo». Para más información sobre este tema, vea el video titulado «Revival of Evil» (Reavivamiento del Mal).

Por qué no debemos aceptar la MCC (Rock’n’Roll).

Finalmente llegamos al punto de decidir si el estilo de música rock es o no es apropiado para que los cristianos lo usen en sus hogares, iglesias y escuelas. Ya se han dado los principios bíblicos y otra evidencia en esta serie; aquí presentamos cuatro razones por las cuales el Rock «Cristiano» (MCC) no es apropiado para el cristiano.

En primer lugar, la Música Cristiana Contemporánea (MCC) no es apropiada por su asociación. Los cantantes, junto con su estilo de música, están asociados con el mundo. No viven una vida que agrada a Dios. No son diferentes al mundo. Ellos están violando I Juan 2:15 y muchos pasajes más de las Escrituras. Más aún, los movimientos religiosos con los cuales estos cantantes están asociados están en error doctrinal también. Ningún cristiano bíblico debe asociarse ni enredarse con algún movimiento carismático o ecuménico que son tan populares hoy día.

En segundo lugar, el uso de la música rock es incorrecto ya que afecta al cuerpo. Las epístolas paulinas contienen muchas referencias en cuanto a la batalla entre la carne y el espíritu. Se nos amonesta a huir de aquello que es carnal, aquello que alimenta la carne y que afecta lo que es espiritual. La música rock hace exactamente lo opuesto.

En tercer lugar, debemos resistir la tentación de permitir la MCC en nuestras vidas por la afición (adicción) que envuelve. Unas de las razones más comunes para usar estas canciones es: «Me gusta, me encanta». Desafortunadamente, el énfasis de esta frase está en el pronombre personal «me». Otra razón que frecuentemente se oye, es: «El artista es tan…el cantante es tan…». Una vez más, el énfasis es puesto en el cantante. Y ¿dónde está la preeminencia de nuestro Señor Jesucristo? ¿A quién se supone que nuestra música esté glorificando?

En último lugar, la corriente musical actual del rock está llena de malas actitudes tanto de parte del cantante de rock como de parte del que escucha este estilo de música. Aun una pequeña encuesta en sus actitudes hacia la Biblia, la doctrina bíblica, su apoyo a la iglesia local y su separación de los movimientos carismáticos y ecuménicos revelarán muchas cosas de las cuales nos debemos preocupar. Por ejemplo, la conocida cantante de música MCC, Amy Grant, ha afirmado que está desilucionada y no cree que Dios puede resolver los problemas de cada persona. Otro artista de MCC, Dana Key, dijo lo siguiente de su album «Street Light»: «Estamos tratando de concentrarnos en las cosas de la calle y tratar temas de los cuales la gente está viviendo. Estos temas no son temas bíblicos ni tampoco hablan mucho acerca de Dios». Además, a todo esto se le suma la mentalidad egoista que es evidente en muchos de los cantantes y compositores de la MCC, y el lector ahora tiene suficientes razones para alejarse y mantenerse alejado de esta peligrosa corriente musical.

Fuentes utilizadas:

Should Christians Listen to Rock `N’ Roll Music? Canton Baptist Temple; autor y fecha desconocidos.
Fisher, Tim. The Battle for Christian Music. Greenville, SC:Sacred Music Services, 1992. pp. 39-40.

La Doctrina de la Iglesia (Eclesiología)

Por el Rev. Ángel Espada

La teología significa simplemente pensar acerca de Dios y expresar esos pensamientos en alguna manera. La frase «sana doctrina,» que Pablo usa, significa doctrina saludable (2 Tim. 4:3; Tito 1:9). La doctrina saludable, o la teología saludable, siempre se espera que resulte en una forma santa de vivir. La teología saludable se expresa no sólo en un credo, sino en un vivir fructífero; y una vida santa tiene que basarse en una teología saludable. Pero, el conformar nuestras vidas a la imagen de Cristo es la meta definitiva al estudiar la teología. Sin embargo, a fin de cuentas, ningún libro puede hacer esto. Solamente lo pueden hacer usted y Dios.

La iglesia es la que Dios compró con la sangre de su propio Hijo (Hch. 20:28); la que Cristo ama, sustenta y cuida (Ef. 5:25, 29), y la que un día Él se presentará a sí mismo santa y sin mancha en toda su gloria (Ef. 5:27). Edificar su iglesia constituye la obra principal de Cristo en el mundo hoy (Mt. 16:18) por su repartimiento de dones espirituales (Ef. 4:12). De modo que, el ejercicio de esos dones por parte de los creyentes nos une a lo que Cristo está haciendo hoy día.

Esto es lo que yo creo por el significado de la palabra «iglesia». La palabra hebrea gahal simplemente significa una asamblea y usualmente se traduce ekklesía en la Septuaginta. Sin embargo, no se refiere necesariamente a una asamblea religiosa (Gn. 28:3; 49:6; Sal. 26:5). La palabra griega, ekklesía, significa una asamblea y se usaba en un sentido político, no religioso (Hch. 19:32, 41). La traducción correcta es «llamados juntos» (convocados). La iglesia es distinta de Israel y no comenzó hasta del Día de Pentecostés y por lo tanto, no existió durante el periodo del A.T. El Nuevo Testamento ilustra la iglesia como una asamblea local. Por ejemplo, la iglesia de Corinto (I Cor. 1:2) tiene que haber incluido varias iglesias de casa, mas sin embargo era local.

Creo que cada iglesia es independiente en su gobierno, el cual es congregacional. La forma congregacional de gobierno básicamente es que la autoridad definitiva para gobernar la iglesia descansa en los miembros mismos. Además, cada iglesia individual es una unidad autónoma sin algún individuo u organización sobre ella excepto Cristo, la cabeza. La iglesia entera está autorizada para ejercer la disciplina (Mt. 18:17; I Cor. 5:4; 2 Cor. 2:6-7). La iglesia entera participa en la selección de sus líderes (Hch. 1:23, 26; 6:3, 5; 15:22).

Creo que la iglesia del N.T. tiene por lo menos dos clases de líderes: ancianos y diáconos. El pastor único de la iglesia llena el oficio del anciano (obispos).

Creo que la iglesia local tiene dos ordenanzas, las cuales son el bautismo por inmersión y la cena del Señor. El bautismo es el símbolo visible de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. La cena del Señor es un recordatorio de Cristo (I Cor. 11:24), en conmemoración de su vida (el pan), su muerte (la copa), su resurrección y su presencia viva (el servicio mismo).

Creo que la misión de la iglesia es glorificar a Dios ganando hombres para Cristo, edificándolos en Cristo, y enviándolos por Cristo.

Creo que Jesucristo viene por la iglesia, acto que la Biblia llama «la venida del Señor» (I Ts. 4:13-17).

Creo que la iglesia no pasará por ninguna parte de la tribulación ni la gran tribulación (2 Ts. 2:1-3).

Contendiendo por la fe

Miguel Casillas

El apóstol Judas nos declara en su pequeña epístola que él quería escribir acerca de la gloriosa salvación que tenemos en el Señor Jesucristo, pero que fue movido a escribir acerca de la defensa de la fe. El versículo tres de dicha epístola dice:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”

Tenemos que recordar que esto fue escrito durante la era apostólica, lo que indica que ya desde entonces la fe de nuestro Señor estaba bajo ataque. Los escritos de Pablo revelan ciertas verdades acerca de esto.

1. Estaba el problema de los legalizadores (Hechos 15 y el libro de Gálatas)

Un grupo de judíos convertidos demandaron que los creyentes gentiles fuesen sometidos a la ley de Moisés. Aunque la Iglesia, junto con los apóstoles y ancianos, fue dirigida por el Espíritu Santo a escribir a las congregaciones de los gentiles declarándoles lo que ellos creían que debían de observar, (Hechos 15:1) el problema no termino ahí. Por mucho tiempo, esos judaizantes continuaron perturbando la paz de los hermanos Gentiles. Hasta el día de hoy, tenemos algunos que continúan insistiendo que hay que guardar la ley para ser salvos.

2. Estaba el problema de los que negaban que Cristo había venido en la carne

Estos eran individuos que creían que “Cristo” no era una persona sino un movimiento nacional. Negaban la deidad de Jesucristo; negaban la resurrección corporal de Cristo; espiritualizaban las enseñanzas de las Escrituras. El apóstol Juan tuvo que confrontar este problema y por eso escribió Segunda de Juan.

3. Estaba el problema de los que decían que la resurrección ya había tomado lugar (II Tim. 2:18)

Un grupo de hombres decía que la resurrección ya había ocurrido. Ellos parece que creían que cuando una persona aceptaba a Cristo, resucitaba espiritualmente. Esta doctrina causó muchos problemas en las iglesias.

4. Otros problemas

Había otros problemas como divisiones, falsos maestros, falsos profetas y hombres codiciosos que usaban el evangelio para beneficios personales

Así que, desde tiempos de antaño, la fe de Cristo ha estado bajo ataque. El diablo siempre ha tratado de destruir la obra del Señor. Y hoy en día, más fuerte que nunca, ese mismo diablo está atacando a la Iglesia de Jesucristo. Y mientras más nos acercamos a la segunda venida de Cristo, más fuerte serán los ataques de Satanás.

Y hoy en día, por cuanto estamos más cerca de la venida de nuestro Señor Jesucristo, la ola de ataques contra la fe de Cristo es sin medida. Los enemigos de la fe de Cristo hoy son:

(1). Las sectas falsas. Éstas han florecido ampliamente y cada día aparecen más. Son sectas que tienen algunos principios cristianos, pero que no se adhieren a las doctrinas bíblicas de la fe cristiana. Algunas le quitan a la Palabra de Dios, otras le añaden a la Palabra de Dios. Todas tienen un plan de salvación diferente al de la Biblia, y todas buscan el control de la gente que le siguen.

(2). Los Modernistas/Liberales. Estos no aceptan la inspiración de las Escrituras. Niegan todo lo que es sobrenatural. El Jesús de ellos es un hombre que se hizo Cristo por medio de lo que hizo. No creen en el nacimiento virginal de Cristo y niegan rotundamente la resurrección corporal de Él. El evangelio de los Modernistas/Liberales es un evangelio social. El lema de ellos es “arreglemos el ambiente, donde el hombre está, y el hombre cambiará. Jesucristo no es un Salvador, sino un ejemplo a seguir”.

(3). Los Nuevos Evangélicos. Ellos abandonaron la doctrina de la separación para ganar aceptación de los Modernistas/ Liberales. Ellos siguen el principio “el fin justifica los medios”. Por eso, han adoptado métodos mundanos para hacer la obra de Dios. No predican todo el consejo de Dios.

(4). El movimiento ecuménico. Este movimiento predica y promueve la unidad entre las denominaciones cristianas sin prestar ninguna atención a las doctrinas de la Biblia. Para ellos, lo importante no es la doctrina o la verdad, lo importante es el amor. Ellos dicen que todas las religiones son buenas, que todas conducen a Dios. Y dicen que la Biblia es uno de los libros espirituales, pero que no es el único. Buscan unidad entre todas las religiones.

Y la lista no para aquí. Hay muchísimos otros movimientos, conceptos e ideas de hombres que están en total oposición a la sana doctrina.

Por eso, nosotros, los que creemos que la Biblia es Palabra de Dios, los que nos hemos entregado al Señor Jesucristo y le hemos aceptado a Él como nuestro Salvador personal, los que sabemos que la salvación es solamente por la gracia de Dios sin las obras de la ley, los que tenemos esperanza en que nuestro Señor vendrá a buscarnos para siempre estar con Él, debemos estar conscientes de que no somos de este mundo, de que debemos considerarnos muertos al mundo pero vivos para Dios. Somos despreciados, desechados y muchas veces burlados. Aún así, debemos luchar la buena batalla de la fe por medio de vidas puras y santas ante Dios y los hombres.

Para contender por la fe no hay que ser contencioso, no hay que estar buscando pelea con nadie. Todo lo que tenemos que hacer es ser obedientes a la Palabra de Dios. Si por ser obedientes a la Palabra de Dios sufrimos cualquier oprobio, seremos bendecidos del Señor. Agarremos por lo tanto la espada del Espíritu, el escudo de la fe y la oración y luchemos las batallas espirituales dependiendo de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Cualquier cosa que suframos por Él, jamás se podrá comparar con lo que Él sufrió por nosotros. ¡Qué el Señor nos ayude a contender ardientemente por la fe!

El arrepentimiento en la oración

Por Steve Pettit

De las siete iglesias a las cuales el apóstol Juan escribió en el libro de Apocalipsis, cinco de ellas son amonestadas al arrepentimiento porque habían cometido pecado y habían apagado el Espíritu Santo. También es digno de notar que las únicas dos iglesias a las cuales no se les amonesta fueron las que sufrieron ya sea persecución o pobreza: y estas últimas descripciones no son dos rasgos que caracterizan a la mayoría de las iglesias hoy día.

¿Cuál es el mayor problema del pueblo de Dios hoy día? Es su falta de arrepentimiento del pecado. El problema no es falta de evangelismo (aunque se necesita más de éste), sino falta de vivir piadosamente. Los cristianos necesitan un avivamiento espiritual, el cual es siempre precedido de arrepentimiento. El salmista David escribió en Salmos 51:9-10, «Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí». La negligencia de confesar el pecado impide la comunión con Dios, lleva a la corrección de Dios a través del castigo y a la posibilidad de un mal testimonio hasta el mismo hecho de ser llevado por el Señor. ¡Si las cuentas pendientes no se pagan inmediatamente, los intereses le pudieran matar! No deje que su cuenta de pecados se vaya sin confesar. ¿Cómo confesamos nuestros pecados?

Perdone Tan A Menudo Como Le Gustaría Ser Perdonado

«Perdona nuestras deudas», dijo Jesús, «como también nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mat. 6:12). No puede estar enojado o molesto con alguien y esperar que Dios le perdone. Porque si El lo haría, entonces no estaría actuando conforme a su carácter. «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas» (Mat. 6:14-15). ¿A quién necesitamos perdonar? «Bueno, nadie me ha ofendido», así piensa la mayoría de la gente. Por lo general, se piensa del pecado como algo «grande» que nos haya ofendido. ¿Será que solamente debemos confesar nuestros pecados más «grandes»? ¿Ha confesado últimamente el pecado de asesinato? o ¿el de haber robado un banco? ¿Qué tipo de pecados confiesa? Malos pensamientos, motivos egoístas, descuido de responsabilidades y palabras obscenas. ¿Ha estado alguna vez enojado con alguien quien fue negligente a sus responsabilidades? ¿Ha escuchado alguna vez que alguien se queje de usted? ¿Ha juzgado alguna vez a alguien como egoísta? Debemos saber que la mayoría de las veces que se rompe una relación no es tanto por algo grande que ha sucedido, sino por cosas pequeñas que se acumulan en un período de tiempo. En Efesios 4:26 se nos manda: «airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo». Si se va a la cama enojado, se levantará enojado. Tome cartas al asunto hoy. Perdone tan a menudo como desearía ser perdonado.

Confiese Su Pecado Específicamente Al Señor

El confesar significa decir la misma cosa acerca de su pecado que lo que Dios dice de ese pecado. Muchas veces, confesamos nuestro pecado en una manera muy general. ¿Ha sido culpable de orar, «Señor, perdona todos mis pecados»? A veces pienso que Dios dice, «¿cuáles de todos?» Cuando crecía en el estado de Carolina del Sur, no conocía todas las serpientes del estado, pero podía identificar a las venenosas porque podían causar la muerte. De la misma manera, debemos identificar nuestro pecado porque «la paga del pecado es muerte» (Rom. 6:23). La ignorancia nunca será excusada. Dios nos ha dado Su Palabra. ¿Sabe usted cuántos pecados están enumerados en el Nuevo Testamento? Yo he encontrado al menos 120 pecados específicos en el Nuevo Testamento. El conocimiento de nuestro pecado debiera preceder la confesión bíblica de nuestro pecado.

Mantenga Una Conciencia Limpia

¿Se ha puesto a pensar que cuando usted ha terminado de confesar su pecado al Señor, todavía no ha terminado con el asunto de arrepentimiento? Pablo dice, «Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres» (Hechos 24:16). Pablo tenía el hábito de mantener buenas relaciones con los hombres, aun si el hábito conllevaba la humillante experiencia de arreglar las cosas. Nuestro Señor declaró en Mateo 5:23-24, «Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda». La reconciliación es el rehacer o enmendar aquella relación quebrada. El amor demanda una conciencia limpia. «Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida» (I Timoteo 1:5). Si hay una ofensa entre dos creyentes, el conflicto debe ser resuelto. «No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová» (Lev. 19:17-18).

He aquí la norma para limpiar su conciencia: Su confesión debería ser tan extensa como ha sido su transgresión. Si su pecado es un mal pensamiento, confiese ese pecado solamente a Dios. ¿No se alegra que no tiene que confesar todos sus malos pensamientos a otras personas? Si así fuera, muchos de nosotros pasaríamos mucho tiempo confesando nuestros malos pensamientos a otras personas.

El crecimiento de la iglesia

Dr. James Singleton

Mientras estaba en la tierra, Cristo dijo que El edificaría una iglesia con la promesa de que “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Después de Su muerte, sepultura, resurrección y ascensión, los cristianos de la iglesia primitiva empezaron a edificar la iglesia. ¡Y lo hicieron! De 3,000 convertidos en el día de Pentecostés, a 5,000 hombres que creyeron en Cristo a todos los que estaban en Asia Menor escuchando de Cristo en dos años (Hch. 19:10). Hechos 19:20 resume lo que estaba pasando, “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.”

Predicamos acerca de tener una iglesia como la del libro de los Hechos, pero fallamos en comprender lo que hizo de la iglesia primitiva una iglesia que desafiara a las fuerzas del infierno. De hecho, si se leyera el libro de los Hechos y se proyectara a los 200 años siguientes del crecimiento de la iglesia, uno asumiría que todo el mundo sería evangelizado y que multitudes se entregarían a Cristo. De hecho, la iglesia primitiva estaba haciendo esto mismo. Europa fue evangelizada. Misioneros fueron a India y tan lejos como a China. ¡Pero, entonces, algo ocurrió! El crecimiento sorprendente pareció detenerse y la iglesia se estancó allí.

Algunos explican esto razonando que Hechos fue un libro “de transición”, que no tenía el propósito de ser un modelo para nuestros días. Ciertamente, en el libro hay algunos asuntos de carácter transicional en base a que la iglesia estaba siendo establecida y Dios estaba mostrando que Él tenía ahora un Cuerpo compuesto por ambos, judíos y gentiles. Esto se ve en las diversas formas en que los creyentes en Hechos 2, 8, 10 y 19 recibieron al Espíritu Santo. Por ejemplo, en Hechos 8, se pueden ver creyentes en Samaria aceptando a Cristo y siendo bautizados. Cuando los apóstoles en Jerusalén escucharon que Samaria había recibido la Palabra de Dios, Pedro y Juan fueron enviados a visitarlos. Cuando los apóstoles oraron e impusieron sus manos sobre ellos (significando una identificación), los nuevos creyentes recibieron al Espíritu Santo. Hubo un intervalo de tiempo desde que recibieron a Cristo hasta que recibieron al Espíritu Santo. Este no es el patrón de hoy. Pero, se debe recordar que los samaritanos y los judíos tenían una gran contienda con ellos. Cada uno tenía su propio lugar de adoración (Juan 4). Y para desarrollar una relación entre los dos grupos, Dios estableció el liderazgo de la iglesia en Jerusalén, la cual puso su sello de aprobación en lo que estaba teniendo lugar en Samaria.

El libro de los Hechos, sin embargo, no era un libro transicional en lo que se refiere al poder del Espíritu Santo que se manifestó a través de esos creyentes de la iglesia primitiva, lo que les hizo sacudir al mundo para Cristo. Este mismo poder que sacudió al mundo, está disponible en nuestros días. Algunos sostienen que ya tenemos la Palabra de Dios y Esta es suficiente. Subconscientemente, a través de esta línea de razonamiento, ellos casi niegan la obra del Espíritu Santo. Pero, el Espíritu Santo no regresó al cielo cuando el Canon de las Escrituras se completó. Dios nunca pretendió que la Biblia reemplazara al Espíritu Santo. De hecho, sería más correcto afirmar que Dios quiso que la revelación escrita en la Biblia fuera una vía a través de la cual nosotros podemos evaluar las obras que se dicen ser del Espíritu de Dios. La iglesia primitiva vivió en la presencia del Espíritu Santo, quien había venido a morar en ellos en el día de Pentecostés. Él era su guía, su consejero, el que los capacitaba y la fuente de su poder. En las páginas del libro de los Hechos, se respira la atmósfera del Espíritu Santo en sus vidas y ministerios.

Hoy día, muchas iglesias (aun Fundamentales) son fuertes en la Palabra pero débiles en el Espíritu. Semanalmente, los pastores dan mensajes expositivos de la Palabra de Dios, pero no se respira un ambiente celestial en los servicios. Venimos con “excelencia de palabras o de sabiduría”, declarando el testimonio de Dios, pero no “con demostración del Espíritu y poder.” (1ª Cor. 2:1-5)

Un factor en la iglesia del libro de Hechos era el lugar dado al Espíritu Santo. Otro factor era el ministerio compuesto por laicos. En unos pocos cientos de años, la iglesia vital en Hechos había desarrollado una dicotomía entre el clero y los laicos y la institución de un sistema jerárquico del liderazgo de la iglesia. Esta dicotomía les llevó a la sustitución del sacerdocio de todos los creyentes por los clérigos profesionales. El cristiano promedio se convirtió en un consumidor de los servicios profesionales del clero, una situación que no ha mejorado mucho desde ese día. Se necesita liderazgo, pero este tipo de liderazgo llegó a ser como una sábana pesada que niveló los dones del Espíritu Santo en la vida del cristiano promedio. Todo este asunto de los dones espirituales es uno que el mundo fundamentalista ha fallado en dirigirlo adecuadamente. Excepto unos pocos escritos que indican que los “dones de señales” no son para hoy, los fundamentalistas han fallado en producir literatura que abarque todo el espectro de los dones. Por otro lado, los carismáticos, mientras afirman los dones, han fallado en distinguir cómo éstos funcionan. La mayoría de las iglesias fundamentales no han oído nunca un mensaje acerca de los dones, excepto aquéllos que niegan las lenguas, la sanación y los milagros en estos días.

Pero, muchas iglesias fundamentales están siendo introducidas al asunto de los dones a través de una serie de exámenes que contienen un inventario de los dones. Poco a poco, las religiones del mundo (no sólo los carismáticos) están a favor de la afirmación de que todos los dones son para nuestros días. Escuche del gran predicador evangelista, D. Martyn Lloyd-Jones, quien antes de morir declaró que todos los dones eran para hoy día, aunque él hubiese evitado el distintivo de carismático. John Piper, pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota, un escritor dotado con muchos libros en su repertorio, dice que aunque respeta a aquéllos que creen que los dones han cesado, él mismo no podría hacer esta declaración bíblicamente. J.I. Packer, un teólogo, asume que todos los dones están disponibles hoy en día. D.A. Carson, estudioso destacado del Nuevo Testamento y profesor en Trinity Evangelical Divinity School, concluye que en ningún lugar de la Biblia se dice que Dios no pueda dar todos los dones de la iglesia hoy en día. John R. Rice creyó que en Su soberana voluntad, Dios podría dar cualquier don hoy. Muchos en la Convención Bautista del Sur han llegado a la misma conclusión. John R. Rice creyó que Dios podría dar hoy cualquier don en Su voluntad (ver Rice, The Power of Pentecost, p. 260).

Nosotros podemos rechazar el trabajo exegético de estos hombres y sus conclusiones, pero el punto es que declaraciones locuaces y pequeños tratados no van a ser suficientes. El fundamentalismo necesita un serio estudio de todos los asuntos de los dones con artículos que sostengan sus creencias. Sean cuales sean sus creencias, los fundamentalistas necesitan tomar en cuenta seriamente la necesidad de la Palabra y del Espíritu en las iglesias, sin descuidar ninguno de las dos cosas. Se ha dicho que si se tiene la palabra de Dios pero no se tiene el poder de Dios, uno se seca; si se tiene el poder de Dios sin la Palabra de Dios, uno se envanece (no hay una guía que seguir). Sin embargo, si se tienen ambas cosas, la Palabra y el Espíritu de Dios en un equilibrio correcto, ¡uno crecerá!

Otro ingrediente en el crecimiento de la iglesia era su sentido de compañerismo. Esto se puede ver en sus reuniones después de Pentecostés, tal y como registra Hechos 2:44-47. Se puede observar que sus reuniones se hacían de casa en casa (Hechos 5:42). Se puede ver en las muy repetidas relaciones “los unos a los otros” en el Nuevo Testamento. La palabra griega más frecuentemente traducida como “los unos a los otros” es usada por Pablo 40 veces. Agrupándolas, encontramos que se refieren al menos a 12 acciones que los cristianos estaban llevando a cabo “los unos a los otros” para ayudar a construir el cuerpo de Cristo. En Efesios 4:16, Pablo dice que cada coyuntura y miembro del cuerpo son necesarios en el mismo cuerpo para que éste sea edificado. Ningún hombre, tal como un pastor, por muy habilidoso que pueda ser en la Palabra y dotado en la organización, es capaz de madurar el cuerpo de Cristo. ¡Requiere la participación de cada miembro!

La iglesia primitiva se dio cuenta de que era el poder del Espíritu Santo, fluyendo a través de los creyentes y ministrando a través de ellos, lo que hacía que la iglesia creciera. En realidad, ellos no lo razonaron teológicamente. ¡Simplemente sucedió! Por la manera en que se reunían, se necesitaba que fuera así ¿Quién ministraría a los miles que iban a ser salvos? Lo siento, no fueron los colegios bíblicos o los seminarios teológicos. En Jerusalén, ellos se reunían en la área del templo para escuchar la enseñanza de los apóstoles acerca de Cristo y entonces iban a sus casas para tener compañerismo y ministrarles (Hechos 5:42). Ellos eran el cuerpo. Tenían el mismo Señor y en ellos moraba el mismo Espíritu. Tenían comunión con el Padre y Su Hijo, Jesucristo, y como una consecuencia de esto, tenían comunión los unos con los otros (1ª Juan 1:3).

En estas pequeñas reuniones en los hogares, el compañerismo fue real al ellos ministrarse a sus necesidades los unos a los otros por medio del poder del Espíritu Santo. La mayoría de las iglesias de hoy día escasean en cuanto a este compañerismo. ¡Asistimos a nuestros servicios (sea que haya mucha gente o poca en el auditorio), tenemos compañerismo con la nuca de alguien, nos cruzamos con otros como dos barcos en la obscuridad, nos hacemos unas pocas preguntas para saber cómo están y luego nos vamos! Algunas iglesias, sintiendo esta necesidad de compañerismo, pero temiendo a los grupos pequeños que se reúnen en las casas, han llevado al sistema de Escuelas Dominicales, el cual divide a la congregación en pequeños grupos en los domingos en la mañana. Mientras que esto es algo bueno, jamás proveerá el tipo de compañerismo que es necesario para crecer. Una razón es que se establece una clase formal. Otra es que en los pequeños grupos, comúnmente el estudio bíblico se enfoca más bien en satisfacer las necesidades de cada persona, que en ministrarse unos a otros. Aún muchos grupos pequeños que se reúnen en casas fallan en esto. Las reuniones se han convertido en estudios bíblicos (y hay tiempo y lugar para que los creyentes sean cimentados en la Escritura), envés de lugares en donde los hermanos se hacen responsables unos a otros y ministran a sus necesidades.

La iglesia del libro de los Hechos se preocupaba poco en tener programas y organizaciones. Ellos se enfocaron mayormente un cultivar la relación del uno con el otro. Proveyeron un grupo pequeño de ministerio donde las personas podían acudir con sus necesidades apremiantes para expresarlas a los demás, y ser ayudados a través del Espíritu Santo que ministra de la persona de Cristo. Con este sentido de compañerismo, las personas podían quitarse sus máscaras y crecer. Ellos podían ser genuinos sin sentir que iban a ser explotados o manipulados, ya que el patrón normal es construir muros de autodefensa para protegernos de mayores heridas. Lo triste es que la mayoría de la estructura de nuestra iglesia apoya la construcción de estos muros, envés de crear comunidad. La gente necesita sentir libertad de abrirse a otros y compartir sus sentimientos interiores. Ellos tienen problemas (¿cuándo fue la última vez que usted ha escuchado a un pastor ser honesto con su gente y compartir sus problemas?). Ellos necesitan ser ministrados. Esto puede llevarse a cabo solamente en un contexto de comunidad. ¿De qué manera usted provee esta clase de comunidad en la vida de su iglesia?

El justo por la fe vivirá

Dr. Guadalupe Ponce

Muchos cristianos han formado o han fabricado su propio método por el cual Dios les ha de tratar; de manera inocente le han ordenado a Dios la manera en que han de ser tratados por El; y cuando el trato que reciben no resulta como ellos esperaban, comienzan a cuestionar a Dios, murmurando contra El.

En lo primero que cuestionan es el amor y la misericordia de Dios, y dicen ¿por qué no se me trata como algunos en la historia bíblica? Como a Eliseo que Dios cegó a sus enemigos, o como Ezequías a quien Dios le mató a sus enemigos y echó a huir al rey asirio, o como la mujer viuda del arroyo de Querit a quien el profeta le resucitó su hijo, o como a Pedro a quien más de una vez Dios le mandó un ángel para que lo sacara de la cárcel, o como a Gedeón que le concedió señales a través del vellón y el rocío, o como aquellas multitudes que venían a Jesús y todos eran sanados.

Hubo un hombre creyente que vio a sus árboles frutales echar mucha flor, y se dijo: ahora sí voy a cosechar mucha fruta, y empezó a hacer cuentas de sus ganancias; pero no contaba con que enseguida se vino una helada y acabó con su cosecha de ese año. Por tal razón ya no quiso ir a la iglesia argumentando: «¿Cómo voy a ir a adorar a un Dios que me ama tan poco? pues Él podía haber evitado esta helada». Otro señor me dijo: «Yo no quiero nada con Dios, porque permitió que mi niña muriera». Y así como Demas, le dan la espalda a Dios amando más a este mundo.

A estos hermanos les harta muy bien leer con cuidado la lista de los héroes de la fe que tenemos en el capítulo once del libro a los Hebreos, donde todos tenían una cosa en común: todos conservaron su fe en Dios. Pero no fueron tratados por Dios de la misma manera; vea primero los versos 32-35, y note: «conquistaron reinos… alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros, las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección». Todos éstos vieron milagros por fe.

Ahora veamos la continuación de la lista de los héroes de la fe, (vv. 35-39): «mas otros fueron atormentados otros experimentaron vituperios y azotes y a más de éstos prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, anduvieron de acá para allá… pobres, angustiados, maltratados…, errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas». Estos pudieron hablar dudando del amor y de la misericordia de Dios al morir sin recibir lo prometido.

En Romanos 8:35, el apóstol Pablo dice: «¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?» Esto no significa que Dios ya no nos ama, ni que ha menguado su misericordia, y que por eso estamos como abandonados por Dios. Lo que sucede es que el justo vive por fe, no por las circunstancias que le rodean. Pablo dice: «Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó»… «ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (vv. 37-39).

Jamás debiéramos dudar del amor de Dios y Su misericordia. La Biblia dice: «los amó hasta el fin» Jn. 13:1; «Porque para siempre es su misericordia» Salmos 136; «El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mí vida» Salmo 23:6. De entre los muchos que se quejan cuando tienen situaciones difíciles, algunos pudieran no ser cristianos, pero otros sí lo son, sólo que no usaron su fe; no es que no la tenían sino que no la pusieron en acción.

La fe es como una herramienta que no sólo hay que tenerla, sino que hay que ponerla en acción. Esto se ilustra con la experiencia de los discípulos en el mar de Galilea; el Señor les dice: «¿Dónde está vuestra fe?» No les dice que no tienen fe, lo que pasó fue que no la usaron. Esté usted listo, preparado a usar su fe en sus problemas que nuestro Señor en Su sabiduría nos concede vivir. Lejos esté de nosotros murmurar como el pueblo de Israel (1 Cor. 10:10-11); pues nada que no sea humano nos permite Dios con la promesa de abrir una puerta de salida (1 Cor. 10:13). «El justo por la fe vivirá».

El Ministerio Exitoso

“MISERICORDIA y VERDAD guardan al rey, y con CLEMENCIA se sustenta su trono.” Proverbios 20:28

Por el Dr. J. Guadalupe Ponce

Creo que todos los que estamos en la obra del Señor ya por años o décadas, y analizamos la misma en sus primeros años, nos damos cuenta de nuestras mayores deficiencias; mayores, porque todavía tenemos cosas qué corregir. Y quizá, si alguien nos hubiera querido orientar y lo hubiera intentado, probablemente por nuestro orgullo no le hubiéramos puesto atención. Hermano consiervo en el Señor que está en los primeros años de su ministerio en favor de la gente, Dios quiere que evalúe la calidad de su ministerio a la luz de este versículo de la Palabra de Dios.

Misericordia

Lo primero que se menciona en nuestro texto como característica de un ministerio que le lleva a feliz término es la misericordia. Misericordia significa: “sentir o comprender el dolor ajeno y tratar de aliviarlo o atenuarlo al menos”. Esto es igual a identificarnos con aquellos que sufren de una manera manifiesta, visible. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Si no fuera porque el Señor es misericordioso, no disfrutáramos del perdón y la salvación; Él sintió nuestra triste condición y estuvo dispuesto a pagar el precio a nuestro favor. Si usted no tiene este espíritu misericordioso, no podrá identificarse con su gente, y por lo mismo no se puede esperar garantía de éxito en su ministerio.

Verdad

La segunda característica que contribuye a feliz término en el ministerio es la verdad. En este aspecto, primero debe tener cuidado que lo que usted predica está de acuerdo a la Palabra de Verdad, procurando siempre tener en cuenta la recomendación de Pablo, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2a Timoteo 2:15). Ya que por descuido a esta regla bíblica para el siervo de Dios, muchos se han desviado y han hecho errar también a muchos otros.

Como segundo aspecto de la verdad, es responsabilidad que a usted, con el tiempo, los hermanos le conozcan como un hermano confiable; que puedan decir de usted: “Siempre dice la verdad”. Cuide de sembrar en la mente de los hermanos y las personas que lo conocen como un siervo de Dios, sobre si le creerán o no. “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios” (2a Corintios 4:2).

Clemencia

En tercer lugar, nuestro texto dice, “con clemencia”. La palabra “clemencia” el diccionario la define como “virtud que consiste en perdonar”. Una de las cosas que puede llegar a encontrar en su ministerio es que alguien le ofenda, pero su deber es mostrar la virtud de perdonar; no sólo porque es deber de todo cristiano, sino porque incluso va a tener que predicar el perdón,y no es recomendable predicar algo que no estamos dispuestos a vivir o practicar.

Conclusión

Nuestro texto dice que “misericordia y verdad guardan al rey”, esto habla de su personalidad moral, su prestigio, el aprecio que se gana. Ahora note lo siguiente: “y con clemencia se sustenta su trono”, esto habla de la protección a su posición, de lo que garantiza su posición. Amado consiervo, si guarda estas tres cosas, al fin de su ministerio podrá decir que hubo verdadero éxito. Recordemos que un ministerio exitoso no se consigue al azar deben sustentarlo bases bíblicas y mantenerse en ellas. Que te dispongas a servir al Señor de la mies de acuerdo a este versículo.

El Poder de la Sangre de Cristo Jesús

Por el Pastor Richer Shapiama

El hombre a través de la historia ha conocido diferentes clases de poderes. Por ejemplo, el poder atómico, el poder electrónico, el poder económico, el poder político, el poder religioso. La clase de poder que el hombre necesita conocer y experimentar es el poder de la sangre de Cristo Jesús.

I. La sangre de Cristo tiene poder para limpiarnos de todo pecado.

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (1ª Juan 1:7).

El pecado de la envidia, de la codicia, del hurto, de la mentira, etc. la Biblia dice que “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. Para esto es necesario confesar nuestros pecados a Dios, y él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1ª Juan 1:9). Ningún detergente por más potente que sea podrá limpiar el corazón del hombre, sólo la sangre de Cristo derramada en la cruz del calvario podrá limpiarnos por completo.

II. La Sangre de Cristo Tiene Poder para Redimirnos de la Esclavitud del Diablo.

El hombre desde que pecó quedó bajo el dominio de Satanás el diablo. Efesios 2:1-3 dice que la persona sin Cristo está muerta en sus delitos y pecados, anda siguiendo la corriente de este mundo, vive en los deseos de la carne, hace los deseos de la carne, y es por naturaleza hijo de ira, vive dominado por el príncipe de la potestad del aire lo cual es Satanás el diablo. Cristo murió en la cruz del Calvario para deshacer las obras de Satanás el diablo (1ª Jn. 3:8) y derramó su sangre preciosa para redimirnos de la esclavitud del pecado y de Satanás el diablo (1ª Ped. 1:18-19).

III. La Sangre de Cristo Tiene Poder para Librarnos del Juicio de Dios.
La Biblia dice: Que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, después de esto el juicio (Heb. 9:27). Pero también dice que Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan (Heb. 9:28). Pablo dice, Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, CRISTO MURIO POR NOSOTROS. Pues mucho más, estando ya justificados en su SANGRE, por él seremos salvos de la ira (Rom. 5:8-9).

IV. El juicio de Dios es una realidad.

Por ejemplo, Dios juzgó a los ángeles, Dios juzgó a los egipcios, Dios juzgará este mundo. La sangre de Cristo tiene poder para librarnos del juicio venidero. Para esto es necesario reconocer que hemos pecado contra Dios, confesar nuestros pecados y arrepentirnos y pedir perdón a Dios; luego aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador de nuestra vida. Entonces seremos libres de la ira de Dios.

¿Quiere Ud. Experimentar el poder de la sangre de Cristo Jesús?

El propósito de cantar: como está expresado en el Nuevo Testamento

Jack E. Wagner

El bosquejo de este estudio de la Biblia está diseñado para animarlo a pensar y a examinar la Palabra de Dios. Tenga cuidado de no llegar a cualquier conclusión hasta que haya examinado cuidadosamente toda la Escritura y considerado todos los puntos del bosquejo.

I. ¿Cuál es el propósito principal de cantar?

A. Efesios 5:19-20 – En este pasaje, tenemos una de las dos declaraciones más claras en cuanto al propósito de la música en nuestros días. El versículo 19 dice, “cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”. La Biblia claramente establece que la música es para ser cantada en nuestros corazones, y debe ser cantada al Señor en vez de a las personas. El versículo 20 dice, “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Esta acción de gracias parece estar conectada con el “cantando” del versículo anterior. Otra vez, note el énfasis de hacer esto a Dios.

B. Colosenses 3:16-17 – En este pasaje, tenemos la segunda declaración clara del propósito de la música con la exhortación adicional de enseñarse y amonestarse unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Otra vez, hay una instrucción sobre el “cantando con gracia en vuestros corazones al Señor”. Esto está seguido en el versículo 17 con la instrucción de dar gracias a Dios.

C. Considere esta observación; cualquier cosa que Dios dice es importante. Sin embargo, ha sido notado que cuando Dios repite algo dos veces es que tiene suma importancia. El propósito de la música es, por lo tanto, doblemente enfatizado en cuanto a que debe ser dirigida a Dios.

D. Note que no hay mención del uso de los instrumentos musicales en estos pasajes. Más adelante se puede observar que si uno está cantando en su corazón al Señor, el uso de instrumentos musicales sería imposible. No podemos tocar instrumentos musicales en nuestro corazón.

E. I Corintios 14:15-17 – En el medio de una discusión en cuanto al uso de las lenguas en la iglesia, Pablo tiene algunas cosas interesantes que decir sobre la música en la iglesia. Él nos da tres aspectos en cuanto al contenido del canto.

1. Se canta con el espíritu (v. 15). Si el cantar se hace sinceramente con el espíritu, no es necesariamente vocal o instrumental. Es un evento que ocurre silenciosamente dentro del corazón del individuo.

2. Se canta con el entendimiento (v. 15). El entendimiento es la parte de nuestro ser con la cual pensamos y razonamos. Otra vez, es un evento que ocurre dentro de la mente del individuo y no necesariamente es vocal o instrumental.

3. El cantar puede ser comunicativo (v. 16-17). Estos versículos muestran que otros en la reunión pueden beneficiarse de lo que se dice. Esto indicaría que la música en la iglesia también es para ser cantada vocalmente. La palabra “dicho” en el versículo 16 significa “hablar con palabras”. Esto, otra vez, no es instrumental; se están usando palabras para comunicar una verdad.

F. I Corintios 14: 7-8 – En estos versículos, se hace referencia a los instrumentos musicales. Sin embargo, note que su uso tiene que ver con la vida en este mundo y no con la reunión de la iglesia o la comunión personal del individuo con el Señor.

II. ¿Qué otras consideraciones hace el Nuevo Testamento?

A. La Pascua. En la historia de la institución de la Pascua, en Éxodo 12, no hay ninguna mención del uso del canto o instrumentos musicales. Históricamente, y en los tiempos más modernos, los judíos usaron los Salmos 113-118 y 136 en esta celebración, y estos Salmos aparentemente fueron usados musicalmente; sin embargo, en los evangelios no hay ninguna mención del uso de ninguna forma de música. En el Nuevo Testamento, era en la fiesta de la Pascua que la institución de la Cena del Señor tomó lugar.

B. La Cena del Señor. Al final de la institución de la Cena del Señor, el Señor con Sus discípulos cantaron un himno y luego se fueron al Monte de los Olivos (Mt. 26:30, Mr. 14:26). Las mismas palabras griegas para la expresión “cantaron un himno” son usadas en Hebreos 2:12 cuando dice del Señor, “en medio de la congregación te alabaré”. No aparece que los discípulos usaron instrumentos musicales cuando ellos cantaron el himno; al menos, no se menciona ninguno. Tampoco parece que el Señor use instrumentos musicales cuando El canta al Padre en la congregación.

C. Los dones. En I Corintios 12:4, 7-11, 28-31, hay una lista de dones dados a la iglesia. Ningún don musical es dado en ninguna de estas listas. Una persona puede tener un talento musical el cual desarrolla y usa, pero un don especial de parte del Señor no es mencionado nunca. Además, el uso de los instrumentos musicales en la congregación no se menciona nunca en las enseñanzas e instrucciones dadas a la iglesia en el Nuevo Testamento. Esto no significa necesariamente que el uso de instrumentos musicales está mal, sino que más bien el énfasis debiera ser en el uso correcto del cantar, como se expresa en Efesios 5 y Colosenses 3. ¿Cómo se aplica todo esto a nosotros hoy día? ¿Se está usando la música sólo para entretener? ¿Estamos siguiendo las enseñanzas bíblicas sobre su propósito?

El Triunfo de la Verdad

Edward Panosian

La providencia de nuestro gran benevolente Dios no se ve más evidente que en su cuidado y sostén por los cristianos primitivos al permitirles pruebas en las manos de la Roma pagana. Usando las palabras memorables del historiador cristiano Philip Schaff, todos los esfuerzos de “animales salvajes y hombres animales” no pudieron cumplir el intento de Roma de erradicar el evangelio en su infancia. La Iglesia de Dios, porque es obra de Sus manos, triunfó y perduró, mientras en imperio romano se desplomó. Otra vez, la Palabra de Dios—ninguna arma forjada contra ti prosperará (Is. 54:17)—fue probada verdadera.

¿Por qué Roma persiguió a la Iglesia Primitiva? Fue porque los cristianos reflejaron la luz de Aquel Quien es la Luz del mundo y lo tenían como Señor. Para estos la frase era Cristus Dominus, Cristo es el Señor; pero Roma demandaba Cesar Dominus, César es el Señor.

Para un romano noble y patriota, el cristianismo era un cáncer en el cuerpo del imperio; y tenía que ser destruido si el cuerpo iba a vivir. Había muchas razones detrás de esta necesidad.

Razones

El Cristianismo Era Muy Exclusivista

Roma era politeísta, creyendo en muchos dioses, y por tanto, era tolerante de todos los dioses y religiones. Sin embargo, Roma no podía tolerar el exclusivismo del evangelio de Jesucristo. Cuando un cristiano creía y predicaba que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre, bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hec. 4:12), éste llegaba a ser el blanco del odio de los hombres.

Por esta misma razón, la Iglesia no podía adorar al emperador. Aunque el emperador no era considerado una deidad (al menos mientras vivía), su cargo era elevado a la altura de prominencia divina. Se asumía que el emperador tenía algo parecido a una aureola de divinidad; él era el Augusto, mucho más que un mero hombre, que gobernaba por y para los dioses. Así que, la adoración practicante debía ser de acuerdo a lo que el emperador representaba. Por supuesto, ningún cristiano podía hacer esto sin violar su propia conciencia, porque se les había enseñado en los mandamientos, “No tendrás dioses ajenos delante de mí…; no te harás imagen…; no te inclinarás a ellas, ni las honrarás” (Exodo 20:3-5).

El Cristianismo Era Muy Misionero

Los cristianos no estaban de acuerdo con la filosofía “vive y deja vivir”. En vez, pasaban grandes trabajos para llevarles a todos los hombres el conocimiento de Su salvación. Esto llevó a la disputa; los hombres a quienes se les presentaba el evangelio se ofendían por el mismo.

La Vida De Los Creyentes Era Una Ofensa A Roma

La virtud y moral de un cristiano se distinguía claramente de la inmoralidad de los paganos. Mientras que Roma reconocía el honor, la lealtad, el deber y la valentía, también practicaba la homosexualidad y el aborto. Los padres tenían a sus hijos como siervos (aun hasta el punto de poder abandonarlos legalmente) y el divorcio era muy fácil llevarlo a cabo. Para ciertas personas, la prostitución era “apropiada”. Además, los escritores cristianos de los ss. II y III hacían énfasis en la superioridad moral de los cristianos en contraste con los paganos; y cuando la luz alumbra los hechos de las tinieblas, las tinieblas buscarán apagar la luz. Así que Roma atacó a la Iglesia.

El Cristianismo Parecía Antipatriótico

Los romanos enseñaban que el ofender a sus dioses les haría que éstos se disgustarían hasta el punto de llevar a Roma a su decadencia a menos que su gente demostrara lealtad eliminando a los “ateos” que se encontraban entre ellos.

Esta aparente indiferencia de parte de los cristianos por el imperio también se dejaba ver a los cristianos no poder mucho interés en participar activamente en el gobierno civil, no porque fuera malo hacerlo, sino que hacerlo requería el reconocimiento de los dioses romanos, ya que la juramentación de cualquier oficio público demandaba la adoración al emperador.

Al Cristianismo Se Le Acusaba De Horrenda Inmoralidad

Increíblemente paradójico, a los cristianos se les acusaba de la inmoralidad más detestable. Debido a que los cristianos tenían que reunirse en secreto, su adoración era descrita por sus enemigos en base a lo que habían oído. Puesto que en la Santa Cena del Señor los cristianos participaban del pan y de la copa como símbolos del cuerpo de Cristo, eran considerados caníbales por sus enemigos. Puesto que habían oído que los cristianos se saludaban en “ósculo santo”, eran acusados de impurezas sexuales, ¡hasta con incesto! Cegados en sus corruptos corazones y conciencias de la inmoralidad que ocurría en sus mismos templos bajo el nombre de adoración, los paganos estaban listos para acusar a los justos de las mismas injusticias de las cuales ellos eran culpables.

Las Persecuciones

Nerón y Otros en el s. I

Estos empezaron a usar la tortura física y la amenaza de muerte para persuadir a los cristianos a renunciar a su fe. Las torturas reflejaron gran variedad de “ingeniosidad” de parte de los romanos, desde: crucifixiones, luchas con fieras en las arenas, hervirlos en aceite, asarlos en parrillas, luchas con gladiadores, arrastros, hogueras, todos estos eran medios por los cuales se martirizaba a los cristianos.

Pero impresionante que la crueldad e inhumanidad de de sus enemigos, era la firmeza y el porte de los creyentes en medio de la persecución. En la mayoría de las ocasiones, el miedo y horror de la muerte eran envueltos por una paz y esperanza de liberación divina que les ayudaría para sobrellevar el sufrimiento. Su comportamiento y cánticos reflejaban un gozo que no es de este mundo, y nada confundía los esfuerzos perversos de los romanos más que esto. Lo que debía causar cobardía tanto a hombres como a mujeres era encarado con tanta valentía que hay cosa natural que lo pueda explicar. Es verdad que más paganos fueron ganados para Cristo a través de la muerte de algunos que por las vidas de muchos otros cristianos.

Bajo la persecución, la Iglesia crecía en vez de menguar. Crecía en número al divulgarse en evangelio y crecía en poder y en pureza. Un testimonio que ponía la vida en peligro trajo como resultado una dedicación genuina a la Palabra y a la Voluntad de Dios; porque cuando un hombre sabe que está desayunando en la tierra, pero pudiera estar cenando en el cielo, las tentaciones de esta vida pierden su poder a sus ojos. Y cuando la misma persecución hace que el cristianismo crezca, precisamente lo opuesto a la meta del enemigo, el celo de la persecución menguará. Pero antes de menguar, ese celo se acrecentó.

Decio En El s. III

A la mitad del tercer siglo, para celebrar los mil años del aniversario tradicional de la fundación de la ciudad de Roma, el emperador Decio decretó la primera persecución imperial masiva de cristianos. Por primera vez, a través de todo el contorno mediterráneo, a todos los cristianos se les sentenciaba a morir. El decreto fue hecho en el año 250 d.C.; sin embargo Decio murió en el año 251 d.C., y con él también murió su decreto. La meta romana no fue cumplida porque la providencia de Dios lo arregló todo.

Diocleciano En El s. III y IV

Una matanza cruel final fue comenzada por el emperador Diocleciano (285-304). Se hizo un gran esfuerzo para desaparecer al cristianismo. Fueron promulgados decretos que ordenaban la entrega de los Escritos Sagrados, a los pastores y predicadores se les mataba, así como también se mataba a cristianos en general. Pero el triunfo de la fe cristiana estaba garantizada por un Decreto que no es de este mundo. El mismo Señor Jesucristo había prometido que “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

La Victoria

Una década más tarde, el emperador Constantino, por cualquiera que haya sido razón, decretó la tolerancia del cristianismo. Setenta y cinco años más tarde, el emperador Teodosio hizo al cristianismo la religión oficial del Imperio Romano. El imperio que había levantado su mano en contra del pueblo de Dios había cesado de prosperar; y para el final del s. V había caído en manos de los bárbaros. Dios así lo había ordenado, y nuevamente, el arma forjada en contra del propósito de Dios, no prosperó.

Miles de creyentes fueron llamados a sufrir por Su nombre en manos de los impíos, pero al final, la Palabra de Dios triunfó.

El tipo de música que honra a Dios

Ernest D. Pickering

La dificultad actual que la iglesia está encarando es que muchos de los que piensan, «Dios necesita algunos cánticos nuevos», los han producido; sin embargo no son cánticos que honran a Dios, que son consistentes con la verdad bíblica y que guían a los creyentes a una vida de santidad.

Una de las preguntas más candentes de estos días es esta: «¿Qué clase de música deben emplear las iglesias en sus alabanzas al Dios vivo?» Se están levantando profundas divisiones entre las iglesias y los líderes cristianos en cuanto a los estilos musicales.

Uno de los argumentos principales dado por los que defienden esta filosofía llamada «Música Cristiana Contemporánea» es que para alcanzar a los jóvenes de nuestros días, debemos emplear estilos de música con los que ellos se puedan identificar y que sean similares a los estilos de música que son populares y atractivos para la gente joven. Esto es un pensamiento falaz.

Comparado con hoy día, se oye un ligero desacuerdo acerca de la naturaleza de la música de la iglesia 30 años atrás. El auge meteórico de la música rock ha causado una revolución total en el campo de la música y ha impactado muy duramente el campo de la música de la iglesia. El ritmo y el estilo rock han invadido la iglesia.

Hay un grito persistente, «Seamos contemporáneos». Si no somos «contemporáneos», estamos «pasados de moda», un anacronismo sin esperanza sobre una escena religiosa. Uno se abochorna en citar una publicación liberal que aparentemente tiene más discernimiento sobre este tema que los mismos periódicos evangélicos. Carl Schalk tiene algunos comentarios sorprendentes en cuanto a este tema.

Uno de los énfasis más promovidos en algunas partes de la iglesia en los años recientes ha sido la idea que en letra y melodía, la música de la iglesia está pasada de moda. Para que la música de la iglesia sobreviva, tiene que ser contemporánea («Thoughts on Smashing ldols: Church Music in the 80s,» Christian Century, 9/30/81, p. 960).

Schalk tiene otras quejas:

1) que mucha de la música cristiana contemporánea es vista primordialmente como un entretenimiento, no es algo usado para edificación;
2) que no es una representación significante al evangelio y
3) que es, en su mayoría, mediocre.

Que creyentes bíblicos, abracen con tanto entusiasmo la música contemporánea habla mucho acerca del triste estado espiritual de la iglesia.

Tiene mucho que decir que los evangélicos, aun los más conservadores de ellos, han aceptado la moda rock. Esta aceptación obviamente indica un capítulo más allá en la muerte del negarse a sí mismo y del rechazo al mundo entre ellos (Richard Quebedeaux, The Wordly Evangelicals, p. 118).

Aun observadores seculares y escritores tienen más discernimiento que algunos creyentes. Un crítico músico, haciendo algunas observaciones sobre un concierto de Amy Grant, observó:

Todo este género musical es una clase de música popular: y casi por definición una música «de conveniencia» –por ejemplo, ¿cómo se puede cantar acerca de dar tu alma a Jesús mientras se compone música rock sensual? (Ken Tucker, Philadelphia Inquirer, 8/23/85).

¡Una buena pregunta realmente!

Para los cristianos, la Biblia, la Palabra de Dios, se supone que sea la autoridad final de su fe y práctica. Muchos que emplean estilos de música religiosa sensual y radical hoy en día, claman que la Biblia no dicta ningún estilo de música particular y que los cristianos son libres de utilizar el estilo que más les convenga mientras que sirva para el propósito escogido. Pero, ¿es esto verdad? ¿Acaso no se aprendería algo de un estudio de las Escrituras acerca del tipo de música que honra y agrada a Dios? Parecería extraño que Dios, sabiendo la parte vital que la música juega en la alabanza, nos dejara solos a nuestro propio juicio en cuanto a acertar los tipos de música apropiados para usar. ¿Qué instrucciones, si algunas, da la Biblia acerca de la música?

LA MÚSICA DEBE ESPRESAR LAS ALABANZAS AL SEÑOR

Los Salmos son una excelente fuente de información en cuanto a la música que honra a Dios. El libro de los Salmos es a menudo llamado el «Himnario del Antiguo Testamento». Los Salmos fueron escritos para ser cantados y constituyen una porción mayor de la música que disfrutaban los santos del Antiguo Testamento.

Con un Corazón Alegre

«Servid a Jehová con alegría» (Sal. 100:2). Así exhorta el autor inspirado. Nuestra música está estrechamente conectada con nuestra vida emocional, la cual ciertamente encierra más que lo emocional. Sin embargo, si nuestros corazones no están alegres, es extremadamente difícil cantar o disfrutar música espiritual. Por esto es que los creyentes inconstantes y carnales a menudo tienen una gran dificultad en entrar a un servicio de adoración de la iglesia con entusiasmo. Ellos están ocupados «alimentando» su amargura, entreteniendo pensamientos carnales acerca de otras personas y viviendo debajo de una nube de pecados no confesados que han bloqueado su punto de vista del glorioso Señor. Ellos no tienen alegría. Ellos no pueden cantar el «cántico del Señor».

La música de adoración es la expresión de un corazón que está realmente alegre en Dios.

Con un Cántico Alegre

«Venid ante su presencia con regocijo» (Sal. 100:2). Cuando nos reunimos como el pueblo de Dios y cantamos, estamos «viniendo ante Él,» es decir, estamos viniendo ante la presencia del Señor con ofrendas de música. La música interpretada en las asambleas cristianas no debe tener como propósito el promover la imagen de algún músico en su carrera, ni tampoco el de entretener a la audiencia, sino que debe ser más bien dirigida hacia el Señor. Nosotros estamos totalmente en desacuerdo con Bob Larson, uno de los primeros oponentes del estilo de rock contemporáneo de la música cristiana, quien ahora ha llegado a ser un promovedor de él, cuando dice:

El concierto típico de rock cristiano es un entretenimiento, no una alabanza, pero esto no la invalida. No hay nada malo en el entretenimiento cristiano – ninguna religión efectiva ha sido nunca entretenida (Citado por Gail Pellert, Christian Rock, p. 23).

Una observación como esta difícilmente merece que se considere como algo serio.

Hoy día, estamos contemplando el triste espectáculo de la supuesta música cristiana, la cual ha sido prostituida para propósitos comerciales. La música que agrada al Señor es aquella que es ofrecida por siervos sinceros, humildes y dedicados al propósito de glorificar a Aquel que ha puesto un cántico en nuestros corazones, no a aquellos que están buscando vender unas pocas más grabaciones y cintas.

El Fruto de la Incredulidad

Por el Dr. Tom Berry

Desde el principio hasta el final, las Escrituras muestran que la fe en Dios produce obediencia y la incredulidad produce desobediencia. Y en ningún otro lado se puede ver esto tan claramente como en la vida de Caín, la primera persona que entró al mundo por nacimiento natural. Su historia se encuentra en Génesis 4.

I. El Hombre de Incredulidad Exhalta su manera de Pensar sobre los Pensamientos de Dios

Judas comentó acerca del “camino de Caín” en el v. 11 en su breve epístola. Esto es, Caín actuando de acuerdo a su propio pensamiento que estaba opuesto a la manera de Dios. Caín es el clásico ejemplo de “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Prov. 14:12).

II. El Hombre de Incredulidad es Rechazado por Dios

“Pero no miró (Dios) con agrado a Caín y a la ofrenda suya” (Gén. 4:5a). Su hermano Abel había ofrecido una oveja en fe (v. 4 y Heb. 11:4) y el Señor le miró con agrado y a su ofrenda.

III. El Hombre de Incredulidad crece en Enojo contra Dios

“Y se ensañó Caín en gran manera” (Gén. 4:5b). Caín pensó que Dios se debió haber sentido muy alagado por la ofrenda que él le ofreció. Cuando Dios no aceptó su ofrenda, el fuego del enojo empezó a arder en el corazón de Caín. Enojo contra Dios dirige a mayor rebelión contra Dios.

IV. El Hombre de Incredulidad hará berrinche cuando se le toque su Orgullo

“Y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?” (Gén. 4:5b y 6). Caín empieza a quejarse de su rechazo ponienda mala cara. La palabra “decayó” es traducida “caiga” en Núm. 5:21. Cuando el hombre que hace berrinche se le toca su orgullo, su semblante cae.

V. El Hombre de Incredulidad desprecia la Misericordia de Dios

En el versículo 7 Dios le dijo a Caín, “Si bien hiciereis, ¿no serás enaltecido (aceptado)?” Es obvio que Caín no hizo lo correcto porque Dios no aceptó su ofrenda. Sin embargo, el Señor dijo, “y si no hiciereis bien, el pecado está a la puerta…” Los estudiosos de hebreo nos dicen que la palabra hebrea por “pecado” aquí es la misma usada por lo que se conoce como “ofrenda de pecado”. El pecado ciertamente estaba a la puerta de Caín, pero sin duda, una oveja de Caín también estaba en su puerta. En otras palabras, Dios estaba diciendo, tú puedes conse-guirte una oveja de Caín y ofrecerla como muestra de tu fe creyendo que “el Cordero de Dios…quita el pecado del mundo” (Juan 1:29) será ofrecido a Su tiempo en sacrificio por los pecados. El ofrecimiento de Dios a Caín fue que “cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Rom. 5:20). Pero Caín despreció el ofrecimiento de la misericordia de Dios.

VI. El Hombre de Incredulidad Fomenta el Odio

“Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató” (Gén. 4:8b). En vez de regocijarse que Abel había sido un buen ejemplo de cómo Dios había provisto una manera de perdonar los pecados y que el hombre pecador puede ser aceptado por Dios, Caín estaba tan lleno de enojo contra Abel que se levantó y lo mató. El apóstol Juan nos dice que ésta es la razón por la cual los incrédulos odian a los creyentes. “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece” (I Juan 3:12:13).

VII. El Hombre de Incredulidad es Separado de Dios como Castigo

“Ahora, pues, maldito seas tú…errante y extranjero serás en la tierra. Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado” (Gén. 4:11-13).

La incredulidad no solo produce desobediencia sino también separación de Dios. Separación de la comunión de Dios en esta vida y separación en tormento en la vida venidera.

Estad Firmes en el Señor

Por Dr. Roy R. Wise

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de tu justicia.” (Isaías 41:10)

Hay muchas promesas en la Biblia, las cuales son sólo para creyentes. Todo cristiano necesita el poder de Dios para poder vivir una vida victoriosa en Cristo. Por tanto, el Señor nos asegura que en el tiempo de necesidad podemos siem-pre depender de El para ayuda y sostén.

Charles H. Spurgeon contó la historia de un predicador amigo suyo, el cual estaba trasladando su estudio desde el primer piso de su casa al segundo. Su hijo más pequeño insistió en ayudar a su padre a llevar los pesados comentarios bíblicos a su nueva oficina. El padre le dijo al niño que la gran concordancia que él deseaba llevar era demasiado pesada para él, pero el muchacho insistió en que él podría hacerlo. Cuando él estaba a mitad de camino en las largas escaleras, cargando la concordancia, el niño se sentó y empezó a llorar. El se dio cuenta que el libro era demasiado grande para él y como resultado estaba frustrado y desalentado. Su padre, inmediatamente, vino a su ayuda. “Recoge el libro, hijo, y lo haremos juntos,” dijo el padre. La frustración del niño y el desaliento se volvieron en gozo y satisfacción cuando el padre cargó a ambos, al hijo y al libro hasta la nueva oficina. Comentando esto, el Sr. Spurgeon dijo, “Entonces, cuando el Señor nos da trabajo para hacer, estamos contentos en hacerlo; y a menudo nuestras fuerzas no son semejantes a la tarea. Entonces, muchas nos sentamos, desanimados y empezamos a llorar y a lamentarnos. Sin embargo, nuestro bendito Padre, viendo que la carga es demasiado grande para nosotros, nos socorre y carga con nuestra carga y con nosotros también, y entonces todo es hecho gloriosamente.

Querido amigo, si alguna tarea o prueba le está agobiando y está desanimado y casi frustrado, recuerde la promesa de Dios para aquéllos quienes son obedientes a Su Palabra “No temas, porque yo estoy contigo…siempre te ayudaré, siempre te sustentaré…” Recuerde también “para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (I Cor. 2:5). Jesús dijo a todos los cristianos “en el mundo tendréis aflicción”. La palabra “tribulación” en el original significa “presión” o “angustia”. ¿Estás sufriendo la pérdida de un ser querido, o tal vez la testarudez de una hija o hijo, la pérdida de la salud, o un dilema que parece no tener solución? ¡Recuerde la Verdad de (Isaías 41:10) ¡Como cristianos o bien podemos rendirnos, descorazonarnos y dar lugar a la amargura y la queja, o bien podemos ir a Dios creyendo que El sabe todo acerca de nuestras necesidades. Puesto que Dios ama a los suyos, El debe tener un propósito sabio en cada experiencia de nuestra vida y El hará que aceptemos la Verdad de: “Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28).

¿Hay evidencia (fuera de la Biblia) que Jesucristo existió?

Por el Dr. Orman L. Norwood

No hace mucho recibí una carta haciéndome la pregunta: ¿Hay evidencia de que realmente Jesucristo existió? Es una buena pregunta que merece una respuesta. Pensé que sería bueno escribir acerca de ello. Fuera de la Biblia, ¿hay evidencias que prueban que Jesús fue una persona real y que en verdad vivió en la tierra? ¡Sí, ciertamente las hay!

Una evidencia viene de recursos judíos y otra de un romano. Hubieron otros que escribieron acerca de El, pero he aquí dos que deben de interesar aun a los escépticos:

Josefo

El famoso historiador judío, escribió las siguientes palabras: «Para este tiempo vivió Jesús, un hombre sabio, si en verdad se le puede llamar propiamente un hombre, pues él fue un hacedor de obras maravillosas, un maestro del cual los hombres recibían la verdad con placer. El atrajo hacia sí mucha gente tanto judíos como griegos. El era el Cristo. Y cuando Pilato, por instigación de los hombres principales entre nosotros, le condenó a la cruz, los que le amaban no le abandonaron al principio. Él les apareció vivo de nuevo al tercer día: los profetas divinos habían profetizado de antemano estas y muchas otras cosas maravillosas concernientes a El. Y la secta de los cristianos, así llamados por El, hasta este día no se ha extinguido».

Renan una vez escribió: «Todas las edades proclamarán que, entre los hijos de los hombres, no ha nacido alguien más grande que Jesús».

Más libros se han escrito acerca de El que de ningún otro personaje en la historia. Él ha inspirado la composición de más música que ningún otro individuo, y más cuadros han sido pintados por los artistas del mundo presentando Su vida, milagros, crucifixión y resurrección que ningún otro personaje que jamás haya vivido.

¿Habrá alguien alguna vez descrito cómo era y a quién se parecía Jesús? Sí, un oficial romano una vez envió una carta a Roma acerca de El. Esa carta contiene la impresión de un hombre, de «El Hombre de Galilea».

Plubius Lentulus

Durante el ministerio de Jesús, la siguiente descripción fue enviada por el Presidente de Judea, a Publius Lentulus, al senado de Roma. La siguiente cita proviene de un antiguo manuscrito romano.

«En Judea vive un hombre de carácter singular llamado Jesucristo. Los bárbaros lo estima como un profeta, pero sus seguidores lo adoran como el descendiente directo del Dios inmortal. Él está investido de una virtud sin paralelo, al extremo que puede llamar a los muertos de sus tumbas, y sanar toda clase de enfermedad con sólo un toque o con sólo una palabra. Este individuo es alto y muy elegante; tiene un aspecto amigable y reverente; su pelo luce como una sombra de color que no puede ser igualada por colores unificados, y cae su pelo con curvas congraciadas bajo de sus orejas, llegando hasta sus hombros, y con una partidura en su cabeza como la cabeza de un nazareno.

«Su frente es suave y larga: sus mejillas no tienen mancha alguna, excepto un color rosado amable; su nariz es suave y está formada simétricamente exquisita; su barba es gruesa y de un color que cuadra con el pelo de su cabeza, alcanzado un poquito más abajo de su barbilla con una partidura en el medio. El corrige con majestad, ordena con suavidad, e invita con un lenguaje muy tierno y persuasivo. Todo lo que él dice por palabra o por acción es elegantemente congraciado como característica de un ser muy exhaltado.

«Jamás hombre alguno lo ha visto reírse, pero muchas veces ha sido visto llorando, y sus lágrimas son tan persuasivas que las multitudes no pueden aguantarse y unen sus lágrimas a las de él. Él tiene un temperamento modesto y sabio, y en resumen, lo que este fenómeno pueda ser al final no se sabe; al menos, al presente se ve que no hay hijo de hombre que pueda sobrepasarlo en su forma de conducirse ni en sus perfecciones divinas».

El gran predicador Carlos H. Spurgeon citó la carta antes mencionada en su periódico en Londres llamado The Sword and the Trowel, publicado por el Tabernáculo Metropolitano.

HOGAR DULCE HOGAR

Por Rafael Ortiz

El hogar tiene una importancia tan grande que con justicia se puede decir que según marchan los hogares, así marcharán las naciones, los pueblos, las comunidades y las iglesias. Hermanos, es muy evidente que una de las necesidades apremiantes de nuestros tiempos es la de dar mayor atención a los hogares, a fin de que ellos sean baluartes de moralidad, oasis de descanso espiritual y centros de instrucción elevadora.

Hoy por hoy, hay una serie de corrientes de pensamientos de costumbres liberales y atrevidas que no sólo la influencia tradicional del hogar, sino que la estabilidad misma de él, se ven terriblemente amenazadas, al punto de que la situación general se acerca a los linderos de lo catastrófico. Por consiguiente, hay algo urgente a hacer y debemos hacerlo ¡ya!

Por supuesto, lo mejor que podemos recomendar es que la presencia de Jesucristo debe ser real en el hogar. En el sermón del monte, nuestro Señor Jesucristo presentó un desafío a quienes lo escuchaban; este desafío era que edificaran sobre la roca inmovible de sus enseñanzas. Tal edificación tiene asegurada la estabilidad; las tempestades no la podrán derribar nunca.

Hay un problema en la vida moderna en que vivimos y es que los intereses materiales se han multiplicado; todas las actividades que puede emprender el hombre se han comercializado; hay mil trabajos y compromisos que hacer y cumplir, mil entretenimientos qué disfrutar; y la vida hogareña se va reduciendo. Si el fuego del altar familiar se apaga, el hogar quedará en tinieblas, la espiritualidad se perderá y lo profano echará raíces.

Un hogar se compone del Señor Jesucristo, un hombre, una mujer y los hijos.

A la unión de un hombre y una mujer se le llama matrimonio; pero, ¿qué es el matrimonio? Dios concibió el matrimonio como una institución buena y necesaria para el hombre. La Biblia, el libro que traza nuestras normas de vida, expresa un alto concepto del matrimonio. En Hebreos 13:4, se nos dice, “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla”. Todo hombre y toda mujer debe aspirar, sana y legítimamente, al estado matrimonial. Esto es la ley natural, la ley divina y también la conveniencia social.

En el libro de Génesis 2:18-25. Dios constituyó el matrimonio allá en el huerto del Edén. Cuando Dios vio que el hombre era el único ser viviente que no tenía compañera, dijo, “No es bueno que el hombre esté solo”. La Biblia dice que “Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre” (Génesis 2:21-22). De manera que, Dios le hizo al hombre una bella mujer para que fuera su compañera y “ayuda idónea”.

Del hecho de que Dios hiciera a Eva de una de las costillas de Adán, se han deducido algunas enseñanzas y aplicaciones sumamente interesantes. Podemos deducir que Dios no sacó a la mujer de la cabeza del hombre, para enseñarnos que ella no debe dominarle; tampoco la tomó de los pies de éste, para que el hombre no la pisotée. Pero, la hizo de una costilla, es decir, del costado del hombre, como símbolo de compañerismo perfecto. La mujer fue sacada de debajo del corazón del hombre para que su esposo la ame, la proteja y la reconozca como igual. La esposa es parte de su marido, ella le pertenece a él y él está incompleto sin ella. Adán y Eva quedaron casados y del trono mágico del matrimonio, la humanidad entera empezó a marchar.

Hay un dicho que dice que detrás de cada triunfo del hombre hay una mujer, la cual es su ayudante, esposa y consejera amiga. Pero aparte de esposa y ayudante idónea, la mujer tiene un papel de suma importancia y responsabilidad especial en el matrimonio, y éste es el de ser madre. Pero, ¿qué es una madre? Pues, literalmente, la contestación sencilla y aceptable por todos es que una madre es una mujer que tiene hijos. Pero, ¿cuál es el rol de la madre aparte de gestar y dar a luz sus hijos? (Proverbios 31:10-31).

I. La madre debe ser el instrumento de la paz en su propio hogar

En Mateo 5:9, Jesús dice, “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

Hermanos, el lugar de la madre debe ser en la casa con los hijos, en vez de salir a ganar parte del sustento de la familia. El padre es el responsable de trabajar y buscar el pan y de proveer el bienestar económico del hogar. Pero en este sistema en que vivimos, hay excepciones donde la madre tiene que salir a trabajar fuera para ayudar al sustento de su familia. La madre que trabaja afuera se le hace muy difícil llevar a cabo el papel que le corresponde porque es un ser emocional.

II. A la madre no la deben gobernar sus emociones

La madre gobernada por sus emociones casi nunca se encuentra calmada. Con frecuencia pierde la paciencia, grita a los niños, los amenaza y se torna más exigente con ellos. Entonces, los niños no quieren obedecerla, sólo cuando la ven que está a punto de estallar en ira. Y el hogar se torna en un infierno donde nadie quiere estar.

III. Oasis de paz en el hogar

Los hijos y el esposo hacen frente a un mundo hostil y difícil en la escuela y en el trabajo. Ellos viven buscando refugio, consuelo, comprensión y esperan encontrar en su casa una madre y una esposa que en vez de gritarles o regañarles, les escuche, porque quieren que ella les traiga unas palabras de consuelo. Muchas veces, el padre llega de la calle cansado extremadamente cansado, con ansias de llegar a su hogar y contarle a su esposa sus problemas del trabajo, buscando el apoyo y la comprensión de ella.

No es fácil para una madre y esposa mantener un oasis de paz en el hogar. Ella trabaja fuertemente desde que se levanta hasta que se acuesta y son muchas veces las que antepone las necesidades de su esposo y las de sus hijos a las suyas propias.

IV. ¿Cuáles son las fuentes de fuerza y energía a las que debe acudir una esposa y madre para poder cumplir con su papel en el hogar?

No es fácil ser una madre pacificadora y escuchar, comprender y consolar en los problemas de toda la familia. Ella necesita una ayuda y fuerza especial.

1. Debe ser cristiana.

Siéndolo, puede poner en práctica las enseñanzas que da la Palabra del Señor y puede tener la guía del Espíritu Santo para dirigir a sus hijos en el camino verdadero que traza la Palabra. Para ser la madre ideal, la mujer debe ser cristiana, una hija de Dios. Si no lo es, debe saber que como pecadora, está condenada y necesita solución; debe arrepentirse y aceptar a Cristo como su Señor y Salvador.

2. Debe poner en práctica la lectura diaria de la Palabra de Dios.

3. Debe poner en práctica las enseñanzas de la Biblia y aplicarlas a su vida diaria y a la de su familia.

4. Debe orar y tener consciencia de que, como cristianos, debemos depender de Dios.

No conozco a ninguna madre que esté satisfecha con todo lo que ha hecho. Muchas veces, el ver a sus hijos haciendo cosas malas y comportándose indebidamente delante de Dios, se preguntan con tristeza ¿dónde fallé? ¿por qué mi hijo hace esto ahora?

Yo sé que todas las madres cristianas han llamado a Dios, suplicando y orándole por sus hijos, aunque muchas veces no ven una contestación inmediata a sus ruegos. Deben, sin embargo, poner su fe en Dios recordando lo que la Biblia nos enseña en Deut. 6:6-7, “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Queridas madres, si están procurando hacer lo que estos versículos dicen, tienen la promesa de Dios que se encuentra en Proverbios 22:6, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Esta es la promesa de Dios; oren por sus hijos y esperen en Dios.

El hogar de hoy parece estar muy preocupado por las cosas materiales y por eso, surgen muchos problemas en el hogar. La madre y el padre son los ministros de Dios en el templo del hogar para mantener encendida la llama de la fe y de la adoración. Hermanos, el matrimonio es una bendición del cielo, es también la base de la familia y el recio pilar de la sociedad humana. El hogar fue la primera institución que Dios estableció, lo cual nos hace pensar que si el hogar anda bien, la iglesia y la sociedad andarán igualmente bien. Pero, para esto, el centro, la base de ese hogar debe ser el Señor Jesucristo. Cristo debe ser el huésped permanente de nuestros hogares. Con él habrá paz, gozo, felicidad. Un hogar es un oasis de paz y amor. Sin El no podrá haber ninguna de estas cosas. Permita la presencia de Cristo en su hogar y compruébelo.

La disciplina de los hijos

Por el Pastor Guadalupe Ponce

I. «NO PROVOQUEIS A IRA A VUESTROS HIJOS»

¿Cómo provocamos a ira a nuestros hijos? — cuando los humillamos diciéndoles que son unos tontos, buenos para nada, que mejor no hubieran nacido, cuando los criticamos a propósito delante de otras personas, cuando les ponemos apodos despectivos que de antemano sabemos que les van a ofender, etc. Hermanos padres, el niño necesita y merece respeto porque es una persona no sólo con dignidad, sino también con sentimientos, y hecho a la imagen de Dios.

II. «CRIADLOS EN DISCIPLINA»

Si cada padre puede descubrir en las Escrituras, el porqué es necesaria la disciplina en el niño, debería seguirla, o sea aplicarla. Recuerde que el niño NO NACE INOCENTE como dicen algunos filósofos, psicólogos y hasta algunos religiosos. Sabemos que el hombre cayó en pecado, y desde entonces los niños ya nacen con una naturaleza pecaminosa. «El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron» (Romanos 5:12). Y aunque somos a la imagen de Dios, ya es una imagen deformada; como cuando usted se mira en un espejo cóncavo o convexo; ya ve que le resulta una imagen grotesca. ¿Cómo describiríamos la imagen grotesca del hombre por cuanto es un pecador? LA CONCIENCIA del hombre ha sido deformada en orgullo, egoísmo y prejuicio. LA RAZON, en vez de ser usada para recibir la revelación de Dios, es usada para planes maliciosos contra los demás para causarles daño. LA COMUNICACION O LENGUAJE es corrupto; se usa para maldecir, mentir, calumniar, insultar, perjurar, estafar, etc. En vez de ser CREATIVOS somos destructivos. EN VEZ DE SER OBEDIENTES, somos DESOBEDIENTES. No necesitamos enseñar a mentir a los niños, ni enseñarles a apoderarse de las cosas que no les pertenecen; de modo natural se inclinan hacia el mal, «porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud» (Gen. 8:21); «la necedad está ligada en el corazón del muchacho» (Prov. 22:15); De ahí que EL RUMBO NATURAL DEL NIÑO REQUIERE CORRECCIÓN. Usted no puede predecir la estatura de su hijo, si será alto o bajito, obeso o delgado, débil o fuerte, inteligente o no, pero lo que sí se puede saber de antemano es que si no corriges a tu hijo, no será moralmente recto ni espiritualmente vivo; por tanto no podrá agradar a Dios. «Instruye al niño en su camino» (Prov. 22:6). Además, no sólo es necesidad del niño ser bien dirigido, sino RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES IMPUESTA POR DIOS PARA CORREGIR A SUS HIJOS, y el no hacerlo sería desobediencia directa contra Dios. Favor de leer los siguientes pasajes en Deuteronomio 6:4-9; 11:18-20; 32:46. También sería pecado contra los hijos, pues llegará el día que se sentirán defraudado por sus padres al darse cuenta que fueron mal criados.

Es necesario aceptar que nuestra tendencia es evitar el disciplinar a los hijos, porque es mucho más fácil no hacerlo. En vez de evitarla, debemos pedir la gracia de Dios y leer la Biblia sobre el tema, para cumplir bien con esta responsabilidad. NO ES ALGO LEVE, PORQUE SON LAS MISMAS ALMAS DE NUESTROS HIJOS QUE ESTÁN EN JUEGO: «librarás su alma del seol» (Prov. 23:14b).

III. «…Y AMONESTACIÓN DEL SEÑOR»

Es necesario tomar la Palabra de Dios y enseñarles que es Dios mismo quien pide y ordena a los hijos obedecer y honrar a sus padres, sin olvidar que los padres deben ser los primeros interesados en que sus hijos en su debido tiempo acepten a Jesucristo como su Salvador personal. Posteriormente es necesario que los padres sean un ejemplo a sus hijos en el honrar y agradar a Dios.

Por último, deseo llamar su atención a dos padres en la Biblia que fueron negligentes respecto a la corrección de sus hijos: el sacerdote Eli, en I Samuel 3:13, «él no los ha estorbado», es decir no los corrigió, y ¿cuál fue el resultado? «…sus hijos han blasfemado a Dios»; esa es la consecuencia natural cuando se descuida la formación bíblica de los hijos. Lea al capítulo 4 y vea otros tristes resultados que son: la muerte de estos hijos por castigo de Dios, y que a la vez causan la muerte de su padres. El otro padre fue el Rey David, a pesar de que en otros aspectos era «conforme al corazón de Dios», leemos en I Reyes 1:6: «Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así?», es decir, nunca le corrigió, quizás llevado por lo hermoso del niño. Estos dos padres indulgentes sufrieron el castigo de Dios y perjudicaron a sus hijos. Si los padres cristianos no han de tener el interés ni han de poner el esfuerzo en cumplir su responsabilidad que Dios les impuso con respecto a sus hijos, es mucho mejor que no piensen en ser padres.

Tomando inventario

Enero normalmente es el mes de hacer inventario en el mundo de los negocios. Y como es necesario hacer inventario en el mundo de los negocios, también es necesario hacerlo en el reino espiritual. Déjame compartir contigo unas consideraciones que te ayudarán a hacer un buen inventario como cristiano.

  1. ¿Se me conoce como cristiano donde trabajo?
  2. ¿Se respeta más a Jesucristo por la manera en que me comporto?
  3. ¿Los que me conocen mejor creen más en mí?
  4. ¿La gente me conoce como uno cuya conversión es la cosa central de su vida?
  5. ¿Puede ser que profeso ser cristiano y pienso en vengarme?
  6. ¿Encuentro tiempo todos los días para leer la Biblia? ¿Orar?
  7. ¿Puedo trabajar con otros? ¿Otros pueden trabajar conmigo?
  8. ¿Critico la iglesia y a otros creyentes delante de mis hijos?
  9. ¿Tengo un anhelo secreto de ser el primero? ¿O puedo decir que realmente no me importa quién es el segundo, tercero o cuarto, con tal que Jesús sea primero en todo?
  10. ¿Qué puedo hacer ahora que fui incapaz de hacer hace cuatro o cinco años? ¿Guiar a otro a Cristo? ¿Distinguir la dirección del Espíritu Santo de mis propios deseos? ¿Realmente disfrutar la oración?

«Bienaventurados todos los que en él confían» Salmo 2:12

Si he de perecer, ¡que perezca!

María Isabel Collazo

En el Antiguo Testamento encontramos la historia de Ester. No se nos presenta como mamá, pero las mamás tenemos mucho que aprender de ella.

Ester fue una judía que llegó a ser la esposa de Asuero, rey de Persia. En el plan de Dios, ella llegó a ser reina justo en el tiempo cuando los judíos iban a necesitar desesperada-mente un intermediario ante el rey, pues estaban en peligro, ya que habían planes para matarlos a todos. Cuando Mardoqueo, su tío, le envió un mensaje pidiéndole que hiciera algo por el pueblo, ella se mostró reacia. Después decidió arriesgarse en medio de su situación, consagró su vida totalmente a Dios y fue precisamente este compromiso de Ester, lo que Dios usó para salvar a todo el pueblo judío.

Cuando ella tomó esta decisión, le envió este mensaje a su tío:

“Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” Ester 4:16

¿Cuál era la posición de Ester? Se le presentó tremendo dilema. Ella era la reina; y vivía una vida cómoda y acomodada. La escritora Elizabeth Dole comenta sobre esto lo siguiente:

“Cuando uno tiene todas las comodidades a su alrededor, se puede armar una resistencia a todo lo que amenace la comodidad y la seguridad que esas cosas pueden ofrecer. Yo sé muy bien cómo debe haberse sentido ella. Quizá tú también… Yo me había armado mi mundito autónomo… hasta que se me ocurrió que debía compartir el apremio (sentido de urgencia, de que hay prisa). El llamado hecho a Ester a comprometerse es como el llamado que Jesucristo me hace a que tome su cruz… Esas son palabras difíciles de digerir cuando uno está ocupado haciendo lo que le da la gana, (vivir haciendo lo que a uno le da la gana no es precisamente vivir al “garete”, sino que implica vivir según nuestra propia opinión—la Biblia le llama vivir en nuestra propia prudencia) pero es la lógica más atractiva que yo haya oído jamás. Si Jesucristo es quien dice ser: nuestro Salvador, la figura central de toda la historia y quien otorga significado a un mundo de prioridades conflictivas, entonces yo tenía que darme cuenta de que no se puede dividir a Cristo…

“Debido a que Jesucristo es mi Salvador y Señor, supe que era hora de dejar de vivir al revés, que había llegado la hora de esforzarme para poner primero a Cristo, hacerlo prominente, sin competencia, el centro mismo de mi vida. Era hora de presentar mi renuncia… Comenzó a enseñarme que lo que yo haga no importa; sino lo que El, quien es soberano, opte por hacer a través de mí… Sometida a Él, la vida no es tan sólo unos cuantos años para pasarlos dándose el gusto y progresando en la carrera. Es un llamado más elevado: el llamado de Dios. Sólo esto da significado verdadero a la vida. La advertencia que Mardoqueo hace a la reacia Ester es para ponerse serios, es para pensar. Dios no permita que un día yo tenga que mirar atrás y me dé cuenta de que estuve muy distraída por las cosas de este mundo, demasiado ocupada, demasiado manejada, por lo que mi tarea tuvo que ser asignada a otro… Dios quería usarme a mí y me dio la oportunidad colocándome, pero tuvo que buscar a otro…

Mardoqueo le envió este mensaje a Ester:

“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” Ester 4:14

Estas palabras de Mardoqueo me dicen que cada uno de nosotros tiene un cometido único en este mundo, que nos es dado por el soberano Dios, para amar y servir a los que estén dentro de nuestra esfera de influencia. Fuimos bendecidos para ser bendición; recibimos para dar. Los desafíos que Ester tenía que oír fueron los retos que yo tenía que oír y que tengo que oír continua-mente: el llamado a la consagración total. Al final, Ester se lanza; sin duda entrega su vida a la total dependencia de Dios: “si he de perecer, que perezca”.

¿Alguna vez tus hijos te han escuchado decir estas palabras?: “Haré esto aunque me cueste la vida”. Tal vez sí, tal vez no; pero cada día te están observando y ven cómo te entregas y se te va escapando la vida poco a poco por una causa. Pero ¿cuál es la causa que te lleva a dejar tu vida en ello, ya sea lenta o apresurada-mente? ¡Cuidado mamá! Esa será la causa que tus hijos aprenderán a defender. Enséñales con tu propia vida a vivir para Cristo; bien vale la pena dejar la vida en ello. Cuídate de que te vean dejar la vida por cosas perecederas, así nunca van a aprender el valor de lo eterno.

Ester tuvo que tomar una decisión crucial para pedir la vida del pueblo judío: consagró la suya a Dios, aunque en ello la perdiera; y el Señor la bendijo y también preservó la vida de todos los judíos.

¿Estás consciente que de la misma manera que Amán maquinó para destruir a los judíos, Satanás quiere destruir a tus hijos? Tú no puedes darte el lujo de tomar esto a la ligera. ¿Sabes que el diablo maquina y sus demonios actúan para conseguirlo? ¿Sabes que su modo de operar puede parecer sutil, sofisticado, elegante, incluso inofensivo, pero que sus ataques son devastadores, persistentes y que su fin es miseria y mortandad espiritual? ¿Sabes que mientras tú te cansas, él no descansa? ¿Sabes que mientras piensas que has alcanzado algo para la seguridad de tus hijos, tú misma no estás segura si no has recibido a Cristo como tu Salvador personal? ¿Sabes que lo que no hagas ahora, tal vez nunca tendrás otra oportunidad? ¿Sabes que mientras te falte denuedo, al enemigo le facilitas el avanzar? ¿Sabes que mientras pierdes tiempo para decidir si crees esto o no, el enemigo de las almas se aprovecha porque sabe que le queda poco y no tiene tiempo para perder?

Si ves venir peligro sobre los tuyos, yo sé que intervendrías para defenderlos. Entonces tampoco le permitas al diablo y a sus demonios ninguna intervención sobre la vida de los tuyos. Levántate por tu familia. Presenta tu vida y conságrala en fidelidad al único que puede preservar a los tuyos: se llama Cristo, el Señor. Él te bendecirá y cuidará de ellos aquí y por la eternidad.

Sólo de ti depende que en tu vida Dios pueda encontrar un compromiso y no un estorbo que le impida cumplir sus promesas en la vida de los tuyos.

De Una Mujer Cristiana a Otra Mujer Cristiana: Si tú hiciste eso por mí, entonces yo quiero hacer esto por ti

Por Maria I. Collazo

SEÑOR, Tú entregaste Tu vida por mí, entonces yo quiero vivir para ti.

SEÑOR, Tú recibiste escarnio y vergüenza por mí, entonces yo quiero no temer ser burlada, rechazada y aun perseguida por causa de ti.

SEÑOR, Tú dejaste tu gloria para venir a vencer por mí, entonces yo quiero que mi vida te honre a ti.

SEÑOR, Tú me enseñaste la obediencia, entonces yo quiero rendir mi voluntad a ti.

SEÑOR, Tú me amaste de modo incondicional, entonces yo quiero amarte así también a ti.

SEÑOR, Tú me encontraste en mi camino cuando vagaba sin fe y sin esperanza, camino al mismo infierno, entonces yo quiero entregarme para seguirte siempre a ti.

SEÑOR, Tú derramaste tu preciosa sangre para comprarme a mí, entonces yo quiero bendecirte y gloriarme sólo en ti.

SEÑOR, Tú me limpiaste y vestiste a mí, entonces yo quiero guardarme y no mancharme para ti.

SEÑOR, Tú eres dueño de mí, entonces yo quiero deleitarme en pertenecerte y poner mis ojos sólo en ti.

SEÑOR, Tú, me hiciste libre, entonces yo quiero presentar mi cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a ti.

SEÑOR, Tú prometiste que volverías por mí, entonces yo quiero ganar a otros para ti.

SEÑOR, Tú me diste gozo y paz, entonces yo quiero descansar y apoyarme sólo en ti.

SEÑOR, Tú sanaste mis heridas, entonces yo quiero pregonar con denuedo lo que has hecho en mí y que otros encuentren y sacien su necesidad en ti.

SEÑOR, Tú siempre haces provisión para mí, entonces yo quiero agradecerte devolviéndote lo que te pertenece a ti.

SEÑOR, Tú me has colocado en este rebaño al cuidado de mi pastor, entonces yo quiero aprender a ser oveja por amor y respeto a ti.

SEÑOR, Tú me diste hijos, entonces yo quiero que me guíes y ayudes a levantarlos para ti.

SEÑOR, Tú me has dado vida eterna, entonces yo quiero vivir agradecida de ti.

SEÑOR, Tú has puesto tu mente en mí, entonces yo quiero desarrollarla y ponerla en función para ti.

SEÑOR, Tú has enviado al Espíritu Santo a morar en mí, entonces yo quiero que me guíe a ti.

SEÑOR, Tú me has colocado en un lugar, entonces yo quiero que guardes mi testimonio para que ellos crean y se conviertan a ti.

SEÑOR, Tú me haces despertar cada manana, entonces yo quiero que cada uno de mis días tenga próposito para ti.

SEÑOR, Tú eres mi Dios, entonces yo quiero adorarte y rendirte culto sólo a ti.

SEÑOR, Tú me das lo mejor de ti, entonces yo quiero no darte migajas a ti.

SEÑOR, Tú has sido fiel en tus promesas a mí, entonces yo quiero que me ayudes a estar dispuesta a pagar el precio y permanecer fiel también a ti.

SEÑOR, Tú me has hecho una nueva criatura, tu naturaleza Santa esta en mí, entonces yo quiero separarme de lo vano del mundo y que los demás puedan recibir un testimonio digno de ti.

SEÑOR, Tú moriste un viernes por mí, entonces yo quiero entender que el domingo siguiente la muerte no pudo enseñorearse de ti.

SEÑOR, Tú me has dado una familia espiritual, entonces yo quiero no serles de tropiezo porque un día rendiré cuentas a ti.

SEÑOR, Tú me has dicho que peregrina soy, que no pertenezco a aquí, entonces yo quiero echar raíces en cosas eternas; que nada me ate fuera de ti.

SEÑOR, Tú eres el Alfarero, yo soy la masa de barro; entonces yo quiero que me des forma porque quiero parecerme a ti.

SEÑOR, Tú eres mi Salvador, entonces yo quiero que mi pluma sólo escriba para reconocerte y darte toda la gloria a ti.

SEÑOR, tu gracia y tu misericordia me sostienen. ¿Cómo podría yo pagarte todo lo que has hecho y sigues haciendo por mí? ¡Cómo Bendito Dios! si hasta el deseo de querer hacerlo, mi corazón lo recibe de ti.

¿Nueva era o antiguo engaño?

¿Le fascinan los horóscopos y el tarot? A lo mejor busca conocer el futuro a través de médiums o por otras fuentes ocultas. O quizás, un amigo le haya dejado intrigado con sus «revelaciones psíquicas», recibidas por medio de la meditación oriental o la hipnosis.

La verdad es que mucha gente se entera de que, al divertirse con tales experiencias, abren la puerta a las engañosas y peligrosas influencias de la Nueva Era.

Exactamente, ¿qué es la Nueva Era? A primera vista, sus metas parecen de lo más admirable: llevar paz, amor y seguridad a toda la «familia global» por medio de un «nuevo orden», administrado por un benigno gobierno mundial.

A la vez, sus millones de partidarios buscan tejer un vasto mosaico de creencias y filosofías, en armonía espiritual mundial a través de una red de miles de sectas, organizaciones y creencias, incluidas: la astrología, el espiritismo, el hinduismo, la ufología, el ambientalismo extremo (como el que da culto a la tierra), la brujería, el misticismo oriental, la hipnosis, los libros ocultistas (como los de Shirley McClaine y Carlos Castañeda) y muchos más.

Pero los buenos motivos e intenciones por sí mismas nunca son prueba decisiva de la verdad espiritual. Las falsificaciones siempre se parecen a lo verdadero.

La Biblia prohíbe cualquier manera de adivinación oculta (Deuteronomio 18:10-14). Además, el Nuevo Testamento advierte, «Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad» (Col. 2:8-9).

Jesucristo dijo:»…conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» (Juan 8:32). Así que, lo que no es verdad, ata y esclaviza. ¿Qué es lo que realmente pretende la Nueva Era? ¿A qué precio? ¿Quién realmente la guía y la controla? Las respuestas no son muy claras.

Pero las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6). Sólo Él nos puede ofrecer paz verdadera, amor, perdón del pecado y seguridad eterna, porque sólo Él es el Hijo de Dios, que murió en nuestro lugar y resucitó para abrir el camino a Dios Padre. Él se interesa por ti, te conoce y te ama.

Una religión

• Porque dice ser una alternativa a la religión
• Porque no admite la necesidad de Dios ni acepta ningún «poder soberano» sobre el del hombre.

Una sola organización

• Porque no tiene ningún líder ni liderazgo específico.
• Porque no tiene estructura fija, ni membresía oficial.

Una solución definitiva a los problemas del mundo

• Porque sólo cuenta con recursos humanos, sin reconocer que, a través de la historia y a pesar de los avances científicos y tecnológicos, el hombre sigue con la misma naturaleza y los mismos problemas.

Una cosmovisión

• Que busca unir el intelectualismo y el humanismo occidental con el misticismo oriental y el ocultismo.
• Cuya espiritualidad se haya siempre bajo el control del hombre.
• Que considera que el mayor poder del universo es el «dios» o «poder oculto» que mora en cada persona.

Una red de organizaciones

• Que funcionan independientemente, pero que están unidas en fines similares: crear un solo gobierno mundial, lograr la paz mundial y salvar la tierra. Pero quieren hacer todo esto por medio del esfuerzo humano, sin reconocer al Creador del mundo.

Un engaño sutil

• Que expone el alma humana a poderes espirituales ocultos. Esto acarrea inseguridad y confusión para los que participan en ella.
• Para la persona del s. XX que, reconociendo que tiene necesidades espirituales, no quiere reconocer a Dios ni Su código moral revelado en la Biblia.

 

LA SANTIDAD ANTES QUE LA FELICIDAD

A. W. Tozer

Un deseo egoísta por la felicidad es tan pecaminoso como cualquier otro deseo egoísta. Su raíz está en la carne, que no se puede mantener en pie ante Dios. «Por cuanto la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede» (Rom. 8:7).

La gente excusa cada vez más toda clase de mal diciendo que «sólo están buscando un poco de felicidad». Antes de dar su consentimiento al matrimonio, la joven moderna pregunta abiertamente si el joven «me hará feliz», en vez de preguntarse si ella puede hacerle a él feliz. Las consultas periodísticas están repletas de lágrimas auto-compasivas de personas que escriben preguntando cómo pueden buscar la felicidad. Los psiquiatras se enriquecen de los que buscan ayuda profesional en su desesperada búsqueda de la felicidad.

Esta es la filosofía hedonista de los griegos aplicada a la vida cotidiana del siglo veinte. Aunque destruye toda nobleza de carácter, ha llegado a ser el credo popular de las masas. Que hayamos nacido para ser felices ni es cuestionado en nuestro día. Nadie se molesta en demostrar que el caído tiene el derecho a la felicidad. La única cuestión que se considera es cómo conseguir la máxima felicidad de la vida. Casi todos los libros y obras dan por sentado que la felicidad es el fin legítimo de la dramática lucha humana.

Ahora, yo mantengo que toda la loca carrera tras la felicidad es un mal tan grande como es la lucha por el dinero o la fama. Brota de una incomprensión de nosotros mismos y de nuestra condición moral. El hombre que realmente se conoce nunca puede creer en su corazón que merece ser feliz. Un pequeño vistazo de su corazón le desengañará y reconocerá que la sentencia de Dios contra él mismo es justa. La doctrina del inherente derecho a la felicidad es anti-Dios y anti-Cristo, y su aceptación por la sociedad nos dice mucho acerca de dicha sociedad.

El efecto de este hedonismo moderno se nota también entre el pueblo de Dios. El evangelio es, muchas veces, presentado como un medio para conseguir la felicidad, la paz y la seguridad. Hasta hay quienes usan la Biblia para relajarse como si fuese una droga.

Lo equivocado de este concepto se descubrirá simplemente al leer el Nuevo Testamento con meditación. Allí el énfasis no está en la felicidad sino en la santidad. Dios se preocupa más con la condición del corazón que con la condición de los sentimientos. Sin lugar a duda, la voluntad de Dios trae felicidad final a los que obedecen, pero el asunto importante no es lo felices que somos, sino lo santos que somos. El soldado no busca su felicidad en el campo de batalla; busca terminar con la batalla, ganar la guerra y volver a casa con sus seres queridos. Allí puede disfrutar al máximo, pero mientras sigue la guerra, su deber más importante es ser un buen soldado, y portarse como un hombre, a pesar de lo que siente.

El clamor añadido por la felicidad puede llegar a ser un verdadero lazo. Uno puede engañarse intentando cultivar un gozo religioso sin tener una vida santa. Ningún hombre debe desear ser feliz si no es santo a la vez. Debe dedicar sus esfuerzos buscando saber y hacer la voluntad de Dios, dejando en las manos de Cristo lo feliz que será.

Para los que toman muy en serio este asunto, tengo una sugerencia: Acércate a Dios con una propuesta. Dile que es tu deseo ser santo, cueste lo que cueste, y luego pídele que nunca te dé más felicidad que santidad. Cuando tu santidad se deslustre, que deje que tu felicidad disminuya también. Y pídele que te haga santo, si te hace feliz o no. Sepa que al final, serás tan feliz como eres santo, pero deja que por ahora, toda tu ambición sea servirle a Dios y ser como Cristo.

Si nos atrevemos a tomar tal postura, podemos esperar un nuevo grado de purificación interior. Y Dios, siendo quien es, lo más seguro es que conozcamos también un nuevo grado de felicidad, pero una felicidad que brota de una comunicación más íntima con Dios; una felicidad que es elevada, generosa y libre de las contaminaciones de la carne.

 

No Bajes La Guardia

Dr. O. Talmadge Spence

“Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios” (Éxodo 14:24-25).

La Vigilancia De La Separación

El estudio de “la vigilancia” en las Santas Escrituras es un estudio especial, empezando con el más peculiar de todos, “Mizpa”.

“Y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro” (Gén. 31:49).

Jacob había huido de su suegro Labán, a causa de las diferencias que había entre ellos, y Labán fue tras él. No fue precisamente una grata reunión de amigos; sino fue más bien un montón de piedras que delinearon un límite entre las relaciones precarias que había entre ambos, de tal manera que no volvieran a huir nunca más y/o a perseguirse el uno al otro a causa de sus diferencias. En otras palabras, era una separación entre amigos a la que se habían visto obligados a llevar a cabo antes, y este montón de piedras marcaba un límite. Éste fue un “Atalaya” de separación.

Los Guardas

En el hermoso Cantar de los Cantares, se identifican otros dos tipos de “vigilantes”: el guarda que rondaba la ciudad por la noche e intervenía con la gente; y el guarda del muro, el cual velaba sobre la gente de la ciudad también (Cantar de los Cantares 3:3 y 5:7). En el caso de la sulamita, la heroína del Cantar, ella encontró protección y ayuda en los guardas de la calle, pero encontró reprimendas e intimidación por parte de los guardas del muro. Los guardas del muro representan la reivindicación eclesiástica en cuanto a velar por el pueblo de Dios. Esto, también, se convierte en un “atalaya” de separación.

El Verdadero Centinela

También en el Antiguo Testamento, capítulos enteros están dedicados al “centinela” (Isaías 21:5, 8, 11, 12, etc.). En los días de este centinela, el hombre llevaba la carga “del desierto del mar” (v. 1). Ésta es una descripción de la llanura donde se construyó Babilonia, y el centinela debía velar por ella. Su vigilancia también incluía Elam (Persia), Duma (Edom) y otras naciones tales como Arabia, etc. En las vigilancias sobre Duma o Edom, vemos un tipo de vigilancia diferente. La palabra Duma significa silencio. En las vigilancias, el silencio es lo más importante. Al centinela se le preguntaba cuán tarde era en la noche. Su respuesta era que “estaba amaneciendo”. Esto significa que habría un breve cese de posibles problemas; sin embargo habrían más y que de cierto vendrían. Pero este centinela, Isaías, no los deja sin esperanza. Les anima a que le vuelvan a preguntar sobre de la condición de la noche para que estén preparados.

El Nuevo Testamento continua con la misma verdad general en cuanto a la manera en que la vigilancia había sido establecida. Encontramos una vigilancia considerable en relación a la segunda venida del Señor Jesucristo (Mateo 24:42-43; Marcos 13:33; Lucas 12:37-39; 21:36; 2ª Timoteo 4:5; Apocalipsis 3:2-3; 16:15; etc.).

Solamente Vigila

Generalmente hablando, todas estas vigilancias no conllevaron una participación en la guerra. En el primer texto considerado en Éxodo se ve cómo los israelitas simplemente observaron (vigilaron) la venida del ejército de Faraón hacia el Mar Rojo. A los israelitas solamente se les mandó estar “firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros” (Éx. 14:13-14). “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” a través de todo.

Es imposible recibir más ánimo que éste en las vigilancias y en las luchas que afrontamos. Solamente tenemos que velar — simplemente velar. Debemos observar (velar) todas las cosas con el punto de vista de nuestro Señor en mente. Por supuesto, hay veces que estamos en la batalla directamente.

Lo Desconocido De Nuestra Vigilancia

Dios había guardado un secreto en la salida de los israelitas. Él los dirigió fuera de Egipto hacia el Mar Rojo. Cuando estaban en dirección al mar, Dios les hizo dar marcha atrás hacia Baal-zefón — área del “señor de la casa de la diosa Heret.” Este era un lugar clave en el desarrollo de Egipto, del cual Israel había sido esclavo. Faraón, evidentemente, pensó que Israel andaba vagando en confusión, al haberse encontrado con las aguas del Mar Rojo. Por tanto, finalmente trató de destruir a los israelitas en venganza sangrienta, o si no los forzaría a regresar a la esclavitud. Apresuradamente, Faraón y su ejército los persiguió hasta el Mar Rojo. Dios hizo que las ruedas de sus carros se salieran cuando Israel ya había pasado por el mar en tierra seca y estaba a salvo viendo la destrucción de Faraón y su ejército.

Así, los israelitas fueron meramente espectadores de todo este asunto. Ellos simplemente observaron (vigilaron) – “la vigilia de la mañana” – la cual era desde las 2:00 am hasta el amanecer.

Nosotros, también, en nuestro propio tiempo, debemos observar todas las cosas que están pasando en nuestro país. ¡Debemos estar alerta! Si la práctica cristiana y el compañerismo de nuestra iglesia, escuela o familia llega a extinguirse entre aquellos a los que creíamos que podíamos ayudar, tenemos que estar alerta. Si todo esto falla, tenemos que estar alerta. Si no vemos los resultados que deseábamos y por los que estábamos orando, tenemos que estar alerta. El cristianismo histórico y bíblico está llegando a ser una especie en peligro de extinción en algunos lugares, pero los proponentes de éste todavía deben estar alerta.

“Ocúpate Hasta Que Venga…”

Jesús habló una verdad importante para nosotros en nuestra época. Él puso Sus palabras en forma de parábola en respuesta a la multitud que estaba descontenta por Su visita a la casa de Zaqueo para comer con “un pecador.” Ellos no podían entender lo que Jesús le había declarado a Zaqueo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:9-10).

La parábola tiene que ver con la verdad de la primera venida de Jesús al mundo y su regreso al cielo. La asignación era:

“Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo” (v. 13).

A los diez siervos se les confió una cantidad de dinero considerable, equivalente al salario de un trabajador por tres años. Se les mandó “estar ocupados”, “negociar” o “comerciar” hasta que Él regresara. Al creyente se le ha confiado el Evangelio y necesita compartir este tesoro con otros hasta que Jesús regrese (1ª Tesalonicenses 2:4; 1ª Timoteo 1:11).

Manténgase ocupado y vigilante

Mantenerse ocupado para Jesús y mantener su ministerio es muy importante ahora. Cada iglesia fundamentalista separada practicante debe mantenerse ministrando, con sus luces encendidas, con el césped de alrededor cortado, con puntualidad y gozo y adoración. No importa lo que ocurra, “manténgase ocupado.” Si la asistencia aumenta o decae, manténgase ocupado. Si algunos dejan la iglesia, manténgase ocupado. Si se dicen cosas en contra del que está en el púlpito, manténgase ocupado. No permita que el desánimo le quite su esperanza; decida que no va a vivir y ministrar nunca sin esperanza. Mantenga el espíritu correcto; mantenga a la familia unida; guarde el matrimonio; ocúpese del área que Dios le ha asignado. ¡Ocúpese! Si no les gusta la elección que usted ha hecho de himnos, aún así debe mantenerse ocupado y vigilar fielmente la música de la iglesia.

¡Pero, vigile! Si Ud. cree que está sufriendo una pérdida — ¡vigile! Debe vigilar aun cuando pareciera que no ocurre nada de lo que es su sueño o visión. Debe vigilar si lo que está haciendo es rechazado. Debe vigilar tanto si hay una batalla como si hay paz o indiferencia. ¡Debe vigilar! Debemos siempre vigilar aunque nada ocurra. Recuerde: vigilar es solamente vigilar — fiel a lo que se ve. El guarda nunca duerme. Tiene que estar siempre despierto, alerta y teniendo cuidado.

 

Cultura, Música y Biblia

Dr. M. A. Casillas

Recientemente se ha estado incrementando un nuevo estilo de música en algunas de nuestras iglesias la cual conceptuamos perjudicial y comprometedora a nuestra forma de ser como Bautistas independientes fundamentales que somos, y a la posición que ostentamos.

Algunos, amparándose bajo la sombrilla de «nuestra cultura», están permitiendo que se canten canciones e himnos con tonos y música mundana para «alabar a Dios». Tenemos que recordar que la Biblia dice: «un poco de levadura leuda toda la masa» (Gálatas 5:9).

Hasta este momento como Bautistas independientes fundamentales nos hemos distinguido no sólo por la posición doctrinal que profesamos sino por las prácticas bíblicas que nos han hecho diferentes a todos los otros grupos denominacionales. Pero ahora, bajo influencias extranjeras, ciertas iglesias que hasta aquí se identificaban como fundamentales e independientes se han sometido a las presiones impuestas y están aceptando música de tipo carismático.

Alguien dijo que porque somos de raíces latinas nuestra forma de ser nos induce a adorar y a alabar a Dios diferente a los anglosajones. Pero lo raro de esto es que yo conozco y sé de muchos anglosajones que adoran y alaban a Dios en la misma forma carismática que supuestamente los latinos deben adorar a Dios.

Después de estudiar la situación cuidadosamente he llegado a la conclusión que este asunto de la música no es meramente una cosa cultural sino una cosa de referencia y acomodamiento para aceptación y reconocimiento.

Los carismáticos nos dicen que nosotros somos fríos y que no estamos «avivados», que nuestras iglesias están «muertas» porque no hacemos ruido, no gritamos ni usamos música «caliente» en nuestras iglesias. Estas acusaciones con las presiones extranjeras han hecho que algunos de los nuestros hayan cedido y hayan aceptado la nueva música. Y algunos, como dije anteriormente, amparándose bajo la sombra de «nuestra cultura» y que «los latinos somos diferentes, por lo tanto tenemos que adorar diferente», han permitido que los ritmos de la salsa, merengue, guaracha, marimba, bolero y danza, se estén usando en sus iglesias con palabras bíblicas o espirituales y así se están identificando con los carismáticos en la música.

La Biblia dice «Absteneos de toda especie de mal». Algunas congregaciones ya no parecen iglesias fundamentales, sino carismáticas. La nueva ola musical ha borrado en parte la línea que nos separaba de los grupos de tendencias y prácticas carismáticas.

Cuando comenzaron a salir las pistas musicales nos opusimos a ellas porque nos dimos cuenta que la mayoría de las pistas que se estaban usando tenían un ritmo de música de cabaret y de bar. Si usted toca una de esas pistas sola se dará cuenta que el ritmo es el mismo de la música que se usa en el mundo. Y la Biblia dice: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo» (I Juan 2:15); «El que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» (Santiago 4:4).

Hace un tiempo atrás se me pidió predicar en una iglesia supuestamente Bautista Fundamental. La música que se usó en ese servicio era de la nueva ola. Vi una hermana levantando las manos mientras se cantaba y movía las caderas. La iglesia parecía más un bar mundano, que una Iglesia Bautista Fundamental.

Es una pena que esto esté ocurriendo en algunas de nuestras iglesias, pero es la realidad.

Hermano Pastor, vele la música de su iglesia. Mantenga un testimonio puro para la honra y gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. La música «caliente» produce mundanalidad.

Creo que el diablo busca un hueco por donde meterse en las iglesias, Bautistas independientes y fundamentales. Él sabía que no lo podía hacer por medio de doctrinas sutiles y se ha colado por medio de la música caliente y carismática.

Permita el Señor que nos demos cuenta de esta artimaña del diablo y lo resistamos como nos ordena I Pedro 5:8. No olvide, «Un poco de levadura, leuda toda la masa».

 

La gran necesidad de la oración

Miguel Casillas

Siempre he dicho que el pecado más grande que comete la iglesia de este siglo es el pecado de no orar. Parece que hacemos de todo, menos orar. El culto menos atendido en las iglesias locales es el culto de oración. Y muchos de los problemas que estamos afrontando en nuestras iglesia, en nuestras familias, en nuestro países, e individualmente se pueden resolver por medio de la oración. Pero la verdad es que no oramos, y si oramos, oramos muy poco. Jesucristo, quien creo que fue la persona que menos necesitaba de la oración, pasaba tiempo en oración. A veces se levantaba antes que saliesen los primeros rayos del sol y se iba a hablar con Su Padre. Continuamente, Él daba ejemplo de orar y enseñaba que se debería orar. Los apóstoles del Señor Jesucristo aprendieron el valor de la oración y ellos enseñaron a la iglesia a orar. Y a través del libro de Los Hechos de los Apóstoles encontramos la iglesia orando. Pablo, el hombre escogido por Jesucristo para darnos las enseñanzas básicas de la vida cristiana y de la administración de la iglesia local, tiene mucho que decirnos acerca de la oración. En Romanos pide que lo ayuden orando por Él (Romanos 15:30), en I Corintios 14:5 decía que oraba con el espíritu y con entendimiento, en II Corintios 13:7 oraba que los de Corinto no hicieran ninguna cosa mala, en Efesios 6:18 pide que oremos en todo tiempo con toda oración y suplica, en Filipenses 4:6 dice que por nada estemos afanosos, sino que oremos, en Colosenses 4:2 nos pide que perseveremos en la oración, en I Tesalonicenses nos pide que oremos sin cesar y en I Timoteo 2:8 pide que los hombre oren en todo tiempo. Pero él no fue el único de los escritores del Nuevo Testamento que hablaron de la oración, pues encontramos que Santiago dice que la oración eficaz del justo puede mucho (5:16). Pedro declara que los oídos del Señor están atentos a las oraciones de los justos. Si hay tantas advertencias en la Biblia en cuanto a la oración ¿por qué es que se ora tan poco? ¿Por qué es que no se busca el rostro del Señor más frecuentemente? He declarado en muchos lugares que el privilegio más grande que tiene un creyente es el de poder hablar con Dios. Para hablar con Dios no necesitamos que nadie medie por nosotros, sino el Señor Jesucristo. Para hablar con Dios no necesitamos ningún instrumento material (rosarios, cruces, etc.). Para hablar con Dios todo lo que necesitamos es el nombre de Jesucristo (Juan 14:13-14). La oración es un acto de humillación. La oración es un acto de adoración. La oración es un acto de dependencia a Quien se le ora. La oración es el vehículo a través del cual nos podemos transportar ante la presencia de Dios, abrir nuestros corazones y boca a Él, y espera que en Su misericordia, Él nos conteste. Por eso podemos decir que la oración no es un derecho que nos hemos ganado, sino un privilegio que nos ha sido otorgado. El anhelo de Dios es que oremos (II Crónicas 7:14; Jeremías 33:3). El oye la oración de los justos (Proverbios 15:29), y se goza en que los redimidos le oren (Proverbios 15:8). Y si esto es cierto, ¿por qué oramos tan poco? Oramos poco porque no conocemos en verdadero valor de la oración. Oramos poco porque olvidamos la majestad y la grandeza de Dios. Oramos poco porque nos amarramos a lo material, a lo físico. Oramos poco porque muchas veces el diablo nos hacer creer que Dios no está interesado en nosotros y en nuestros problemas. Oramos poco porque a veces pensamos que podemos desenvolvernos aquí en la tierra sin la ayuda de Dios. Oramos poco porque que creemos que orar como lo piden las Escrituras es una cosa trabajosa y difícil. Oramos poco porque estamos demasiado ocupados con otras cosas que nos roban el tiempo de la oración. ¡Oh, qué nos demos cuenta del valor de la oración!

 

La llenura del Espíritu Santo

Por el Dr. Roy R. Wise

Ningún ministerio del Espíritu Santo, después de ser salvo, es de más importancia que la llenura del Espíritu Santo. Este ministerio es el centro de toda la vida espiritual.

ES PARA LOS SALVOS

¿Quién puede experimentar la llenura del Espíritu Santo? Sólo las personas salvas que se han rendido totalmente a la Palabra de Dios y la voluntad de Dios y que han recibido el perdón de Dios por todos sus pecados.

ES PARA PERSONAS OBEDIENTES

¿En qué consiste el ministerio de la llenura del Espíritu Santo? Puede definirse como aquel ministerio que se lleva a cabo en el creyente cuando está entregado totalmente al Espíritu que mora en él.
La llenura viene por obediencia a la Palabra y a la voluntad de Dios. Nunca en las Escrituras se nos instruye a orar por la llenura del Espíritu Santo.

Todo cristiano tiene al Espíritu Santo morando en él pero pocos saben de su ministerio de llenura, porque pocos cristianos hoy están controlados por la Palabra y la voluntad de Dios.

ES PARA LOS QUE CUMPLEN LOS REQUISITOS

¿Cuáles son los requisitos para que el creyente sea lleno del Espíritu Santo? Los mejores maestros de la Biblia nos enseñan que hay tres pasajes que presentan el mapa bíblico de los requisitos para la llenura del Espíritu Santo.

1. NO APAGAR EL ESPÍRITU

En I Tes. 5:19 se nos instruye: «No apaguéis al Espíritu». La palabra apagar significa suprimir, ahogar, resistir u oponerse. Sencillamente, significa que le decimos No al Espíritu Santo mientras El procura manifestar la Palabra y la voluntad de Dios en nuestras vidas como cristianos. El Señor, de una manera positiva, le dice al creyente que rinda incondicionalmente su vida a la dirección del Espíritu Santo. De acuerdo con Rom. 6:13 esto tiene que ver con una entrega inicial y también con una entrega continua y duradera.

Desafortunadamente, como muchos creyentes hoy día, queremos que el Espíritu Santo nos lleve de un punto a otro, pero no estamos dispuestos a usar el camino que El ha escogido que usemos. Los creyentes muchas veces decimos No al Espíritu Santo y así, somos culpables de apagar el Espíritu.

2. NO ENTRISTECER AL ESPÍRITU

La segunda referencia en este mapa divino es Efesios 4:30: «Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención». ¿Cómo podemos contristar al Espíritu Santo? El Espíritu de Dios mora en todos los creyentes desde el momento de la salvación. Como El es Santo, la presencia de pecado en la vida del creyente le produce dolor y entristece al Espíritu Santo; por la razón de que ese pecado en la vida del creyente entristece al Espíritu Santo, debemos tener la victoria sobre el pecado. El salmista dijo, «en mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Sal. 119:11). Debemos permitir que el Espíritu Santo use la Palabra de Dios para darnos la victoria sobre el pecado. Cuando pecamos, debemos poner en práctica I Juan 1:9 – «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad».

3. ANDAR EN EL ESPÍRITU

Finalmente, se nos dice en Gálatas 5:16: «Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne». Los primeros dos requisitos para la llenura del Espíritu Santo son negativos, pero éste es positivo. El cristiano debe permitir que el Espíritu Santo ordene y dirija su vida dentro del marco de la Palabra y la voluntad de Dios. Esta entrega total se describe en Romanos 12:1-2.

¿Acepta, querido hermano, los requisitos para tener la plenitud del Espíritu Santo? Esa pregunta se puede contestar por la forma en que terminas esta declaración: Para mí el vivir es ______________. Pablo dijo en Filipenses 1:21: «Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia». La gran necesidad de la hora es que los creyentes estén entregados incondicionalmente en todas las áreas de su vida. ¿Será usted uno de esos creyentes?

 

La gloria de Dios: nuestra razón de vivir

Por el Dr. Fred Moritz

Estoy convencido que el tema que une a la Palabra de Dios es la gloria de Dios. La Biblia habla de la gloria de Dios más de 400 veces, demostrando que su gloria es un tema importante en la Palabra de Dios.

En Romanos 11:33-34, el apóstol Pablo concluye: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?” Y en v. 36 dice, “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”.

Dios es nuestro creador. El es la fuente de todas las cosas. El impío se enfurece, la gente se imagina cosas vanas, y el hombre—en las palabras del salmista—está tratando de romper las cadenas de Dios al tratarse de proclamar independiente de Quien lo hizo. Dios no solamente es el Creador, sino que también es el Sustentador del hombre. A través de Jesucristo, él “sustenta todas la cosas con la palabra de su poder” (Heb. 1:3). El es el propósito de todas las cosas. Un día, nuestro Salvador le dará el reino a Dios Padre, para que Dios sea sobre todas las cosas (I Cor. 15.:24, 28). Y al final, Dios hará que todas las cosas sean correctas. Entonces Dios reinará supremamente.

La Gloria de Dios en la Salvación

En Salmos 96:2b-3 dice, “Anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas.” Cuando predicamos el mensaje de la salvación, estamos declarando la gloria de Dios. En II Cor. 4:3-4 dice, “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. El mensaje del evangelio que predicamos es la luz del glorioso evangelio de Cristo. Pablo nos dice que este evangelio es literalmente el evangelio de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Los vv. 5-6 dicen, “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.

¿Qué fue lo que tomó para que tú y yo viniésemos a la salvación? Tomó que Dios se revelara a sí mismo, que revelara su persona en la gloria de su Hijo, quien fue al Calvario, llevando la carga de nuestro pecado, sufriendo, derramando su sangre y se levantó de la tumba el tercer día. Tomó la revelación de la gloria de Dios en la persona de Jesucristo para proveer un Salvador para ti y para mí y proveer luz para nuestros ojos entenebrecidos por el pecado. Tomó la persona de Jesucristo. El es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen de su persona (Heb. 1:3). Jesucristo dijo, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Y Pablo dijo, “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud” (Col. 1:19) y, “porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).

La Gloria de Dios en Su Sustancia

¿Cuál es el mensaje del Dios del cielo que lo distingue de todas las cosas que son adoradas en la tierra? La gloria de Dios es su persona. El es el Creador. Antes que Pablo y Bernabé fueron apedreados dijeron, “Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay” (Hec. 14:15). Cuando ellos le llevaron a Dios a esta cultura pagana, ellos comenzaron con el hecho que Dios es el Creador. Y ese es el lugar en donde tú puedes comenzar a predicar el evangelio. Así que cuando hablamos de la gloria de Dios, estamos hablando acerca de su persona. El es el Creador.

La gloria de Dios es también su presencia. En Salmos 96:6 dice: “Alabanza y magnificencia delante de él; poder y gloria en su santuario”. Las palabras alabanza y magnificencia hablan de su resplandor y gloria de rey. A través de la Palabra de Dios, leemos acerca de una luz brillante asociada con la gloria de Dios. “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los redeó de resplandor, y tuvieron gran temor (Lucas 2:8-9).

En I Timoteo 6:16 dice: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén”. Pablo se está refiriendo a la gloria de Dios (Shekinah) del tabernáculo. La luz fue la gloria que llenó el templo cuando Salomón lo dedicó, cuando bajo la presencia del Señor. Fue esa misma luz—el pilar de fuego en la noche—que dirigió a los israelitas a través del desierto. Es esa gloria que iluminará a la Nueva Jerusalén. No necesitaremos del sol o la luna, porque la gloria de Dios iluminará el camino. Esa gloria de Dios es el símbolo de la presencia de Dios entre los hombres. “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él” (I Juan 1:5b).

La gloria de Dios también es su alabanza. Dios nos hizo. El se hizo carne y fue al Calvario para salvarnos. El Hijo de Dios está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas e intercede por ti y por mí. ¡El y sólo él es digno de nuestra alabanza! La peor cosa que podemos hacer es estar en la obra del Señor para alabarnos a nosotros mismos. En Isaías 42:8 dice, “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.” Sólo Jesucristo es digno de nuestra alabanza y adoración. El es el que tiene riquezas de sabiduría y ciencia que son insondables. Sus caminos son inescrutables (ver Romanos 11:33). “A él sea la gloria por los siglos. Amén”. Cuando llegamos a conocer a Jesucristo como nuestro Salvador, El es quien es digno de nuestra adoración. El es digno de nuestra adoración. Nuestro servicio debe ser motivado por la pasión de hacer solamente una cosa en esta tierra: el alabar al glorioso Dios quien se reveló a sí mismo para salvarnos del pecado.

La Gloria de Dios En Nuestro Servicio

En Salmos 96:8 dice, “Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus atrios”. Aquí David nos dice que el dar glorifica a Dios. Cuando le damos gloria a Dios, cuando le adoramos “en la hermosura de la santidad” le decimos a “ las naciones: Jehová reina” (Salmos 96:9-10). El evangelismo glorifica a Dios. David concluye que cuando le decimos a las naciones que hay un Dios quien es Rey y les decimos de Su salvación, estamos glorificándole.

También le glorificamos al vivir vidas santas. En I Corintios 6:19-20 dice, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. ¿Cuál es nuestra motivación para vivir vidas santas? ¿Será porque queremos que otros cristianos nos vean de cierta manera? ¡No! La razón que vivimos en la manera en que vivimos debiera ser para traer gloria a Dios quien nos salvó.

También glorificamos a Dios cuando soportarmos la aflicción. “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (I Pedro 1:7). A través de las lágrimas y quebranto de corazón estaremos delante del tribunal de Cristo y le glorificaremos por Su gracia que nos sustenta y de la manera que usó cada circunstancia de nuestra vida para Su gloria, así como en las vidas de otros.

¿Por qué le cantamos al Señor? ¿Por qué leemos Su Palabra? ¿Por qué vamos a la iglesia a escuchar la predicación y a orar por otros y le decimos a otros acerca de Cristo? Para glorificar a Dios. En I Pedro 4:10-11 dice, “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios”. En otras palabras, no hables tus propias ideas; levántate y habla, “Así dice el Señor”. En el v. 11 continúa, “si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo”. Si predico por cualquier otra motivación que la de llevar gloria a Dios, no tengo derecho a predicar. Lo que hagamos, nuestro servicio debe ser motivado por el deseo de traer gloria a Dios. En I Corintios dice, “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Tenemos un mandamiento de mostrar la salvación de Dios diariamente. Y nunca haremos la obra que Dios desea hasta que nuestros corazones sean motivados por la pasión de glorificar a Dios.

 

DE UNA MUJER CRISTIANA A OTRA MUJER CRISTIANA: La Espada del Espíritu

Por María Isabel Collazo

Anteriormente se publicó el artículo “Quiero ser Espiritual, pero… ¿Cómo?” Cuestionaba que si el Señor ha provisto una armadura para el creyente, entonces ¿por qué Su ejército tiene tantas bajas? Decía que cuando miramos alrededor de nosotras vemos cómo yacen heridos o destruidos los testimonios de muchas hermanas.

En esta ocasión, vamos a concentrarnos en esta parte de la armadura: La Espada del Espíritu. La armadura, aunque se compone de varias piezas, es un conjunto. No podemos escoger una pieza y dejar las demás “colgando en el armario para otra ocasión”; sería como ponernos la blusa y dejar la falda. Dios habla del fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Son varias manifestaciones y se pueden estudiar por separado, pero todas son parte de UN fruto. Igualmente, la armadura es una vestidura, aunque se compone de varias piezas.

La Espada del Espíritu es la Palabra de Dios; interesante que se le llame espada. Es la única pieza de la armadura que sirve para atacar. Cuando pensamos en la espada tenemos que pensar en el soldado romano. Esta era su arma ofensiva con la que atacaba al enemigo y también se defendía deteniendo sus golpes (¿conoce otra arma con que se pueda hacer ambas cosas a la vez?); sin embargo, nadie puede hacer esto si no esgrime la espada (esgrimir sugiere usar algo como arma para un logro).

Tenemos que “esgrimir” la Espada del Espíritu y hacernos diestras en su manejo; sólo así podremos beneficiarnos de tan poderosa arma. Manejar la Palabra no es buscar con destreza citas y pasajes. Es estar bien relacionadas con su contenido, comprenderlo y usarlo bien (esto último es sabiduría). La Palabra no nos dice exactamente qué hacer o no en cada circunstancia diaria, pero sí está llena de principios por los que podemos regirnos a la hora de actuar, oír, hablar o decidir. Es vital comprender esto porque he visto muchas damas cuestionándose qué hacer en una situación en particular, cuando en la Biblia hay estatutos específicos sobre el asunto. Veamos el siguiente ejemplo:

Dios ha establecido claramente que los creyentes no debemos tener yugo desigual con los incrédulos. ¿Cómo, entonces, puede haber una hermana pedir “dirección” al Señor sobre esto? ¿Cómo siendo madres cristianas podemos apoyar a nuestros hijos en este tipo de relaciones, cuando sabemos que no tienen el respaldo del Señor? A veces, queremos ser tan “buenas madres” que pretendemos ser más benignas que Dios y se nos olvida que cuando Él demanda algo es para nuestro propio beneficio.

Si esto, que es tan claro, no lo podemos manejar adecuadamente, ¿qué hacemos cuando tenemos que afrontar situaciones donde la Palabra no es específica y dependemos de la capacidad para aplicar principios? Algunas hermanas esperan o buscan “señales” o “confirmaciones” para decidir qué hacer, en lugar de acudir a la Palabra. Muchas veces sabemos, pero comenzamos a orar con la esperanza de que Dios nos diga algo diferente a lo establecido; si no lo hace, buscamos respuestas fuera y se nos ocurren unas justificaciones increíbles. ¿A quién engañamos? Dios conoce nuestro corazón mejor que nosotras mismas.

He tenido que aprender a vivir basándome en principios bíblicos, dejando a un lado las “confirmaciones” y las “señales” que tantas veces me hicieron dar pasos equivocados. Se nos pueden presentar muchas cosas que no son malas en sí mismas, pero no son lo mejor de Dios para nuestras vidas. El enemigo conoce lo errático de ese caminar y se encargará de llamar nuestra atención con “señales”, hasta tiernas, que nos llevarán a tomar decisiones equivocadas. Si no aprendemos la aplicación de principios bíblicos para guiarnos, vamos a vivir como si jugáramos a la ruleta rusa. Este jueguito es bien peligroso porque nunca tenemos seguridad de nada y en cualquier momento puede salir “el tiro”. No tendremos paz porque estaremos a la expectativa “a ver si esto es”. A veces nos toma años darnos cuenta de la equivocación, y las consecuencias pueden ser irreversibles; aún nuestro sistema nervioso se va deteriorando cada vez más.

¿Cómo aplicar un principio bíblico? Veamos el siguiente ejemplo:

Estamos preparándonos para ir a la iglesia, cuando llega el primo por el que hemos orado durante años. ¿Qué hacemos? Llega y no es salvo. ¿Dios lo trajo y debemos quedarnos en casa para hablarle? La Palabra dice que no debemos dejar de congregarnos. Vamos a aplicarlo como un principio, pero realmente está establecido claramente. Esta situación es una oportunidad para darle testimonio al primo de lo que es fidelidad al Señor, invitémosle y animémosle para que nos acompañe a la iglesia, y si no quiere ir, hagámosle saber nuestra disposición para otra ocasión; excusémonos en el amor de Cristo y vayamos a la iglesia donde Dios nos espera para bendecirnos y capacitarnos para poder luego ayudar a esta persona. Este testimonio puede serle de más ayuda que si le dedicamos el tiempo que le pertenece al Señor. ¿Quién hizo que llegara justo a la hora de ir para el templo, el Dios del cielo o el dios de este siglo?

La Palabra dice en 2 Corintios 2:11(b): “pues no ignoramos sus maquinaciones”. Aquí, Pablo habla a los hermanos de Corinto, pero cuando les dice “no ignoramos” hay una exhortación implícita a que estemos siempre atentas para que podamos descubrir cuáles son las estratagemas del enemigo. Hermanas, el enemigo no necesariamente va a tentar a un creyente con cosas malas; su astucia no le permite ser tan simple. La Palabra dice que “los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”. Si no nos alimentamos espiritualmente, cometeremos muchos errores sin la ayuda de Satanás, ya que nuestra vieja naturaleza “campeará por su respeto” sin ayuda de nadie. El enemigo trabaja de la manera más sutil. Sólo tiene que hacer que descuidemos la Espada del Espíritu y la oración, y el resto fluirá como consecuencia de la debilidad espiritual. Lo que tenemos que identificar son sus “carnadas” que usa para “pescarnos”. ¿Cómo me puede sacar de mi lectura, meditación y estudio de la Palabra? Sus tácticas pueden venir disfrazadas de piedad, caridad, religiosidad, etc.

Tenemos familia. Dios nos ha bendecido con hijos. ¿Qué hacemos con ellos? Papá debe tener bien claro que su rol es el de sustentador, protector y nutridor de las necesidades de su familia (la raíz de la palabra padre en griego tiene este significado). ¿Y mamá? De acuerdo a la Palabra, ¿cuál crees que es tu rol? ¿Qué crees que Dios quiere que hagas para con tu esposo y los hijos que te ha dado? Alguien pudiera decir: “La Biblia no es específica en cuanto a esto. Trabajo para ayudar a mi esposo, el costo de vida es elevado, ahora tenemos que luchar para lograr unas cosas (incluso darle a nuestros hijos todo lo que se merecen y no pudimos tener). La educación es muy costosa y tenemos que ahorrar para proveerles una buena; sabemos de ahora pero no de mañana; tenemos que ahorrar; me hice de una carrera porque quiero desarrollarme profesionalmente, necesito realizarme como mujer; no me quemé las pestañas para estar en mi casa fregando, barriendo, lavando, planchando y cocinando; mi mamá me ayudará con los niños, sólo trabajaré los primeros años y cuando sean más grandes…; conseguí para su cuido un lugar cristiano”; y si seguimos, la lista de justificaciones es interminable.

¿Sabes qué? La Espada del Espíritu está llena de principios que nos enseñan que para Dios ninguna mujer casada tiene otra labor más importante y honrosa que la de ser pareja idónea de su esposo y criar a sus hijos y criarlos para Él. Sabemos de muchas damas que tienen que trabajar, especialmente cuando están criando solas, esto es un tema para otro artículo. Ahora, tratamos con el caso cuando tenemos la oportunidad de cuidar de nuestro hogar y nuestros hijos, y por no tener las prioridades espirituales claramente definidas y establecidas decidimos delegar en otros estas funciones. No podría compartirles esto si no conociera por experiencia propia las consecuencias de haber delegado en otras personas el cuido de mis hijos (tengo cuatro). Hace trece años que estoy sola con ellos y tengo que trabajar porque dependen de mí; pero, a medida que he ido conociendo la Palabra, he ido descubriendo Su perfecta voluntad y he tenido que ir haciendo ajustes y renunciar a muchas, muchas cosas para ordenar mis prioridades de acuerdo a las del Señor. No ha sido fácil, pero he visto los resultados. Mientras más tiempo paso en mi casa, más cosas torcidas voy descubriendo con las que tenemos que ir trabajando. Ser mamá es un trabajo de tiempo completo, y 24 horas al día no parecen suficientes. Dios es veraz; nada merecemos, pero Él ha prometido honrar a los que le honran y puedo dar testimonio de que ha sido fiel. Mis hijos no son perfectos, pero sus vidas me dicen que aman a Dios y le respetan con reverencia; para mí, eso no tiene precio. Ha valido la pena el tenerlo “todo por basura para ganar a Cristo”.

El ir creciendo en el conocimiento y dominio de La Espada del Espíritu es determinante para nuestras vidas y las de los nuestros. Muchas veces, escucho a damas hablar sobre preguntas que sus hijos les hacen referente a diferentes temas que les inquietan y también las respuestas que ellas les dan (a veces no tienen ninguna). Es bien lamentable que estas madres, aunque son cristianas, no dan a sus hijos respuestas basadas en principios establecidos en la Palabra. Sus respuestas pueden ser muy sinceras, pero nacen de sus propios razonamientos y así llevan a sus hijos a caminar por la vida sin que lleguen a conocer lo que es la obediencia que lleva a la victoria y el gozo de una vida abundante y fructífera en Cristo Jesús. Luego, nos preguntamos: ¿Qué pasó? Lo que pasó fue que no prestamos atención cuando el Señor enseña que nuestros pensamientos no son Sus pensamientos, ni nuestros caminos Sus caminos.

Hace un tiempo, uno de mis hijos dio un estudio en la iglesia que me fue de mucha bendición. Utilizó Esdras 7:10 para enseñarnos tres responsabilidades que los creyentes tenemos para con la Palabra:

1. Preparar el corazón para inquirir en ella.

Preparar el corazón es poner todo nuestro ser cuando la leemos e inquirir implica entender lo que se nos dice de manera objetiva; también conlleva meditación y memorización.

2. Preparar el corazón para obedecerla.

Esto demanda obediencia con un corazón dispuesto lo cual resultará en una vida de testimonio que edificará a otros.

3. Preparar el corazón para enseñarla.

Esto demanda tanto conocimiento como obediencia a la Palabra para que nuestra enseñanza sea eficaz. Encierra la idea de que no debe haber contradicción entre lo que enseñamos y nuestro comportamiento en el diario vivir.

Amadas, no podemos dar lo que no tenemos, no podemos enseñar lo que no sabemos, no podemos guiar hacia donde no vamos. El Salmo 119 habla de la Ley de Jehová (es interesante que sea el más largo). Aunque toda la Palabra es hermosa, esta porción edifica y refresca mi alma de manera especial y cuando la comienzo a leer, no la puedo dejar…:

Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios
Y con todo el corazón le buscan:
Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos.

 

La familia cristiana y los conceptos modernos

Dr. J. Guadalupe Ponce

Los cristianos debemos estar enterados de que muchos conceptos modernos sobre la familia son altamente dañinos; por lo que mencionaré algunos:

1. El concepto de familia

Una de las cosas tristes que están viviendo muchos niños y sufriendo, es la desintegración familiar. ¿Por qué? Porque mamá se va a trabajar, porque la mamá de los niños vecinos también trabaja fuera. Pues ese es el concepto de familia hoy día. Y no se piensa en el daño que se causa a los niños; primero de nostalgia que sufren de estar separados de mamá y papá o sea el daño psicológico; cuando se sobrepone a la nostalgia, es porque el niño y también mamá ya se acostumbraron a estar separados, ya se está dando desintegración familiar. Quizá usted dice: “Yo no trabajo porque mi vecina trabaja, yo lo hago por necesidad” Piense si eso alterará los resultados.

2. El concepto de disciplina

Hoy día muchos padres tienen temor de usar la vara para castigar a sus hijos rebeldes, porque sienten la presión social de ser catalogados como crueles, o porque les han hecho creer que el niño se va a traumar, aunque ven que en Proverbios dice: “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol” (Prov. 23:13-14). Tampoco se atreven a poner reglas sobre actividades sociales, formas de vestir, corte de pelo, amistades, música, etc., porque tienen miedo de ser mencionados como legalistas.

3. Los conocimientos modernos

Hay la tendencia en muchos jóvenes que han adquirido mayores conocimientos que sus padres, en creer que esos padres están desconectados del mundo del saber, y que por lo mismo ya no están capacitados para aconsejar a sus hijos preparados con conocimientos seculares. Incluso hasta puede haber padres que sienten cierta timidez, complejo para aconsejar a sus hijos. Jóvenes, recuerden que toda la preparación que muchos de ustedes tengan, la experiencia y la sabiduría están en los adultos; y lo que ustedes necesitan más que conocimientos, es la sabiduría o sea el saber aplicar el conocimiento a la vida.

4. El materialismo

En el número uno, vemos que mamá se separa de sus hijos pequeños porque tiene que trabajar; y en muchos casos es porque han caído en la trampa del materialismo. Si el vecino compró televisión, nosotros sentimos la necesidad de comprar una; lo mismo pasa si el vecino compra lavadora, juego de sala, etc. El cristiano debe tener cuidado de no caer en el engaño del materialismo. Debemos aprender a vivir sencillamente. Jesús dijo: “Mirad, guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Je. 12:15). No significa que debes ser descuidado para tus necesidades materiales. Pues una cosa es no suplir para las NECESIDADES de los suyos y otra cosa es AFANARSE por hacerse rico (I Tim. 5:8 y Prov. 23:4) o tener cosas sólo porque otro las tiene. No estamos en contra de tener muchas posesiones materiales; pero que no sea a precio del descuido de nuestros hijos, ni por el sólo afán de tenerlas. Si Dios le bendice con más de lo que necesita para esta vida, haga tesoros en el cielo donde más de lo que podemos dar los que sólo tenemos para vivir. Pablo trató el tema a Timoteo diciendo: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos d todas las cosas en abundancia par que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna” (I Tim. 6:17-19).

5. El papel u ocupación de la esposa y madre

Se ha llegado a pensar que es más honorable que cuando a una mujer casada le preguntan: “¿A qué te dedicas o te ocupas?” Responda: “Enfermera, maestra, secretaria, etc.”, que la que su respuesta es: “Al hogar”; y quizá cuando una esposa y madre responde ante profesionales, que su ocupación es “al hogar”, hasta se sienta mal, como con menos categoría porque muchas mujeres piensan que lavar platos sucios, ropa sucia, pisos sucios, preparar comida todo el tiempo que eso ya no es muy de las mujeres de hoy porque vivimos en otros tiempos. Y hasta hoy mujeres que desprecian el trabajo que Dios les dio de ocuparse de su esposo e hijos, y dicen: “Yo todo el tiempo, cocinando, lavando pisos, ropa; nunca se ve lo que hago, si lavo la loza, al rato ya tengo que lavarla otra vez; además nadie me lo agradece”. Hermanas, yo creo que tengo la razón, porque lo veo des del punto de vista bíblico, que a la mujer Dios le dio la mejor ocupación que a los esposos; ¿Por qué? Porque el trabajo de la esposa y madre es de servir. Vea lo que Cristo dijo a sus discípulos en Mr. 10:43-45, “…el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos”. Si usted está en la capacidad y grande necesidad de trabajar fuera del hogar para ayudar a las necesidades económicas de la familia, hágalo; pero nunca en perjuicio de sus hijos o porque piense que dedicarse a la familia ya no es muy de las mujeres de hoy, porque está despreciando el camino a la verdadera grandeza. Mucho menos se avergüence de responder “quehaceres del hogar” porque es un honor, y si hay hijos y maridos que se lo reconozcan no por eso deja de ser un honor dedicarse a la familia.

 

La fórmula para el avivamiento

El Dr. A. W. Tozer recomendó esta fórmula para el avivamiento personal:

1. Estar completamente insatisfecho consigo mismo

La complacencia es el enemigo mortal del progreso espiritual. El alma que se contenta tal y como está es un alma estancada.

2. Ponga su rostro como una piedra hacia la transformación radical de su vida

Los experimentos tímidos están etiquetados como fracasos incluso antes de que se empiecen. Debemos entregar nuestras almas enteras a nuestro deseo por Dios.

3. Póngase a sí mismo en el camino de la bendición

Es un error esperar que la ayuda de Dios caiga del cielo sin tener en cuenta las condiciones que ya conocemos y vivimos. Desear un avivamiento, y al mismo tiempo descuidar la oración y la devoción, es desear un camino y estar andando por otro.

4. Haga un trabajo de arrepentimiento exhaustivo

El arrepentimiento precipitado significa una experiencia espiritual superficial. Permita que el dolor divino haga la obra de sanación. Es nuestro hábito miserable de tolerar el pecado que nos mantiene en nuestra condición moribunda.

5. Haga una restitución donde sea posible

Si tiene una deuda, páguela. Si se ha peleado con alguien, haga todo lo posible para reconciliarse con la persona. Tanto como le sea posible, enderece lo que esté torcido.

6. Haga que su vida esté de acuerdo con el Sermón del Monte y otras Escrituras nuevo testamentarias que estén designadas para instruirnos en el camino de la justicia

Un hombre honesto con una Biblia abierta y un cuaderno y un lápiz, seguro que va a descubrir rápidamente lo que esté mal en él.

7. Sea serio

La gente del mundo solía ir a ver películas para evitar pensar seriamente en Dios y la religión. Debe haber cambios radicales en sus hábitos o no habrá ninguna mejora permanente en su vida interna.

8. Determínese a limitar sus deseos

Demasiados proyectos nos quitan tiempo y energía sin acercarnos más a Dios. Las mansiones de los corazones se agrandarán cuando las puertas se abran a Cristo y se cierren al mundo y al pecado.

9. Empiece a testificar

Busque algo que hacer para Dios y un compañero. Dispóngase para trabajar. Haga cualquier cosa que se le pida. Aprenda a obedecer.

10. Tenga fe en Dios

Empiece a esperar. Levante su mirada al trono. Todo el cielo está de su lado. Dios no le decepcionará. Estas sugerencias constituyen una receta para el avivamiento espiritual personal. Cuando se experimenta un avivamiento personal, no se sabe cuán lejos se pueda extender. La iglesia necesita desesperadamente una resurrección y sólo puede venir a través de un individuo reavivado.

 

Las Disciplinas de un Ministerio Auténtico

Por el Dr. Douglas R. McLachlan

Si solamente la generación que está saliendo de pastores Fundamentalistas, maestros, evangelistas y misioneros se mantuviera firme en tales lecciones.

Decir, “Porque no me avergüenzo del evangelio” (Rom. 1:16a) no fue más fácil para Pablo que para los creyentes de hoy día. Roma, orgullosa y pretenciosa, no estaba interesada en Jesús, un carpintero de la desconocida ciudad de Nazaret; pero lo que los romanos pensasen no era importante. Lo que es importante, enfatiza Pablo, es lo que Dios piensa. Pablo contendió con el intelectualismo griego, el legalismo romano y el judaísmo hebreo—fuertes corrientes filosóficas con las que todavía hoy contendemos en nuestro mundo— pero él sabía que ninguno de esos mensajes podían hacer lo que puede hacer el Evangelio. Dentro del Evangelio hay dos grandes cualidades que no podemos encontrar en ningún otro lugar: el poder y la justicia de Dios (Rom. 1:16-17). Estos eran dos productos preciados que la antigua Roma necesitaba y que también nosotros necesitamos. El único agente purificador para la corrupción de Roma era el Evangelio, y la única protección del Evangelio en un mundo decadente es el rechazo de la secularización y la puesta en práctica de un punto de vista de la separación, equilibrado y enteramente bíblico. Pero la preservación de un auténtico ministerio requiere más que solamente esquivar los peligros. Requiere el énfasis de varias disciplinas bíblicas claves.

Pensando en Principios
El fallar en pensar en principios ha creado en muchos ministerios lo que yo le llamo “la rigidez status quo versus la flexibilidad en la llenura del Espíritu Santo.” El Status quo es el equivalente latín “el desorden en el que estamos.” En tal contexto, se desarrolla hostilidad hacia la idea del cambio, y domina una mentalidad que piensa en términos de formas y estructuras. Las formas y las estructuras o las reglas y las regulaciones son vehículos temporales que cambian con la evolución de la cultura y con el paso del tiempo. Los principios, en contraste, son verdades fundamentales que trascienden todas las culturas y los tiempos.

Cuando fallamos en pensar en términos de principios bíblicos, tendemos a hacer absolutas las cosas que no son absolutas, de tal manera que “los métodos” se convierten en tiranos más que en siervos. Como resultado de esto, el ministerio es limitado a la idolatría de un método en particular—“Bien invalidáis el mandamiento de Dios [el principio eterno] para guardar vuestra tradición [la forma cultural]” (Marcos 7:9). Nuestra tarea es tomar los principios eternos de la Escritura y aplicarlos a las situaciones de la vida real de nuestro mundo, permitiendo que esos principios dicten las formas y las estructuras a través de las que vivimos y a través de las que nuestros ministerios existen. Como resultado de esto, podemos adaptar nuestros ministerios a nuestra cultura sin que nuestra cultura contamine nuestros ministerios. Lo único que ha cambiado es la forma, no la verdad fundamental.

Predicando Expositivamente
Quizás, una de las contradicciones más grandes en el pastorado es la de abrazar la visión más alta en cuanto a la inspiración de las Escrituras, pero practicar el nivel más bajo de la comunicación de las mismas. La tarea humilde del predicador es la de dedicar toda su vida a contarle a su gente lo que Dios ha dicho. Esta meta requiere el tipo de disciplina que está dispuesta a soportar los aspectos tediosos de una exégesis cuidadosa y de un estudio diligente, a fin de poder hablar con autoridad acerca de la Palabra de Dios. La bendición de Dios no es para el orador emocional que puede persuadir a las vastas audiencias y tenerlas embelesadas, sino para el expositor lleno del Espíritu que discierne apropiadamente y expone la Palabra de Dios de una manera apasionada, relevante y clara. La bendición de Dios descansa sumamente en aquellos que toman literalmente el mandamiento de Pablo—“que prediques la Palabra” (2ª Tim. 4:2a).

Expresando la Santidad y el Amor Simultáneamente
Los creyentes necesitan desarrollar la habilidad de expresar compasión sin comprometer sus convicciones de la Palabra de Dios, pero la solución más simple es la de conformarse al uno o al otro—la santidad o el amor separadamente más bien que la santidad y el amor simultáneamente. Muchos evangélicos han abrazado un amor que no es santo, mientras que demasiados fundamentalistas han adoptado una santidad sin amor. El desequilibrio del Evangelicalismo ha producido un ágape mediocre, mientras que el desequilibrio Fundamentalista ha producido una santidad altanera. Ambos extremos son distorsiones de la imagen de Dios. Dios ni es descuidado cuando expresa Su amor ágape, ni es altanero cuando expresa Su santidad. El fallar en expresar la santidad y el amor simultáneamente convierte al pueblo de Dios en caricaturas excéntricas en vez de en auténticos retratos del Cristo a quien representamos.

El expresar la santidad y el amor simultáneamente toma un gran sacrificio. El ejemplo supremo es la cruz de Cristo, el lugar del sacrificio máximo. La penalidad que demanda la santidad fue pagada, mientras que el amor perdonador deseado fue comprado. Nosotros, también, debemos aprender a sacrificar; algunos de nosotros tendemos a ser severos y farisaicos o blandos y sentimentales. Debemos sacrificar esas cualidades. El mantener este delicado equilibrio es costoso; pero sin la inversión de este sacrificio, nunca seremos los cristianos auténticos que Dios nos ha llamado a ser.

Respondiendo con Optimismo
En un mundo decadente, el conflicto—aún entre cristianos y ministerios—es inevitable. Nosotros mismos nos ganamos algunos de estos conflictos a través de nuestras propias metidas de pata. Algunos van con motivos puros, mientras que otros simplemente son máscaras de agendas escondidas. No importa como vengan los conflictos, no necesitamos ser ni pesimistas ni cínicos. Pedro deja claro que las “diversas pruebas” (1ª Pedro 1:6) están siempre ligadas con la “multiforme gracia” (1ª Pedro 4:10), y la gracia de Dios es triunfantemente adecuada para sostenernos a pesar de cualquier prueba. Mientras que “la gracia” sostiene nuestro presente, “la esperanza” ilumina nuestro futuro, porque “nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos” (1ª Pedro 1:3). Para el cristiano, lo mejor aún está por venir, y esta realidad lo capacita para “gloriarse en las tribulaciones” más que quejarse bajo su carga.

¡Nunca perdamos la percepción de asombro que Dios nos da el privilegio y la increíble responsabilidad de servir a Su causa, a Su Palabra, a Su pueblo y a Su mundo! La manifestación del cinismo pesimista frente a lo difícil de la tarea da la idea que el gozo cristiano es condicional, basado en las circunstancias. El mantener un optimismo realista, en contraste, es una afirmación de que el gozo cristiano es incondicional, basado en la providencia. Encontramos nuestro mayor gozo en Dios solamente, y llegamos a conocer mejor a Dios cuando estamos bajo presión. Nuestras vidas y ministerios llegarán a ser más genuinos si, durante los momentos de dificultad, recurrimos a la gracia sustentadora de Dios para el presente y si reflexionamos en las promesas de Dios para el futuro, rehusando ceder a la amargura o a la desesperación pesimista.

¡Deseo dominar las disciplinas del pensar en principios, predicar expositivamente, expresar la santidad y el amor simultáneamente, y responder—aún en los momentos difíciles—con optimismo! Si solamente la generación que está saliendo de pastores Fundamentalistas, maestros, evangelistas y misioneros se mantuviera firme en tales lecciones desde bien temprano, yo creo que serían capaces de impactar a nuestro mundo de una manera positiva para Jesucristo. ¿Quiénes tomarán la antorcha y se convertirán en auténticos siervos de Cristo y Su iglesia, trazando un camino claro a través de este pantano de confusión? Creo que estoy escribiendo a los portadores de tal antorcha.

 

¿Qué Es La Cruz?

Por José A. González

Desde hace muchos años, la cruz se usa como parte de las prendas en el vestuario de muchos seres humanos; en este tiempo, la cruz se está usando más a menudo. Pero, ¿Se sabrá el verdadero significado de la cruz? Hay quienes tienen la cruz en diferentes formas, de oro, de plata, de madera, cuero y hasta de cemento.

Según la historia nos relata, han existido tres clases de cruces: La cruz COMISSA que tenía la forma de una T mayúscula; esta cruz era conocida como la cruz de San Antonio. También está la cruz IMMISSA, o sea la que comúnmente se observa en todo lugar, esta es la cruz donde se crucificó al Señor Jesús. Existe otra forma de cruz, la DECUSSATA, o sea la de forma de una X (equis), o mejor conocida como la cruz de San Andrés.
La cruz, según algunos, les da una posición de prestigio en la sociedad religiosa entre la que conviven; sin embargo, existen los que se esconden tras el emblema de la cruz para disfrazar su vida pecaminosa.

No se deje confundir con el verdadero significado de la cruz.

La cruz era el lugar donde se sufría la muerte más cruel y horrorosa que podía existir; esta muerte por lo general era aplicada a los criminales de robo, homicidio, traición o sedición o simplemente a los esclavos. No estamos equivocados cuando decimos que la cruz era el patíbulo o paredón de la historia Romana.

En el lugar de la ejecución que era fuera de la ciudad, el reo era desnudado por los soldados romanos, después de haberle hecho cargar la cruz hasta ese lugar, estimulado o maltratado por fuertes azotes.

Una vez en ese lugar, el condenado era amarrado en la cruz o quizás clavado como lo fue nuestro Señor Jesucristo, usando para ellos tres clavos para fijar sus manos y pies en el madero de la cruz. Estos clavos eran una tortura adicional ya que traspasaban sus manos y taladraban los tobillos del reo, lo que sin duda alguna producía un fuerte y traumático dolor (Juan 20:24-25). En este lugar de crucifixión, además del reo estar desnudo, avergonzado, se añadía una tortura adicional, los parroquianos le insultaban y le abandonaban en el sufrimiento ya que su muerte era lenta pero dolorosa, lo que hacía que el reo muriera en la mayoría de los casos de agotamiento físico. Cuando esto no ocurría pronto, los soldados simplemente con un martillo le quebraban las piernas lo que le producía un desplomo y al no poder impulsarse sobre sus piernas, moría por asfixia, muriendo en poco tiempo (Juan 19:31-32).

¿Qué estamos queriendo decir?

Que la cruz es símbolo de muerte, esto significa el fin violento que sufrían los seres humanos que eran objeto de ese castigo. En tiempos del imperio romano, el hombre que tomaba la cruz y empezaba a caminar con ella, nunca volvía, no salía a caminar su vida, ¡salía a terminar con ella! La cruz no tenía una buena relación con su víctima, sino que le golpeaba con crueldad, dureza, hasta producirle su final, pues cuando la cruz dejaba de ser cruel con el hombre, ya éste no existía, un crucificado caía sobre maldición (Deut. 21:22-23; Gál. 3:13).

Para el cristiano, la cruz significa algo muy diferente, porque nosotros vemos en la cruz un lugar donde nuestro Señor Jesucristo pagó nuestro rescate para darnos una libertad de la esclavitud del pecado; y por consiguiente, Cristo en la cruz murió por nosotros (Juan 3:14-15; Isaías 53:6; I Pedro 2:24; Fil. 2:5-11). Nosotros creemos que nuestro Señor Jesucristo sufrió en la cruz el castigo que a nosotros nos correspondía, pero él quiso sufrir por nosotros (Gál. 3:13). Su muerte en la cruz logró lo que nada, ni nadie hubiera podido hacer aun cuando alguien estuviera dispuesto a colgarse de una cruz. Cristo, al morir en una cruz, logró reconciliarnos con Dios (II Cor. 5:18-19; Col. 1:20; Efe. 2:16). Como cristianos, creemos firme y bíblicamente lo que la cruz en realidad significa, nuestra creencia en la cruz no es algo vacío y sin sentido. Pero lejos está en que miremos a la cruz como algo que nos puede salvar, sino que miramos Al que murió en la cruz, para ser nuestro Salvador. Es por eso que nuestra fe no es simplemente en la cruz, pero en la Persona quien murió en la cruz (Hechos 4:12). Cuando la Biblia dice que tomemos la cruz, significa que llevemos el sufrimiento y la persistencia con que el Señor vivió en esta tierra (I Pedro 4:1). Creemos que el sufrimiento de nuestro Señor Jesús fue más fuerte que su propia muerte. La Escritura nos exhorta que nuestra gloria debe ser solamente en la cruz de Cristo (Gál. 6:14).

Amigo lector, no dejes que algo tradicional, hueco y sin ningún valor te aleje del verdadero sentido espiritual que tiene la cruz; es necesario que vengas a la cruz de Cristo, pero esto no lo podrás lograr hasta que permitas que el Espíritu de Dios te ilumine el entendimiento en cuanto al verdadero significado de la cruz. Recuerda, no estás protegido cuando tienes una cruz, tu protección está cuando de todo tu corazón crees que Alguien pagó tu rescate del pecado y lo hizo muriendo en una cruz. La Biblia señala que la Persona que logró esa hazaña se llama Jesús, quien hoy puede ser tu Salvador (Isaías 45:22; Juan 3:14-15, 5:24). Acéptalo en tu corazón hoy y El te salvará (II Cor. 6:1-2).

Es necesario que la cruz nos identifique no en el físico sino en el corazón; es bueno que miremos el ejemplo del apóstol Pablo (Gál. 2:20-21, 6:14-17).

Crucifiquemos nuestra vida para que ésta cuente para la gloria de Dios y no llevemos una cruz que de nada sirve en nuestra vida.

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