¿Es bíblica la pena capital?

Uno de los temas más discutidos hoy día en la iglesia cristiana es el asunto de la pena capital. Hay mucha gente bien intencionada en los dos lados de esta cuestión, y como en todos los asuntos de fe y práctica, debemos escudriñar las Escrituras para determinar la mente de nuestro Padre Celestial, concerniente a este tema tan importante.

Recientemente, mi pastor, el hermano Jack Humbert, expresó su punto de vista en un artículo en el boletín de su iglesia, The Hilltop News diciendo:

“Supongo que estoy buscándome un problema hablando a cerca de la inminente sentencia de muerte de Karla Faye Tucker. Algunos 15 años atrás, ella y su novio, buscando dinero para drogas, entraron a una casa e hirieron a sus víctimas con una picota [piqueta, pico] (un hombre y una mujer jóvenes) por lo menos 20 veces. Karla Faye dijo que cada vez que ella hundía el pico en sus víctimas, ella sentía una satisfacción sexual. Los detectives dijeron que ésta fue una de las escenas criminales más sangrientas que ellos jamás habían visto. Pero hace unos 12 años atrás, Karla Faye recibió a Cristo como su Salvador y de acuerdo a todos los reportes se ha convertido en una recluso modelo … Pat Robertson ha presionado públicamente a las autoridades de Texas para cambiar su sentencia a causa de su conversión”.

El primer argumento que generalmente sale cuando este tema es tratado es que Dios ha dicho, “No matarás” (Exodo 20:13). Aquí no puede haber ningún argumento con este mandamiento. En Génesis 9:6, Dios nos da la razón porqué ha puesto tan alto aprecio por la vida humana, y ese mismo versículo dice, “porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. Entoces, podemos concluir a través de este mandamiento que ninguno, sin excepción de persona, tiene el derecho de quitar la vida humana. ¡El asesinato, el aborto, el infanticidio, el genocidio y cualquier otra manera de quitar la vida humana, es estrictamente prohibido por Dios! ¿Acaso entonces, esto cierra el caso de la pena capital? Definitivamente no.

Volviendo a Génesis 9, Dios lo hace un poco más explícito, “Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas;…de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, POR EL HOMBRE SU SANGRE SERA DEMANDADA; porque a imagen de Dios es hecho el hombre” (9:5, 6). Aquí vemos que la palabra “requerir” usada dos veces, la cual significa que Dios no ha establecido la pena capital pero ha enfatizado la obediencia a este mandamiento. No se necesita un doctorado en teología para entender este hecho sencillo.

Muchos cristianos cometen el error de hacer una diferenciación en que el Dios del Antiguo Testamento era severo, “sediento de sangre”, una deidad que sólo buscaba la venganza, mientras que el Dios del Nuevo Testamento es un Padre Celestial lleno de gracia, amor, perdón y compasión. Pensar de esta manera no es solamente absurdo, sino también antibíblico. En Hebreos 13:8, leemos que Jesucristo, quien es Dios al igual que el Padre y el Espíritu Santo, es “el mismo ayer, hoy y por los siglos.” En el Nuevo Testamento, nuestro Señor indica Su aprobación de la ejecución de Sus compatriotas “cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos” (Lucas 13:1), y el Apóstol Pablo justifica la pena de muerte en su exhortación en Romanos 13. Hablando de aquéllos a quienes el Señor ha puesto en posiciones de autoridad, Pablo establece “Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (13:3, 4). Este párrafo claramente declara las responsabilidades del cristiano a obedecer las autoridades que Dios le ha puesto, no tenemos nada que temer de aquéllos quienes han sido puestos sobre nosotros. Sin embargo, para aquéllos que viven desordenadamente, rebeldemente y completamente desobedientes a las leyes de Dios y de los hombres, la espada ha sido puesta en la mano de las autoridades para corregirles. En este caso, la palabra “espada” viene de la palabra del griego Koiné “machaira”, la cual significa cuchillo; fig. guerra, castigo judicial: -espada (Strongs 3162). La decapitación por espada es la forma de pena capital aún practicada hoy día en los países musulmanes y regresa a los tiempos bíblicos como un resultado de este mandamiento.

Los Libros de la Ley (el Pentateuco) revela que el quitar la vida humana no era solamente una ofensa que debía ser castigada con la pena de muerte. En Éxodo, Dios manda la pena de muerte para el que golpea a su padre o a su madre (21:17), el secuestrador (21:16), el que maldice a su padre o madre (21:17), un aborto forzado (21:22, 23), un buey desatendido que mata a una persona (21:29), bestialidad (22:19), brujería (22:18), violación del Sábado (35:2), adulterio (Levítico 20:10), idolatría (Deuteronomio 13:9), rebelión contra la autoridad eclesiástica (17:12), rebelión contra el control paternal (21:21). Dadas las tendencias de la sociedad hoy en día, estas leyes parecen ser rigurosas hasta el punto de ser ridículas, pero debemos pensar otra vez. Si estas leyes estuvieran en efecto, no solamente el número de nuestros asesinatos desenfrenados disminuirían dramáticamente, sino que los abortos, divorcios, abuso de niños y problemas disciplinarios de los niños en el hogar y la escuela serían prácticamente eliminados. Los problemas innumerables que afrontamos en el mundo hoy día serían controlados y nuestra sociedad sería verdaderamente un lugar donde todos los hombres pudieran vivir en armonía con cada uno. Dios sabe lo que está haciendo y nada en Su Palabra haya sido puesto allí por casualidad. ¡Lo que ha sido puesto en el Antiguo Testamento para nuestra edificación es tan bueno exactamente para nosotros hoy!

Con respecto a Karla Faye Tucker, yo estoy muy contento de que se haya convertido. Su crimen, tan atroz como fue, ha sido puesto debajo de la sangre de Cristo si ella se ha arrepentido verdaderamente de sus pecados (I Pedro 1:18, 19). Este hecho, sin embargo, no quita la deuda de la justa Ley de Dios y la justicia demanda que ella pague con su vida. Si Karla ha nacido verdaderamente de nuevo, ella debería parar de tratar de frustrar el precio bíblico demandado por su crimen y aceptar su castigo como una hija de Dios, dándose cuenta de que en el otro lado de esta fecha nefasta, le espera una reunión gloriosa con él que la amó y se dio a Sí mismo por ella. Cuando ella se enfrente a este hecho y esté dispuesta a pagar su deuda con Dios y el hombre, entonces ella podrá conocer verdaderamente la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Nota del autor: Desde el tiempo en que este artículo fue escrito, Karla Faye Tucker fue ejecutada a traves de la inyección letal en la prisión del Estado de Texas, en Huntsville.

El Dr. Gary Bell ha sido misionero en Puerto Rico por veinte años. Ha establecido dos iglesias, el Templo Bautista Monte Olivar en Adjuntas y la Iglesia Bautista Monte Calvario en Jayuya.
El Dr. Bell fue uno de los misioneros que colaboró en el desarrollo del Colegio Universitario Bautista de PR en el cual sirvió como vicepresidente y profesor de Antiguo Testamento.

El Escudo de la Fe
Usado con permiso

 

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