Humberto Gómez pregunta: “¿Cuál Biblia en inglés corrigió tu Biblia en español?”

El misionero Humberto Gómez ha escrito un artículo titulado “¿Cuál Biblia en Inglés corrigió tu Biblia en Español?” (http://www.reinavaleragomez.com/es/node/14 Accedido diciembre 20, 2011) Él comienza su artículo expresando frustración, porque muchos de sus críticos han estado diciendo “Yo no creo que la Biblia en inglés debe corregir la Biblia en español”, o cosas similares. Luego  cita documentación donde indica que la RSV (Versión Estándar Revisada) se encuentra en la lista de fuentes que habían sido consultadas entre otras Biblias en inglés en los principios del comité de revisión de la RV 1960. El libro al cual Gómez alude dice lo siguiente:

El punto 12 de los «Working principales» dice: «En casos de duda sobre la correcta traducción del original, consultaremos preferentemente la English Revised Versión de 1885, la American Standard Versión de 1901, la Revised Standard Versión de 1946 y el International Critical Commentary.» (Flores, José. El Texto del Nuevo Testamento. Barcelona: Clie, 1977, p. 232)

El documento oficial, que proviene de las sociedades bíblicas que enumera los principios de revisión, indica que el principio bajo tela de juicio se expresa de la siguiente manera:

12. En los casos dudosos se consultará preferentemente a los siguientes trabajos: English Revised Version (1885), American Standard Version (1901), Revised Standard Version (1946), e International Critical Commentary. (“Principios para la revisión de la versión Reina-Valera”. Comunicación 6a. Archivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.)

¿Por qué consultar Biblias en inglés? Una posible explicación es que las Biblias en español más recientes en aquel entonces habían sido católicas: Nácar-Colunga (1944); Bover-Cantera (1947); y Staubinger (Nuevo Testamento en 1948, Biblia completa en 1951). Las traducciones protestantes en español más recientes (la Versión Hispanoamericana de 1916 y la de Pablo Besson de 1919) no habían sido bien recibidas, se limitaron al Nuevo Testamento, y la última era producto de un traductor solitario. Es posible que el comité de revisión no tuvo acceso a Biblias antiguas y escasas en español al establecer los principios al comenzar su obra de revisión (no disponibles siquiera en formato facsímil en aquel tiempo), y no tenían garantía de que los tendrían en algún momento de su trabajo. El secretario Denyer presentó el hecho del acceso a la edición 1602 de Valera en la sesión de 1954, de tal modo que da la impresión de que era algo novedoso:

En la sesión de 1954 el Comité tuvo el privilegio de tener en sus manos un valioso ejemplar de la Biblia original de Valera, impreso en 1602. Fue sorprendente ver cuántos de los cambios del Comité no hacían sino volver al texto primitivo, del cual otros revisores posteriores se habían apartado.  (Denyer, Carlos. “Revisión Bíblica”. Pensamiento Cristiano. Sep. 1957, p. 204.)

El siguiente escrito por Nida explica la relación y los límites entre las Biblias de consulta en inglés y el Textus Receptus en la percepción de las sociedades bíblicas:

Si bien en esencia las Sociedades Bíblicas han apoyado el seguimiento de un texto prácticamente equivalente con la Versión Revisada (1885), generalmente han insistido que las porciones omitidas sean incluidas en el texto o en las notas al pie de la hoja, dondequiera que haya una “autoridad textual antigua” para las lecturas. Esto quiere decir que el traductor está obligado a incluir en una forma u otra esas lecturas que existen en el Textus Receptus (como reflejado en la versión King James) y por la cual hay una antigua autoridad, aun si no aparecen en el texto de la Versión Revisada Inglesa (1885) o la Versión Estándar Americana (1901). (Nida, Eugene A. “The Translator’s Problems.” The Bible Translator. April 1950, p. 43)

Según el principio número doce, solo habían de consultarse las Biblias en inglés en “casos dudosos”. En los siglos desde la traducción de la Biblia del Oso se había avanzado en el entendimiento de algunos términos en los idiomas originales que habían causado dificultades a los traductores bíblicos, especialmente en áreas como animales extintos y flora y fauna. En el prefacio de la famosa versión King Jame, sus traductores en 1611 expresaron que tuvieron dificultad con algunos términos: “Otra vez, hay muchos nombres raros de ciertos pájaros, de bestias y piedras preciosas, etcétera, donde aun los hebreos no concuerdan con sí mismos en sus juicios…” Aunque las Biblias en inglés mencionadas en el principio número doce tenían sus polémicas, se incorporaron en ellas los últimos descubrimientos arqueológicos y etimológicos a la traducción de términos oscuros. Las traducciones más recientes generalmente reflejan los resultados de la exégesis más reciente. Con motivo de proveer un ejemplo, se puede destacar que en la revisión 1909 (entre otras ediciones anteriores) el término hebreo kidón fue traducido varias veces como escudo, un instrumento defensivo (véase 1 Samuel 17:6, 45, por ejemplo). En la revisión 1960, utilizando una exégesis que reflejaba descubrimientos y entendimientos más avanzados del hebreo bíblico, se tradujo consistentemente como arma ofensiva, tal como lanza o jabalina. Las palabras del original hebreo o griego son susceptibles de uno y otro significado al traducirse.

La regla gramatical de Granville Sharp publicada a fines del siglo XIX ayudó a dar más claridad a pasajes que afirman la deidad de Cristo. Por ejemplo, la Biblia de Casiodoro de Reina de 1569 en la parte clave de Tito 2:13 leía del grã Dios, y Saluador nuestro Iesus el Christo. Compárese al mismo pasaje en la RV1960 donde lee con más lucidez nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Esta última, con la regla Granville Sharp aplicada a la sintaxis, da a entender más claramente que Jesucristo es nuestro Dios y Salvador.

Sin duda, la Biblia más polémica bajo el punto doce fue la Revised Standard Version (RSV, o Versión Estándar Revisada). Aunque existía el Nuevo Testamento desde 1946, la RSV no se había acabado de revisar cuando el comité de revisión de la Reina-Valera se reunió por primera vez en 1951 y formularon los principios. El Antiguo Testamento de la RSV, el cual causó la principal controversia, no se publicó sino hasta finales de 1952. (Véase Thuesen, Peter. In Discordance with the Scriptures. Oxford: Oxford University Press, 1999, p. 90) Para aquel entonces, ya se habían realizado dos de las cuatro reuniones principales de revisión de la futura revisión 1960.

Hay que tomar en cuenta que la revisión 1960 y la Versión Estándar Revisada difieren considerablemente la una de la otra, especialmente en las áreas que causaron que la Versión Estándar Revisada fuera tan polémica. Por ejemplo, a diferencia de la Versión Estándar Revisada, la 1960 no elimina ningún versículo, no tiene a “mujer joven” en lugar de “virgen” en Isaías 7:14, ni elimina la frase “No está aquí, sino que ha resucitado” en Lucas 24:6, un versículo importante acerca de la resurrección. Las Biblias enumeradas en el punto doce se basaron en el texto crítico en el Nuevo Testamento, pero en la revisión 1960 rechazaron lo peor de estas Biblias.

Ninguno de los involucrados con la RV1960 creía que ninguna Biblia en inglés que consultaron fuera inspirada y perfecta. Existe una gran diferencia entre consultar una revisión y hacerla el estándar a seguir. En la revisión de la Reina-Valera, solo se debían consultar las Biblias en inglés en casos de dudas sobre la correcta traducción de palabras en griego o hebreo.

Hay evidencia de que, al proceder con su trabajo de revisión, el comité de la futura revisión 1960 consultó con una frecuencia creciente las ediciones anteriores del linaje de la Reina-Valera:

En el curso de su trabajo, el comité llegó a tener una creciente admiración por la obra de Casiodoro de Reina y de Cipriano de Valera; y al consultar las ediciones anteriores pudo constatar que en algunos sentidos estas eran muy superiores a la de 1909. De hecho, centenares de cambios introducidos en esta revisión de 1960 vienen directamente de ediciones anteriores a la de 1909. (Nueva Luz en la Antigua Lámpara: Revisión de 1960 de la Biblia Reina-Valera. Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960, p. 57)

Se sabe que las Biblias en inglés mencionadas en el punto doce de los principios, no fueron las únicas traducciones utilizadas, ya que también se consultaron traducciones en otros idiomas: “… los miembros del comité tenían acceso a una variedad de comentarios en su trabajo y constantemente consultaban varias traducciones en español, francés, portugués, alemán e inglés”. (Nida, Eugene A. “Reina-Valera Spanish Revision of 1960.” The Bible Translator. July 1961, p. 113)

La costumbre de consultar otras Biblias, inclusive en otros idiomas, cuando los traductores se enfrentan con pasajes problemáticos o áreas de dificultad al traducir de los idiomas originales, es una práctica normal. El prefacio de la KJV menciona que los traductores de dicha versión en inglés consultaron varias Biblias en otros idiomas, inclusive en español.

Uno de los errores principales del artículo de Humberto Gómez es que trata el hecho de “consultar” como si constituyera “corrección”, empezando con el título mismo de su artículo. Es probable que en mis escritos he acusado a algunos de corregir la Biblia en español con la KJV, pero se trata de casos donde creen que la KJV es perfecta e infalible, y en algunos casos algunos han hecho referencia a “corregir” la Biblia en español con el inglés. La fuente que Humberto Gómez utilizó para hacer su argumento sobre un principio de revisión solo hace referencia a consultar, no corregir. Al consultar Biblias en inglés (además de otros idiomas y fuentes), probablemente hubo casos donde los revisores de la 1960 obtuvieron la idea de ir con la manera de verter de la Biblia en inglés si sentían que reflejaba el sentido del idioma original mejor que algún término en la RV 1909. Si la traducción original de la Reina-Valera no estaba en error, sino que simplemente estaba traducida de una forma menos entendible o precisa, el hecho de haber seguido la idea no habría constituido “corrección”. No estoy en contra de consultar Biblias en cualquier idioma en el proceso de traducir. Tampoco estoy en contra de consultar la KJV entre otros idiomas y fuentes en el proceso de traducir la Biblia, con tal que no se considere la KJV como inspirada e infalible. Pero lo que algunos grupos han hecho no ha constado de meramente consultar la KJV en casos aislados, sino de utilizarla como “el estándar para seguir”. Existe una gran diferencia entre consultar una fuente bajo ciertas condiciones, y el hecho de corregir a partir de una fuente considerada inspirada e infalible como “el estándar para seguir”.

El hecho de que una fuente consultada no sea una traducción confiable no significa que automáticamente contaminaría la nueva revisión. Como ejemplo, está documentado por medio de notas de un traductor de la KJV, que en el proceso de traducir dicha revisión, se consultó la Septuaginta y Rheims, esta última siendo una Biblia católica publicada poco antes de la KJV. (Véase Translating for King James: Notes made by a translator of King James’s Bible por Ward
Allen, Vanderbilt University Press) El libro The Part of Rheims in the Making of the English Bible presenta documentación de porciones de traducción que aparecieron en Biblias en inglés primeramente en Rheims, y luego en la KJV, indicando la posibilidad de influencia de Rheims en esos pasajes en la KJV (Véase especialmente la p. 85). La siguiente cita hace mención de las fuentes obvias y algunas probables que utilizaron los traductores de la KJV:

¿Con cuáles textos antiguos trabajaron? Ellos tuvieron la Biblia Políglota Complutense de 1517, publicada en Complutum, ahora Alcalá de Henares, España, y tuvieron la Biblia Políglota de Amberes, 1569-1572. Estas proveyeron textos hebreos y griegos añadidos con versiones en otros idiomas. Por supuesto, tuvieron la Vulgata Latina, a pesar de que era sospechosa por ser papista. Con algunos fragmentos de rollos tempranos, tuvieron un sinnúmero de comentarios por parte de los Padres de la Iglesia y eruditos antiguos. A menudo se referían a San Juan Crisóstomo (347-407 dC), cuyas obras había comenzado a editar Sir Henry Savile, con la ayuda de Andrew Downes y John Bois. Otra autoridad de referencia fue el erudito de Ginebra, Teodoro Beza (1519-1605). (Paine, Gustavus. The Men Behind the King James Version. Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1959, p. 77.)

Aunque los traductores de la KJV la usaron con precaución, se debe tomar en cuenta que la Vulgata Latina es una Biblia católica. La Biblia Políglota Complutense también es católica, y fue iniciada por el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. Aunque la Biblia Políglota Complutense tiene un trasfondo católico, hay defensores de la KJV que dicen que se asemeja mucho al Texto Recibido. No apruebo ciertas Biblias como Rheims, y sin duda Humberto Gómez tampoco, pero no se debe rechazar la KJV por este motivo, puesto que los traductores de la KJV no trataron a Rheims como un estándar a seguir. Algunos grupos que no aprueban ni la 1960 ni la RVG han señalado similitudes entre la RVG y la 1960, y han acusado a Humberto Gómez de consultar la 1960 en el proceso de producir la RVG. Si es cierto que Humberto Gómez consultó la 1960, significa que él mismo consultó fuentes que él personalmente no aprueba. En ese caso sería tan injusto decir que Humberto Gómez “corrigió” la RVG con la 1960 como decir que los revisores de la 1960 “corrigieron” dicha revisión con la RSV, cuando solo la consultaron entre otras versiones en otros idiomas.

En su artículo, Humberto Gómez provee ocho términos donde la 1960 se aparta de ediciones pasadas de la Reina-Valera y dice algo muy parecido a las traducciones ASV o RSV en inglés. En muchos casos, Humberto Gómez confiesa en su propio artículo que la presencia de una palabra equivalente a la RSV en la RV 1960 puede ser una coincidencia. Es posible que en algunos de esos casos hubiera sido consultada la Biblia en inglés, pero cuando los términos coinciden muy de cerca con el significado de las palabras griegas y hebreas, no tendría que haber sido el inglés lo que “corrigió” la 1960. Por ejemplo, el artículo señala cómo Job 7:12 en la Biblia ASV en inglés tiene sea-monster (monstruo de mar), mientras que la 1960 tiene “monstruo marino”. Sin embargo, ese término en la 1960 sigue de cerca léxicos hebreos, como Strong que tiene “monstruo marino” mientras que Brown-Driver-Briggs incluye sea monster (monstruo de mar) entre los posibles significados del término hebreo correspondiente. Otro ejemplo de los ocho señalados se trata del término “unicornio”, el cual fue traducido como “búfalo” en la 1960. El Diccionario de la Santa Biblia del año 1890 (entre otras referencias antiguas) incluye a “búfalo” como uno de los posibles significados de la palabra hebrea subyacente; por tanto, no tendría que haber venido de una Biblia en inglés. El Antiguo Testamento de la Reina-Valera 1905 por Juan Bautista Cabrera y Cipriano Tornos ya había utilizado el término búfalo en lugar de unicornio (véase Salmo 92:10, por ejemplo). En muchos casos, cuando se trató del término hebreo seol, la edición 1905 lo tradujo como “profundo” y colocó a “Heb. Sheol” en la nota marginal.

La costumbre de consultar otras Biblias, inclusive en otros idiomas, cuando los traductores se enfrentan con pasajes problemáticos o áreas de dificultad al traducir de los idiomas originales, es una práctica normal. El prefacio de la KJV menciona que los traductores de dicha versión en inglés consultaron varias Biblias en otros idiomas, inclusive en español.

No me opongo por el hecho de que el revisor de la RVG haya consultado la Biblia en inglés. Sin embargo, no es normal que el traductor o revisor declare que la traducción que consultó sea perfecta e inspirada, ni que hubiera sido el estándar a seguir, como el revisor de la RVG ha declarado. (Véase https://www.literaturabautista.com/?p=234/) Los revisores de la 1960 no declararon que las Biblias inglesas que consultaron fueran perfectas ni inspiradas. Se pueden notar numerosas diferencias de mayor importancia entre la 1960 y las Biblias en inglés que aparentemente consultaron, como no seguir ningún caso de omisión de versículos enteros. Los revisores de la 1960 también consultaron Biblias en alemán, francés, portugués y español, además de tener acceso a una gran variedad de comentarios.

Una fuente secundaria indica que se añadió el siguiente punto a la lista de principios originales:

Un principio añadido a la lista primera del Comité de Revisión de la Reina-Valera fue que: «Dondequiera que la versión Reina-Valera se ha apartado del Textus Receptus para seguir otro texto mejor, nosotros no volveremos al Receptus.» (Flores, José. El Texto del Nuevo Testamento. Barcelona: Editorial Clie, 1977, p. 232)

Este principio no fue la inclinación inicial del comité de la Reina-Valera 1960, dado que se añadió en algún momento posterior a la primera lista. Es posible que fue el resultado de presión de algunos consultores, dado que varios de España eran implacables en insistir en que no se acerque más al Texto Recibido. Según indica el principio, cuando los revisores de la 1960 notaban que en un caso dado la Valera 1909 (o incluso ediciones anteriores a la 1909, posiblemente) no seguía el Texto Recibido, ellos lo dejaron como estaba si en su consideración seguía un texto mejor. Basado en lo que escribió el revisor Francisco Estrello, el principio añadido no siempre se implementó, o la alternativa de la lectura anterior no fue considerada un “texto mejor”:

Solo en algunos casos se hicieron cambios leves, tal como en 1 Timoteo 6:1 donde “el Señor” ha sido sustituido por “Dios”, ya que esto es lo que aparece en el Textus Receptus y en todos los manuscritos más importantes. (Estrello, Francisco E. “Latest Revision of the Reina-Valera Bible.” Bulletin of the United Bible Societies. 3rd Quarter. 1955, p. 18)

Otros ejemplos no mencionados por Estrello que se hicieron en la 1960 para acercarla más al Textus Receptus comparándolos con la revisión anterior incluyen la adición de Jesús en Lucas 24:36, y de pero en Juan 7:29, la adición de afuera en Hechos 5:23, y yo fuí se convirtió en yo estaba en Apocalipsis 4:2.

La pregunta del misionero Gómez cómo formulada es inapropiada porque incorpora falacias. Esto es debido a que la documentación presentada originalmente hace referencia a “consultar” y no “corregir”, y la documentación más amplia presentada aquí comprueba que se consultaron Biblias en múltiples idiomas, no solamente en inglés. Además, como los revisores de la Reina-Valera percibieron a las Biblias en otros idiomas que consultaron fue en abierto contraste a cómo Humberto Gómez percibe la KJV, la cual ha declarado ser inspirada e infalible.

Cuando los detractores de la RV1960 se refieren a los principios que guiaron a los revisores de dicha revisión, puede anticiparse una omisión flagrante. Se trata de la omisión del principio que menciona el papel del Textus Receptus en la revisión. Antes de que se descubriera un documento original con los principios de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, el principio estaba disponible en forma abreviada en el libro de José Flores Escribiendo la Biblia, y fue citado en la primera edición de mi libro La Historia de la Biblia Reina-Valera 1960 desde el año 2005, además de citas en artículos en literaturabautista.com por más de 20 años. En dicha fuente secundaria, las palabras claves fueron “Ceñirnos al Textus Receptus …” El principio en su documento original afirma lo siguiente en su primer punto:

    1. La labor básica del Comité será revisar el castellano de la Versión Reina-Valera, ponerlo al día, conservando su fondo y la belleza de su forma sin sacrificar la claridad. Se usará el Textus Receptus que es el texto traducido por Valera. (“Principios para la revisión de la versión Reina-Valera”. Comunicación 6a. Archivos de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera.)

Queda establecido y documentado que el Textus Receptus fue lo que se utilizó, y en contraste, las Biblias en inglés enumeradas en los principios eran obras de consulta.

En conclusión, la diferencia significante entre el papel que jugaron las Biblias consultadas en inglés entre la RVG y la RV 1960 se ilustra en el siguiente cuadro:

Revisor de la RVG Revisores de la RV 1960
Declaró que la Biblia en inglés que consultó es inspirada No
Declaró que la Biblia en inglés que consultó es perfecta No
Declaró públicamente que la Biblia en inglés consultada era el estándar a seguir. No
Contiene algunas diferencias dramáticas en comparación con la Biblia en inglés consultada.* No

*La ASV y RSV omitieron varios versículos enteros, la 1960 no.

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