Algunos usan un argumento para clasificar manuscritos del Nuevo Testamento que suena muy atractivo, porque por ser tan sencillo y por proveer respuestas para incógnitas, parece ser la solución a un panorama textual muy complejo. Este argumento o teoría tiene muchos nombres. Algunos usan los términos “árbol bueno/árbol malo”, “río limpio/río sucio”, “dos senderos”, “dos corrientes”, “dos líneas de manuscritos”, etcétera. Tal como refleja el título, haremos referencia a «los dos árboles textuales».
Aunque no todos los que lo enseñan coinciden en todos los detalles, básicamente se enseña lo siguiente:
- La gran mayoría de manuscritos son puros, sanos, incorruptos, asociados con sana doctrina, a veces designados como manuscritos “protestantes”, que proceden de Antioquía.
- Los restantes son manuscritos impuros, corruptos, adulterados, infieles, gnósticos, pervertidos por Orígenes, asociados con falsa doctrina, a veces designados como “católicos”, que proceden de Alejandría.
Hay un grano de verdad en lo que dicen bajo un aspecto de esta enseñanza. Aunque hay varios tipos textuales, la gran mayoría de los manuscritos son predominantemente bizantinos o alejandrinos, con los bizantinos formando la gran mayoría. Eso no se disputa. El deseo de simplificar el asunto lo más posible para que sea más entendible es admirable. Pero esa verdad no da licencia para evitar detalles o información inconveniente o pintar un escenario que exagera mucho y que se aleja de la realidad.
Lo siguiente es un ejemplo de esta enseñanza:
Pregunta: ¿De dónde vienen los manuscritos de la Biblia? Respuesta: La mayoría de los manuscritos existentes de la Biblia se dividen en dos “familias”. Estas familias generalmente están representadas por las ciudades de Alejandría, Egipto y Antioquía, Siria. Explicación: Sólo hay dos Biblias, la de Dios y la del diablo. Sólo hay dos puntos de vista de la Biblia. Es totalmente perfecto o es imperfecto. Las dos Biblias, en forma de manuscrito, y sus ideologías correspondientes se originan en dos lugares muy diferentes en el Medio Oriente. Alejandría, Egipto y Antioquía, Siria. Discernir qué lugar nos da la Biblia perfecta y la ideología correcta y cuál nos da la biblia del diablo y la ideología incorrecta es una de las tareas más fáciles imaginables. Esta búsqueda se hace infantilmente fácil debido a una fuente, la Biblia. Como hemos dicho tantas veces y lo haremos nuevamente, aceptamos la Biblia como nuestra autoridad final en todos los asuntos de fe y práctica. Por lo tanto, todo lo que cualquier persona necesita hacer es explorar la Biblia y descubrir lo que DIOS piensa de Alejandría, Egipto y lo que Él piensa de Antioquía, Siria. (Gipp, Sam. The Answer Book. Shelbyville, TN: Bible and Literature Missionary Foundation. 1989, p. 35)
Una estrategia que utiliza el autor que acabamos de citar es señalar muchos lugares en la Biblia donde Egipto se menciona de forma negativa, y Antioquía se menciona de forma positiva. Siguiendo esta línea de pensamiento simplista, el autor quiere que por tanto uno forme su determinación sobre los manuscritos relacionado con sus respectivas regiones. Trataremos esto más adelante.
El origen adventista de la enseñanza
La enseñanza que citamos del autor Gipp no es nueva. El argumento de los dos árboles comenzó con Benjamin Wilkinson, un adventista quien escribió el libro Our Authorized Bible Vindicated en 1930 con muchas especulaciones presentadas como hechos históricos en cuanto a esta teoría. Él no utilizó un gráfico, y no hizo referencia a árboles, sino que representó su teoría en dos columnas con una cabecera que decía “Dos corrientes paralelas de Biblias” (p. 43).
Se puede observar que Wilkinson colocó a la Biblia en español bajo la columna de Biblias corruptas. ¿Quién utilizó Wilkinson para respaldar su enseñanza? Nadie menos que Ellen White, la cofundadora de los adventistas. La última cita que Wilkinson proveyó antes de proveer su “dos corrientes paralelas de Biblias” fue la siguiente del libro La Gran Controversia por Ellen White:
Los valdenses estuvieron entre los primeros pueblos de Europa en obtener una traducción de las Sagradas Escrituras. Cientos de años antes de la Reforma, poseían la Biblia manuscrita en su lengua materna. Tenían la verdad sin adulteración, y esto los convertía en objetos especiales de odio y persecución… Aquí, durante mil años, los testigos de la verdad mantuvieron la fe antigua… De la manera más maravillosa (la Palabra de Verdad) fue conservado incorrupto a través de todas las edades de oscuridad. (Our Authorized Bible Vindicated, p. 42)
Basado en parte por las enseñanzas de Ellen White, Benjamin Wilkinson armó una fantasía de manuscritos perfectamente conservados en cuevas de los Alpes que se pasaron a los editores del texto recibido y que de ese modo se incorporaron a la KJV:
¿Dónde consiguió esta iglesia valdense en medio de los escarpados picos de los Alpes estos manuscritos incorruptos? En las silenciosas vigilias de la noche, por los solitarios caminos de Asia Menor donde acechaban ladrones y fieras, se podría haber visto a los nobles misioneros llevando manuscritos… (Our Authorized Bible Vindicated, p. 41)
Cuando pasaron los mil años, se escucharon acordes de nueva alegría. Gradualmente, estos crecieron a un punto culminante hasta que todo el coro de voces estalló cuando Erasmo arrojó su primer Nuevo Testamento griego a los pies de Europa. (Our Authorized Bible Vindicated, pp. 52-53)
Wilkinson parece haber forjado una historia especial. Toma declaraciones simples de historiadores que convierte en una historia elaborada. Parte de lo que le distinguió de otros escritores anteriores que defendían el texto bizantino (como Burgon, Mauro, etc.) es que intentó dividir todas las Biblias y manuscritos en dos categorías: católicas y no católicas. Al hacer esto, se enfocó más en manuscritos latinos, tratando a los manuscritos de la Vetus Latina como puros, y los de la Vulgata Latina como impuros. Esto, ¡a pesar de que la Vulgata Latina es una revisión de la Vetus Latina! Su intento de generalización excesiva ignora ese hecho. Para llegar a sus amplias conclusiones, no cotejó manuscritos en latín antiguo con la Vulgata que mostraran divergencias considerables entre ellos, ni señaló a ningún investigador que lo hubiera hecho. Utilizó declaraciones muy generales de otros como Ellen White (cofundadora de los adventistas), sobre el latín antiguo y la Biblia de los valdenses para llegar a conclusiones de gran alcance.
El hecho de que Wilkinson con frecuencia se apoyó en suposiciones es evidente en la siguiente cita:
Y como en realidad solo había dos Biblias, la versión oficial de Roma y el Texto Recibido, podemos concluir con seguridad que la Biblia gala (o francesa), así como la celta (o británica), eran el Texto Recibido. (Wilkinson, Benjamin. Our Authorized Bible Vindicated. Payson, AZ: Leaves-of-Autumn Books, 1930, 1989 reprint, p. 30)
Para que la historia de Wilkinson tenga validez, hay por lo menos dos cosas que se tiene que comprobar:
- Que la Biblia de los valdenses desde los principios era la Vetus Latina o manuscritos puros que lograron preservar por mil años mientras que rechazaron la Vulgata Latina.
- Que los valdenses se originan desde alrededor de 120 d. C. (época en que se acabó de escribir el Nuevo Testamento)
Wilkinson no comprobó ninguno. Él fue fuertemente criticado por sus afirmaciones atrevidas, y sus respuestas a esas críticas se encuentran en su libro Our Authorized Bible: Answers to Objections. Su dependencia en la cofundadora de los adventistas en dicho libro se manifiesta por más de 130 referencias a White por nombre, y por lo menos 75 a ella como el «Espíritu de Profecía», para un total en exceso de 200 veces.
En la siguiente cita se puede notar su dependencia en la cofundadora de los adventistas (en negritas para su conveniencia) en su defensa de su postura de dos corrientes paralelas de la Biblia»:
Mis críticos afirman (Sección I, p. 9) que las «dos corrientes paralelas de la Biblia» (Our Authorized Bible Vindicated, p. 43) se crean arbitrariamente y no se basan en una autoridad histórica. En mi libro, sin embargo, probé concluyentemente que tanto el Textus Receptus como el códice Vaticano ya existían en los días de Constantino; rivales entre sí y constituyendo Biblias opuestas. También probé, históricamente, en el mismo capítulo, que la Biblia valdense era del Textus Receptus. Ahora, el Espíritu de Profecía dice que la Biblia Valdense era de origen apostólico, incorrupta, entera y enseñaba el cristianismo apostólico. La Reforma adoptó el Textus Receptus; la contrarreforma jesuita adoptó el Vaticano. Ambos hechos los probé sólida y completamente en mi libro. Si, por lo tanto, el Textus Receptus y el Vaticanus eran rivales en los días de Constantino, siendo el Textus Receptus de origen apostólico, y siendo el Vaticano una corrupción del Textus Receptus, entonces la Biblia latina antigua de los valdenses del Textus Receptus era y así lo demostramos, históricamente, el rival de la Vulgata tomado de manuscritos del tipo Vaticano. El Espíritu de Profecía respalda esta línea de razonamiento. Di en mi libro, (página 42) esa cita de la hermana White que muestra que los valdenses poseían una Biblia que venía de los días apostólicos, estaba entera, no estaba adulterada y la furia de los papistas siempre buscó que la corrompieran. El Espíritu de Profecía, sin embargo, nos dice que los ángeles reprimieron su odio maligno y sus esfuerzos por enterrar la Biblia Valdense bajo una masa de error y superstición. El Espíritu de Profecía nos dice además que la Biblia de Wycliffe era del latín (Vulgata) y contenía muchos errores, pero la Vulgata era una Biblia católica. Por otro lado, el Espíritu de Profecía nos dice que el texto griego de Erasmo corrigió estos errores, pero el texto griego de Erasmo fue el Textus Receptus. Por lo tanto, los valdenses tenían desde el principio una Biblia pura, basada en el Textus Receptus o en armonía con él. El razonamiento entonces es así: (a) Los valdenses respaldaron lo que era la Biblia apostólica; (b) Los reformadores aprobaron lo que era la Biblia valdense; (c) la hermana White apoyó la Biblia de la Reforma y la Biblia Valdense; (d) los valdenses no pudieron haber guardado la Vulgata porque contenía muchos errores. (Our Authorized Bible: Answers to Objections, p. 241-242)
Wilkinson no se basó en una evaluación objetiva de los datos textuales. No demostró haber realizado un análisis en profundidad que justificara las conclusiones a las que llegó. Es cierto que hay diferencias notables entre Biblias basadas en el Texto Recibido y Biblias católicas, pero la historia que Wilkinson cuenta está repleta de especulación y depende excesivamente en las afirmaciones de la cofundadora de los adventistas.
La continuidad de la enseñanza
En 1955 un escritor llamado James Jasper Ray tomó la enseñanza de Wilkinson y lo representó en dos gráficos representando árboles textuales —uno malo, y el otro bueno— en su libro God Wrote Only One Bible (véase págs. 59 y 87). Ray copió mucho del material de Wilkinson sin nombrarlo y no lo identificó como un adventista.
En 1964 Peter Ruckman publicó un libro por título The Bible Babel en que incluyó gráficos de un árbol textual bueno y un árbol malo. Ruckman no mencionó de dónde sacó los datos para sus árboles textuales. No hay mención de Wilkinson en el libro de Ruckman y Ray solo se menciona una vez de pasada en una nota sin relación a los árboles textuales. El árbol textual bueno de Ruckman es tan similar al de Ray, que Ruckman hasta reproduce un caso de mala ortografía de Ray para una de las Biblias (Cloverdale en vez de Coverdale). La única diferencia notable en comparación del árbol bueno de Ray es que Ruckman tiene a Crisóstomo (un “padre” de la iglesia quien citó del texto bizantino en sus escritos) en lugar de la Biblia Bishops. En cuanto al árbol malo, Ruckman incluyó todos los de Ray, pero añadió algunos más.
En 1970 David Otis Fuller publicó un libro con el título Which Bible? en defensa de la Biblia King James. Dicho libro fue bueno y sin extremismos, excepto que incluyó varios capítulos del libro de Benjamin Wilkinson. Fuller identificó a Wilkinson como autor de dichos capítulos, pero tomó obvias medidas para que no sea identificado como un adventista. Por ejemplo, Fuller suprimió una cita y dos notas al pie de página que correspondían a Ellen G. White (cofundadora de los adventistas) en el material que reprodujo del libro de Wilkinson. En vez de nombrar la universidad adventista donde Wilkinson había enseñado, Fuller lo presentó del siguiente modo: “El Dr. Wilkinson enseñó durante muchos años en una pequeña y escasamente conocida universidad del Este”. La porción de Wilkinson del libro de Fuller incluyó varios elementos de la enseñanza de los dos árboles textuales, pero no incluyó ningún gráfico.
En aproximadamente 1993 William Park circuló un escrito suyo en contra de la Reina-Valera que incluyó un gráfico que denominó una «cloaca». Incluyó a la Reina-Valera 1862, 1909 y 1960 en las aguas sucias.
En 1993 se publicó un libro titulado Things that are Different are not the Same que propagó la misma enseñanza. Fue escrito por el pastor Mickey Carter, que años más tarde sería el editor del libro controvertido en contra de la Reina-Valera 1960, El Elefante en la Sala. A continuación unos ejemplos de la enseñanza:
Hay dos corrientes de Biblias. La corriente o sendero puro del Nuevo Testamento es el texto griego de la Versión Autorizada [KJV] y tiene su comienzo en la iglesia de Antioquía (Hechos 11:26), la capital siria, y ya fue establecida en el año 150 d.C. desde la Vulgata griega al sirio y fue conocida como la versión Peshita. Este verdadero sendero pasa por Antioquía por los Apóstoles y misioneros, a través de Grecia, hasta los Balcanes. Desde los Balcanes, el camino continuó por el sur de Francia y Alemania y el norte de Italia, donde los valdenses y los albigenses lo tradujeron al latín, llamándolo versión itálica. Esto era diferente de la Vulgata Latina, que no vino del Texto Recibido. (Carter, Mickey. Things that are Different are not the Same. Landmark Baptist Press, 1993, p. 110)
Hay dos “árboles”: uno que da buenos frutos y otro que da malos frutos. Por lo general, es bastante claro y distinto qué “árbol” o “sendero” es cuál. (Carter, Mickey. Things that are Different are not the Same. Landmark Baptist Press, 1993, p. 171)
El gráfico del árbol malo en el libro de Carter es idéntico al de Ray de 1955 excepto que deja afuera “Ephraem 450”. El grafico del árbol bueno en el libro de Carter es absolutamente idéntico al de Ray de 1955. No se menciona a Ray ni a Wilkinson en el libro de Carter.
Otros autores que contribuyeron capítulos al libro El Elefante en la Sala en contra de la Reina-Valera también han promovido o defendido enseñanzas relacionadas o parecidas a la teoría de los dos árboles textuales. Estos incluyen William (Bill) Bradley (Purified Seven Times, 2000, pp. 55-56), Phil Stringer (Ready Answers, Faith Baptist Church Publication, n.d., pp. 42-43), y Gail Riplinger (In Awe of thy Word, 2003, pp. 365; Hazardous Materials, 2008, pp. 731, 759, 1105).
La primera instancia de la enseñanza en español
En 1997 se publicó el libro La Biblia – La Obra Maestra de Dios Manipulada por Francisco Guerrero Meza en que se utilizó la analogía de un árbol textual. Guerrero había hecho su propia revisión de la Biblia, y en la página 140 se jacta de que “nosotros hemos podido producir la más pura de las traducciones españolas”.
La porción del libro acerca de los árboles textuales estuvo a cargo del Pastor George Anderson. Al ir introduciendo el concepto, dijo algo alarmante “…la historia bíblica – Dios estando en un lado del cerco, y Satanás está del otro lado” (p. 57). Para proveer un vistazo de lo que escribió en un capítulo largo, ofrecemos la siguiente porción:
Existen ahora, para sorpresa de algunos pero ciertamente no para la mayoría de nosotros, dos familias de manuscritos de textos de idioma de donde nuestras Biblias provienes, incluso en inglés. Existe la llamada “Familia Alejandrina,” ese “carro con la carga” se fue al Oriente y terminó en Roma, pero todas son de la familia de Alejandría, ése es un linaje, o una familia. Luego existe la que se ha llamado contemporáneamente, “El Textus Receptus,”—el texto recibido. Este lleva nombres diferentes desde tiempos muy antiguos para poderlos cronometrar, y otros exponentes hoy estarán involucrados en su explicación de esto; otros predicadores darán detalles críticos sobre esto. No es mi propósito adentrarme en esas familias y describir sus características y lo que ellas han hecho; otros lo harán. Lo que yo quiero es que nosotros examinemos el lugar de donde vienen, el suelo. Permítame sugerirles que por el mismo nombre que históricamente se les ha dado a ambos componente de las dos familias, es indicativo de su origen, de donde ellas consiguen sus raíces, de que clase de tierra vienen: una que sale de, y es originaria de, y yo digo que sus primeros miembros familiares son originarios desde donde los podemos localizar, de Egipto. Sale de Alejandría, en Egipto.
La otra familia sale de Antioquía, en Siria; y así nosotros vamos a la Biblia, y eso es lo que yo me he propuesto hacer. Yo podría decir: “bien, yo he averiguado lo que Dr. Panzallena dice, o el Dr. Comemucho, etc.” Pero, qué dice Dios sobre esos lugares. Cómo Dios nos enseña con la ley de “la palabra que se menciona desde el principio.” Cuando el Señor, los creyentes bíblicos, nos ha dicho, cuando nosotros aprendemos que Dios ha mencionado algo por la primera vez, o su doctrina original, o para el estudio de algo, que está en el contexto. Y en ese contexto Dios conservó esa noción de verdad; eso nos ayuda a permanecer en una guía muy estrecha hasta al final. Así que me gustaría que examináramos las escrituras, y hagamos simplemente un poco de chequeo y de reconocimiento de la tierra, nosotros vamos a hacer esto durante todo el día; no me tomará mucho tiempo. (págs. 58-59)
Luego el escritor ocupa unas 10 páginas para establecer que la Biblia proyecta a Egipto y la ciudad de Alejandría de forma mayormente negativa, y Antioquía en cambio de forma positiva.
Alejandría contra Antioquía: una lógica infantil
Con frecuencia se hace alusión a una batalla por la pureza de manuscritos entre dos ciudades: Alejandría y Antioquía. Con el primero, hay varios manuscritos asociados con o descubierto en Alejandría, Egipto. De allí procede la designación de “Texto Alejandrino”. Con el segundo, el texto bizantino, se asocia a veces con Antioquía (y llamado “Texto Antioqueño” por algunos), porque algunos de los llamados “padres” de la iglesia eran de dicha ciudad y proveyeron citas bíblicas en sus escritos que revelan la existencia del Texto Bizantino de forma consistente a más tardar en el siglo IV (según los críticos textuales), aunque probablemente fue antes. Se trata de Antioquía de Pisidia en Turquía, donde los creyentes primero fueron llamados cristianos (Hch. 11:26)
Muchos de los que enseñan la teoría de los dos árboles hacen un gran esfuerzo para demostrar que la gran mayoría de las veces que la Biblia hace mención de Egipto, aparece en términos negativos. La lógica que le sigue a esto, según ellos, procede del siguiente modo: dado que la gran mayoría de los manuscritos alejandrinos proceden de Egipto, y la Biblia se refiere a Egipto mayormente en términos negativos, esto demuestra que no debemos confiar en lo que procede de Egipto.
Sin embrago, muchas referencias a Siria, el país donde se encuentra Antioquía, son de carácter negativo en la Biblia. Por tanto, si seguimos la misma lógica que se aplicó a Egipto, se desmoronaría al aplicarse a Siria. Personalmente no tengo mucha confianza en los manuscritos alejandrinos, pero esta lógica me parece infantil, dirigido a los simplistas que no piensan por sí mismo. Si recuerda la cita que proveímos al comienzo de este artículo por Sam Gipp, uno de los propagadores de la enseñanza de los dos árboles textuales, utilizó la expresión “infantilmente fácil” al explicar su teoría. Una determinación sobre el asunto complejo de los manuscritos debe basarse en datos y un análisis de los hechos y no en una parcialidad geográfica de poca sustancia o una lógica que no sigue reglas sólidas de la hermenéutica bíblica.
No existe una sola ciudad o país del que se hayan copiado o localizado posteriormente todos los manuscritos bizantinos. En realidad, este es un punto a favor de los manuscritos bizantinos, ya que su amplia distribución geográfica indica que no era un texto localizado restringido, sino que gozó de amplia aceptación. Esto contrasta con el texto alejandrino que tiene vínculos principalmente con Egipto (donde el clima favoreció la conservación de manuscritos más antiguos), aunque algunos manuscritos alejandrinos se hallaron ubicados en otros lugares.
Otra instancia de la enseñanza en español
Alrededor del 2002 Stringer Publications publicó el libro El Proyecto de la Antigua Biblia de Valera escrito por Carlos Donate sin fecha de publicación. El título en inglés es The Old Spanish Bible Restoration Project. Para la traducción de citas del libro en inglés utilizaré la versión en español del libro que poseo en forma digital, el cual lleva el nombre El Proyecto de la Antigua Biblia de Valera, escrito alrededor del 2001.
Entre las páginas cuatro a la cinco de la versión en inglés aparecen dos gráficas de árboles con los títulos “fruto bueno” y “fruto malvado”. Las únicas Biblias en español de la línea Reina-Valera bajo el árbol de “fruto bueno” son la 1569 de Reina, y la “Valera 1602 Restaurada”. Bajo el árbol de “fruto malvado”, las ediciones de la Reina-Valera son “1960, 77, 95 y Adventista”. Se ignoró la RV 1909 y otras ediciones no mencionadas de la Reina-Valera en estos gráficos. Incluido en la gráfica de “fruto malvado”, junto con ciertas versiones de la Biblia (incluyendo la 1960) hay descripciones colgando del árbol, que incluyen “Deidad de Cristo atacada”, “salvado por obras”, “Ecumenismo”, “Anti-fundamentalismo” y “Evolución”. Debajo de las raíces del árbol de “fruto malvado” entre otras cosas dice “Traductores herejes y revisores inconversos, modernistas, liberales, neo-fundamentalistas en contra de los textos tradicionales”.
La edición en español del libro no contiene gráficos del árbol bueno o malo. Lo hemos reconstruido con una traducción al español a continuación:
El libro contiene la siguiente explicación del concepto:
Existe un árbol que producía “buen fruto”, y otro que producía “mal fruto”. Léase Mateo 7:17. Ese mal fruto ha causado mucho estrago en las iglesias. El fruto malo es haber creado una generación de hermanos con una teología de tipo alejandrino, la cual le resta importancia a las palabras, y le da énfasis al mensaje. Hoy, esa generación de pastores, misioneros, evangelistas y obreros en general trata de defender su filosofía basada en Westcott y Hort. Ese mal fruto ha envenenado la mente de muchos hermanos. Trata vanamente de excusar sus adulteraciones obvias. Por lo contrario, el buen fruto es aquél que se mantiene en la sana doctrina porque se basa en textos fieles, creyendo y defendiendo una Biblia sin errores, como por ejemplo la Versión Autorizada “Rey Jaime” 1611, baluarte e insignia de la pureza textual universal. (Donate, Carlos. La Restauración y Purificación con el Texto Recibido de la Antigua Biblia de Cipriano de Valera 1602. Inédita, documento PDF, 2003, pág. 5)
En 2013 Chick Publications publicó el libro de David Daniels ¿Nos Dio Roma la Biblia en Español? Presenta la enseñanza de los dos árboles presentado como dos corrientes, repleto de opiniones subjetivas presentado como hechos establecidos. En cuanto a la interrogante de qué pasó con la Biblia después del año 100 d. C., el libro afirma, “Y, aunque las cartas y los evangelios se habían escrito recientemente, las iglesias los intercambiaban y copiaban. Luego reunieron todos los rollos en una ciudad importante: Antioquía de Siria” (p. 31). La página 33 además dice que los manuscritos en Antioquía eran “copias exactas”. ¿Qué documentación histórica hay que indica que la iglesia primitiva reunió todos los rollos en la cuidad de Antioquía, y que eran copias exactas? No existe. Para el autor no importa, ¡él simplemente llena el vacío en la historia con su propia versión de los hechos para ajustarlo a su propia versión de los hechos!
El texto occidental
Aunque confieso que lo que estoy por decir es una generalización, el texto occidental en cuanto a sus características textuales se encuentra aproximadamente como en un punto medio entre el texto bizantino y el alejandrino. Hay veces que las lecturas del texto occidental coinciden con el bizantino y en otras veces con el alejandrino, mientras que en otras tiene sus lecturas propias (y de ahí la designación texto occidental). Los manuscritos del texto occidental tienen la reputación de tener más inconsistencias que otros tipos textuales. El llamado códice Beza es un ejemplo de un manuscrito del texto occidental.
Edward Hills, un defensor de la versión King James con títulos universitarios de Yale, Westminster y Harvard, aporta sobre el tema con la siguiente observación:
La familia occidental consiste en aquellos documentos del Nuevo Testamento que contienen esa forma de texto que se encuentra en los escritos de los padres de la iglesia occidental, especialmente Ireneo, Tertuliano y Cipriano. Varios manuscritos griegos contienen este texto, de los cuales los más importantes son D y D2. Otros dos testigos importantes del texto occidental son la versión latina antigua, la versión siríaca antigua, el Diatessaron de Taciano y el manuscrito copto G67. (Hills, Edward F. Believing Bible Study. Des Moines: Christian Research Press, 1991, p. 45)
Lo que queremos destacar con esto es que no es un simple asunto de manuscritos alejandrinos de un lado, y manuscritos bizantinos del otro lado, y se acabó. La existencia del texto occidental, además del texto cesariense (aunque muchos críticos han llegado a descartar dicho texto) demuestra que no es un asunto tan sencillo como dos árboles o ríos textuales, donde cada manuscrito claramente pertenece a uno u otro.
Un manuscrito típico contiene “mezcla”
Hay algunos manuscritos que tienen un poco de mezcla a través de todo el texto, y otros tienen un texto dividido. Por texto dividido quiero decir que existen algunos que manifiestan el Texto Bizantino en ciertos pasajes o libros (los Evangelios, por ejemplo), y luego el texto Alejandrino en otros libros (como epístolas paulinas) dentro del mismo manuscrito.
Los manuscritos no son como “bloques congelados” en cuanto a la clase de texto que contienen. Los que han estudiado los manuscritos mismos nos informan que “… ningún manuscrito es un testimonio perfecto de ningún tipo de texto”. (Colwell, Ernest C. «The Origin of Texttypes of New Testament Manuscripts» Early Christian Origins. Paul Wikgren, ed. Chicago: Quadrangle Books, 1961, p. 135)
Algunos manuscritos tienen ascendencia múltiple o mixta. El códice Washingtoniano del quinto siglo con los cuatro Evangelios sería un ejemplo. El libro entero de Mateo es bizantino, junto con más de la última mitad de Lucas. Los primeros cinco capítulos de Marcos son del texto occidental, culminando con el texto cesariense para el resto del libro. Lucas hasta la primera mitad del capítulo ocho es alejandrino, tal como la mayoría del libro de Juan. (Vease Colwell, Ernest. What is the best New Testament? Chicago: The University of Chicago Press, 1952, p. 61) Quizás el códice Washingtoniano sea el caso más extremo de variedad con cuatro tipos de texto reflejado en tan solo cuatro libros, pero hay unos cuantos casos de mixtura de textos en los manuscritos.
En su libro mencionado anteriormente, el Pastor Carter hace una confesión importante, lo cual destacamos en la siguiente cita:
A medida que retrocedemos, a veces descubrimos que los senderos textuales de la Biblia parecen mezclarse o correr juntos. Hay dos senderos. Uno es el rastro puro, y el otro es el rastro corrupto, y a veces se tocan. Pero nunca son exactamente iguales. (Carter, Mickey. Things that are Different are not the Same. Landmark Baptist Press, 1993, p. 102)
Al declarar lo anterior, el Pastor Carter demostró una medida de transparencia, pero aun así, no ofreció detalles ni explicó cómo este hecho no debilitó su argumento de los árboles textuales buenos y malos, ni qué ajustes había que hacer a su enseñanza a la luz de este reconocimiento. Es nuestro propósito en este escrito ofrecer detalles de cómo “los senderos textuales de la Biblia parecen mezclarse o correr juntos” (utilizando la expresión de Carter) y como “a veces se tocan”, y como esto hace imposible una analogía consistente de dos árboles textuales como se ha hecho desde Wilkinson.
Hay veces que un tipo de texto se une a un segundo tipo de texto de acuerdo en contra de un tercer tipo de texto. Por ejemplo, hay lecturas en manuscritos en la cual el texto bizantino está unido al occidental contra el alejandrino, pero también casos cuando el texto bizantino está unido al alejandrino contra el occidental.
La siguiente cita, aunque puede parecer un poco pesimista, puede ayudarnos a entender cómo se originaron muchas de las diferencias entre manuscritos, y por qué hay “mezcla” textual en un manuscrito típico:
A medida que las copias se multiplicaban, su circulación se hacía cada vez más amplia, como las ondas de una piedra arrojado a un estanque. Esto significa que desde la redacción de un documento hasta su uso en todas las iglesias de una sola diócesis o en toda la Iglesia, debe haber transcurrido una cierta cantidad de tiempo. Mientras tanto, cada copia hecha a partir de otra copia repetía el mismo patrón de expansión, como otra piedra arrojada al estanque creando una nueva serie de ondas. Estos círculos ondulantes se cruzarían. Dos manuscritos en un solo lugar (cada uno con su propia gama de peculiaridades textuales, dependiendo de su distancia del texto original) se influirían entre sí, produciendo una mezcla textual y comenzando un nuevo patrón de ondas, un proceso que se repetiría continuamente. Finalmente, para continuar con la metáfora, la piscina se llena tanto de círculos superpuestos que es prácticamente imposible distinguir sus fuentes y sus relaciones mutuas. Esta es precisamente la situación que encuentra el crítico textual cuando intenta analizar la historia del texto del Nuevo Testamento. (Aland, Kurt and Barbara. The Text of the New Testament. Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 70)
El hecho de que los manuscritos son textos mixtos hasta cierto punto puede tener el efecto de reforzar el Texto Bizantino en periodos tempranos cuando hay escasez de evidencia de la presencia del Texto Bizantino en manuscritos griegos sobrevivientes. Durante un período antes del siglo V, cuando supuestamente no debiera existir el Texto Bizantino (de acuerdo a los críticos textuales), existen papiros de siglos anteriores donde aparecen lecturas Bizantinas en manuscritos clasificados como alejandrinos (ese texto predomina en esa época).
Después de descubrirse una cantidad significante de manuscritos papiros al fin del siglo XIX, se comprobó que hay lecturas bizantinas más tempranas que lo que se admitía. Sin embargo, se seguía ignorando el Texto Bizantino en la crítica textual. En 1984 un erudito llamado Harry Sturz escribió un libro señalando esto con el título The Byzantine Text-Type and New Testament Textual Criticism. En su libro presentó evidencia de que varios papiros antiguos, aunque mayormente alejandrinos, reflejaban lecturas bizantinas. Al final de un capítulo clave, escribió lo siguiente:
En vista de lo anterior, se concluye que los papiros proveen pruebas válidas que las lecturas claramente bizantinas no fueron creadas en el siglo cuarto, pero ya existían antes del final de la segunda; y que, debido a esto, las lecturas bizantinas merecen seria consideración. (p. 69)
Otro ejemplo de un manuscrito mayormente alejandrino, pero con una porción significante bizantina, sería el códice mayúsculo llamo “Alejandrino” (A, o 02 en el sistema Gregory-Aland). Dicho manuscrito es bizantino en los evangelios, pero refleja el texto alejandrino en el resto del Nuevo Testamento.
Si uno se aferra de forma seria a la teoría de las dos corrientes de manuscritos, tendría dificultades en señalar cómo ciertos papiros o mayúsculos colocado en el lado malo de las dos corrientes o árboles textuales pueden reforzar el Texto Bizantino y por consecuencia el Texto Recibido.
¿Manuscritos copiados perfectamente?
De los escritos del adventista Benjamin Wilkinson:
Este volumen está escrito con la ferviente esperanza de que confirmará y establecerá la fe en la Palabra de Dios, que a través de los siglos ha sido preservada intacta. En estos días en que la fe se debilita y la Biblia se desgarra, es vital que entremos en campos que puedan dar su evidencia de cómo Dios, a través de los siglos, intervino para transmitirnos una Biblia perfecta. (Wilkinson, Benjamin. Our Authorized Bible Vindicated. Payson, AZ: Leaves-of-Autumn Books, 1930, 1989 reprint, Foreword, p. 1)
Hay relatos de parte de algunos de historias bonitas de manuscritos copiados perfectamente resultando en ediciones del Texto Recibido perfectos, pero lamentablemente no tienen base en la realidad. Esto me ha obligado a ser más técnico y detallado que lo que debiera tener que ser con el nivel de conocimiento de aquellos a quien me dirijo. Me gustaría ser más sencillo y no tener que explicar de diferencias técnicas aun entre manuscritos buenos, lo cual requiere un esfuerzo para no ser malentendido. Hay los que pintan un panorama de un grupo de manuscritos copiados perfectamente, lo cual suena agradable y no requiere mucha explicación al que lo acepta. Contaría yo mismo una historia de manuscritos y diversos aspectos de la preservación de esa forma si pudiera, pero la ética y la honestidad intelectual no me permite hacerlo. Estoy tomando el camino más difícil de reconocer que hay diferencias y errores aun entre los mejores manuscritos, aunque cueste explicarlo y he sido acusado de confundir a la gente que quiero ayudar. En los mejores manuscritos hay confiabilidad cuando mis críticos exigen perfección. Para algunos de mis críticos, o tienes que escoger entre manuscritos preservados perfectamente a través de los siglos, o en un caos total con un Dios que falló en preservar su Palabra. Es una presentación falsa de las opciones (lo que llaman un falso dilema o una falsa dicotomía). Gracias a Dios tenemos manuscritos adecuados y confiables. Véase mi artículo https://www.literaturabautista.com/el-aspecto-humano-y-divino-de-la-preservacion-de-las-escrituras/
El que señala el hecho de que hay diferencias entre manuscritos, incluyendo entre bizantinos, es a veces infelizmente sujeto a acusaciones de querer fomentar desconfianza en la Biblia. Pero si sus enseñanzas no abundan en sensacionalismo o en exageraciones comprobadas, es probable que sea impulsado por motivos nobles de transparencia. El hecho de ser riguroso y meticuloso en investigaciones textuales no debe ser visto como una conducta sospechosa.
Falta de documentación
Los que promueven la teoría de los dos árboles textuales casi nunca proveen documentación acerca de donde provienen sus datos. Esta falta de documentación permitió que una enseñanza originada por adventistas sea propagada sin que muchos conozcan su fuente original. Además, los adventistas desde el comienzo ni siquiera respaldaron su enseñanza con datos adecuados. Por ejemplo, en el libro de Wilkinson no se proveyó ejemplos de lecturas de Biblias designadas como puras para demostrar que de veras eran del linaje de los manuscritos bizantinos, y que por tanto se acercarían al Texto Recibido. No se demostró que los pasajes bíblicos que se dudan en la crítica textual moderna estaban contabilizados o representados en dichas Biblias designadas como puras. Dado que no se hicieron investigaciones textuales adecuadas, los árboles textuales reflejan varias incongruencias, tal como la colocación de la Vetus Latina y la Vulgata Latina en lados opuestos (aunque la Vulgata era una leve revisión de la Vetus Latina) y la Biblia Wycliffe del lado bueno cuando era una traducción de la Vulgata Latina. Otras inconsistencias se pueden observar por comparar datos provistos por expertos en diferentes idiomas que han estudiado el texto de versiones bíblicas antiguas tal como latín, sirio, arameo, armenio, bohaírico, copto, etíope, georgiano, y gótico. Véase La historia del Texto Recibido y los manuscritos griegos, Lección 7: Las versiones antiguas | literaturabautista.com
Una de las razones por las que ciertos asuntos textuales e históricos se distorsionaron, exageraron y tergiversaron a lo largo de las décadas es que muchos de los hechos involucrados han sido difíciles de verificar. Considere lo que presentamos a continuación:
- Muchos de los que de otro modo hubieran revisado y doblemente comprobado lo que se estaba propagando no estaban familiarizados con los idiomas involucrados (no solo griego y hebreo, sino también latín, siríaco, arameo, etc.).
- Además, gran parte de la historia y datos textuales involucraban libros y Biblias que eran difíciles de obtener (fuera de publicación, a veces viejos y raros; por lo tanto, estaban fuera del alcance para consultarlos excepto en salas de libros raros en bibliotecas en el extranjero o prohibitivamente costosos).
- Durante muchos años, la única edición del Texto Recibido fácilmente disponible fue una de Estéfano con traducción interlineal en inglés de Berry, y luego el texto griego de Scrivener una vez que la Sociedad Bíblica Trinitaria decidió reimprimirlo a principios de los setenta.
- Los facsímiles de la King James Version de 1611 eran raros hasta alrededor de 1980 cuando Nelson publicó un 1611 en forma compacta con tipografía moderna (por lo tanto, no era un facsímil, pero el antiguo tipo gótico era difícil de leer para muchos a un nivel popular).
- Los manuscritos de la Biblia se distribuyeron en prestigiosas bibliotecas o en monasterios en el extranjero (a menudo solo disponibles para los eruditos bajo estrictas condiciones debido a su delicada condición).
Todo esto y más creó una tormenta perfecta de datos aislados de la vista del público que permitió que florecieran algunas exageraciones y mitos que eran difíciles de contrarrestar. No ayudó que muchos quisieron que lo enseñado por Wilkinson y Ruckman (como su árbol o río textual puro/impuro) fuera cierto porque, de ser así, ayudaría a su causa. Ahora que los escaneos de alta calidad de muchos de estos libros, documentos y manuscritos están disponibles gratuitamente por internet, la situación está cambiando lentamente. Sin embargo, muchos que estaban convencidos de la teoría de los dos árboles textuales bajo la influencia de datos que antes eran prácticamente inverificables se aferran tenazmente a su punto de vista porque es fácil para convencer a otros y se han convencido a sí mismos de que cualquier otro punto de vista probaría que Dios mintió o falló de alguna forma.
¿Manuscritos católicos o protestantes?
Para darles un ejemplo de lo que se ha estado afirmando, El Elefante en la Sala, un libro en contra de la Reina-Valera 1960 editado por el Pastor Mickey Carter en 2002, enseña que el texto alejandrino es católico (págs. 2, 29).
Algunos que se oponen al texto alejandrino usan la estrategia de tildar a todos los manuscritos alejandrinos, o todo lo relacionado al texto alejandrino (tal como textos críticos) como si fuera todo católico.
Hay algunas conexiones católicas entre los textos críticos de las últimas décadas, además de uno de los manuscritos clave del texto alejandrino. El códice Vaticano, uno de los manuscritos que forman el pilar del texto crítico (por motivos de su edad temprana) se descubrió en la vasta biblioteca del Vaticano. Pero por siglos la Iglesia Católica no promovió el códice Vaticano, e incluso limitó de forma supersticiosa acceso al manuscrito. Por ejemplo, a John Burgon solo se le permitió verlo por una hora y media en 1860. A Tischendorf solo se le permitió verlo un total de seis horas en 1843, y la experiencia de Tregelles en 1845 no le fue mejor, como él cuenta:
No me dejaban abrirlo -añade- sin revisarme el bolsillo, y privándome de pluma, tinta y papel … Si miraba un pasaje de forma detenida, los dos prelados me arrebataban el libro de la mano. (Scrivener, F.H.A. A Plain Introduction to the Criticism of the New Testament. Vol. 1 London: George Bell & Sons. p. 112)
A finales del siglo XIX se publicó un facsímil tipográfico y luego un facsímil fotográfico de todo el manuscrito, lo cual permitió que sea conocido públicamente. Herman Hoskier estudió el texto del códice Vaticano de forma detallada, y publicó un libro en 1914 (Codex B and Its Allies) dando a conocer sus muchas fallas, lo cual lamentablemente ha sido mayormente ignorado por los críticos textuales, que se dejan llevar por la antigüedad del manuscrito.
Desde 1968 cuando el cardenal Carlo Maria Martini se integró al comité editorial del Nuevo Testamento griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, ha habido representación del Vaticano en las ediciones del texto crítico. Aunque históricamente el texto oficial de la Iglesia Católica ha sido la Vulgata Latina, en 1968 se aprobó el uso adicional del texto crítico publicado por las Sociedades Bíblicas Unidas y ahora fusionado con Nestle-Aland. (Véase Aland, Kurt and Barbara, The Text of the New Testament). Esto debe ser motivo de preocupación entre los hermanos separatistas. Aunque el ecumenismo está de moda en nuestros tiempos, todavía hay un remanente que toma en serio los mandamientos bíblicos de separación. Aunque la representación católica no es suficiente para formar una mayoría (para efecto de votos de decisiones textuales), de todos modos los protestantes deben estar preguntándose porqué están unidos en esto cuando el uso y propagación de Biblias protestantes resultaron en el martirio de incontables creyentes debido a la cruenta inquisición. Sabemos que el catolicismo cambió algunas cosas debido al Concilio Vaticano II, pero no sus doctrinas.
Durante la gran parte de su historia, la Biblia oficial de la Iglesia Católica ha sido la Vulgata Latina. Por tanto, no parecen haber estado muy involucrado en el copiado y distribución de manuscritos en los idiomas originales. Muchos de los manuscritos griegos de la antigüedad no identifican quienes lo copiaron ni su afiliación religiosa. Cuando se pueden relacionarse de alguna manera con una iglesia, tiende a ser con más frecuencia la Iglesia Griega Ortodoxa. El antiguo énfasis en la Vulgata Latina empezó a cambiar en la Iglesia Católica después del Concilio Vaticano II (1962-5). Los que estuvieron más involucrados en el comienzo de la crítica textual (tal como Bengel, Tregelles, Tischendorf, Griesbach y Lachmann) no eran líderes católicos. No digo esto como si estaría a favor de su punto de vista textual (véase mi escrito sobre el tema aquí https://www.literaturabautista.com/critica-de-la-critica-textual/) sino para que se reconozca que no es un asunto tan sencillo como manuscritos católicos de un lado, y manuscritos no católicos del otro lado. Los que promueven la teoría de árboles textuales han sido culpables de exagerar y sobre simplificar el asunto de tal modo que no se puede confiar en sus conclusiones.
El hecho de que Wycliffe sufrió persecución a pesar de traducir una Biblia de la Vulgata Latina (pero en inglés, y sin la aprobación de la Iglesia Católica) nos indica que la furia de Roma no siempre fue debido a la fuente textual de Biblias que decidieron prohibir, sino que fue considerado un desafío contra su autoridad. Lo que provocó la persecución del Vaticano era más el desafío de su poder que el texto mismo de las Biblias que prohibieron y persiguieron.
Es probable que muchos que han intentado dividir asuntos textuales entre los manuscritos que tienen conexiones católicas con los que no aparentan tener conexiones lo hayan hecho con motivos nobles. Personalmente he enseñado y escrito mucho acerca del error del catolicismo y el movimiento ecuménico, y entiendo la motivación de evitar lo que aparenta haber sido tocado por Roma. Se debe reconocer desde el principio que no debemos la Biblia a la Iglesia Católica. La Biblia vino de Dios y no de una denominación. El poder y el alcance de la Iglesia Católica ha sido no sólo para bien sino también para mal. Se debe reconocer que al llevar a cabo sus propósitos en su providencia, Dios ha utilizado a todas clases de personas imperfectas cuya doctrina no era 100% sana (Erasmo y Lutero, por ejemplo). Pero aún así, un cristiano con discernimiento estará en alerta si se comprueba que hay una conexión católica con algo.
Revisionismo histórico
Lo que demuestra la historia de los manuscritos sobrevivientes es que para el quinto siglo dominaba el texto Bizantino en griego y en latín la Vulgata y la Vetus Latina (este último por poco tiempo) hasta que se inventó la imprenta y surgió el Texto Recibido en 1516 hasta que comenzó a dominar el texto crítico después de la publicación de Westcott y Hort en 1881. En el argumento de los dos árboles se trata a la Vulgata Latina como si fuera prácticamente lo mismo que el Texto Alejandrino, y a la Vetus Latina como si formara el equivalente al Texto Bizantino en latín. Esto es un grave error y revisionismo histórico. Esto se debe a que la Vulgata Latina es tan solo una revisión de la Vetus Latina. La Vetus Latina y la Vulgata Latina no son tan contrarias como para colocarlas en arboles textuales opuestos.
Los árboles textuales de Ray, Ruckman y Carter colocan a la traducción Wycliffe en inglés en el árbol bueno, aunque es una traducción de la Vulgata Latina, ¡la cual aparece en el árbol malo!
Para proveer otro ejemplo, aunque la Peshita (probablemente la más antigua de las versiones siríacas) se acerca más al texto bizantino que al alejandrino, la forma que lo presentan bajo la teoría de árboles textuales podría ofrecer una impresión incorrecta. Lo siguiente da a entender el carácter mixto de la Peshita:
Se ha afirmado con frecuencia que el tipo de texto representado por la Peshita es lo que Hort denominó texto sirio y Ropes el antioqueño, una forma de texto que también aparece en los escritos de Juan Crisóstomo y que finalmente se convirtió en el Textus Receptus bizantino. Sin embargo, en un número considerable de lecturas, la Peshita está de acuerdo con uno u otro de los textos griegos presirios, en contra de los padres de Antioquía y el texto griego tardío. En un examen detallado de Mateo capítulos 1-14, Gwilliam descubrió que la Peshita concuerda con el Textus Receptus 108 veces y con el códice Vaticano (B) 65 veces, mientras que en 137 instancias difiere de ambos, generalmente con el apoyo del siríaco antiguo y/o el latín antiguo, aunque en 31 casos (casi una cuarta parte del número total) está solo. A partir de estos datos, concluyó que el autor desconocido de la Peshita «revisó una obra antigua de manuscritos griegos que no tiene representantes ahora existentes, y por lo tanto nos ha transmitido un testimonio independiente del texto griego del Nuevo Testamento». (Metzger, Bruce. The Early Versions of the New Testament. Oxford: Clarendon Press, 1977, p. 61)
Se podría proveer más ejemplos, pero debe estar bien establecido que la teoría de los dos árboles textuales no es una descripción suficientemente precisa de la situación. No todo es tan decisivo o definitivo como se propone. La simplificación excesiva de lo complejo para luego simplificar demasiado el panorama histórico y textual constituye una falacia y revisionismo histórico.
¡Ojo!
Ten cuidado:
1. Si enseñan que el asunto textual de evidencia de manuscritos es algo sencillo.
2. Si un escritor cree tener muchas respuestas para las incógnitas para períodos donde hay escasa información o pocos asuntos resueltos.
3. Si solo quiere mantenerse en el ámbito de lo general, pero se niega a tratar con asuntos específicos que sujetan sus creencias a prueba.
Estos son señales que hay que ser cauteloso con lo que afirman. Por ejemplo, los que dicen de Marción o Orígenes como un hecho establecido, en vez de decir, “no sabemos con seguridad, pero existe la posibilidad de que esta corrupción se debe a Orígenes…” Esto es más humilde y cauteloso que afirmar “Orígenes es el que hizo esto/aquello” si no se puede comprobar 100%. Abundan teorías de conspiración. Sabemos que el diablo aborrece la Biblia, por tanto no estoy diciendo que Satanás no impulsó a nadie en la historia de manuscritos a hacer algo mal intencionado, pero me refiero al hecho de que algunos fingen saber exactamente cómo, exactamente cuándo, exactamente quien, exactamente dónde, pero sin documentación primaria para respaldar lo que afirman.
Cosas que el argumento de dos árboles niega, ignora o minimiza:
-
- Que hay un nivel de variación textual, aún en los mejores manuscritos
- Que hay más de dos tipos textuales, los cuales incluyen el bizantino, alejandrino, el occidental, y para algunos críticos, el cesariense.
- Que aún los mejores manuscritos a veces omite tales pasajes como Hechos 8:37, 1 Jn 5:7, etc.
- Que designan a los manuscritos como católicos o protestantes, falsos o sanos en doctrina, de forma totalmente arbitraria.
Los argumentos de los árboles textuales implican demasiada suposición, generalización y una excesiva simplificación. Sobre simplifica drásticamente la evidencia textual compleja y de este modo abre la puerta a la creación de mitos y exageraciones flagrantes.
Conclusión
No negamos que hay diferencias marcadas entre los manuscritos alejandrinos y los bizantinos. Esto ha permitido a los eruditos a clasificar a los manuscritos de acuerdo a sus características textuales predominantes (alejandrinos, bizantinos, occidentales, y aun cesarienses). Algunos creyentes creen, probablemente por causa de cuentos de los dos árboles, que si un manuscrito es bizantino, su texto de principio a fin sería 100% bizantino, y todos o casi todos se copiaron en Antioquía. Pero la realidad general es otra, porque la designación es solo para indicar cuál texto predomina. Esto es una razón porque, aunque acepto la clasificación general de manuscritos alejandrinos, bizantinos u occidentales, no acepto como muchos enseñan la historia de dos árboles de manuscritos.
Que haya que generalizar un poco al explicar la historia de manuscritos a los laicos es entendible y aceptable. Sin embargo, en la teoría de los dos árboles se lleva la generalización a un extremo tal que se convierte en una distorsión y resulta en mitos, medias verdades y confusión de los hechos.
No estoy en contra de que se haga contrastes entre manuscritos, pues las hay. El problema es cuando se generaliza excesivamente al punto de declarar que de un lado hay manuscritos católicos, y de otro lado anticatólicos. Que de un lado hay la Biblia perfecta y del otro lado la biblia del diablo (véase la primera cita de este escrito) es una exageración repugnante.
No se refuerza la fe de creyentes con medias verdades u opiniones disfrazadas como hechos históricos establecidos. Quizás parezca al principio que se gana con ese método, pero no al largo plazo. El momento que la persona previamente convencida se informa de la verdad más completa, se pierde confianza en la persona que originalmente lo convenció con medias verdades. El verdadero refuerzo de fe ocurre con la verdad, la transparencia y la ética, aunque sea la senda más difícil.
Impecable explicación. Soy estudioso de la SSEEy confieso que inicié la lectura con escepticismo.
Pero es respetuosa, clara y honesta.
¡Gracias! Que Dios le bendiga.
SAludos
Muy buenos escritos. Desearia saber si no han traducido los libros de Jakon Van Bruggen, Christ on Earth, Jesus, Paulo…son excelentes. los conozco porque en el seminario nos dieron esos libros en ingles, pero latinoamerica no los conoce
Gracias por sus palabras de ánimo. Desconozco los otros libros de Jakon Van Bruggen, y no sé si alguien los ha traducido. Solo he traducido el siguiente: https://www.literaturabautista.com/el-antiguo-texto-del-nuevo-testamento-por-jakob-van-bruggen/